domingo, 15 de diciembre de 2013

GRANDES EXPLORADORES: MANUEL IRADIER Y EL PRECIO DE LA AVENTURA (PRIMERA PARTE)

A lo largo de los ya cuatro años de vida que tiene el Mentidero he traído a esta sección de grandes exploradores a nombres famosos en todo el mundo por sus descubrimientos geográficos, hombres que arriesgaron su vida , que en ocasiones lograron coronar sus aventuras con éxito y en otras lo pagaron con la vida. El protagonista de la historia que os quiero contar hoy es uno de ellos aunque su nombre no es tan famoso como los Richard Francis Burton (1821-1890), David Livingstone (1813-1873) o Henry Morton Stanley(18040-1904) por citar a tres de los nombres legendarios de la exploración en África y que ya han sido protagonistas en alguna de las historias que han aparecido por aquí, pero aunque no  lograra su reconocimiento internacional ni aunque sus descubrimientos tuvieran la espectacularidad de aquellos no por ello su vida y su aventura desmerece en nada a la de esos nombres conocidos por todos que acabo de citar. El valor, la decisión, el sacrificio no siempre obtienen la recompensa que merecen y el hombre de quién os voy a hablar es uno de esos ejemplos, que sólo en los años postreros de su existencia obtuvo un cierto reconocimiento que no pudo compensar ni sus sufrimientos ni los de su familia. Y ahora , antes de presentároslo, vamos a viajar antes a la tierra donde tendrían lugar sus exploraciones y donde su vida y la de su familia quedaría marcada para siempre. Nos disponemos a viajar hasta una pequeña nación situada en la costa occidental de África y a la que hoy conocemos como Guinea Ecuatorial, uno de los pocos territorios africanos que fueron colonia española. 

Guinea Ecuatorial es una pequeña nación con apenas veintiocho mil kilómetros cuadrados de superficie y una población que según su último censo de este último año 2013 no supera  el millón ochocientas mil  habitantes . La mayor parte de su superficie, unos veintiséis mil  kilómetros, corresponde al  territorio continental denominado en la actualidad Mbini y que durante la época del dominio colonial español era conocido con el nombre de Río Muni. Mantiene fronteras con Camerún al norte y con Gabón al este y al sur, mientras que al oeste las aguas del Golfo de Guinea bañan sus playas.  El resto de su superficie se reparte entre una serie de islas donde sobresale la más grande de todas ellas, Bioko, que antiguamente era conocida como Fernando Póo.  Bioko se halla a treinta y dos kilómetros de la costa continental , tiene una superficie de dos mil kilómetros cuadrados y en ella se encuentra la capital de la nación , Malabo, con unos 211.000 habitantes . La otra ciudad más importante del país se halla en el continente y es Bata, que eslá más poblada con sus 230.000 habitantes . Otras islas importantes son la de Annobón, de apenas diecisiete kilómetros cuadrados de superficie y la más alejada del continente de las islas que se encuentran en las aguas del Golfo de Guinea, la isla Corisco de quince kilómetros cuadrados  y a treinta kilómetros de la costa de Gabón , dos pequeñas islas que serán importantes para nuestra historia , las de Elobey Grande y Elobey Chico, situadas entre Corisco y el continente y deshabitadas en la actualidad. El clima de Guinea es ecuatorial, de ahí su nombre,  con una temperatura media de veinticinco grados centígrados  y con una estación de lluvias que se extiende de julio a enero en la mayor de sus islas, Bioko, mientras que en el continente  esta estación de las lluvias se concentra en dos épocas diferentes, entre los meses de abril y mayo y entre los de octubre y diciembre. 

