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miércoles, 3 de agosto de 2016

LA GUERRA DE LAS DOS JUANAS Y LA LEONA DE BRETAÑA (SEGUNDA PARTE)

Para presentaros a las protagonistas de esta historia dediqué la primera parte del relato a resumir los acontecimientos históricos que condujeron a Francia e Inglaterra a enfrentarse en una guerra que se prolongaría durante ciento dieciséis años y sería conocida como la Guerra de los Cien Años. Vimos que aquella guerra cuyo inicio  oficialmente los historiadores establecen en el año 1337, no era fruto de una diferencia puntual entre los reyes de Francia e Inglaterra, sino que hundía sus raíces mucho tiempo atrás, desde que en el año 1066 el duque Guillermo de Normandía (hacia 1028-1987) conquistaba  Inglaterra y se producía el curioso hecho de que el rey de Inglaterra era a su vez, en calidad de duque de Normandía, vasallo del rey francés. Durante el siglo XII fue creciendo el terreno francés en manos inglesas, gracias sobre todo al matrimonio entre el rey Enrique II (1133-1189) y la poderosa duquesa Leonor de Aquinia (1122-1204) que con los territorios que ella incorporaba ponía casi la mitad de Francia bajo soberanía inglesa. El proceso inverso se produjo a comienzos del siglo XIII cuando el débil reinado de uno de los hijos de Enrique II, Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan Sin Tierra (1166-1216)  y el no menos débil de su hijo y sucesor Enrique III (1207-1272) redujo las posesiones de Inglaterra en territorio francés a la Guyena, Aquitania y las islas del Canal de la Mancha ,pérdidas territoriales que serían ratificadas con la firma del Tratado de París en 1259. Ya en el siglo XIV asistimos al último episodio de esta rivalidad, cuando después de la muerte del rey Felipe IV el Hermoso (1268-1314) y los sucesivos decesos sin descendencia de sus tres hijos , Luis X (1289-1316), Felipe V (hacia 1292-1322) y Carlos IV(1294-1328) dejaba a la Dinastía Capeta, en el trono desde 987, sin sucesores varones directos. Había dos grandes candidatos, Felipe de Valois (1293-1350), sobrino de Felipe IV , y el rey inglés Eduardo III(1312-1377), nieto de Felipe IV, pues la madre de Eduardo era Isabel de Francia (1292-1358), llamada la Loba de Francia e hija de Felipe IV. Vimos como los nobles franceses , que no querían al rey inglés en el trono de Francia, prohibieron que la corona se pudiera heredar por vía materna, lo que excluía a Eduardo, entregando así el reino a Felipe de Valois que reinaría como Felipe VI , el primer monarca de la dinastía Valois. Pero Eduardo III no estaba dispuesto a rendir vasallaje a Felipe VI ni a pagarle tributo por sus feudos en Francia





Aunque ya veíamos en la primera parte el mapa de la situación a la llegada al trono de Felipe VI de Valois en  1328 vuelvo a incluirlo para que recordemos  la disposición territorial antes del estallido de la Guerra de los Cien Años. En azul vemos aquellos territorios bajo la autoridad del rey de Francia o aliados con él y en color rosa los territorios ingleses en Francia, que en esos momentos se limitaban a la Guyena y las islas del Canal de la Mancha. Vemos también la situación del Ducado de Bretaña y la importancia estratégica que tenía porque por sus costas  circulaba el tráfico naval  que  conectaba comercialmente  el Reino de Castilla, Inglaterra  y Flandes con el comercio de lana, sal, vino y otros productos. Había una gran diferencia entre que Bretaña fuera aliada de Felipe VI de Valois como lo era durante el gobierno del duque Juan III el Bueno o aliada del rey Eduardo III de Inglaterr, como lo sería si triunfaba la candidatura al ducado de Jean de Montfort enfrentado con el candidato apoyado por el rey de Francia, Carlos de Blois . Ese enfrentamiento sería el origen de un conflicto paralelo a la Guerra de los Cien Años, la Guerra de Sucesión de Bretaña, que se prolongaría durante dos décadas
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)




Uno de los apoyos de Felipe VI de Valois para ocupar el trono había sido el conde Roberto III de Artois (1287-1342) pero la lucha que Roberto III mantenía porque le fueran reconocidos sus derechos sobre el condado de Artois hizo que finalmente perdiera el favor del monarca. Roberto tuvo que huir de Francia para evitar ser arrestado, mientras que el rey Felipe confiscaba todos sus vienes y retenía a su esposa e hijos. Roberto de Artois  halló refugio en la corte de Eduardo III  en 1334 o bien en 1336, pues las fuentes difieren en éste punto,   y desde su llegada trató de convencer al rey inglés para que reclamara su derecho al trono francés. Mientras,  Felipe VI, viendo que Eduardo III había dado refugio a un rebelde contra la corona francesa, respondió ocupando la Gascuña, hasta entonces en manos inglesas. Era el inicio de aquel conflicto que se prolongaría  durante los siguientes ciento dieciséis años, hasta que se diera por concluido en 1453. El primer escenario de la confrontación entre ambos reinos sería el condado de Flandes , donde el comerciante y político flamenco Jacob van Artevelde (hacia 1290-1345) había derrocado al conde de Flances , Luis I (1304-1346), aliado del rey francés. Artevelde se aliará con Inglaterra  con la que tradicionalmente había mantenido buenas relaciones gracias al interés común que ambos estados tenían en el comercio textil y de la lana . En 1340 Artevelde consigue que las ciudades flamencas reconozcan a Eduardo III como rey de Francia y es entonces cuando se produce la primera confrontación importante  de la guerra, una batalla naval, la de la Esclusa,  el 24 de junio de 1340 . El resultado fue una victoria inglesa aplastante que dejó casi destruida a la marina francesa y habrían perdido entre 20.000 y 30.000 hombres, cifras que probablemente fueran exageradas ya que proceden de fuentes inglesas, pero en todo caso  el daño infligido a Francia fue muy grande, dejándola debilitada. Entre los aliados del rey francés se encontraba el importante apoyo del duque de Bretaña , Juan III el Bueno (1286-1341). El condado de Bretaña ocupaba una situación estratégica clave, pues se extendía en una amplia península entre el Canal de la Mancha y el Golfo de Vizcaya y desde ella se podía dominar la ruta naval comercial entre los puertos  del norte de la Península Ibérica, entonces territorio del Reino de Castilla, y los puertos ingleses y flamencos , donde destacaba el comercio de la apreciada lana castellana e inglesa .





Description de cette image, également commentée ci-après
Miniatura que representa una escena de la batalla de La Esclusa recogida en las Crónicas de Jean Froissart (hacia 1337-1404) , el historiador y cronista francés que estuvo al servicio de la esposa de Eduardo III, la francesa  Felipa de Henao (1314-1369)  hasta la muerte de ésta en 1369 y que es el autor de estas "Crónicas" donde recoge los acontecimientos de la Guerra de los Cien Años desde sus inicios hasta el año 1400. Las miniaturas que vamos a ir viendo a lo largo de éste artículo corresponden a esta obra. En la imagen tenemos la que recrea la batalla de La Esclusa , la primera gran batalla de la Guerra de los Cien Años  que enfrentó a las armadas de Francia e Inglaterra el 24 de junio de 1340  en la costa de Flandes. Al frente de la flota inglesa, integrada por unas 200 o 250 naves y alrededor de 15.000 a 20.000 hombres  (aunque las fuentes difieren mucho en las cifras de naves y soldados) , iba el propio Eduardo III ,  mientras que la flota francesa ayudada por naves genovesas, inferior en número, unas 190 naves aunque con un número parecido de soldados, era dirigida por el almirante francés Hugo Quieret (hacia 1290-1340). El resultado final de la batalla fue una victoria aplastante de los ingleses. La flota francesa fue destruida casi por completo, se estima que perdió unas 170 naves, y el propio almirante Quieret perdió la vida en ella.
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)




