miércoles, 29 de marzo de 2017

DE GALERAS Y GALEOTES, EL COMBUSTIBLE HUMANO (SEGUNDA PARTE)

"Mandamos a nuestros Alcaldes del Crimen que residen en nuestras Audiencias, y  a los Justicias de nuestros reinos que  cuando detuvieren presos por delitos que deban ser condenados a penas corporales, cortar pie o mano, o destierro perpetuo u otras penas semejantes, las conmutéis  mandando que sirven en galeras por el tiempo que os pareciera, con tanto que no sea menos de por dos años , porque las condenas que sean de un año o de medio año son infructuosas porque sólo a partir de un año en adelante son útiles los remeros" Este es un extracto  con lenguaje que me he permitido actualizar y resumir para hacerlo más legible para el lector de nuestros días, de la Pragmática del 31 de enero de 1530 dictada por el emperador Carlos V (1500-1558) donde por primera vez se regulaba la pena de galeras permitiendo que a los prisioneros  detenidos por otros delitos que implicaban castigos corporales o el destierro , les fueran conmutadas estas penas a cambio de convertirse en remeros de las galeras, es decir, en galeotes, por un tiempo que no debía ser inferior a los dos años , pues se estimaba que sólo después de estar ejerciendo como galeote  se disponía de la destreza precisa para ser eficaz como remero, aunque si bien no se establecía un tiempo máximo para la pena  se consideraba que estas no debían superar  los diez años.  En la primera parte ya os hablé de los galeotes , protagonistas del capítulo XXII de la primera parte de "Don Quijote de la Mancha", cuando el hidalgo manchego procede a liberar a aquellos hombres de su  triste destino aunque luego se lo pagarán a pedradas. También nos situamos en el marco geográfico , el Mar Mediterráneo, y el histórico , el siglo XVI  en el que se desarrolla  la rivalidad entre las dos grandes potencias  del momento, al este el Imperio Otomano dirigido por el sultán Solimán I el Magnífico (1494-1566), y al oeste la España gobernada por Carlos V (1500-1558), que también era emperador del Sacro Imperio Románico Germánico. El Mediterráneo se convirtió en uno de los escenarios  donde se dirimió esta lucha entre ambos gobernantes para obtener la hegemonía en Europa. 







Maqueta de la galera que utilizó el corsario Jeireddín Barbarroja (1475-1546) durante los años 1543 y 1544 durante un periplo que le llevó por Francia e Italia , conservado en el Museo Naval de Estambul. En la lucha por el control del Mediterráneo que sostenían el sultán Solimán el Magnífico y el emperador Carlos V, el sultán encontró un aliado en el rey de Francia Francisco I (1494-1547), que estaba en guerra con Carlos V  y, como dice la sabiduría popular, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. La alianza entre un rey cristiano y el sultán otomano conmocionó a Europa, pero todavía causó más zozobra cuando  el rey francés invitó a Jeireddín Barbarroja a unir su flota con la francesa para atacar la ciudad de Niza, hoy francesa pero entonces vasalla de Carlos V. Así lo hicieron en el invierno de 1543  y la gran flota otomana de Barbarroja, que sumaba alrededor de treinta mil hombres, estuvo fondeada aquel invierno en el puerto francés de Tolón .  Escribe el historiador británico Roger Crowley (1951) en su obra  "Imperios del mar"  que durante aquel invierno de 1543  Tolón parecía una ciudad otomana
"La catedral se convirtió en mezquita y sus tumbas fueron profanadas. Se impuso la moneda otomana y la llamada del muecín sonaba en la ciudad cinco veces al día"
En un determinado momento, Barbarroja traicionó la alianza, secuestró a la armada francesa fondeada en Tolón y exigió un rescate . Sólo cuando se hizo efectivo el pago del rescate, la flota otomana abandonó el puerto y puso rumbo a Estambul, pero por el camino asoló la costa de Italia. Crowley, a modo de ejemplo, nos relata  la suerte que corrieron los habitantes de la isla de Lipari , frente a la costa de Sicilia
"Los habitantes de Lipari, avisados de la llegada de la flota, reforzaron sus defensas  y se retiraron a su bien pertrechada fortaleza. Jeireddín desembarcó cinco mil hombres y dieciséis cañones  e inició el asedio. Mientras el corsario bombardeaba , los defensores trataron de negociar y le ofrecieron 15.000 ducados. Jeireddín exigió  30.000 ducados y 400 niños. Al final creyeron que habían llegado a un trato y le entregaron las llaves del castillo.  Pero Jeireddín  los tomó a todos por esclavos . excepto a los más ricos, que pagaron cuantiosos rescates. A la gente ordinaria se le ordenó que desfilaran delante de Jeireddín. Los viejos e inútiles fuero golpeados con bastones  y puestos en libertad. El resto fueron encadenados  y enviados a las galeras. Unos pocos de los más ancianos encontraron refugio en la catedral . Los corsarios los prendieron , los desnudaron y los abrieron en canal cuando todavía estaban vivos"
No es de extrañar  que sólo escuchar el nombre de Barbarroja despertara el terror entre las poblaciones costeras
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )            







Pero también conocimos a dos hermanos corsarios que se convertirían en el terror de las rutas marítimas y las zonas costeras del Mediterráneo Occidental, los hermanos   Aruj (hacia 1473-1518) e Hizir (1475-1546),  este último más conocidos por el nombre  que le dieron los europeos, Jeireddín Barbarroja , por el rojizo color de sus barbas.  Atacaban las ciudades costeras en España e Italia, asaltaban las rutas marítimas  y capturaban miles de esclavos que luego eran llevados  a Argel, la capital de éste estado corsario situado en la costa de la actual Argelia, al tiempo que amenazaban constantemente las plazas fuertes españolas en el Norte de África. Aunque signifique apartarme un poco de los protagonistas de esta historia, que son las galeras y el motor humano que las impulsaba, los galeotes, quería referirme a un episodio  que nos permitirá conocer un poco mejor  como era el destino que les esperaba a aquellos miles de hombres y mujeres capturados por los corsarios berberiscos en sus incursiones por las costas españolas e italianas y llevados luego a Argel para empezar una nueva existencia como esclavos o bien, aquellos que tenían familias con recursos económicos, esperando el pago de un rescate para ser liberados. El protagonista de ese episodio sería el mismo hombre que treinta años después escribiría la primera parte de "Don Quijote de la Mancha" , Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616).El 20 de septiembre de 1575 zarpaban cuatro galeras del puerto de Nápoles. A bordo de una de ellas , "La Sol",  viajaba Cervantes que regresaba a España después de licenciarse del ejército y que tenía entre las páginas más brillantes de su historial militar  su participación en la última gran batalla de galeras que se desarrollaría en el Mediterráneo, la batalla de Lepanto, librada entre las flotas cristiana y otomana el 7 de octubre de 1571, con victoria cristiana. Durante la batalla había sido herido por tres arcabuzazos, dos que le alcanzaron el pecho y un tercero la mano izquierda que quedaría inutilizada, por lo que luego llegaría a ser conocido como el Manco de Lepanto. Aquella victoria sobre la flota otomana, si no decisiva, al menos si tuvo una cierta importancia moral porque, como escribiría después Cervantes  "se desengañó  el mundo y todas las naciones  del error en que estaban , creyendo que los turcos eran invencibles  por la mar; en aquel día quedó el orgullo y la soberbia otomana quebrantada"