Mapa de Guinea Ecuatorial en nuestros días con el territorio continental que aquí
aparece todavía con el nombre de Río Muni aunque su denominación oficial
es Mbini., cuya ciudad principal es Bata, la más poblada del país  . En las aguas del Golfo de Guinea
podéis ver las islas que forman parte de Guinea Ecuatorial, destacando la gran isla
de Bioko, donde se encuentra la capital, Malabo, una antigua fundación inglesa  y
también la montaña mas alta de Guinea, el Pico de Santa Isabel. Otras islas importantes son
la isla de Corisco, casi al pie del mapa y la isla de Annobón, la más alejada de la costa .
Guinea Ecuatorial , rodeada por dos antiguas colonias francesas, Camerún y Gabón, Guinea sería
una de las pocas colonias que España tendría en África junto al Sahara español y Sidi Ifni
(Imagen procedente de http://www.atlasescolar.com.ar)

Su mayor altura es el Pico de Santa Isabel, conocido hoy como Pico Basilé, situado en la isla de Bioko , alcanzado  los 3011 metros de altura y es la cima de uno de los tres volcanes que formaron la isla, cuyo suelo volcánico la dota de una gran fertilidad para el cultivo de cacao, algodón , caña de azúcar y café  que junto a la pesca, la exportación de madera y la explotación de sus recursos petrolíferos constituyen la base de su economía que en su mayor parte se trata de una economía de subsistencia ya que los cuantiosos beneficios obtenidos por la exportación de crudo no revierten en el bienestar de sus habitantes y desaparecen en manos de la administración dirigida por el presidente Teodoro Obiang Nguema(1943) que desde el golpe de estado perpetrado en 1979 gobierno Guinea Ecuatorial como si fueran una propiedad privada de su familia., pero para adentrarnos en la situación actual de Guinea tendré que dedicar más adelante un artículo dedicado solo a ello y que excede los límites de la historia que os quiero relatar hoy. Su población es muy joven, pues del cerca de millón ochocientos mil habitantes censados un 45% tiene menos de quince años mientras que la esperanza de vida demuestra el bajo desarrollo económico del país, pues apenas es de cuarenta y nueve años para los hombres y cuatro años más para las mujeres mientras que la población que alcanza o supera los sesenta y cinco años de edad no es más que de un 4% del total. La etnia dominante es el pueblo Fang, que constituye un 95% del total y se halla sobre todo en el territorio continental, mientras que entre las etnias minoritarias destaca el pueblo Bubi, establecido principalmente en la isla de Bioko. Cada una de estas etnias hablan sus propios idiomas, el fang y el bubi, que cohabitan con las otras lenguas oficiales en el país, el castellano, el portugués  y el francés, aunque el castellano se halla particularmente difundido entre los bubis y el francés está muy poco difundido aunque se unió a las lenguas oficiales del país  para poder incorporarse a la comunidad francófona que rodea a Guinea, pues tanto Camerún como Gabón son antiguas colonias francesas.  

En cuanto a la religión predominante es la católica, a la que pertenecen el 80% de la población , repartiéndose el 20% restante las minorías animistas , islámicas y de otras religiones cristianas. En lo que se refiere a la naturaleza, la mayor parte de Guinea está cubierta de selvas tropicales aunque, como sucede en otras muchas naciones, hay una progresiva deforestación del territorio a medida que se van arrebatando hectáreas a la selva para convertirlas en campo de cultivo. En la costa se encuentran los manglares , formadas por los mangles que crecen cerca de las desembocaduras de los ríos  cuyas aguas se mezclan con las mareas marinas , constituyendo un hábitat extraordinariamente rico en diversidad biológica aunque muy sensible a la contaminación.  En cuando a la fauna, en Guinea Ecuatorial nos podemos encontrar con elefantes, chimpancés, el gorila de la llanura , leopardos y mandriles entre sus especies más emblemáticas. Y ahora que ya conocemos un poco del marco geográfico y cultural de Guinea viajemos brevemente al pasado para conocer algo de su historia hasta el momento en que aparezca nuestro protagonista en ella. Primero hay que mencionar  la posibilidad  de que la flota cartaginesa comandada por Hannón el Navegante hacia el siglo VI a. C llegara hasta las costa de la actual Guinea Ecuatorial en un épico y legendario viaje que le habría llevado hasta más allá del Golfo de Guinea aunque los historiadores siguen debatiendo sobre su existencia y el alcance de su exploración. Pero al margen  de este posible primer viaje de exploración, el primer contacto con exploradores europeos del que no nos caben dudas fue con los portugueses. 