Como escribe el historiador y antropólogo español  Germán Vázquez Chamorro en su obra "Mujeres piratas" la Bretaña era "la llave de la economía europea. La prosperidad de los criadores de ovejas castellanos e ingleses, de los burgueses , artesanos y obreros flamencos y de los banqueros italianos dependía en gran medida  de que las aguas del Canal de la Mancha estuvieran tranquilas" Y el problema es que la estabilidad del ducado estaba a punto de zozobrar. Pero volvamos a la guerra. Después de la victoria inglesa en la batalla de la Esclusa el 24 de junio de 1340, los ingleses no pudieron sacar el rendimiento que esperaban  de la victoria y las siguientes acciones no fueron tan exitosas. Las tropas inglesas estaban retrocediendo en sus territorios de la Guyena, la ciudad francesa de Tournai, sitiada por las tropas de Eduardo III,  recibía refuerzos de las tropas de Felipe VI que acudía en su auxilio, un ejército inglés bajo el mando de Roberto III de Artois era derrotado  por los franceses en la batalla de Saint Omer el 24 de julio de 1340 y finalmente le llegaron a Eduardo III noticias de un levantamiento armado en Escocia. Todo ello unido a la escasez de recursos económicos para seguir financiando la guerra forzó a Eduardo III a llegar a un acuerdo con Felipe VI para establecer un armisticio. Así, el 25 de septiembre de 1340, se firmaba la llamada Tregua  d´Esplechin sur Escaut, una tregua que se prolongará hasta el 24 de junio de 1342.  Con la paz asegurada por un tiempo, el duque de Bretaña Juan III, acompaña a Felipe VI en su camino de regreso y pasa con él parte del invierno de 1340, hasta que ya en 1341 emprende el retorno a sus tierras del ducado de Bretaña. Pero nunca llegará porque la muerte le sorprenderá en la ciudad normanda de Caen el 30 de abril de 1341. Y es entonces cuando se abre un nuevo conflicto. Juan III de Bretaña se había casado en tres ocasiones , pero no tuvo descendencia en ninguno de los tres. Juan III ya había reflexionado en vida sobre el problema de su sucesión y las posibilidades se limitaban a dos candidatos. , aunque para  entenderlo os  tengo que hablar de la familia del duque de Bretaña.





No hay muchos mapas disponibles sobre la Guerra de Sucesión de Bretaña y quizás éste sea el más completo sobre los movimientos iniciales  entre la muerte del duque Juan III el Bueno el 30 de abril de 1341 y  septiembre de ese mismo año cuando Carlos de Blois recibió el respaldo decisivo en París para convertirse en el nuevo duque de Bretaña , iniciando así el conflicto con el otro aspirante, Jean de Montfort. En el mapa vemos en verde el territorio que comprendía el ducado de Bretaña. La Línea azul representa el viaje que en mayo de 1341 hizo Carlos de Blois a París para solicitar el apoyo del rey Felipe VI de Valois. En Bretaña se quedaba solo  Jean de Montfort que, a partir de ese momento, no dejaría de moverse para reforzar su situación y recabar apoyos. En color rosa vemos sus movimientos del mes de mayo que le condujeron primero a Nantes, capital del ducado, para ser reconocido duque, y después  a Limoges para recuperar el tesoro del duque Juan III. En rojo vemos sus desplazamientos entre los meses de junio y julio  ocupando diferentes plazas de Bretaña , y asediando algunas de ellas que ofrecieron resistencia, representadas por una estrella roja  como Brest, Auray y Rennes , y ya en la parte superior el mapa , marcado con una línea violeta, el viaje en agosto de 1341 a Inglaterra para obtener el apoyo del rey inglés Eduado III, apoyo que obtendría además del nombramiento de conde de Richmond . Como menciono en el artículo, estos movimientos son puestos en cuestión por algunos historiadores
(Imagen procedente de www.bretagneweb.com ) 





Juan III era hijo del anterior duque de Bregaña, Arturo II (1261-1312) y de su primera esposa , María de Limoges (1260-1291) con la que Arturo tendría otros dos hijos, Gui de Limoges (1287-1331) y  Pierre d´Avesnes (1289-1312). Tras la muerte de María, Arturo II contrajo nuevo matrimonio apenas un año después, en 1292, con Yolanda  de Dreux (1269-1322), condesa de Montfort , que apenas seis años antes, entre 1385 y 1386, había sido reina consorte de Escocia a través de su matrimonio con el rey escocés Alejandro III (1241-1286) . De este nuevo matrimonio de Arturo II y Yolanda de Dreux nacería un hijo y cinco hijas. El primero en nacer fue precisamente el único varón, Jean de Bretaña (1294-1345), también conocido como Jean de Montfort ya que heredaría de su madre el título de conde de Montfort. Conservo el nombre en francés para evitar confusiones entre los dos hermanos, ya que Jean en francés es Juan.  Después de la muerte de Arturo II en 1312 el ducado fue heredado por su hijo mayor, Juan III, pero desde un principio contó con la oposición de su madrastra , Yolanda de Dreux , una relación complicada que devino en odio entre ambas partes. Por eso, aunque su hermanastro  Jean de Montfort era un posible candidato para ser su sucesor al frente del ducado , Juan III prefería dejarlo a un lado y elegir a la otra opción que barajaba.  Ya hemos visto que Juan III tenía otros dos hermanos nacidos del primer matrimonio de su padre,  Gui de Limoges y Pierre D´Avesnes, muertos ambos antes que su hermano mayor. Pero Gui , que poseía los títulos de vizconde de Limoges  y conde de Phentièvre , tuvo tiempo de casarse con  Jeanne d´Avaugour  (1300-1327) con la que tuvo una única hija , Jeanne (1324-1384) , que era, por tanto, sobrina de Juan III. Además Jeanne , con apenas trece años de edad,  había contraído un ventajoso matrimonio en 1337 con Carlos de Blois (1319-1364), sobrino del rey francés Felipe VI Valois. Así que  Juan III consideró que su sobrina Jeanne de Phentiévre, pues había heredado el título de condesa de Phentièvre tras la muerte de su padre en 1331, y su esposo Carlos de Blois eran la mejor opción para ser los nuevos duques de Bretaña.





Miniatura de las Crónicas de Jean Froissart que representa el traslado del cuerpo del  duque Juan III el Bueno (a la izquierda) y el inicio del conflicto bélico por la sucesión en el ducado de Bretaña (a la derecha) . Al no designar oficialmente a ningún sucesor al ducado, aunque si mostró sus simpatías por su sobrina Jean de Phentièvre y su esposo Carlos de Blois, hubo que recurrir al arbitraje de Felipe VI de Valois, un arbitraje nada imparcial pues Carlos de Blois era el sobrino del rey y eso le aseguraba un firme aliado en el estratégico ducado de Bretaña
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)




El problema surgió cuando después de la muerte de Juan III de Bretaña el 30 de abril de 1341  no se encontró documento alguno donde designara oficialmente a Jeanne de Phentièvre y Carlos de Blois como nuevos duques de Bretaña. Y , como podéis imaginar, eso era una invitación al conflicto pues era evidente que Jean de Montfort también querría reclamar su derecho al ducado.  Jean de Montfort estaba casado a su vez con Jeanne de Flandes (1295-hacia 1374), hija a su vez del conde de Flandes Luis I (1272-1322), una mujer descrita por  Germán Vázquez Chamorro como  "rubia, bella , esbelta  que dominaba el arte de la equitación y capaz de combinar la exquisita fineza  y los buenos modales de la más perfecta señora de un castillo  con la agilidad y bravura de un escudero" La pareja tendría dos hijos, Juan de Bretaña (1339-1399) y otra hija llamada Jeanne de Montfort (ya habréis observado que la  variedad en los nombres no era una cualidad en la época ) . Por lo tanto tenemos dos candidatos, Jean de Montfort , el hermanastro de  Juan III el Bueno al que éste tan poco apreciaba, y Carlos de Blois por su matrimonio con la sobrina de Juan III, Jeanne de Phentiévre. Como ya sabemos que Carlos de Blois era sobrino del rey francés es sencillo adivinar a quien apoyaría Felipe VI de Valois. En efecto , a la candidatura de Carlos de Blois y Jeanne de Phentièvre, que además también contaban con el apoyo de otros grandes señores y de los obispos franceses, mientras que Jean de Montfort  tiene las simpatías del pueblo  y la pequeña nobleza de Bretaña. Y a pesar de la tregua, y dentro del conflicto que enfrentaba a Eduardo III y Felipe VI de Valois, el rey inglés no dejaría pasar la oportunidad de apoyar a un candidato incómodo para el rey francés y que se convirtiera en un aliado estratégico muy valioso para  Inglaterra, así que se convirtió en aliado de Jean de Montfort al que otorgaría el título de duque de Richmond a cambio de que éste le rinda vasallaje. Ignorando éste acuerdo , la cuestión  de quien sería el próximo duque de Bretaña iba a dirimirse  con el arbitraje de Felipe VI. Lo que sucedió en los meses siguientes lo sabemos a través de los escritos del cronista nacido en Lieja Jean Lebel (hacia 1290-1370) autor de una "Verdadera historia del rey Eduardo" que relata los primeros años de la Guerra de los Cien Años, relato que fue luego recogido por el gran cronista de éste conflicto, el francés Jean Froissart (1337-1404). 




