El Diccionario de la Lengua Española define a la histeria como "Enfermedad nerviosa, crónica, más frecuente en la mujer que en el hombre,
caracterizada por gran variedad de síntomas, principalmente funcionales, y a
veces por ataques convulsivos." y en una segunda acepción explica que es "Estado pasajero de excitación nerviosa producido a consecuencia de una situación
anómala". Así que ya en la primera definición encontramos como esta dolencia, a la que el diccionario se refiere como "enfermedad nerviosa" tendría como principal paciente a la mujer. Las palabras y sus significados nos dicen mucho de la cultura y el entorno social en el que son empleadas aunque como decía la escritora austríaca Vicky Baum "Las palabras no hacen más que ocultar la realidad" y si no llegan a ocultarla con frecuencia la transforman y la tiñen con los prejuicios de los que la emplean. Muchas mujeres habrán tenido que escuchar en más de una ocasión como se dirigen a ella en medio de una discusión , como si se tratara de un argumento que invalida todo lo que ella pueda decir, "eres una histérica", palabras pronunciadas con intención peyorativa y el ánimo de humillar a la mujer aunque lo único que suele demostrar es la impotencia del hombre que las utiliza para comprender a la mujer o hallar respuesta a los argumentos de ella.
Nuestro lenguaje es el resultado de siglos de dominio social del hombre sobre la mujer, y la palabra histeria es una de esas manifestaciones que, por fortuna, va quedando en desuso. Pero lo que hoy me interesa es conocer su historia y como ha evolucionado a lo largo del tiempo su significado hasta llegar a nuestros días, donde la medicina ha dejado de emplearla para definir el estado mental de las personas, ya sean mujeres u hombres, y donde encontraremos también su relación con una práctica sexual oculta en las sombras aunque formara parte de la naturaleza del ser humana, la masturbación. Y como ya supondréis los lectores habituales del Mentidero , es el momento de subirnos en nuestra máquina del tiempo para viajar hasta el origen de casi todas las cosas en la cultura Occidental, la Antigua Grecia. La misma palabra histeria procede del termino griego "Hyster" que tenía el significado de Útero, y la primera referencia a ella como enfermedad se la debemos al considerado "Padre de la Medicina", el médico Hipócrates de Cos(hacia 470-360 a.C). En la Grecia del siglo V a. C había dos grandes escuelas de Medicina, la Escuela de Cnido , una ciudad situada en Asía Menor, en la costa de la actual Turquía, y la Escuela de Cos , establecida en la isla de Cos a su vez perteneciente al archipiélago del Dodecaneso , frente a la costa turca.
Fotografía del Asclepeion de la isla de Cos. Asclepeion era el nombre que recibían los santuarios en honor del dios Asclepio , dios de la medicina y la curación, y cuyo culto se extendió sobre todo a partir del siglo IV a. C. Hijo de Apolo, Asclepio murió cuando obtuvo el poder de resucitar a los muertos, lo que causó la alarma de Zeus que veía peligrar el orden establecido del mundo, envió un rayo a la Tierra que alcanzó a Asclepio causándole la muerte. Después de eso ascendió a los cielos y se transformó en una constelación estelar. Entre los santuarios que proliferaban por Grecia, uno de los más importantes es el de la fotografía, el Asclepeion de Cos. A estos santuarios acudían los peregrinos para ser atendidos por los sacerdotes que trataban de curarles sometiéndoles a curas terapéuticas. Probablemente Hipócrates se formó en el Asclepeion de Cos, donde se formarían también sus discípulos que con sus obras formaron el "Corpus Hippocraticum", base de la medicina occidental (imagen procedente de http://www.mlahanas.de ) |
Estos dos escuelas tenían diferentes formas de enfocar el tratamiento de los pacientes, pues mientras la Escuela de Cnido centraba su preocupación en el tratamiento de los síntomas que sufrían los pacientes, la Escuela de Cos, dirigida por Hipócrates, estaba más interesada en el diagnóstico de las enfermedades y el estudio de su origen. Entre las muchas cosas que debemos a Hipócrates se encuentra la de convertir a la medicina en una ciencia abandonando los territorios de la religión, la superstición y las leyendas que rodeaban a las dolencias que sufrían los hombres de su tiempo , cuando las enfermedades se consideraban un castigo divino por alguna mala acción o por el simple capricho de los dioses. Así lo refleja en una de las obras atribuidas a Hipócrates, "Sobre la enfermedad sagrada" en la que se refiere con estas palabras a lo que hoy conocemos con el nombre de epilepsia y entonces era considerada una enfermedad provocada por los dioses y siglos después, ya en la época del cristianismo, como los síntomas de una posesión diabólica "Acerca de la enfermedad que llaman sagrada-escribe Hipócrates- sucede lo siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como las demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su fundamento y causa natural lo consideraron los hombres como una cosa divina por su ignorancia y su asombro, ya que en nada se asemeja a las demás. Pero si por su incapacidad de comprenderla le conservan ese carácter divino, por la banalidad del método de curación con el que la tratan vienen a negarlo. Porque la tratan por medio de purificaciones y conjuros"
A Hipócrates y su escuela debemos un conjunto de unas setenta obras agrupadas bajo el nombre genérico de "Corpus hippocraticum" o "Tratados hipocráticos", aunque todo lo que sabemos de ellos no procede de sus originales, que se perdieron , sino de lo que de ellos nos transmitió otro médico griego, Sorano de Éfeso, que vivió en el siglo II d.C .Sorano, autor de varios tratados sobre la mujer y sus enfermedades, por lo que es considerado uno de los padres de la ginecología, fue también el autor de la primera biografía conocida de Hipócrates. Entre las obras que constituyen el "Corpus Hippocraticum" se encuentran por ejemplo "Sobre la dieta en enfermedades agudas" donde afirma la importancia de la alimentación para la salud del cuerpo y daba consejos dietéticos que serían tenidos en cuenta por los médicos hasta el final de la época medieval, "Sobre aires, aguas y lugares", en la que trata sobre la influencia del entorno en la salud de las personas y "Sobre las enfermedades de la mujer ", considerado el primer tratado ginecológico de la historia y el primero en tratar de forma monográfica las dolencias sufridas por las mujeres, entre ellas la histeria, relacionada con síntomas como la angustia, los sofocos y ataques de nervios. Un contemporáneo de Hipócrates, el filósofo Platón (427-347 a.C), escribiría también sobre esta dolencia cuyo padecimiento se creía exclusivo de las mujeres.