Mapa con el viaje que habría realizado el cartaginés  Hannón el Navegante hacia el siglo VI a. C desde Cartago . La fecha del viaje es motivo de debate entre los historiadores y oscila entre el 510 a.C y el 470 a.C  e incluso el 348 a.C mientras que hay historiadores que ponen en duda este viaje y lo consideran como un relato mítico como La Odisea de Homero. Sin embargo, hay datos en el Periplo de Hannón que ha llevado a pensar que realmente pudo haber realizado este viaje. Destaca, entre otros datos, la referencia a "mujeres velludas" que podría ser una referencia a chimpances o a los Gorilas de las Llanuras que se encuentran el las costas del Golfo de Guinea. Uno de los científicos más importantes del Imperio Romano, Plinio el Viejo  (23-79) consideraba el relato del periplo de Hannon como una historia verdadera y afirmaba que había llegado a la parte meridional de África. De ser así Hannón habría sido el primero en llegar , por ejemplo, a las cosas de las islas Canarias o a la propia Guinea Ecuatorial. En el texto del Periplo de Hannon encontramos este relato del final del viaje y del episodio de las mujeres velludas " En su interior había una isla semejante a la primera, tenía un lago y en él había otra isla, llena de salvajes. Las hembras, que  tenían el cuerpo peludo y a las que los interpretes denominaban gorilas, eran mucho más numerosas. Pues bien, pese a perseguirlos , no conseguimos apresar machos, todos huían aprovechando su facilidad para la escalada, y se defendían con lo que tenían a mano; en cambio nos apoderamos de tres hembras, que se dedicaron a morder y arañar a sus captores, ya que se resistían a seguirlos; así que las matamos y las desollamos, transportando sus pieles a Cartago. Lo cierto es que ya no seguimos  nuestro periplo, dado que nos faltaron las provisiones " (Imagen procedente de   http://anabasis-historica.blogspot.com.es )
A lo largo del siglo XV los navegantes portugueses no cejaron en el empeño de circunnavegar África en busca de un paso hacia la India y las codiciadas islas de las Especias , las actuales islas Molucas, que eran las únicas donde se podía encontrar la preciada nuez moscada y de la que Europa se abastecía a través de una peligrosa ruta terrestre.  No sería hasta 1498 cuando Vasco de Gama (1460-1524) logró doblar el Cabo de Buena  Esperanza  y se adentró en el Océano Índico rumbo a la India abriendo una nueva ruta entre Asía y Europa, pero antes de eso , en 1471 el navegante portugués Fernando Póo  descubriría una gran isla en el Golfo de Guinea a la que puso el nombre de Flor Formosa, Flor Hermosa en portugués , por la belleza de aquella isla En honor de su descubridor no tardaría en ser conocida con el nombre de Fernando Póo y hoy aparece en los mapas ,como ya vimos antes, con el nombre de Bioko. Cuatro años más tarde otra expedición portuguesa encabezada por los navegantes Joao de Santarem y Pero Escobar llegaron a otra isla del Golfo de Guinea a la que bautizaron con el nombre de Anobom (Año bueno en portugués) porque fue descubierta el  día de Año Nuevo de 1475 y que hoy ha transformado ligeramente su nombre por el de Annobón. Bajo el reinado de Juan II de Portugal (1455-1495), en el año 1494 los portugueses comenzaron los intentos por fundar los primeros asentamientos portugueses aunque tuvieron que marcharse por la resistencia de los pueblos que las habitaban.. A lo largo del siglo XVI van introduciéndose en estos territorios que a partir de 1580 pasan a formar parte también de España cuando en ese año el monarca español Felipe II (1527-1598) se convierte en rey de Portugal y une los dos grandes imperios de ultramar de España y Portugal. 