Los ciudadanos de Nantes rindiendo homenaje a Jean de Monfort  en mayo de 1341 como nuevo duque de Bretaña  , en una miniatura de las Crónicas de Jean  Froissart. A pesar de ésta escena la convocatoria no tuvo el éxito esperado por Jean de Monfort que no logró reunir demasiados apoyos a sus pretensiones al ducado de Bretaña . Ni los grandes señores ni el alto clero secundaron su candidatura al ducado, por lo que Jean de Montfort se vio obligado a buscar el apoyo de Eduardo III de Inglaterra en agosto de 1341
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)




Según la versión de ambos cronistas , antes de someterse al arbitraje del rey y aventurando que el veredicto  sería favorable a su rival,  Jean de Montfort se adelanta a los acontecimientos y se  establece en Nantes,. capital  del ducado de Bretaña , se apodera del tesoro ducal y  convoca a los vasallos bretones para que le reconozcan como nuevo duque de Bretaña, aunque al parecer pocos acudieron a su llamada. Durante el resto de la primavera y verano de 1341  Jean de Montfort habría asegurado hasta veinte plazas importantes del ducado y  , por fin, en septiembre acudió a París para defender sus derechos al ducado frente a su rival . Sin embargo, esta versión es puesta en duda por historiadores actuales por falta de pruebas acerca de todos estos movimientos y parece que su presencia durante todos esos meses estaba documentada en París preparándose para la defensa de su causa. Fuera como fuese lo que si sabemos es que en septiembre se produce el debate para determinar  quien sería el nuevo duque de Bretaña y , como era de esperare, la elección recae en Carlos de Blois.  Jean de Montfort no acepta el veredicto y abandona París , tras lo cual ve como sus feudos son confiscados por el rey  que además ordena organizar un ejército que se dirija a Bretaña para recuperar todas las plazas que Jean de Montfort había ocupado durante la primavera y el verano. A todo esto el rey Eduardo III de Inglaterra no puede acudir en su ayuda porque acababa de renovar la tregua establecida en 1340 con Francia.  El ejército de Carlos de Blois y Felipe VI  comenzará el asedio de Nantes en noviembre y después de tres semanas la ciudad se rinde el 21 de noviembre de 1341 y el propio Jean de Montfort, que había recibido un salvoconducto para viajar a París y defender de nuevo su causa,  es traicionado , hecho prisionero y encerrado en prisión en París.  Sin embargo, la lucha no termina, porque si Jean de Montfort estaba en prisión, su esposa Jeanne de Flandes estaba dispuesta a seguir combatiendo por su esposo y por los futuros derechos de su hijo. Aunque ella era de Flandes parecía haber asimilado el espíritu indómito de los bretones y desafiará a sus enemigos .





Asedio de Hennebront por las tropas de Carlos de Blois, miniatura de las Crónicas de Jean Froissart . Después de que Jean de Montfort fuera detenido en París y encarcelado en el Louvre, la defensa de sus derechos al ducado fue asumida por su esposa, Jeanne de Montfort. Refugiada tras los muros de Hennebront (podéis ver su situación en el mapa que hay más arriba)  fue asediada en 1342  por las tropas de Carlos de Blois. Al frente de sus hombres realizó una audaz salida nocturna en la que prendió fuego al campamento enemigo. A partir de ésta acción comenzaría a ser conocida como "la Flamme", es decir, "la llama"
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)




Antes de seguir tengo que advertir al lector que he encontrado múltiples versiones de estos hechos y cada una lo narra de forma diferente, incluido el libro "Mujeres piratas"  de Germán Vázquez a través del cual conocí esta historia  y al que trato de seguir en el relato a pesar de las contradicciones que voy encontrando. Dicho esto volvamos al desarrollo de los acontecimientos. Desde su base de operaciones en la localidad de Hennebront,  Jeanne de Flandes , a la que también se llama Jeanne de Montfort,  dirige la resistencia aunque antes envía a su hijo Jean a Inglaterra bajo la protección del rey Eduardo III con el que Jeanne cierra una alianza en enero de 1342.  Jeanne  "lanza continuos y rápidos ataques contra las tropas de Carlos de Blois - escribe Germán  Vázquez Chamorro - Su táctica es golpear al enemigo y retirarse sin presentar batalla".  Una especie de guerra de guerrillas que es la que podía  librar teniendo en cuenta su inferioridad numérica frente a las fuerzas aliadas del rey y Carlos de Blois. En el invierno de 1341 se  alcanza una tregua temporal que terminará con la llegada de la primavera, el 15 de abril de 1342 cuando Carlos de Blois reinicia la campaña militar . Poca es la ayuda que recibe Jeanne del rey inglés , que carece de fondos para financiar una campaña  y los pocos hombres que llegan hasta Hennebront para ayudar en su defensa tienen que ser pagados por la propia Jeanne.  Carlos de Blois pone sitio a Hennebront, donde se hallaba Jeanne  de Montfort y , a pesar de su inferioridad y lo desesperado de la situación,no se arredra y, como nos cuenta Germán Vázquez,  "al frente de trescientos combatientes salió de Hennebront , atacó  el campamento enemigo en medio de la noche y lo prendió fuego" Este acto demostraba el talante de líder de Jeanne, a la que a partir de entonces  llamarían , con admiración unos con temor otros, Jeanne la Flamme (la llama). La ciudad resiste el asedio hasta que en junio llega un contingente inglés dirigido por Roberto III de Artois y el almirante de la flota inglesa Wauthier Masny (fecha desconocida -1372) que fuerzan a Carlos de Blois a levantar el asedio.






Jeanne de Monfort avistando la llegada de la flota inglesa que acudía a liberar Hennebront del asedio de Carlos de Blois en un grabado  para la obra "Historia de Francia" del historiador francés François Guizot (1787-1874). Recrea el momento en que llegaban los refuerzos procedentes de Inglaterra liderados por  Roberto III de Artois y el almirante inglés Wauthier Masny. Carlos de Blois abandonó temporalmente el asedio aunque volvería poco después obligando a Jeanne a abandonar la ciudad y buscar refugio en Brest
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )



Según una de las versiones, después de ésta liberación momentánea,  Jeanne decide viajar a Inglaterra para recabar nuevos apoyos,  aunque otra versión señala que Hennebront fue asediada de nuevo por Carlos de Blois poco tiempo después, obligando a Jeanne a huir a Brest. Lo que si sabemos es que Jeanne terminaría viajando a Inglaterra para buscar más apoyos,   pero en su viaje de regreso a Bretaña  la flota inglesa fue interceptada por la francesa que estaba bajo el mando del almirante francés Luis de España (1291-1348). Aunque nacido en Francia corría sangre española por sus venas pues era bisnieto del rey de Castilla  Alfonso X el Sabio (1221-1284). Se entabló un combate y los franceses trataron de abordar la nave donde viajaba Jeanne,que según el cronista Jean Froissart  luchó "con el corazón de un león, y en su mano ella blandía una puntiaguada aguja con la que luchaba fieramente" . Germán Vázquez cita este mismo episodio  pero recurriendo a la "Historia de Bretaña"  del jurista e historiador bretón  Bertrand d´Argentré (1519-1590) que escribe  sobre este hecho que "Fue una cosa inaudita y jamás vista el número  de los que cayeron bajo las armas , y nunca se vio tamaña lucha.  En cuanto a la dama, allí estaba, y puesta en pie, erguida frente al enemigo, manejó las armas con mayor destreza que cualquier soldado" Según escribe Germán Vázquez, aunque no lo encuentro en otras versiones de esta historia, una fuerte tormenta separó a las dos flotas enfrentadas,  y mientras  la flota francesa era empujada por el viento hacia el norte, la flota inglesa lograba cruzar el Canal de la Mancha y desembarcaron cerca de la localidad de Viennes, que estaba en manos de  las fuerzas de Carlos de Blois. Precisamente durante el asedio de Viennes, Roberto III Artois , que lideraba a las tropas inglesas, encontró la muerte hacia el mes de noviembre de 1642 después de ser herido en uno de los asaltos a la ciudad. Una vez tomada Vienne, desde allí tratarían de auxiliar a Hennebront que de nuevo se hallaba asediada  , pero ya no habría grandes cambios en los meses siguientes .Ninguno de los bandos lograba imponerse al otro  y la guerra llegaba a un punto muerto. De ésta forma, el 19 de enero de 1343 se firmaba la Tregua de Malestroit que de momento pone fin temporal al conflicto. Las plazas de Bretaña que están en manos nominalmente de Jean de Monfort , que sigue en prisión en París, y de su esposa Jeanne , en realidad quedan en manos inglesas. 