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"La Batalla de Lepanto" del pintor español   Antonio de Brugada (1804-1863) donde podemos ver a dos galeras en pleno combate. Como las galeras sólo disponían de unos pocos cañones (entre cinco y seis) en la proa , su forma de combatir no era mediante duelos de artillería sino abordajes  en los que los hombres luchaban como si fuera un combate en tierra . Roger Crowley nos introduce en el caos del combate en ésta vívida descripción de un momento de la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571 que enfrentó a la flota otomana y a la Liga Santa cristiana
"Una tormenta letal de arcabucería y flechas que parecía que el mar estuviera en llamas por los resplandores y continuos incendios que creaban las trompetas y los pucheros de fuego y otras armas. Tres galeras enfrentadas a cuatro, cuatro contra seis y seis contra una, tanto cristianas como enemigos, y todo el mundo luchaba de la forma más cruel  para arrebatarle la vida al otro. Y ya muchos turcos y cristianos habían abordado las galeras del enemigo y luchaban cuerpo a cuerpo con armas cortas, quedando pocos vivos. Y la muerte llegaba sin fin desde espadones, cimitarras, mazas de hierro, dagas, hachas, espadas, flechas , arcabuces y armas incendiarias. Y además de los muertos de diversa forma, otros que escapaban de las armas se ahogaban lanzándose al mar, que estaba espeso y rojo por la sangre"  
En momentos así , en ocasiones los galeotes eran liberados para que ayudaran en el combate prometiéndoles a cambio la libertad. Otros permanecían encadenados y su destino estaba unido al de la galera, si ésta se hundían ellos se hundirían con ella , encadenados a sus bancos de remo    
(Imagen procedente de https://es.wikipedia.org )








Casi cuatro años más tarde nos encontramos con él a bordo de la galera "El Sol" de regreso a España  después de licenciarse  del ejército y con la esperanza de labrarse un nuevo futuro en Madrid. Pero dos tormentas sorprendieron al pequeño grupo de galeras, y "La Sol" se separó de las otras .Fue avistada por una flota berberisca  que la capturó  y después de saquearla , hicieron subir a todos los tripulantes de "La Sol" a las galeras berberiscas  y pusieron rumbo a Argel . En una de las obras de Cervantes inspiradas en sus experiencias en Argel, "El trato de Argel" , publicada hacia 1582,  escribe estos versos que recrean la impresión que le causó contemplar la capital de los corsarios berberiscos  "Cuando llegue cautivo y vi esta tierra  tan nombrada en el mundo, que en su seno tantos piratas cubre, acoge y cierra, no pude el llanto detener " En  la biografía  "Las vidas de Cervantes" del escritor español Andrés Trapiello (1953) nos cuenta que entonces Argel  era "una ciudad más poblada  que Roma o Palermo , que tenía más de cien mil habitantes, de los que veinticinco mil eran esclavos" y el origen de su prosperidad residía  en el "productivo y descomunal negocio que era el apresamiento  de viajeros e infelices habitantes de las costas que iban con ellos en calidad de cautivos. Contaban para ello con una flota de  una treintena de galeras  rápidas y manejables  con la que saqueaban  por cientos costas y naves cristianas, apresando a miles de desdichados cuyos rescates , así como las ganancias de las mercancías robadas, colocaban a la ciudad  en situación de ser una de las más prósperas  de todo el Mediterráneo" En el Quijote Cervantes intercalará  el relato del Cautivo, un hombre que no es otro que el propio Cervantes, que narra su estancia en Argel como cautivo cristiano de los corsarios berberiscos.  "Yo estaba encerrado en una prisión o casa que los turcos llaman Baño, donde encierran a los cautivos cristianos. Pusiéronme una cadena,más por señal  de rescate que por  guardarme con ella .Y aunque la hambre y la desnudez pudieran fatigarnos a veces , y aun casi siempre, ninguna cosa nos fatigaba tanto como oír y ver a cada paso las jamás vistas ni oídas  crueldades  que mi amo usaba contra los cristianos. Cada día ahorcaba  el suyo, empalaba a éste, desorejaba a aquél. Los turcos conocían  que lo hacía no más de por hacerlos , y por ser natural condición suya  ser homicida de todo el género humano"





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Litografía  que recrea el cautiverio de Miguel de Cervantes después de que fuera capturado en septiembre de 1575 por corsarios de Argel . Permanecería cautivo durante cinco años  hasta su liberación en septiembre de 1580, y durante ese tiempo trataría de escaparse hasta en cuatro ocasiones y eso que las condiciones en las que se desarrolló su cautiverio fueron más benignas al creer sus captores que pertenecía a una familia de mayor poder económico del que realmente tenía. Aquellos que procedían de familias pobres o sin recursos para pagar rescates, eran vendidos al llegar como esclavos al mejor postor y muchos terminarían sus vidas remando en las galeras otomanas como galeotes    
(Imagen procedente de http://www.20minutos.es )







Nos advierte  Trapiello que esta descripción  parece exagerar las malas condiciones del cautiverio de los cristiano  pues "no era infrecuente que los cautivos gozaran dentro de la ciudad de relativa libertad de movimientos , incluso de culto, y celebraran sus misas en los baños y dependencias del zoco"  De todas formas  en mejores o peores condiciones estaban  cautivos , privados de la libertad y Cervantes permanecería así por espacio de cinco años, pero dentro de su condición era un privilegiado porque sus captores esperaban obtener un rescate por él y por ello lo trataban con mayor miramiento. Muy diferente era el destino de aquellos que carecían de medios económicos y de los que no se esperaba obtener ningún rescate. El historiador británico Roger Crowley(1951) en su obra  "Imperios del mar" escribe acerca de las vidas de los más pobres durante su cautiverio "transportaban piedra, cortaban madera, minaban sal, construían palacios y fuertes o , la peor opción, remaban en las galeras que las enfermedades , los golpes y la malnutrición acababan con ellos" Si Cervantes hubiera tenido este último destino nunca habría regresado a  España ni escrito el Quijote.  Y estoy escribiendo de los corsarios berberiscos, pero también los cristianos esclavizaban y empleaban como galeotes , destacando entre ellos los Caballeros de la Orden de Malta,  , de los que Crowley escribe que " fuero esclavistas implacables,. Desde Malta, con su pequeño contingente de galeras fuertemente armadas , los caballeros  regresaron a sus  viejos cotos de caza en el Egeo y perturbaron las rutas marítimas  entre Egipto y Estambul" Y no sólo actuaban contra los musulmanes, algunos de ellos mostraban la falta de escrúpulos característica de los piratas y atacaban también a las poblaciones cristianas. Roger Crowley nos cuenta a modo de ejemplo una de las acciones de uno de estos caballeros, relatado por el religioso francés  Jérôme Maurand , que en sus viajes llegó a la isla veneciana de Tinos que acababa de ser visitada por una galera de los caballeros de Malta.  Escribe Maurand que  los habitantes de Tinos lo habían recibido "como amigos y cristianos " Pero un día por la mañana, cuando los hombres se habían ido a trabajar "este caballero y sus hombres ,viendo que sólo quedaban unos pocos hombres en el castillo, los mataron, saquearon el castillo y se llevaron a las mujeres, niños y niñas como esclavos"