En 1640 Portugal vuelve a separarse de España y recupera su independencia, pero  mientras españoles y portugueses se hallaban enzarzados en la guerra por recuperar la independencia portuguesa, los holandeses trataron de pescar en río revuelto y la Compañía Holandesa de las Indias Orientales logra establecerse en las islas del Golfo de Guinea a partir de 1641 aunque siete años después son expulsados por los portugueses que crean una nueva compañía a la que dan el nombre de Compañía de Corisco que comenzará a explotar el tráfico  de esclavos hacia América , el negocio más rentable e inhumano de  su  tiempo. Millones de negros africanos pasarían por estas y otras factorías distribuidas por las costas africanas, un comercio que alcanzaría su máximo apogeo en el siglo XVIII, con millones de africanos cruzando el océano para trabajar en las minas de Brasil o en las plantaciones de azúcar del Caribe y las de algodón de los futuros  Estados Unidos. Ya en 1777, durante el reinado del monarca español Carlos III (1716-1788) se firma el Tratado de San Ildefonso entre España y Portugal en virtud del cual esta última entrega a España la soberanía de las islas de Fernando Póo y Annobón y un año después se firma un nuevo tratado, el Tratado del Pardo, en el que se ratifica esta cesión y también de la costa comprendida entre la desembocadura de los ríos Níger, situada en el territorio de la actual Nigeria, y el río Ogoue, que desemboca en la costa que hoy pertenece a Gabón. Con estos dos tratados se ponía punto final a la guerra que había enfrentado a España y Portugal entre 1776 y 1777 y suponía el comienzo de la soberanía española sobre la actual Guinea Ecuatorial.

File:Treaty1777.JPG
Mapa con las tierras que le correspondieron a España en virtud del Tratado de San Ildefonso donde se establecía que Portugal "Cede a la Corona de España la isla de Annobon en la costa de África, con todos los derechos, posesión y acciones que tiene a la misma isla , para que desde luego pertenezca a los dominios españoles, del propio modo que hasta ahora ha pertenecido a los de la corona de Portugal." y un poco más adelante añadía otra cesión, la de la isla de Fernando Póo "Igualmente cede su Majestad Fidelísima en su nombre y en el de sus herederos y sucesores  todo el derecho y acción que tiene o pueda tener a la isla de Fernando Póo, en el golfo de Guinea, para que los vasallos de la Corona de España se puedan establecer en ella y negociar en los puertos y costas opuestas a la dicha isla "   Se envió una expedición desde Montevideo para tomar posesión de las islas en 1778 pero las enfermedades tropicales y las disensiones internas provocaron que la colonia fuera abandonada en 1782 después de que de los 247 expedicionarios que habían formado parte de aquel viaje encontraran allí la muerte 221 (Imagen procedente de  http://es.wikipedia.org)
España no tenía un gran intereses en estos territorios y en 1841 el Imperio Británico propone a España la compra tanto de la isla de Fernando Póo como de Annobón, pero la opinión pública española, indignada, impide al gobierno que ceda su soberanía a cambio de dinero., aunque los ingleses se habían asentado en estos territorios ya desde 1827 con el pretexto de utilizarla como base para luchar contra la trata de esclavos . Serán los ingleses los que funden en Fernando  Póo (la actual Bioko)  una población a la que dan el nombre de Port Clarence llamada así en honor del entonces duque de Clarence y luego rey de Inglaterra Guillermo IV (1765-1837). Los ingleses establecen allí la base para perseguir a los barcos negreros  En 1843 una expedición española a bordo del bergantín "Nervión" dirigida por el marino Juan José Lerena y Barry (1796-1866) llega hasta Fernando Póo  e iza la bandera española reclamando su soberanía sobre el territorio. José Lerena cambiará los nombres ingleses por otros españoles y Port Clarence pasa a llamarse Santa Isabel. Muchos años más tarde su nombre definitivo sería Malabo, hoy capital de Guinea Ecuatorial  José Lerena también tomará posesión de las islas de Annobón, Corisco y Elobey Grande y Elobey Chico, además de parte de la costa de Guinea. El marino estaba llamado a ser el primer gobernador de aquellos territorios pero su quebrantada salud y los problemas económicos para organizar una nueva expedición lo impidieron. En 1845 se autoriza que sean llevados a estos territorios todos aquellos esclavos liberados de Cuba que desearan viajar hasta allí y emprender una nueva vida.  