Ruinas de la Capilla de la Magdalena (Chapelle de la Madeleine) en la localidad de Malestroit en Bretaña donde el 19 de enero de 1343  los representantes de los reyes de Francia e Inglaterra firmaban la conocida como Tregua de Malestroit que en principio estaba pensada para que durase hasta el 29 de septiembre de ese mismo año
 (Imagen procedente de www.monumentum.fr)





Cartel conmemorativo en la Capilla de la Magdalena  donde se puede leer
"Ruinas históricas de la Capilla de la Magdalena donde fue firmada el 19 de enero de 1343, durante la Guerra de los Cien Años, entre los representantes  de los reyes de Francia e Inglaterra, en presencia de los legados pontificios,  los cardenales   de Clermont y de Prenet, la Tregua de Malestroit"
Sin embargo el conflicto , aunque no oficialmente, no tardaría en reanudarse cuando el rey Felipe VI ordena la ejecución de quince señores bretones en agosto de ese año
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)



Una vez firmada la tregua vamos a dejar por ahora la compañía de la indómita  Jeanne de Monfort, la mujer que se había ganado el sobrenombre de "la  Flamme" , y la admiración de todos por la feroz y valiente defensa de los intereses de su esposo, para introducir en escena a la tercera Jeanne.  Ya conocemos a Jeanne de Monfort y  a Jeanne de Phentièvre, enfrentadas por un mismo objetivo , el ducado de Bretaña.  La tercera Jeanne se llama  Jeanne de Belleville (hacia 1300-1359). Era hija de Mauricio IV de Montaigu (1263-1304), señor de Belleville y de Palluau . La joven Jeanne se casa  primero con el noble Geoffroy VIII  de Chautebriand (1293-hacia 1326) peo la temprana muerte de Geoffroy la deja viuda . Hacia 1330 contrae un nuevo matrimonio, en éste caso con un noble bretón , Olivier IV conde de Clisson (hacia 1300-1343), él también viudo pues había estado casado por primera vez en 1320 con Blanche de Bouville (hacia 1300-1329), por lo que el matrimonio con Jeanne fue apenas un año después de perder a su primera esposa.  Los siguientes años transcurrieron con tranquilidad y el matrimonio tuvo cinco hijos , tres niños y dos niñas. Uno de sus hijos varones,  Maurice, nacido en 1333, moriría al año siguiente. Los otros dos hijos varones eran Olivier Clisson (1336-1407) y Guillaume, señor de la Trouvière (hacia 1338-1345). Volveremos a encontrar a estos dos pequeños , pero ya en la tercera y última parte de esta historia. Esta vida tranquila termina con la muerte del duque de Bretaña  Juan III el Bueno en 1341. Como tantos otros nobles bretones, Olivier Clisson se ve forzado a tomar partido en la Guerra de Sucesión de Bretaña y elige el bando del rey Felipe VI y el duque Carlos de Blois, mientras que su hermano lucha a favor de Jean de Montfort.  De nuevo me encuentro aquí con el problema de las diferencias entre las distintas versiones de una misma historia. Unas fuentes señalan que  Olivier Clissón luchó con lealtad junto a las tropas de Carlos de Blois hasta que fue capturado en diciembre de 1342 y llevado a Inglaterra . En "Mujeres piratas"  Germán  Vázquez Chamorro, tomando como base la crónica de Jean Froissart  , afirma que durante el conflicto Clisson traicionó a Carlos  de Blois  y se alió con Jean de Montfort y su esposa Jeanne  "tal vez porque le prometió el título de condestable de Bretaña."





Ejecución de Olivier IV Clisson, esposo de Jeanne de Bellevill (Jeanne de Clisson tras su matrimonio) ,  el 2 de agosto de 1343 realizada por el iluminador  Loyset Liédet que realizó sus trabajos principalmente en Flandes durante el siglo XV. Su ejecución causó una gran conmoción, en particular entre la nobleza de Bretaña, ya que tanto su muerte como la de otra quincena de nobles (cuyos cuerpos podemos ver decapitados a los pies del cadalso), se hizo de forma sumaria, sin que tuvieran oportunidad de defenderse y sin que los cargos de traición de los que eran acusados estuvieran probados  y sería el origen de la intervención de Jeanne de Clisson en la guerra donde actuaría como corsaria.
(Imagen procedente de https://fr.wikipedia.org)



Fuera de una forma o de otra , después de la firma de la tregua de Malestroit, como tantos otros nobles que habían participado en la guerra, Olivier pudo regresar a su hogar . Tanto si aceptamos la versión de que fue llevado prisionero a Inglaterra para después  ser liberado y regresar a Francia, como si la versión correcta es la que nos cuenta que se pasó al bando de Montfort, lo cierto es que el rey Felipe VI de Valois había dejado de confiar en él. En un caso es evidente, se habría aliado con el enemigo, pero si fue hecho prisionero por los ingleses  ¿por qué desconfiar de él? Porque habría habido acusaciones de que en sus últimos combates no se había desempeñado con la fuerza necesaria, lo que venía a ser una acusación de traición, suponiendo que durante su cautiverio habría informado a los ingleses sobre la situación del ejército francés . Así que el pobre Clisson estaba bajo sospecha, pero él lo ignoraba y acudió confiado a París, aprovechando la tregua, para asistir a un torneo al que había sido invitado por el propio monarca junto a otros nobles bretones. Pero al llegar a la ciudad  a finales de julio de 1343, tanto él como el resto de nobles invitados fueron arrestados por orden de Felipe VI y después de un juicio rápido y sin la oportunidad de defenderse, fueron condenados a muerte. El 2 de agosto de 1343  Olivier Cresson  era decapitado en Orleans. Germán Vázquez cita aquí a Jean Froissart que nos cuenta que  "Después de hecho esto  el cuerpo fue arrastrado  a la horca de París  y colgado del lugar más alto. Y la cabeza fue enviada a Nantes (capital de Bretaña)  para ser puesta en un asta sobre la puerta del Salvador, como traidor"  En Nantes se encontraba Jeanne de Belleville que acudió junto a sus hijos a presenciar aquel macabro espectáculo "los hombres de Felipe - escribe Germán Vázquez - clavaron la lívida y exangüe cabeza del condestable  en una pica y la subieron a lo más alto del portón. Una vez que finalizaron el macabro trabajo, Jeanne ordenó a sus hijos que miraran  la demacrada faz de su padre" No sabemos si sucedió realmente así, pero si sabemos que en aquel momento Jeanne tenía decidido vengar la que ella consideraba injusta muerte de su esposo. Así que después de llevar a su hijos a lugar seguro se dispuso a poner en marcha sus planes de venganza. Ya tenemos en liza a las tres protagonistas de esta historia. Es el año 1343, Jeanne de Monfort sigue defendiendo los derechos al ducado de Bretaña de su esposo, Jeanne de Phentiévre respalda a su marido Carlos de Blois, actual duque de Bretaña, y Jeanne de Belleville se dispone a enfrentarse al rey Felipe VI y sus aliados para vengar la muerte de su esposo. El desenlace de éste drama lo veremos en la tercera y ultima parte de la historia de las tres  Jeanne. 



Enlace con la primera parte de  La guerra de las dos Juanas y la Leona de Bretaña 
http://chrismielost.blogspot.com.es/2016/08/la-guerra-de-las-dos-juanas-y-la-leona.html 

Enlace con la tercera parte de  La guerra de las dos Juanas y la Leona de Bretaña 
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domingo, 7 de octubre de 2012

CRISIS SOCIALES EN LA HISTORIA: LA GRAN JACQUERIE (PRIMERA PARTE)

 
Durante los últimos años una de las palabras más escritas y pronunciadas es , sin duda, el termino crisis , que, como tantos otros de  nuestro lenguaje, hemos heredado del griego y  es una evolución de la palabra Krisis que tenía muy diferentes significados, desde el momento culminante de una enfermedad cuando se decidía si el paciente iba a morir o a vivir, a la toma de una decisión o de realizar una elección, también podía referirse a una contienda  o a la emisión de un juicio. En todo caso , la palabra crisis contenía un sentido de punto de inflexión, de momento crucial en el que una determinada situación puede evolucionar en uno u otro sentido pero no permanecer en el estado anterior , lo opuesto a la estabilidad. Entre los siete significados que esta palabra tiene en el Diccionario de la Lengua Española solemos emplearla , particularmente en estos últimos años,  en su séptima acepción " Situación dificultosa o complicada"  pero, sin embargo, creo que estamos en un tiempo en el que sería más apropiada la segunda acepción "Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.", porque la sensación que causan los acontecimientos que estamos presenciando parecen dibujar  un futuro muy diferente al mundo que hemos conocido nosotros y nuestros padres y abuelos.
 