Grabado de una galera de los Caballeros de la Orden de Malta  realizado por el matemático y arquitecto alemán  Joseph Furttenbach (1591-1667).  Con ellas acosaron continuamente a las naves turcas, pero también practicaron la piratería con los cristianos  como acabamos de ver en el texto del artículo . Cada año miles de personas eran capturadas por unos o por otros y convertidas en esclavos y se daban escenas que parecen salidas de una pesadilla. Escribe Roger Crowley que
"En el verano de 1544  Barbarroja tomó seis mil cautivos  d las costas de Italia y de los mares colindantes. En su regreso los barcos de su flota estaban tan peligrosamente sobrecargados de aquel cargamento humano  que las tripulaciones  lanzaron a cientos de los cautivos más débiles por la borda"    
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org)









Vivir a orillas del Mediterráneo era  en el siglo XVI algo muy peligroso, como nos explica de nuevo Crowley en su libro "a mediados del siglo XVI el Mediterráneo era un mar de desapariciones en el que personas que trabajaban en las zonas costeras  simplemente se desvanecían: el pescador  solitario que partía en su barco, un pastor con su ganado en la orilla, los jornaleros que recogían maíz o atendían las viñas , los marineros que operaban un pequeño mercante ...desaparecían. Una vez prendidos  podían llegar al mercado de esclavos de Argel en sólo un par de días , o verse sometidos a un largo crucero si los corsarios buscaban más presas. Aquellos que enfermaban o morían en ruta eran arrojados por la borda"  Estas incursiones causaban un gran terror entre las poblaciones costeras y quienes sufrían o eran testigos de uno de estos ataques lo registraban en sus cerebros como una terrible pesadilla. Cita Crowley el testimonio de uno de estos hombres , el francés Du Chastelet, que escribió recordando el momento en que fue hecho prisionero por corsarios berberiscos   "Vi que se acercaba un gran moro con las mangas arremangadas hasta los hombros , sosteniendo un sable en su enorme mano de cuatro dedos; me quedé sin palabras. Y la fealdad de su rostro de carbón, animado por dos ojos de marfil , que se movían horrorosamente , me aterrorizó  mucho más que a los primeros humanos ver la espada flamígera en la puerta del Edén" Ni siquiera los muertos se libraban de estas incursiones, pues los saqueos de iglesias y cementerios, profanando sus tumbas, era una práctica habitual en los ataques  corsarios.  Y  en todos estos episodios que convertían al Mediterráneo en un mar peligroso e inseguro , tanto en las batallas como en las expediciones corsarias  había una reina indiscutible, tanto en uno como en otro bando, la galera, y en su interior la desventurada fuerza humana que las impulsaba, los galeotes. . Hora es ya que os hable sobre ellas y sobre la vida de aquellos hombres ocultos en la lóbrega oscuridad  de su interior. 






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Aquí vemos el esquema de una quinquerreme ,  una evolución de las birremes y trirremes griegas que también serían utilizadas por los cartagineses y luego adoptadas por los romanos. Y no serían las más grandes, también se mencionan  Hexarremes, que contaban con seis filas de remeros  y los Heptere o Septirremes , con siete filas de remeros. Son consideradas las antecedentes directas de las galeras medievales que combinaban remo y vela , y que solían ser trirremes, es decir, con tres remeros por banco , cada uno de ellos en diferente posición y manejando cada uno su propio remo. Esta disposición cambiaría en el siglo XVI como veremos más adelante.  
(Imagen procedente de http://www.culturaclasica.com/ )






Recordemos la definición que nos ofrecía el Diccionario de la Lengua Española de la palabra galera , de la que nos dice que es una "embarcación de vela y remo, la más larga de quilla y que calaba menos agua entre las de vela latina"  Según esta definición de la galera como embarcación de vela y remo podemos rastrear sus orígenes hasta  la antigua Grecia, donde encontramos las primeras naves de guerra con un diseño que nos recordarán a las galeras medievales y a las que dominarán el Mediterráneo en el siglo XVI. Una de las más antiguas es la llamada Pentecóntera ,que tenía unos 35 metros de eslora (longitud del barco) y 5 metros de manga (ancho de la nave). Como las futuras galeras podía navegar por el impulso de una vela o por la fuerza de sus cincuenta remos . La Pentecóntera  tenía una hermana pequeña, la triacóntera, impulsada por treinta remeros, quince a cada lado. Estas naves evolucionan ya en el siglo VIII a. C hacia las birremes , llamadas así porque incorporaban una segunda hilera de remos a cada lado  y parece que sus diseñadores fueron los fenicios , un pueblo de comerciantes y navegantes que se hallaba establecido aproximadamente en lo que hoy es el Líbano. Podían tener hasta un centenar de remeros. Pero la evolución no se detuvo y  en algún momento entre el siglo VIII a. C y el siglo VII a. C apareció la trirreme , que añadía una nueva hilera de remeros . Y así seguiría evolucionando y ya en la época de Alejandro Magno (356-323 a. C) encontramos en las flotas griegas  cuatrirremes (cuatro hileras de remos) , quinquerremes  (cinco hileras de remos) y hubo casos excepcionales de lo que se podría calificar  de gigantismo naval , destacando la nave encargada por el faraón egipcio Ptolomeo IV Filopator (fecha desconocida -203 a.C), el Tessarakonteres,  que de creer las crónicas como las del retórico y gramático griego Ateneo de Náucratis (siglo II d. C) habría tenido la increíble cifra de cuarenta bancos de remeros  "Filopator - escribe Ateneo -  dio al barco de 40 bancos que construyó una eslora de 124 metros (en el original en codos pero os lo pongo directamente calculado en metros)  y 16 metros de manda, asó como una altura de 21 metros  hasta el adorno de proa. Tenía dos proas y dos popas y poseía siete espolones. Durante un crucero de prueba llevó a 4000 remeros y 400 hombres para las maniobras; en el puente, 2850 infantes de marinas y , además, bajo los bancos, mano de obra complementaria y una gran cantidad de alimentos"   