Ya en 1858 España envía por fin a su primer gobernador Carlos de Chacón y Michelena aunque ese mismo año tiene que ser sustituido y comienza la historia de Guinea como colonia española.Y ahora vamos a dejar África por un tiempo para  regresar a España, a la ciudad alavesa de Vitoria , donde el 6 de julio de 1854 nacía Manuel de Iradier. .Los datos sobre su vida los voy a tomar de la obra "Las reinas de África" de la escritor y periodista española Cristina Morató (1961) aunque hay una biografía dedica a su vida publicada en 2011 titulada "Apuntes de la Guinea. Vida, obra y memorias de Manuel Iradier y Bulfi"  del periodista y escritor Miguel Gutiérrez Garitano a la que no he tenido acceso pero que es un detallado recorrido por su vida. Iradier no llegará a conocer a sus padres y pasará su infancia bajo la tutela de sus tíos  que disponían de una nutrida biblioteca en la que el pequeño Iradier cayó bajo el hechizo de los libros de aventuras y de viajes que le contaban historias de intrépidos exploradores y de lugares exóticos que alimentaban la imaginación del pequeño que deseaba convertirse en uno de ellos.. La familia no dispone de muchos recursos económicos  por lo que no podrá pagar a Manuel sus estudios de ingeniería de minas que pretendía cursar y tiene que decidirse por  la carrera de Filosofía que no exigía un desembolso económico tan importante, Es en esta época, a finales de 1868, cuando Iradier junto a otros jóvenes entusiastas de los viajes de exploración , que en aquella época ocupaban la actualidad gracias a personajes como David Livingstone , Richard Burton o John Hanning Speke(1827-1864), célebres por su búsqueda de las míticas Fuentes del Nilo, fundan  La Joven Exploradora cuyo lema no podía ser más sugestivo "Conocer lo desconocido"

Fotografía del periodista, explorador y aventurero Henry Morton Stanley , el hombre que se había convertido en una leyenda de los viajes a África por encontrar a David Livingstone y que en 1873 fue enviado por el periódico  estadounidense New York Herald a cubrir los acontecimientos en España que se hallaba en un período de gran inestabilidad política y en medio de las constantes guerras civiles conocidas como las Guerras Carlistas. Fue Stanley quién convenció a Iradier para que centrara sus esfuerzos en la exploración de Guinea y una vez que hubiera logrado prestigio gracias a ellas le sería más fácil obtener apoyo financiero para empresas más ambiciosas. Iradier, ya con 14 años, daba conferencias sobre los viajes de exploración y entre 1869 y 1873 recorrió con los miembros de La Joven Exploradora  la provincia de Álava  y fruto de estos recorridos escribía sus "Cuadernos de Álava"  donde reunía todas sus observaciones sobre las costumbres y la geografía de su tierra natal (Imagen procedente de  http://www.ashgrove.k12.mo.us)