Si concebimos la crisis como lo contrario a la estabilidad, parece claro que el largo periodo de estabilidad de nuestras sociedades , en particular las de Europa Occidental, Estados Unidos, Japón y los países con mayor desarrollo económico,  está llegando a su fin  favorecido por el obligado cambio de estructura de una organización social nacida a partir de la Revolución Industrial iniciada en el siglo XVIII y que ahora  tiene que enfrentarse a un mundo intercomunicado, un mercado global, una revolución robótica e informática y los efectos del cambio climático que convierten en obsoletas las estrategias diseñadas por políticos , economistas y sociólogos durante los siglos XIX y XX. Si miramos atrás contemplamos como estas crisis no son nada nuevo en la historia de la humanidad , y no me refiero a las crisis económicas, que esas se repiten en ciclos cortos de tiempo y tienen una naturaleza coyuntural , sino a otras crisis más importantes, las crisis sociales, las que afectan no sólo al dinero sino a todos los ámbitos de la sociedad anunciando el final de un sistema , de una forma de organización , de una manera de vivir . En ocasiones estas crisis surgen mucho antes de que se produzca el cambio, los que las protagonizan no llegan a ver el resultado final , puede incluso que durante un tiempo parezca que todo sigue igual, pero una vez que se presentan los primeros síntomas el camino del cambio ya ha comenzado y aunque los contemporáneos puedan no ser conscientes de ello su curso suele ser irreversible.

Después de la muerte del emperador Teodosio I el Grande, el último de los emperadores romanos que gobernó sobre un Imperio unido, el Imperio romano se dividiría en Imperio Romano de Occidente e Impero Romano de Oriente. La parte occidental del Imperio sufriría durante la primera mitad del siglo V contantes incursiones de los pueblos germánicos y otros procedentes de Asia. Los visigodos se establecieron en la provincia de Hispania y los vándalos en el Norte de África . En 410 Roma había sido saqueada por las tropas del rey visigodo Alarico I(370-410) y años después, en 452, los hunos bajo la dirección de Atila invadieron Italia y asediaron Roma , mientras los francos realizaban incursiones en la Galia . Roma ya no se sostenía sin la alianza coyuntural de visigodos o francos, pero tras la muerte en 476 de Rómulo Augústulo ya no volvería a haber un emperador en Roma aunque en aquel momento nadie pensó que el Imperio Romano había dejado de existir, porque además seguía existiendo un emperador en el trono bizantino de Constantinopla, donde la parte oriental del Imperio Romano seguiría existiendo durante otro milenio . Pero ya nada sería igual, la estabilidad que proporcionaban las fronteras del Imperio protegidas por las legiones y la eficaz aunque corrupta administracion romana había desaparecido, y ahora el pueblo tenía que buscar protección en los hombres con mayor poder en la región donde vivían. Era el comienzo del feudalismo medieval . En apenas un siglo el Imperio había desaparecido (imagen procedente de http://phpwebquest.org ) 

Dentro de las series que voy abriendo en el Mentidero he creído que sería interesante conocer alguna de estas crisis que han anunciado un cambio de sociedad, el fin de una época y el comienzo de otra pues creo que es comparable a lo que ahora estamos viviendo. Y he elegido para comenzar la que los historiadores denominan "la Gran Jacquerie". Así que vamos a subirnos a nuestra particular máquina del tiempo para viajar hasta Francia a mediados del siglo XIV, en concreto al año 1358. Pero de la misma forma que no podríamos hablar sobre la actual crisis que nos afecta sin referirnos al proceso de formación de la Unión Europea, el nacimiento del euro , la creación de un mercado único, la naturaleza del estado de bienestar o el funcionamiento de nuestro sistema financiero, también para comprender lo que significó la Jacquerie tenemos que conocer el contexto en el que se desarrolló y da sentido a los acontecimientos que tuvieron lugar aquel año. ¿Qué sabemos del siglo XIV? Seguro que coincidimos en situarlo dentro de ese largo periodo de la historia europea que conocemos como Edad Media, un periodo que a muchos les resulta confuso y que suele resumirse con una palabra, oscuridad, como si un milenio de la historia de nuestro continente pudiera reducirse a un largo periodo oscuro entre dos momentos brillantes, el Imperio Romano y el Renacimiento. Pero, por supuesto, las cosas nunca son tan sencillas, la Edad Media no fue un tiempo homogéneo y estable.

Los historiadores no son partidarios de fijar fechas para el comienzo y el final de una época, porque la sociedad humana no evoluciona de esa forma, pero es necesario para establecer un esquema que nos permita entender mejor esos cambios y situarlos en el tiempo . Suele fijarse el comienzo de la Edad Media en el año 476 , cuando es destronado  el último emperador del Imperio Romano de Occidente, el joven Rómulo Augústulo pero los contemporáneos de aquel acontecimiento no podían ser conscientes de ellos, no dijeron algo así como  "se ha acabado el mundo clásico , ahora comienza la Edad Media". En realidad, lo que podemos considerar mundo clásico, la cultura y la sociedad que habían nacido en Grecia y que luego Roma heredó y extendió con sus conquistas por todo el Mediterráneo , influyendo también en culturas ajenas a su dominio territorial, había entrado en crisis mucho antes, ya en el siglo III, cuando comenzaron las primeras grandes incursiones de los pueblos germanos y asiáticos en las fronteras del Imperio y aún más en el siglo IV, cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio y el paganismo, uno de los signos de identidad de aquel mundo, quedaba proscrito y los antiguos dioses y cultos caían en el olvido.  La progresiva debilidad militar del Imperio, su fragmentación definitiva después de la muerte del emperador  Teodosio I el Grande(347-395) en dos Imperios, el de Occidente y el de Oriente o Bizantino, y las crisis económicas acabaron con la estabilidad que había proporcionado la organización imperial durante siglos.

BREVE VÍDEO SOBRE LAS INVASIONES BÁRBARAS Y EL COMIENDO DE LA EDAD MEDIA 

Como no es el objetivo de este artículo narrar la historia de las invasiones bárbaras creo que este vídeo puede ser suficiente para ilustrar con brevedad el proceso de las invasiones de los pueblos germánicos y asiáticos que acabaron con el Imperio Romano de Occidente




La principal consecuencia de esta suma de factores fue el final de la seguridad que antes era garantizada por el estado. Podríamos decir, aunque no es conveniente hacer este tipo de analogías, que entre el siglo IV y el V el estado de bienestar romano se hallaba en peligro de extinción, los ciudadanos de las en otro tiempo prósperas ciudades romanas y los campesinos se sentían indefensos ante las incursiones de los bárbaros que penetraban en las fronteras que antaño fueran infranqueables, las crisis económicas sumían el futuro en la incertidumbre y como suele suceder en cualquier época de la humanidad, los débiles volvieron sus miradas y ruegos hacia los más fuertes para solicitar protección. Es decir, los campesinos y los pequeños propietarios rurales comenzaron a buscar el auxilio de los militares o de los hombres más ricos de su comunidad e incluso de la Iglesia, que ya estaba emergiendo como un nuevo estamento de poder después de siglos de hallarse en la clandestinidad. El retórico Libanio de Antioquia(hacia 314-394 d.C) era pagano y amigo del emperador Juliano el Apóstata (332-363) que durante su breve gobierno de dos años, entre 361 y 363 ,trató de recuperar el paganismo sin conseguirlo . Fue también testigo de una época de transición en la que las antiguas estructuras se derrumbaban y aún no se podía ver hacia donde iban esos cambios.

Entre los testimonios que nos ha dejado sobre aquel tiempo de confusión Libanio dejó muchos escritos, entre ellos un "Discurso sobre los patronatos" en el que con sus palabras nos anuncia el nacimiento del feudalismo medieval . Escribe Libanio que "Hay grandes aldeas , cada una de las cuales pertenece a numerosos propietarios, que se ponen bajo la protección de los soldados de guarnición , no para escapar al mal,sino para estar en condiciones de cometerlo . Y he aquí que ahora se convierten  para sus vecinos en una fuente de males y de dificultades, usurpando sus tierras, arrasando los árboles, dándose al pillaje, degollando los animales, saqueando , refugiándose  en sus guaridas" . Ante este clima de inseguridad se pregunta Libanio "¿A quién corresponde poner término a estas evasiones?¿A quién asegurar sus tierras a los que las han recibido en herencia?Es cosa tuya emperador. Es de ti de quien hemos de recibir esta merced. Es a ti a quien conviene cortar este mal como sea y curarlo, en lugar de contemplar distraidamente cómo crece el abuso." Pero el emperador carecía de fuerza para imponer sus leyes en los diferentes territorios del Imperio, por lo que la gente tenía que busca protección entre los caudillos militares y los hombres más ricos.  De forma inadvertida la sociedad del Imperio Romano estaba transformándose en la sociedad feudal característica de la Edad Media, con su clásica división en estamentos. La nobleza, dueña de los castillos, proporcionaría seguridad y protección al pueblo a cambio de su trabajo y sus impuestos, la Iglesia se encargaría de la salvación de las almas de ese mismo pueblo, rezando por ellas mientras también les cobraba unos impuestos y era dueña de abundantes tierras  además de convertirse en la depositaria de la cultura.