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Recreación artística  del Tessarakonteres que según el gramático griego Ateneo de Náucratis o el biógrafo e historiador griego Plutarco (hacia 46-120)  habría sido construido por orden del faraón Ptolomeo IV Filopator (fecha desconocida - 203 a. C) el cual , por sus colosales dimensiones, habría tenido una tripulación de 400 hombres y era movido por la fuerza de 4000 remeros . La única referencia que tenemos de su existencia real son los relatos de Ateneo y Plutarco, , pero de ser cierta su existencia sería la nave más grande de la Antigüedad
(Imagen procedente de http://www.labrujulaverde.com )






En realidad esta nave era más bien una demostración de poder del faraón que una nave hecha para tener un uso efectivo y cotidiano. Pero las quinquerremes, cuatrirremes y trirremes si eran habituales y todavía hoy se discute la distribución de un número tan elevado de remeros  para evitar que los remos tropezasen unos con otros. Lo que es seguro es que necesitaban de remeros experimentados y hábiles para coordinar adecuadamente el movimiento de tantos remos. Durante el Imperio Romano  encontramos igualmente birremes, trirremes y cuatrirremes , aunque el dominio absoluto de Roma del Mar Mediterráneo en los años dorados del Imperio , cuando recibía el nombre de "Mare Nostrum" o "Mar Nuestro", hizo que durante muchos años la actividad de la flota romana fuera reducida y limitada sobre todo a patrullas costeras, en labores que podríamos denominar de policiales  y también usadas para el transporte. Tras la definitiva desaparición del Imperio Romano de Occidente en 476 , sobreviviría la parte oriental del antiguo Imperio, a la que conocemos con el nombre de Imperio Bizantino  y que le sobreviviría diez siglos hasta su definitiva desaparición  en 1453 cuando su capital, Constantinopla, fue conquistada por el sultán otomano Mehmet II el Conquistador (1432-1481), como ya vimos en la primera parte. En la armada bizantina encontramos un barco de guerra que es otro de los antecedentes de la galera medieval, el  dromon,  una nave que  disponía de tres velas latinas (se llaman así a las velas de forma triangular) y que a su vez  era una birreme, es decir, disponía de dos filas de remeros a cada lado del barco . Su eslora oscilaba entre los 30 metros y los cincuenta metros y  tenía entre 5 y 7 metros de manga . En ese espacio podían llegar a convivir entre 150 y 200 hombres , muchos de ellos esclavos encargados de los remos, es decir, galeotes. En realidad  no hubo grandes avances en la navegación desde los birremes y trirremes griegos hasta el siglo XV , pues los barcos seguían combinando la fuerza de los remos con el impulso del viento en las velas. Será en el siglo XV cuando comienzan a navegar las carabelas , naves ligeras , dotadas de tres mástiles con velas latinas o redondas  que podrían navegar con rapidez sin necesidad de remar, lo que hacía que necesitaran menos tripulación y además dejaba mucho más espacio para el transporte de mercancías. 







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En la imagen tenéis una carabela, la nave que  sería utilizada por los exploradores portugueses y españoles  durante el siglo XV en sus viajes por el Océano Atlántico. El historiador  estadounidense Daniel Joseph Boorstin (1914-2004) escribe sobre ellas en su obra "Los Descubridores":
"Estos extraordinarios barcos , pese a ser pequeños , tenían la suficiente capacidad para transportar los pertrechos y provisiones de veinte hombres, que habitualmente dormían sobre la cubierta. La carabela desplazaba cincuenta toneladas, tenía alrededor  de veinte metros de largo y siete metros de ancho y llevaba dos o tres velas latinas"
Las velas latinas, que también llevaban las galeras, es la que podéis ver  en el dibujo sobre estas líneas  con forma triangular en el palo de mesana (el que esta más a la izquierda)  Como tenían poco calado las hacía adecuadas para explorar las costas sin alejarse demasiado de tierra, algo que tenían en común con las galeras,  e incluso podían remontar el curso de ríos caudalosos  , y al no ser muy pesadas era más sencillo llevarlas a tierra para ser reparadas , a lo que había que añadir una gran disposición para navegar contra el viento. En estas pequeñas naves, que hoy se podrían comparar a un pesquero no demasiado grande, los marineros se aventuraron en el siglo XV en el desconocido Océano Atlántico, el Océano Tenebroso como también era llamado en la Edad Media       
(Imagen procedente de http://lahistoriadelostransportes.blogspot.com.es )





Pero a pesar de sus ventajas sobre las galeras  pasará mucho tiempo antes de que éstas últimas dejen de utilizarse en el Mediterráneo. Pero vamos a detenernos en nuestras protagonistas, las galeras . El historiador español José Calvo Poyato  escribe en su artículo "Infierno a bordo" para la revista "Historia y vida" que  las galeras de comienzos del siglo XVI, la época que nos ocupa , "eran alargadas y estrechas. Medidas de 50 metros de eslora y  seis metros de manga eran habituales.  Su escaso calado  les permitía navegar muy cerca de la costa"  Como en la Antigua Grecia, las galeras iban armadas con  un espolón en su proa (parte delantera del barco) , situado casi en la línea de flotación de la nave y hecha habitualmente en bronce, con el que embestían a las naves enemigas buscando agujerear su casco con dicho espolón. Pero ya en el siglo XVI, con la introducción de la artillería, el espolón cae gradualmente en desuso  siendo sustituido por cañones. Debido a que en los costados de la nave estaban los remeros, sólo podían colocar un máximo de media docena de cañones en la proa del barco, una escasa potencia de fuego  lo que , como bien explica José Calvo Poyato, "las descartaba para un combate artillero y convertía el abordaje en la forma más habitual de lucha" Podían disponer de uno, dos o tres mástiles que llevaban aparejo de vela latina , aunque la disposición más habitual era de dos palos , el mayor y el trinquete, este último situado en la parte delantera de la galera . Pero , como ya sabemos,  su principal fuerza de impulso lo constituían sus remeros  que  se encontraban en bancos de boga situados a babor y estribor y separados un lado de otro por un pasillo central llamado crujía  que permitía ir caminando de proa a popa recorriendo toda la longitud de la galera . Lo podemos imaginar con la misma disposición que las espinas de un pescado, la gran espina central sería la crujía y las espinas más finas que salen de ella a cada lado los bancos de boga para los remeros,  dispuestos uno detrás de otro  en un número que oscilaba entre los veinte y los veintiséis bancos de boga a cada lado . Su ligereza , rapidez  y escaso calado hacia a las galeras ideales para la navegación costera  o de cabotaje  en las aguas del Mediterráneo y sobre todo en  la época estival cuando el oleaje era menor, pero no para la navegación en el Atlántico ,donde era reemplazada por naos y carabelas. 