Sus jóvenes miembros se reunían en las aulas de un instituto vitoriano donde Manuel Iradier exponía ante su entusiasta público futuras expediciones que les llevarían a recorrer todo el continente africano para rellenar los muchos espacios en blanco que todavía se abrían en los mapas de la época, las Terras Incognitas que tanto fascinaban a los amantes de la aventura, aunque ellos tenían que contentarse con excursiones por Álava. En la primavera de 1872 llegó hasta ellos la noticia de que el gran explorador David Livingstone, que llevaba varios años desaparecido, había sido encontrado por la expedición de rescate encabezada por Henry Morton Stanley en noviembre de 1871. Ambos hombres eran ya mitos de la exploración en África así que es sencillo imaginar la emoción que tuvo que causar en Manuel Iradier cuando en febrero de 1873 Stanley pasó una noche en Vitoria camino a Madrid para cubrir como corresponsal la proclamación de la Primera República Española el 11 de febrero de ese año y los acontecimientos políticos y militares que no dejaban de sucederse. Iradier no lo dudó y fue a visitar a la pensión donde se alojaba a aquel hombre que para él era una leyenda. Allí le expone llevado por su entusiasmo juvenil, sus planes de explorar África y atravesar el  continente de un extremo a otro. Stanley, con su experiencia en el continente africano , de las muchas dificultades con las que se iba a encontrar y conociendo que Iradier no disponía de recursos económicos, le aconseja que no sea tan ambicioso y que reduzca sus planes para centrarlos en las posesiones españolas en Guinea. Iradier escuchaba con atención, casi con devoción, a Stanley y aceptó su consejo, Guinea sería su objetivo. 

Mientras, no todos son planes de viajes y de fantásticas aventuras e Iradier también encuentra tiempo para el amor en la hermana de uno de sus compañeros  en La Joven Exploradora , Enrique de Urquiola. La joven se llama Isabel de Urquiola(1854-1911), nacida apenas dos días después que Manuel , el 8 de julio de 1854 . Su familia era dueña de una panadería donde trabajaba Isabel que también acompañaba a su hermano Enrique en las reuniones de La Joven Exploradora donde Manuel la conocería y no tardó en quedar seducido por el carácter decidido de la joven Isabel y ella tampoco pudo resistirse a la pasión que transmitía Manuel en sus conferencias sobre tierras lejanas, descubrimientos y aventuras. Son años difíciles en España, porque después de la proclamación de la Primera República en febrero de 1873 la inestabilidad política se apodera del país, se suceden los presidentes que caen a los pocos meses y en 1874 hay un golpe de estado. No era el momento para que el gobierno se preocupase por financiar la expedición de un joven de diecinueve años y sin ninguna experiencia que pretendía explorar  aquel lejano territorio africano. Pero Manuel Iradier no renuncia a su sueño de viajar allí y convertirse en un explorador auténtico y para ello  no para de trabajar  bien como profesor particular o dando conferencias para reunir el dinero que le permita llegar a alcanzar su sueño de viajar a África . Su entrevista con Stanley había alimentado su resolución de emprender aquel viaje y no cejaría hasta lograrlo. Por fin, en octubre de 1874, La Joven Exploradora aprueba el viaje de Manuel, aunque en realidad de poco servía este apoyo al margen de la fuerza moral que le dieran, ya que todo el coste de la expedición corría a cargo del propio Manuel.

Esta parece ser la única fotografía de Isabel de Urquiola,, la mujer de Manuel Iradier, que aquí aparece junto a su hermana pequeña Juliana de Urquiola . Ambas seguirían a Manuel de Iradier en su aventura africana , poniendo en juego sus vidas . Nada sería igual después de aquella experiencia y que , como veremos mañana, fueron pioneras en los estudios metereológicos en España gracias a las observaciones que Iradier las encargaría hacer en Guinea   (Imagen procedente de http://www.asodegue.org)