BREVE VÍDEO SOBRE EL COMIENZO DE LA ALTA EDAD MEDIA

A continuación otro breve vídeo sobre la sociedad que nacía a continuación que abría un nuevo período de la historia que hoy denominamos Alta Edad Media , que se prolongará desde el siglo V hasta el siglo X  . Tradicionalmente esta época de la historia se ha considerado una época oscura, salvaje y pobre , pero aunque es cierto que en comparación con la brillantez de la cultura del Imperio Romano la Alta Edad Media es una época inferior cultural y socialmente hablando, también es cierto que hubo grandes personalidades como Carlomagno(hacia742- 814) que trataron de recuperar el espíritu del Imperio desaparecido. El Imperio Bizantino seguía brillando tanto en el campo cultura, económico y militar , sobre todo antes de la expansión del Islam . No, no fue una época tan oscuro como durante años se ha enseñado, aunque si un paso atrás con respecto a la civilización clásica. Era la época de los nobles , de los señores feudales que tenían tanto o más poder que el rey




Por encima de estos dos grupos se hallaría el rey, pero con un poder que nada tenía que ver con el absolutismo que caracterizaba a los emperadores romanos, era poco más que un "primus inter pares", expresión latina que había nacido en los primeros tiempos del Imperio Romano para calmar a aquellos que añoraban la República de Roma, y con la que querían significar que el emperador no era más que los demás aunque se le había otorgado la responsabilidad de gobierno. Los reyes de los inicios de la Edad Media recibían este título pero dependían de los nobles que gobernaban sus propios territorios de forma autónoma y disponían de sus propios ejércitos y cobraban sus propios impuestos. Y , como siempre, por debajo de ellos se hallaba el pueblo, que trabajaba para sí mismo y para los otros estamentos, pagaba sus impuestos y obedecía las leyes que le imponían. Podríamos simplificar el estado feudal como aquel donde cada uno sabía el papel que ocupaba en la pirámide social, la nobleza combatía, el clero rezaba y estudiaba y el pueblo trabajaba, un pacto que durante siglos funcionó mientras cada uno cumplía con su papel y que sólo fallaba cuando uno de los estamentos no cumplía con su parte en este contrato social, circunstancias que sucedían cuando se producían guerras, epidemias o las periódicas hambrunas causadas por las malas cosechas. La nobleza, que en la sociedad feudal debía proteger al vasallo, dejaba entonces de cumplir con su obligación, y no solo eso , sino que con frecuencia eran ellos los que abusaban de su pueblo.

Era entonces cuando se producía una explosión social , una manera extrema de manifestar el descontento del pueblo porque mientras ellos cumplían con su parte del contrato social pagando sus impuestos, yendo a misa, obedeciendo las obligaciones establecidas por la Iglesia y trabajando para sus señores, estos incumplían las suyas. En realidad, estas rebeliones eran puntuales y no trataban de cambiar el sistema existente ni la relación de poder, sino que aspiraban a restaurar la estabilidad  de la sociedad de la que gozaban cuando las cosas funcionaban con normalidad. Los primeros movimientos que demostraban que el sistema feudal comenzaba a deteriorarse se dieron en la religión  a partir del siglo XII, cuando surgen movimientos como los valdenses y los cátaros que buscaban una regeneración de la Iglesia, un retorno a lo que entendían que era la esencia del cristianismo y un rechazo de la Iglesia Católica oficial  que habría traicionado el mensaje cristiano y escandalizaba a los fieles al contemplar como el alto clero vivía rodeado de riqueza y sumido en la opulencia mientras el pueblo se moría de hambre, frío y enfermedades. Estas doctrinas que la Iglesia Católica se apresuraría a considerar heréticas y a perseguirlas, eran peligrosas para el sistema feudal, pues criticaba a los ricos y defendían la igualdad y la justicia social. Durante el siglo XIII estos movimientos religiosos serían aplastados por la fuerza de las armas  en una alianza entre la Iglesia Católica y la monarquía francesa.

En la fotografía las ruinas del Castillo de Montsegur situado sobre la montaña de Pog a 1207 metros de altura y a unos cuarenta kilómetros de la ciudad francesa de Carcasona, en el sur de Francia. Fue el último refugio de la Iglesia cátara  y resistió un asedio de diez meses, desde mayo de 1243 hasta que en 1244 se vieron forzados a negociar la rendición a tropas francesas . A los que permanecían en la fortaleza se les dio quince días de plazo para abandonarla y abjurar de su fe o en caso contrario serían condenados a morir en la hoguera. Doscientos diez  cátaros decidieron permanecer fieles a su fe y se dirigieron cantando a morir en la hoguera. A partir de entonces el lugar donde se había erigido la hoguera sería conocido como el Camps des Cremats, el Prado de los Quemados. Ellos como los valdenses fueron movimientos reformistas que buscaban el regreso al cristianismo de los primeros tiempos y alejarse de la riqueza que  rodeaba a la Iglesia Católica, una riqueza que juzgaban inmoral por su apego a la materia, que para ellos representaba el reino del mal, y por la injusticia que significaba en comparación con la pobreza del pueblo . Eran por lo tanto un movimiento subversivo que amenazaba las estructuras de la sociedad feudal y que por ello fue perseguida hasta su absoluta destrucción (imagen procedente de http://bttersmallorca.wordpress.com )

Al igual que sucede en nuestros días y como ha sucedido a lo largo de la historia, el poder tenía formas de desviar el descontento del pueblo o, al menos, mitigarlo, el celebre ·"pan y circo" de Roma, que en la Edad Media era sustituido por frecuentes fiestas religiosas en las que se repartía comida y bebida entre el pueblo o el recurso de buscar un chivo expiatorio de los males de la sociedad, un papel que correspondió durante la Edad Media a la comunidad  judía que tendría que padecer periódicos ataques a sus barrios en diferentes reinos europeos cada vez que había una epidemia , una sequía o cualquier otro mal que se considerase un castigo divino. Un aspecto importante y que explica los cambios que desembocarían en el final del feudalismo, fue el renacimiento de las ciudades. Después de siglos de una sociedad casi exclusivamente campesina, a partir del siglo XI, y con mucha más fuerza en los siglos XII y XIII , las ciudades abren de nuevo sus puertas al comercio , se formaban gremios de artesanos y mercaderes .Si en los primeros siglos de la Edad Media los castillos de la nobleza se llamaban burgos , poco a poco se fueron construyendo a su alrededor nuevas construcciones que formaban poblaciones que también recibían el nombre de burgos y donde se concentraban artesanos y mercaderes al amparo de la seguridad que ofrecían los castillos.

 Con el desarrollo del comercio y el crecimiento de estas poblaciones surgió un nuevo estamento que añadir a los clásicos del feudalismo, la burguesía, pues la palabra burgués significa precisamente "habitante de un burgo". Las ciudades desarrollan sus propias leyes y sus habitantes,los ciudadanos, se liberan de la dependencia del señor feudal, convirtiéndose en una especie de oasis o de isla en medio del feudalismo que seguía imperando en las zonas rurales. Por supuesto, las ciudades medievales no eran independientes como las polis griegas y seguían siendo súbditas de un noble o un rey, pero ese vasallaje ya no era individual sino colectivo, lo que daba una mayor capacidad de resistencia frente a los abusos de poder y las decisiones arbitrarias de los señores feudales . Sus habitantes se consideraban libres, aunque no debemos concebirlo en el sentido de la libertad de nuestros días pues las leyes que regían en las ciudades y los gremios de artesanos eran muy estrictas y daban poco margen a la libertad individual, pero en todo caso era una situación mejor que la del vasallo que tenía que trabajar en el campo para su señor. El desarrollo de comercio , la aparición de la banca, de las letras de cambio y los créditos , sentaban las bases para el nacimiento de un incipiente capitalismo, al mismo tiempo que la burguesía iba ganando en poder económico y cada vez mostraba un mayor descontento con la posicición marginal que ocupaba dentro de la sociedad medieval.