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En estos dibujos vemos  la estructura de una galera , con la disposición de los bancos de boga  donde se sentaban los galeotes  a uno y otro lado de la nave, separados por la crujía, el pasillo que recorría la nave de proa a popa  donde se situaba el cómitre para vigilar y dirigir a los galeotes y castigarlos si fuera necesario. Vemos también los cañones de crujía, los cinco o seis cañones que se disponían en la proa de la galera, y la situación de la cabina del capitán en la popa  y también la posición del espalder, el remero que iba de espaldas a la popa de la galera  para mirar a los demás remeros y marcar el ritmo de la boga.  En cuanto a lo que indica "boga por cuarteles" se refiere a las distintas secciones en que estaban divididos los galeotes, que en circunstancias normales no remaban todos al mismo tiempo  sino que podía remar, por ejemplo, el cuartel de popa, mientras descansaban los demás en turnos de alrededor de hora y media por cada cuartel de boga .   Sobre ellas escribe Roger Crowley: 
"Estas embarcaciones frágiles, veloces y de borda baja eran las máquinas de guerra por antonomasia  en el Mediterráneo, adaptadas a las condiciones de este mar . Su escaso calado permitía vararlas fácilmente  en las playas para un desembarco. Podían acechar cerca de la costa para una emboscada y girar sobre su propio eje, dejando muy atrás a los inmanejables veleros, cuya capacidad de maniobra se veía limitada  por los imprevisibles vientos del mar. "
Pero también tenían sus inconvenientes
"La necesidad de abastecer continuamente de agua a los remeros las mantenía siempre atadas a la costa  como si fuera un cordón umbilical . Necesitaban atracar cada pocos días ya que no podían cargar demasiadas provisiones debido a la falta de espacio, lo que limitaba su radio de acción y sólo podían desplegarse en la estación adecuada: las tormentas del invierno  provocaban que los enfrentamientos  se suspendieran cada año entre octubre y abril"         
(Imagen procedente de https://historiadelderechomaritimo.wordpress.com/ )







Había otras embarcaciones parecidas a las galeras  como las galeotas, que eran como las galeras pero algo más pequeñas y con un menor número de remeros y también de cañones  de la que el Diccionario de la Lengua nos da ésta definición "Galera menor , de dos palos, que tenía dieciséis o veinte remos por banda y un sólo hombre a cada remo , y estaba provista de algunos cañones pequeños".  Similar a la galeota  tenemos a la Fustaque  eran parecidas en tamaño a las galeotas, llevaban una dotación de entre doce y dieciocho remeros y solían tener un solo mástil , que en las escuadras eran empleadas con frecuencia en misiones de exploración . Otra nave de la familia de las galeras era el bergantín que contaba con dos palos y usaba vela cuadrada y no latina  y contaba con entre diez a quince bancos de boga a cada lado. Y por último  la galeaza , que era la de mayor tamaño entre las embarcaciones de remo y vela , disponiendo de tres mástiles  y alcanzando hasta los 59 metros de eslora y treinta y  dos bancos de boga a cada lado. . Ahora que ya hemos visto  a grandes rasgos una galera, vamos a conocer a su tripulación , que  a comienzos del siglos XVI estaba formada  por  unos doscientos hombres entre tripulantes y remeros. Estaban gobernadas por un capitán que tenía bajo su mando al resto de la tripulación que se dividía en dos grandes grupos, la gente de cabo y la gente de remo.  Dentro de la gente de cabo  estaban los oficiales, los artilleros,  carpinteros,  escribanos, capellanes, barberos, ballesteros o cirujanos entre otros , además del cómitre que merece una mención aparte porque  era el más despreciado de los oficiales de la galera por los remeros o galeotes,  pues era el encargado de dirigir a los remeros . Recorría la crujía arriba y abajado utilizando un silbato para dar las órdenes  y una especie de fusta a la que daban el nombre de corbacho o rebenque, para golpear a aquellos que no obedecieran con la presteza necesaria. El escritor español Ángel Sánchez Crespo en un artículo sobre las galeras para la revista "La Aventura de la historia" subraya el aborrecimiento que los remeros sentían por  el cómitre  que "cuando una galera era apresada por el enemigo  se preguntaba a los galeotes  liberados cómo había sido el trato del cómitre , lo que solía terminar con el cómitre degollado, ahorcado , empalado o perdiendo nariz y orejas" 






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Una recreación artística  de una galera turca donde vemos al cómitre amenazando con el látigo a los galeotes para que boguen con más energía.  Sobre su importancia para el buen funcionamiento de la galera escribe  José Manuel Marchena  en su obra "La vida y los hombres de las galeras de España"
"El hombre clave para el gobierno de la nave y el castigo de la chusma. Al cómitre lo nombraba el capitán general de cada escuadra y formaba parte de la Junta que organizaba el capitán de galera. Dirigía la maniobra y propulsión de la galera y el gobierno y castigo de la chusma (los remeros o galeotes), además de cuidar las velas, remos y demás aparejos de la nave. Era el alma del barco "    
(Imagen procedente de http://www.historiareimilitaris.com )







 En cuanto a la gente de remo creo que ya os imagináis a quien se refiere. En efecto, como su nombre indica, se refiere  a los remeros. Y aquí distinguimos dos clases, por un lado los remeros voluntarios que cobraban una paga por su trabajo y que recibían el nombre de "buenas boyas", y por otro lado tenemos los remeros forzados , aquellos que eran enviados a las galeras a remar conmutándoles otras penas por las que estaban en prisión, y que serán llamados "galeotes". Hasta el siglo XVI  era habitual que cada banco de boga fuera ocupado por tres remeros, cada uno con su propio remo , un sistema denominado "a tercerol", pero a partir del siglo XVI  se adoptó un nuevo sistema en el que en cada banco de boga se disponían de cuatro a seis remeros  que movían al unísono un único , enorme y pesado remo, un sistema denominado "galocha" y que se mantendría vigente hasta el final de la época de las galeras en el siglo XVIII . De esta forma, nos explica José Calvo Poyato que "se reducía el número de remos , disminuyendo  la posibilidad de que se engancharan entre sí , aunque se reducía la velocidad de la galera y era necesaria  una mayor cantidad de hombres". Echemos cuentas. En una galera con , por ejemplo, veinticinco bancos de boga a dada lado, y con cuatro remeros en cada banco , necesitaríamos doscientos remeros. En la primera parte ya vimos que durante la Edad Media los remeros eran voluntarios quienes a cambio de un sueldo se dedicaban a remar en las galeras, y también hemos visto que se les daba el nombre de "buenas boyas". Pero  la dureza del trabajo y los bajos salarios  hizo que el número de voluntarios fuera cada vez menor mientras que con el nuevo sistema de remo  de la "galocha" eran necesarios un mayor número de remeros por galera, Para poder disponer de los  remeros necesarios comenzó a aplicarse la llamada "pena de galeras". El catedrático de Derecho   Luis Rodríguez Ramos en su artículo "La pena de galeras en la España Moderna", explica que la pena de galeras tiene sus orígenes en la Francia del siglo XV, cuando el comerciante francés Jacques Coeur (hacia 1395-1456), obtuvo en enero de 1443 el permiso del rey francés Carlos VII (1403-1461)  a obligar a vagabundos, y mendigos a servir como remeros en las galeras para paliar la escasez de remeros voluntarios. Aquellos pobres hombres eran los primeros galeotes