Antes de emprender el viaje  Manuel se casa con Isabel de Urquiola el 16 de noviembre de 1868 en Vitoria , y para sorpresa de todos Isabel muestra su intención de acompañar a Manuel en su viaje de exploración y a ella se une también su hermana pequeña , Juliana, algo insólito para la época, pues no era habitual que las mujeres, por propia voluntad,  se decidieran a emprender una aventura llena de peligros. Sin duda, la exaltación  y la pasión por la aventura que transmitía Iradier en sus conferencias había seducido el espíritu de las dos muchachas que deseaban conocer aquellas  tierras exóticas tan lejos del frío clima de Vitoria. Probablemente a la familia de Isabel no le haría ninguna gracia  aquel viaje pero nada pudieron hacer para oponerse. Manuel también trató de persuadirlas  para que no le acompañaran en un viaje que suponía lleno de peligros. En su libro "África" publicado en 1887, Iradier escribía "Pero ligadas a mi destino  venían dos compañeras infatigables  a quienes ni las razones más poderosas ni los consejos más prudentes pudieron hacer desistir de su empeño en acompañarme . Sobre mi caería la responsabilidad de todo aquello que les sucediese y, no teniendo más remedio que aceptarla, no podía menos de estar inquieto y pensativo". En diciembre de 1874, apenas un mes después de contraer matrimonio , la joven pareja y la aún más joven Juliana, abandonan Vitoria para cruzar toda España hasta Cádiz donde se embarcarían rumbo a Guinea.  Cristina Morató nos describe el equipaje de los tres jóvenes para afrontar la aventura "Iradier llevaba consigo diez mil pesetas  que había logrado reunir con mucho esfuerzo  y un liviano equipaje que incluía algunos útiles imprescindibles  como mapas, anzuelos, dos fusiles, municiones, objetos para regalar a los nativos  y libros de consulta"

La primera etapa del viaje les lleva hasta las islas Canarias y desde allí zarpan el 25 de abril de 1875  rumbo a la Guinea Española a bordo del vapor Loanda. No era precisamente un viaje de placer, pues aquellos barcos no estaban pensados para  el transporte de pasajeros , sino para el de mercancías  por lo que no disponían de ninguna comodidad  y como escribe Cristina Morató "en su diminuto camarote de cuatro literas  tenían que dormir compartiéndolo con cucarachas y ratas que paseaban a sus anchas " El vapor iba costeando y desde cubierta los jóvenes viajeros podían maravillarse de la belleza del paisaje que aparecía ante sus ojos, de las cálidas temperaturas tan diferentes a las de su Vitoria natal  y los intensos colores de la selva que llegaba hasta las mismas orillas del mar.  Sin embargo, cuando ya se adentran en el Golfo de Guinea y pasan por delante del delta del río Niger,  Manuel Iradier  mira con aprensión un nuevo tipo de paisaje que anuncia las penalidades que le esperarán en su destino "No pude por menos que mirar con horror aquel país de desolación - escribe en su diario el 14 de mayo -  Allí se extiende una selva inmensa que cubre extensas sabanas  de aguas cenagosas procedentes de ríos sin cauce. Una humedad perniciosa brota por todas partes a impulsos de un calor sofocante y produce, entre las copas del triste y oscuro manglar, la niebla funesta que  se conoce con el nombre de Mortaja de los Europeos" Por fin, el 16 de mayo, el Loanda entra en el puerto de Santa Isabel, en la isla de Fernando Póo donde tuvo que causar una gran sorpresa ver a Iradier acompaño por dos jóvenes mujeres. Se entrevista con el gobernador  Diego Santisteban Chamorro, que acababa de asumir el cargo, a quién Manuel le explica su proyecto de exploración y su intención de instalarse en  la isla de Elobey Chico  para desde allí iniciar las exploraciones. Los tratan de disuadir contándoles los peligros, el aislamiento y las enfermedades a las que tendrían que enfrentarse, pero la decisión estaba tomada y el 18 de mayo de nuevo zarparon a bordo del Loanda para ir hasta  Elobey Chico. Comenzaba la verdadera aventura, aunque más bien sería la desventura, pero eso lo veremos en la segunda parte de este relato sobre un explorador español casi olvidado

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta. Qué descubrimiento tu blog.

christian mielost dijo...

Muchas gracias por tu lectura y el comentario que me anima a seguir escribiendo. Si te ha entretenido para mi ya es suficiente.
Un abrazo fuerte desde Madrid y aprovecho la ocasión para desearte un feliz año 2014!!

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