Este esquema no parece muy ortodoxo pero sin embargo es muy claro y hace un  certero resumen de la forma en que funcionaba la sociedad feudal, con el pueblo en la base de la pirámide , cuyo trabajo y pago de tributos alimentaba a la nobleza y el clero  que, a cambio, ofrecían protección militar en el caso de la nobleza y consuelo espiritual en el caso del clero, aunque cuando por causas derivadas de hambrunas, guerras o epidemias el pueblo consideraba que no estaban cumpliendo con esas funciones se producían movimientos revolucionarios que no trataban de eliminar el feudalismo y lograr la libertad, sino recuperar la estabilidad perdida (imagen procedente de http://raulrv.blogspot.com)

Se sentían con fuerzas para desafiar el poder de la nobleza al tiempo que se acentuaba sus diferencias con los sectores menos favorecidos de la sociedad. Cuando el noble o el monarca de turno quería imponer tributos o leyes que no convenían a los burgueses, podían alentar el descontento de las clases menos favorecidas para amedrentar a la nobleza y que diera marcha atrás en sus decisiones, pero si era el pueblo el que amenazaba con rebelarse, los burgueses se aliaban de nuevo con los señores para controlar a aquella masa de descontentos. Poco a poco se iba dibujando una nueva sociedad urbana con una clase acomodada, la burguesía y, una gran mayoría de personas pobres   lo que era origen de fuertes tensiones acentuadas además por la competencia entre los diferentes gremios de una ciudad . Bastaba un incremento en el precio del trigo, una epidemia o la falta de comida para que el frágil equilibrio de estas ciudades se rompiera y estallara una rebelión.  Y así entramos en el siglo XIV donde las tensiones iban a aumentar mientras el edificio del feudalismo comenzaba a  presentar grietas cada vez más grandes, pero con lo que no contaba nadie al iniciarse el siglo es con una guerra que iba a durar más de un siglo ni con una epidemia que se cobraría millones de vidas.

Desde el lejano año 987 reinaba en Francia la dinastía de los Capetos fundada por Hugo Capeto (940-996) y al entrar en el siglo XIV la corona se hallaba sobre la cabeza de Felipe IV el Hermoso(1268-1314) que a lo largo de su reinado conseguiría fortalecer el poder del rey frente a la nobleza. Sería un gobierno polémico, pues tuvo duros enfrentamientos con el papa Bonificacio VIII (1235-1303) nacidos a raíz de la imposición de tributos por parte del monarca al clero francés, lo que hasta entonces había sido competencia exclusiva de Roma y que derivó en algo más que una lucha personal entre estos dos hombres para convertirse en una lucha entre el poder de la Iglesia y el de la monarquía , entre el absolutismo del rey y el absolutismo del Papa. Ante la desobediencia de Felipe IV que se negaba a retirar los impuestos sobre el clero, el Papa iba a responder con la excomunión, lo que significaba que sus súbditos quedaban liberados a partir de aquel momento de obedecer al monarca francés, pero Felipe IV se adelantó a los acontecimientos y mando a la localidad italiana de Anagni, donde se hallaba el papa, a tropas francesas dirigidas por su canciller Guillaume de Nogaret (1260-1314)  quién le haría cautivo en septiembre de 1303  después de haberle abofeteado, por lo que sería conocido como el ultraje o la Bofetada de Anagni. Fue tal el golpe moral que sufrió Bonifacio VIII por este hecho, que aunque poco después fue liberado por la presión popular, apenas sobrevivió un mes.

Escena que representa el momento en que  el Gran Maestre de la Orden del Temple Jacques de Molay moría en compañía de otros dos caballeros templarios en la hoguera en París el 18 de marzo de 1314, siete años después de que el rey francés Felipe IV el Hermoso urdiera una acusación contra la Orden posiblemente con el objetivo oculto de hacerse con sus riquezas , pues los templarios eran los auténticos tesoreros del reino francés. Desde aquel momento existió la creencia de que el gran maestre lanzó una maldición contra el papa y contra el rey y todos sus descendientes . Sus palabras habrían sido " "Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir." "Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año...".  Leyenda o no ,lo que si sabemos es que el papa Clemente V que había dado su autorización para la disolución de la Orden del Temple bajo presión del rey francés, moriría  el 20 de abril de 1314, apenas 32 días después de la muerte en la hoguera de Molay, mientras que Felipe IV el Hermoso moría el 29 de noviembre de ese mismo año en un accidente de caza . Los tres hijos de Felipe IV, que le sucedieron en los catorce años siguientes morirían prematuramente y sin dejar descendencia masculina, por lo que la dinastía de los Capeto que gobernaba Francia desde 987 se extinguía. Indirectamente esta fue la causa que daría origen a la Guerra de los Cien Años que transformaría la sociedad feudal  (imagen procedente de http://osmtj-venezuela.blogspot.com )

Este acontecimiento  supuso el final de las pretensiones papales al poder soberano sobre las monarquías europeas y el fortalecimiento del poder de los reyes. Felipe IV centraría sus preocupaciones en sanear las finanzas del reino para lo que ordenó la expulsión de los judíos en 1305, con lo que por un lado lograba evitar el pago de los créditos que estos habían concedido a la corona y por otro lado se apoderaba de su dinero y propiedades. Pero no contento con eso , urdiría una acusación contra la Orden de los Templarios , los auténticos tesoreros del reino, a los que en 1307 se les abrió una causa por herejía que concluiría con la disolución de la orden , el encarcelamiento de muchos de sus miembros y la muerte en la hoguera en 1313 de su gran maestre, Jacques de Molay(hacia 1240-1314). Además, Felipe IV también siguió una estrategia política de alianza con Inglaterra, casando a su hermana Margarita de Francia (1282-1317) con el rey de Inglaterra Eduardo I (1239-1307) y a su hija Isabel de Francia(1292-1358), con el hijo del rey inglés, el futuro Eduardo II (1284-1327). De este último matrimonio nacería el futuro rey de Inglaterra Eduardo III, hijo de una princesa francesa y de un rey inglés , lo que tendría una importancia crucial en los futuros acontecimientos que iban a desarrollarse. Cuando Felipe IV el Hermoso fallece en 1314 víctima de un accidente de caza ,había logrado crear una monarquía absolutista , donde los nobles habían perdido poder a favor del rey e iniciando el principio del fin del feudalismo. El rey dejaba de ser un "primus inter pares" para convertirse en el señor de todos.

Pero tras la muerte de Felipe IV el Hermoso se sucederán los de sus tres hijos . Primero Luis X de Francia (1289-1316), que apenas reinaría dos años de 1314 a 1316 en los que le dio tiempo a readmitir a los judíos en Francia y a liberar a los siervos. Murió de forma repentina en 1316, , una muerte que estuvo rodeada de rumores de envenenamiento . Le tenía que suceder su hijo, nacido el 15 de noviembre de ese mismo año pero murió  el 19 de ese mismo mes, apenas con cinco días de vida. Se le conocería como Juan I el Póstumo. Le sucede otro de los hijos de Felipe IV, Felipe V (1292-1322) y como podéis ver por la fecha de fallecimiento apenas estuvo seis años en el trono pasando el último medio año afectado por disentería y fiebre . Cuando muere en 1322 no dejaba descendientes y la corona pasa a la cabeza del último de los hijos varones supervivientes de Felipe IV, el rey Carlos IV llamado el Hermoso(1294-1328) que también tendría un breve reinado de seis años. A su muerte Carlos IV no dejaba ningún heredero varón,aunque su esposa, la reina Juana de Evreux(1310-1371) , se encontraba embarazada , por lo que el reino quedó bajo la regencia de Felipe de Valois que era primo de los hijos de Felipe IV. Pero Juana tuvo una niña que no tenía derecho al trono en virtud de la Ley Sálica que había entrado en vigor en 1316 después de la muerte de Juan I Póstumo, que  prohibía que la corona fuese heredada por una mujer. Con la muerte de Carlos IV el Hermoso terminaba con él la dinastía de los capetos