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Aunque no se ve muy bien aquí vemos la disposición de los galeotes en su banco de boga, en este caso cinco remeros. Veis que el primero por la izquierda recibe el nombre de bogavante. Era quien ya era experto en el arte de la boga, mientras que el resto de sus compañeros  se limitaban a aportar la fuerza bruta . Como sabemos, el conjunto de todos los galeotes eran llamados chusma.  En el caso de las galeras españolas escribe  José Manuel Marchena  en su obra "La vida y los hombres de las galeras de España" que "La edad media de los galeotes era de veintisiete años, habiendo poquísimos de menos de quince o de más de sesenta años ( en otras fuentes he leído que la edad mínima para ser galeote era de diecisiete años)  o de más de sesenta años. "
La dotación habitual de una galera oscilaba entre los cien y los ciento cincuenta  galeotes . Escribe el historiador José Calvo Poyato: 
"Estaban encadenados  con argollas de hierro que les producían terribles llagas soportaban el calor, el frío , la lluvia, el sol o el látigo del cómitre muchas veces desnudos y eso que al embarcar recibían por cuenta de la Corona dos camisas, dos pares de calzones, un capote , una almilla de paño basto colorado (la almilla era una especie de jubón )  un bonete también colorado y un par de zapatos" Los galeotes dormían encadenados a sus bancos de boga  a los que estaban encadenados
(Imagen procedente de https://labrujulazul.wordpress.com )









A las "buenas boyas", los hombres libres que remaban a cambio de un salario, y los galeotes, los hombres que purgaban las penas correspondientes a sus delitos remando en las galeras, había que sumar los esclavos berberiscos y otomanos capturados por las galeras cristianas en diferentes refriegas.  Buenas boyas, galeotes y esclavos, formaban la gente de remo que recibían también el nombre de "chusma" , una palabra que adquiriría con el tiempo un carácter peyorativo que recoge nuestro Diccionario de la Lengua, que define a la chusma como "conjunto de los galeotes que servían en las galeras reales" pero también  como "conjunto o multitud de gente grosera o vulgar" Ya  vimos como  en España se reguló por primera vez la pena de galeras en virtud de  la Pragmática del 31 de enero de 1530 dictada por el emperador Carlos V y la legislación fue evolucionando  con el tiempo . Por ejemplo, en la Pragmática de  1548 la pena de destierro era sustituida por la de galeras , "Y declaramos que la pena de destierro de cinco años a alguna isla  sea y se entienda para nuestras galeras"   y en la Pragmática de 1552  se establecía que "los ladrones que conforme a las leyes de nuestros reinos deben ser condenados a pena de azotes, de aquí en adelante la pena sea que sirvan cuatro años en nuestras galeras por la primera vez, siendo el ladrón mayor de veinte años, y por la segunda que le den cien azotes y sirva perpetuamente en las dichas galeras" Los únicos que no podían ser enviados a galeras era los clérigos, los miembros de la nobleza y aquellos que estuvieran demasiado enfermos para  poder remar o los menores de veinte años, aunque a partir de 1566 podían ir también los mayores de diecisiete años. Los motivos por los que un hombre podía terminar en galeras eran muy variados y algunos muy curiosos, como los que recoge historiador español  José Manuel Marchena Jiménez en su tesis doctoral "La vida y los hombres de las galeras de España" , entre los que destacan uno que fue condenado a galeras por "dar una bofetada en la procesión a mano abierta a uno", u otro cuyo delito fue "perder el respeto a su madre y a la justicia " , o este otro culpable de "forzar a mujeres casadas fingiéndose sus maridos" o  aquel condenado a galeras por "dar mala vida a su mujer, pretendiendo ahogarla debajo de los colchones de la cama". Según el trabajo de José Manuel Marchena Jiménez, el 40% de los galeotes  eran ladrones, seguidos de un 25%  culpables de asesinatos o agresiones físicas 










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En condiciones normales  una galera impulsada por los remos alcanzaba una velocidad de 3 nudos , alrededor de 1,8 kilómetros por hora  aunque en circunstancias especiales,   por ejemplo al  huir de otra nave, los galeotes podían incrementar su ritmo de boga hasta alcanzar los  seis o siete nudos de velocidad (12,9 kilómetros por hora) aunque  por un espacio de tiempo no superior a la media hora pues los galeotes no podían soportar ese ritmo de boga durante demasiado tiempo. Con ayuda de las velas la velocidad podía alcanzar los 10 nudos (18 kilómetros por hora) todo un logro teniendo en cuenta las entre 300 y 500 toneladas que podían pesar  las galeras . En el caso de las galeras españolas la mayoría de ellas eran construidas en las Atarazanas de Barcelona
(Imagen procedente http://regatas-activas.blogspot.com.es )








Los condenados a galeras eran concentrados  en una prisión hasta reunir el número suficiente para que fueran transportados hasta las galeras, pero Marchena establece tres problemas para que esto fuera efectivo: primero que se reuniera el número necesario, segundo que hubiera galeras que los reclamasen y tercero que hubiera dinero suficiente para realizar el traslado. Si los dos primeros no eran obstáculo alguno el último si lo era y a menudo sucedía que  no salían de prisión porque no había dinero para trasladarlos hasta las galeras. Y la principal responsable de esta concentración de prisioneros era la propia Administración que había creado la figura legal  del depósito, que según nos explica Ángel Sánchez Crespo , "obligaba al condenado en primera instancia  a ingresar en prisión  mientras se resolvían sus recursos" .En ocasiones en las prisiones  se hacinaban un número tan elevado de galeotes esperando ser trasladados que las condiciones de vida eran penosas  y , como señala Marchena, "causaban a veces más muertes estos penosos lugares que las propias galeras" Por si fuera poco,  los prisioneros tenían que correr con los gastos de su manutención durante el tiempo que permanecieran en la prisión . Cuando por fin  se decidía su transporte a las galeras comenzaba otro episodio penoso que nos describe Marchena "los galeotes eran conducidos por caminos, a pie o en carro , hacia el lugar de embarque , herrados con grilletes, chapetas y argollas y rapados de cabeza y barba" El llevar rapadas barba y cabeza , además de por razones de higiene, era también para  ser fácilmente identificados en caso de fuga, ya que no era frecuente entonces la gente con la cabeza rapada. Además ,como medida de seguridad, se procuraba que estos grupos nunca fueran de un número superior al centenar de galeotes. Uno de estos grupos  fue el que Don Quijote se encontró  en su camino y a los que liberó según vimos en el Capítulo XXII de la primera parte de "Don Quijote de la Mancha" .  En España había varias escuadras de galeras, , que en conjunto recibían diferentes nombres, aunque el más habitual era el de Armada Real de las Galeras de España, si bien la mayoría de las galeras no era propiedad de la corona sino de particulares que se las alquilaban al estado, y tampoco tenían  una base naval fija, aunque utilizaban con frecuencia los puertos de Málaga, Cartagena, Gibraltar o el Puerto de Santa María 







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"Embarque de galeotes en el puerto de Génova" de Alessandro Magnasco (1667-1749). Ya hemos visto en el artículo  como el traslado de los galeotes hasta las galeras  era ya  una tarea penosa, pero  peor sería el trabajo que les esperaba en las galeras, comenzando por la boga. Nos explica José Manuel Marchena que: 
"Los remos tenían una longitud aproximada de once metros, aunque sólo constaba de tres metros y cuarenta centímetros la parte donde se encontraba la chusma (acerca del peso he encontrado referencias  aun peso cercano a los 250 kilos por cada remo)  , que se agarraban a ellos por los asidores. La boga se solía hacer por cuarteles o secciones, no toda la chusma a la vez, excepto cuando las condiciones meteorológicas, de combate o de peligro provocaban el grito de "fuera ropa" del cómitre para mover el barco a una velocidad superior , estimulando con el corbacho  las espaldas de los más perezosos. El tiempo de boga solía ser de una hora y media por cada equipo"  
(Imagen procedente de https://commons.wikimedia.org )






Al llegar  a las galeras no pensemos que entraban  cabizbajos, al contrario, pues según advierte Marchena , "entraban en galeras sin amedrentarse  y con la cabeza muy alta, ya que así se ganaban el respeto de los compañeros y mandos, algo muy importante en las galeras, y eso debía hacerse desde el primer momento" Luego se anotaban cuidadosamente todos los datos de los galeotes, incluidos sus particularidades físicas, para lo que eran desnudados. Una vez cumplido  éste trámite "eran recibidos por el resto de la chusma con júbilo y conducidos a sus bancos , rapados a navaja por los barberos y herrados por el alguacil. Estos bancos se iban poco a poco llenando y con ellos las quejas de los veteranos por tener cerca de ellos a algún joven neófito en el oficio o a algún compañero poco deseable . Este aspecto era muy importante , ya que los compañeros de banco iban a serlo durante mucho tiempo y a nadie le gustaba tener cerca a  moribundos , inútiles o gente demasiado violenta"    Por su parte José Calvo Poyato nos cuenta que  "el espacio disponible por persona  oscilaba entre uno y dos metros cuadrados , lo que hacía que se las comparase con cárceles flotantes, en las que el mar sustituía a rejas y barrotes" Sólo el capitán  , que tenía su cabina en la popa , el capellán  y el cómitre tenían  cabinas propias, mientras que el resto de la tripulación dormía en cubierta a la intemperie y la chusma lo hacía sentada en  sus bancos de boga , encadenados a los remos. Y como nos recuerda Poyato, lo peor de todo era el constante ataque de piojos, chinches y pulgas. Escribe Marchena que "los galeotes estaban generalmente protegidos de la lluvia y del Sol por un toldo , aunque a veces daba excesiva protección, ya que existen testimonios que aseguraban que casi era peor llevar cubierta, ya que en los días más calurosos del verano (recordemos que las galeras permanecían en activo  durante la primavera y verano cuando eran más frecuentes los ataques berberiscos y las condiciones de la mar más apacibles) se abrasaban por el calor de los hierros, sobre todo en las estancias del puerto"  Además de remar, en ocasiones se les permitía a los galeotes entrar en combate e incluso se les prometía la libertad si luchaban con valor. 




ESCENA DE  BEN HUR  Y DE LA GALERA LA REALE 



El primero de estos vídeos contiene  una escena de la célebre película "Ben Hur" dirigida en 1959 por William Wyler (1902-1981) y protagonizada por Charlton Heston (1923-2008), donde nos metemos en una nave  en la época del Imperio Romano y observamos a sus remeros en pleno esfuerzo , probablemente no muy diferente a como sería su esfuerzo en una galera del siglo XVI . El segundo vídeo corresponde a una recreación de la galera francesa  La Real  que entró en servicio   en 1694 durante el reinado de Luis XIV (1638-1715) , y sería el buque insignia de la flota de galeras de Francia.  















Sobre la higiene y la salud  os podéis imaginar que no eran las mejores. Poyato explica que  había una letrina situada en la proa de la galera a la vista de todos  y que "los olores  eran tan intensos , sobre todo en el área  destinada a los galeotes,  que podía detectarse  la presencia de una galera por el olor a humanidad que desprendía" Sólo se hacía una limpieza general una vez al mes  y en cuanto a la ropa no se lavaba nunca  aunque si existía la norma de entregar a los galeotes una muda limpia una vez por semana, aunque que esa norma se cumpliera es otra cuestión. Cada quince días se les rapaba la cabeza y señala Poyato que  en el caso de los esclavos musulmanes "se les dejaba un mechón de pelo para que en caso de muerte , los ángeles pudieran agarrarlos para llevarlos al paraíso"  Marchena cita al médico, historiador y científico Gregorio Marañón (1887-1960) que advertía que los galeotes habrían tenido que convivir "con sus excrementos, llenos de insectos y animales portadores de infecciones"  pero como también advierte Marchena, no sabemos si permanecían encadenados para hacer sus necesidades , ni que libertad de movimientos tenía durante su condena y en éste sentido recuerda que "los domingos, cuando estaban en el puerto, solían bajar a la orilla para escuchar misa". En lo que se refiere  a las enfermedades  en la galera debía haber un cirujano que se encargara de la atención médica, pero ésto no sucedía siempre . Por lo demás también hay que subrayar que la higiene en general no estaba muy extendida en el siglo XVI. En lo que se refiere a la atención médica , corría a cargo de un cirujano, pero estos no siempre estaban disponibles, por lo que la atención médica quedaba en manos del capellán o de un barbero , profesión por cierto del padre de Cervantes. Sobre la salud de los galeotes escribe Marchena que  "las causas por las que enfermaban eran evidentes: poca higiene, humedad, frío y exceso de calor, mala curación de las heridas, contagio, alimentación insuficiente, exceso de trabajo o accidentes . Las afecciones más típicas de la chusma eran el escorbuto, el beri-beri, la pelagra, el tétanos, el tifus, la enteritis y múltiples dolencias infecciosas" Aquellos que morían durante la navegación eran envueltos en un lienzo atado con cuerdas e impermeabilizado con sogas , arrojándolos luego por la borda.