File:Retour d Isabelle de France en Angleterre.jpg
Representación medieval que recoge el momento de la llegada de la princesa Isabel de Francia a Inglaterra para casarse con el heredero al trono inglés, el futuro rey Eduardo II. Hija de Felipe IV el Hermos, de su relación con Eduardo II nacerían cuatro hijos, siendo el primogénito Eduardo nacido en 1314 . Su padre , que subió al trono en 1307, era un monarca débil y con poca capacidad resolutiva que no supo hacer frente a las rebeliones de la nobleza y concedió nuevos poderes al Parlamento inglés. Era manifiesta su homosexualidad y los favores que concedía a su amante Hugo Despenser(1286-1326) al que detestaba la reina Isabel, que por su carácter decidido y enérgico era conocida por el pueblo como "La loba de Francia". Ella también tuvo amantes, y aliada con uno de ellos, Roger Mortimer (1287-1330), y con el apoyo del Papa y de su hermano Carlos IV el Hermoso , encabezó una invasión de Francia que derrocó al rey Eduardo II y puso en el trono a su hijo Eduardo III. El anterior rey fue encarcelado y asesinado por orden de Isabel que , a continuación, después de la muerte de su hermano Carlos IV,  reclamaría el trono de Francia para su hijo Eduardo, ya rey de Inglaterra con el nombre de Eduardo III, pues consideraba que solo a él le correspondía, ya que era nieto de Felipe IV. Pero los franceses ya habían elegido a Felipe VI de Valois. La tensión entre ambos reinos estallaría en 1337 dando comienzo a la Guerra de los Cien años (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org )
 
Felipe de Valois(1293-1350)  fue coronado ese mismo año como nuevo rey de Francia con el nombre de Felipe VI de Valois, que inauguraba una nueva dinastía, los Valois,  sin tener en consideración las pretensiones al trono del joven rey inglés, Eduardo III de Inglaterra (1312-1377), que , como ya vimos, era hijo de Isabel de Francia que, a su vez, era hija de Felipe IV el Hermoso, por lo tanto era nieto de un rey de Francia y  podía considerarse un Capeto. La situación entre ambos es cada vez más tensa y en 1337 el rey francés invade el territorio de la Guyena que Inglaterra poseía en suelo francés, después de que el rey inglés diera refugio en su corte a u noble rebelde, Roberto de Artois(1287-1342).  De esta forma se iniciaban las hostilidades entre Francia e Inglaterra que iban a prolongarse hasta 1454. En 1346 Inglaterra iba a obtener una gran victoria en la batalla de Crécy, donde no más de diez mil ingleses derrotaron a un ejército francés que oscilaba entre los 24.000 y los 33.000 hombres, según los historiadores que se consulten, y donde sufrió un duro golpe la orgullosa caballería francesa a manos de los arqueros ingleses, lo que para muchos historiadores supuso el inicio de la decadencia de la caballería medieval. Pero apenas un año después de esta batalla otro acontecimiento dejaría en un segundo plano la guerra. Unos barcos mercantes de la ciudad de Génova llegaban al puerto siciliano de Messina con varios cadáveres y marineros enfermos procedentes de las factorías que la ciudad tenía en la península de Crimea.

Escribe la historiadora norteamericana Barbara Tuchman (1912-1989) en su magnífica obra "Un espejo lejano" que me servirá de guía para terminar esta primera parte y continuar mañana con la Jacquerie,  que "Los marineros enfermos mostraban extrañas hinchazones negras del tamaño de un huevo o una manzana en las axilas e ingles, de las cuales brotaba sangre y pus. La dolencia se diseminaba en forma de ampollas y manchas oscuras  epidérmicas debidas a los derrames internos. Tras crueles dolores , fallecían a los cinco días de haberse manifestado los primeros síntomas. Aparecieron otros síntomas distintos al propagarse la enfermedad : fiebre continua y expectoración sanguinolenta,. Las víctimas tosían , transpiraban copiosamente  y morían antes, a los tres días o menos , y en ocasiones a las veinticuatro horas . Hedía cuanto salía del cuerpo: aliento, sudor, sangre de las bubas y pulmones , y orina y excrementos acompañaban los indicios corporales" Lo que Tuchman nos describe es el comienzo de la conocida como Peste Negra,  que comenzó a propagarse en 1347 , a Francia llegó en enero de 1348 al puerto de Marsella y desde allí se extendería por toda Francia , llegando a París en junio de ese año al mismo tiempo que se extendía por Italia  y desde allí en el verano de 1348 pasó a Suiza y Hungría, mientras que también cruzaba el contagio el Canal de la Mancha y se difundía por Inglaterra. En 1349 siguió su avance desde Inglaterra hasta Escocia e Irlanda , mientras que en el continente se difundía por Flandes, los Países Bajos, Dinamarca, Suecia , Noruega, Prusia, Islandia e incluso Groenlandia.

DOCUMENTAL  "LA PESTE NEGRA" DEL CANAL DE HISTORIA  

Es un documental largo pero si queréis haceros una idea aún más concreta de lo que significó la Peste Negra para la historia de la Europa medieval y las consecuencias que tuvo, este documental es muy detallado y creo que os interesará . Europa no sería la misma después de aquellos cinco años en los que el continente quedó arrasado y las estructuras de la vieja sociedad feudal comenzaban a dar muestras de agotamiento. El documental no se limita a recorrer los años de la peste negra del siglo XIV sino que hace un recorrido a lo largo de los cuatrocientos años en los que cíclicamente recorría Europa





Para  1350 la peste negra asolaba toda Europa con cifras de mortalidad que hacían creer a muchos que se encontraban a las puertas del fin del mundo. En París en 1349 morían ochocientas personas cada día , en Viena entre quinientas y seiscientas , Florencia perdió a un 75% de sus habitantes , Venecia , Hamburgo o Bremen siguieron sus pasos. Un cronista de la ciudad de Siena llamado Agnolo di Tura relataba como en Siena, que perdería a la mitad de su población, "El padre abandonó al hijo, la esposa al marido y el hermano al hermano , pues la plaga parecía herir mediante el aliento y la mirada. Y así perecieron.  Y no se encontró a alguien dispuesto a sepultar a los muertos por dinero o amistad. Y yo , Agnolo di Tura , llamado el Gordo, enterré a mis cinco hijos con mis propias manos, y lo mismo hicieron muchos otros." Escenas como esta se repetían por toda Europa . Otro cronista, el inglés Henry Knighton, citado por Tuchman en su obra  al igual que Agnolo, relata que  en los campos y ciudades de Inglaterra "quedaban tan pocos sirvientes  y trabajadores, que nadie sabía a quién recurrir en busca de ayuda" y otro cronista alemán cuenta como en las tierras del Danubio "los hombres y mujeres vagaban como si estuvieran locos y nadie se sentía inclinado a preocuparse por el futuro" La muerte masiva de campesinos hizo que los campos quedaran en muchos lugares abandonados y las cosechas se pudrieron sin que nadie las recogiera . Hoy sabemos que los culpables de la transmisión de la enfermedad eran las pulgas y las ratas  portadoras de la yersina pestis , el bacilo al que la mayoría de investigadores consideran culpable de la enfermedad.

El cronista francés Jean Froissart(1337-1404) , una de las principales fuentes para obtener información de los tiempos de la Guerra de los Cien Años, escribió que  en aquellos años "Murió un tercio del mundo" No sabemos las cifras exactas de la mortalidad causada por la Peste Negra, pero hay un acuerdo general entre los historiadores para considerar que sería una cifra muy próxima a un tercio del total de la población de Europa en aquel momento, unos veinte millones de muertos. Una ciudad como París pasó de tener 350.000 habitantes a comienzos del siglo XIV a no superar los 75.000 después de ser arrasada por la peste negra. Sin duda la malnutrición de amplios sectores de la población hizo que la peste se cebara con los más pobres, aunque también afecto a las clases altas, como lo demuestra la muerte en 1350 del rey de Castilla Alfonso XI(1311-1350), que por otro lado fue el único monarca que murió como consecuencia de la peste. El cronista escocés John de Fordun escribe  que la peste negra se cebó "sobre todo en los ínfimos y a la plebe, rara vez a los magnates". Esta claro que la pobreza, la mala alimentación y la falta de higiene eran elementos que convertían a los siervos y los más pobres en víctimas propiciatorias de la peste. Pero la epidemia iba a tener otras consecuencias insospechadas, pues la elevada mortalidad vació los campos de trabajadores e hizo que los superviviente pudieran exigir salarios mucho más elevados , facilitó la movilidad geográfica, pues la necesidad de mano de obra permitió que abandonaran sus tierras de siempre para ir a donde les pagaban más y además , al haber menos bocas que alimentar también aumentaron los recursos disponibles. Los lazos que unían a los señores feudales con sus vasallos se debilitaban y con él toda la estructura de la sociedad medieval. Se anunciaban cambios y los cambios producen crisis y revoluciones, pero eso lo veremos mañana en la segunda parte de esta historia.
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