Resultado de imagen de "Combate Naval de Lepanto" de Juan Luna Novicio
Detalle de la obra "Batalla de Lepanto" del pintor veneciano Andrea Vicentino (1543-1617) que refleja la confusión, el caos y la violencia de los combates entre las galeras . Roger Crowley  cuenta la historia de un galeote de una de las naves cristianas, el veneciano  Aurelio Scetti, que  junto a sus compañeros fue liberado de sus cadenas para combatir contra los turcos con la promesa de obtener la libertad  si obtenían la victoria . Escribe
"Aurelio  Scetti,  que había conmutado una sentencia de muerte  en Venecia por una condena de por vida  a remar en las galeras , escribió un testimonio  de la valentía  de sus compañeros  esclavos en las galeras  cristianas, que habían sido liberados de sus cadenas para que pudieran luchar: "Hubo una gran mortandad -escribiría Scetti -  entre los turcos  cuando los prisioneros cristianos  saltaron a bordo  de los barcos enemigos , dando gritos de "¡Hoy morimos o ganamos la libertad!"    
Y ese sería el premio que esperaba a los galeotes supervivientes, la libertad. Otros muchos galeotes que no fueron liberados morirían encadenados en sus remos sin una oportunidad de sobrevivir  Sobre la batalla recoge  Crowley este testimonio que nos da buena cuenta de su ferocidad
"Fue feroz durante cuatro horas y tan sangrienta  y horrible que el mar y el fuego parecían  todo uno. Muchas galeras turcas ardieron  hasta la obra viva y la superficie del mar , roja por la sangre , quedó cubierta de jubones, turbantes, aljabas, flechas, arcos, escudos, remos, cajas, paquetes y otros restos de la guerra , y por encima de  cualquier otra cosa cuerpos de hombres, cristianos y turcos, algunos muertos , otros heridos , otros destrozados  y otros que todavía no se habían resignado   a su destino y luchaban agónicamente  contra la muerte mientras sus fuerzas les abandonaban al desangrarse  por sus heridas de tal modo que el mar tomó entero el color de la sangre "   
(Imagen procedente de  http://www.elgrancapitan.org )







En lo que se refiere a la alimentación de la chusma , Marchena escribe que , por ejemplo, en el año 1571  "se daba a los remeros bizcocho, aceite y vinagre, además de carne fresca y vino cuatro veces al año". El bizcocho en cuestión , que era la base de su comida , eran tortas de harina de trigo  que eran pasadas dos veces por el horno para que adquiriesen una mayor consistencia y resistencia al paso del tiempo , aunque como escribe Marchena "se volvía tan duro que los remeros viejos esperaban con ansia el primer bocado de los jóvenes para mofarse de ellos , ya que era apto solamente para dientes sanos" y Poyato advierte que  "si no estaba bien elaborado  o se tardaba demasiado en  consumirlo, era muy frecuente encontrar en él arañas y pulgas" En cuanto a lo que sería el menú cotidiano de la chusma podría ser muy parecido a éste que recoge Marchena  "Veintiséis onzas de bizcocho(unos 730 gramos), de las que se separaba la parte menuda para hacer con aceite la mazamorra (una especie de sopa)  Al mediodía comían caldero de habas con aceite y, en ocasiones, caldero con arroz y garbanzos . Como complemento de la comida se les daba una pare de cuartilla de sal, un azumbre de agua (el azumbre era una antigua medida equivalente a dos litros de agua) y una libra de leña"  Poyato por su parte nos explica que la comida de la chusma se hallaba dividida  en tres. El desayuno, en el que comían el bizcocho , el almuerzo al mediodía , que era la comida caliente del día que se preparaba en el espacio reservado a la cocina en la galera que estaba aislada para evitar incendios, y la cena, al anochecer. También explica que "cuando a los remeros se les exigía un esfuerzo mayor , se solía proporcionar  alguna relación extra de tocino y vino." y además "era privilegio de las galeras no guardar los ayunos y las abstinencias prescritos por la Iglesia" Finalmente , en ocasiones también tenían espacio para un tiempo de ocio donde podían jugar a las cartas aunque estuviera prohibido, pero los cómitres solían hacer la vista gorda .





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Esta es una fotografía de la réplica que se conserva en el Museo Marítimo de Barcelona  de la galera La Real, el buque insignia de la flota cristiana  en la Batalla de Lepanto del 7 de octubre de 1571, a bordo de  la cual iba don Juan de Austria . Fue construida en 1971 para conmemorar el cuarto centenario de la batalla de Lepanto. La original tenía 60 metros de eslora (longitud del barco), 6,2 metros de manga (ancho)  y contaba con  un centenar de soldados y 236 remeros (aunque discrepan las fuentes y algunas elevan el número hasta los 290 y a 400 e número de marineros y soldados)  entre galeotes y buenas boyas (los voluntarios que cobraban un sueldo por remar) Llevaba 29 remos a babor y 30 remos a estribor , que medían 12 metros y pesaban 130 kilos . En la proa iba artillada con cinco cañones. . La Batalla de Lepanto fue la última gran batalla de galeras en el Mediterráneo, aunque habría otras  de menores dimensiones en el siglo XVII. Miguel de Cervantes, uno de los combatientes en la batalla, siempre la recordaría orgulloso de sus heridas como
"La más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos ni esperan ver los venideros"
Al lector interesado en saber más sobre esta batalla le dejo el enlace con los artículos del Mentidero dedicados a ella
http://chrismielost.blogspot.com.es/2014/02/grandes-batallas-de-la-historia-la_26.html   
(Imagen procedente de https://es.wikipedia.org )









Así era la vida de los galeotes  en las galeras que durante todo el siglo XVI  fueron la principal  nave de combate en el Mediterráneo , viviendo su momento de mayor gloria en la batalla de Lepanto el 7 de octubre de 1571 en la que la flota otomana fue derrotada por las galeras de la Liga Santa  liderada por Juan de Austria (hacia 1545-1578) que iba a bordo  del buque insignia de la flota cristiana, la galera La Real.  Fue la última gran batalla en la que intervendrían las galeras.  Durante el siglo XVII comenzarían a ser desplazadas  por las nuevas naves de vela, como las fragatas  y los grandes navíos de linea,  que reemplazaban los remos de las galeras por baterías de cañones  que les dotaban de un poder destructivo muy superior que el de las galeras. Los abordajes, la táctica empleada por las galeras, quedaba desplazada por duelos de artillería . Poco a poco las galeras fueron cayendo en desuso al mismo  tiempo que cada vez era menor el número de personas condenadas a galeras por lo que les faltaba el combustible humano, los remeros . El final de las galeras se produciría oficialmente el 28 de noviembre de 1748 cuando el Cuerpo General de Galeras fue disuelto por quien entonces el Secretario de Guerra y Marina e Indias, el Marqués de la Ensenada , Zenón de Somodevilla (1702-1781) durante el reinado de Fernando VI (1713-1759). En la orden firmada por el marqués se comunicaba que "Habiendo determinado el Rey suprimir la Escuadra de Galeras, ha resuelto que a los oficiales , ministerio y demás dependientes de la misma Escuadra se asista con el sueldo o despido del servicio o agregue a la Marina según se expresa en la relación que incluyo, firmada de mi mano y cuyo contenido quiere Su Majestad , se ponga luego en ejecución en todas sus partes , y a este fin la dirijo a V.S"  Así terminaba la era de las galeras y del remo, reemplazado por los navíos y la vela, y con ellas también el final de la esclavitud de los galeotes, el combustible humano de las galeras. 




Enlace con la primera parte de  "De Galeras y galeotes, el combustible humano"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2017/03/de-galeras-y-galeotes-el-combustible.html


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