Hipócrates de Cos en un busto conservado en el Museo de Puskhin en Moscú. Las obras que formaban parte del "Corpus Hippocraticum" se perdieron con el tiempo y nos han llegado partes de ellas, como menciono en el texto del artículo, gracias a la obra de Sorano de Éfeso. Es precisamente Sorano de Éfeso quién escribe en una de sus obras "Tratados ginecológicos" esta descripción de la histeria que se basa en lo que había aprendido de Hipócrates y Platón " El ahogo del útero es el cese de la respiración con pérdida del habla y anulación de la percepción provocada por una afectación del útero. La enfermedad se inicia generalmente por abortos reiterados, partos prematuros, viudedad prolongada, ausencia de menstruación, cese de la capacidad de concebir, flatulencia de la matriz. A las que sufren ese mal les sobreviene de forma paroxística un colapso, pérdida del habla, dificultad respiratoria, suspensión de la percepción, rechinar y trismo espasmódico de los dientes, convulsiones de las extremidades (a veces, sólo parálisis), meteorismo en los hipocondrios, retracción de la matriz, inflamación torácica, abultamiento de los vasos de la cara, temblores, sudoración por todo el cuerpo, carencia total o debilidad del pulso; en general la recuperación del colapso se produce al poco" pero también añade que que a veces permanece el mal " con dolor de cabeza y tendones; a veces también se llega a la locura." (Imagen procedente de http://commons.wikimedia.org) |
Platón, fundador de la Academia , llamada así por estar situada junto al bosque sagrado situado a las afueras de Atenas donde se decía que se encontraba la tumba del héroe mitológico Academo, se refiere a la histeria en su obra "Timeo" escrito hacia el 360 a.C en forma de diálogo como casi todas sus obras . En ella el filósofo griego señala al útero como el causante de esos síntomas con los que se identifica a la histeria, que , como hemos visto al comienzo del artículo, significaba precisamente útero. Según Platón el útero iría errante por el cuerpo y cuando no es fecundado se alteraría como si fuera un animal nervioso, y en este deambular por el cuerpo de la mujer podría llegar a obstruir diferentes conductos de su cuerpo, incluidas las fosas nasales y la boca, dejando a la mujer sin respiración , lo que a su vez le causaría los sofocos característicos de la histeria.Así lo explica Platón en el "Timeo" : "La matriz o el llamado útero de las mujeres soporta con dificultad, por el hecho de tener vida propia y desear concebir, permanecer durante mucho tiempo sin dar fruto en su debido momento, por ello vagabundea por todo el cuerpo y obstruye las vías por las que penetra el aire con lo que no permite respirar y provoca dificultades extremas y enfermedades muy variadas hasta que el apetito y el deseo sexual hacen que se junten ambos sexos y siembren la matriz como si fuera una tierra de labor de unos animales invisibles por su pequeñez y falta de forma "
En la revista española "Redes", se describe así el método que recomendaba Platón para lograr que el útero regresara a su lugar natural "Fumigaciones vaginales de olores agradables para atraer al útero y, por el contrario, con fumigaciones nasales pestilentes para alejar al útero de las vías respiratorias". Será mejor que no tratemos de imaginar como eran estas fumigaciones, pero podéis suponer que no eran muy efectivas, ya que el útero no tiene capacidad alguna de movimiento, pero el desconocimiento griego de la anatomía del ser humano era casi absoluto pues las disecciones estaban prohibidas.Una de las teorías de Hipócrates que tuvo una vida más prolongada en la historia fue la conocida como "Teoría de los cuatro humores" según la cual el cuerpo humano estaba compuesto por cuatro líquidos o sustancias, los humores, cuyo equilibrio o desequilibrio estaba en el origen de la salud y la enfermedad de las personas. Mientras se mantenía el equilibrio entre los humores el individuo estaba sano, pero cuando había un desequilibrio sobrevenía la enfermad. Los cuatro humores eran la bilis, la bilis negra, la sangre y la flema y durante siglos esta teoría de los humores, con diferentes interpretaciones, añadidos y supresiones, determinaría la medicina Occidental.
En está crátera griega se representa la masturbación de un sátiro, recreados generalmente como una mezcla mitad hombre mitad carnero y con un apetito sexual insaciable, por lo que aparecen con una erección permanente. Galeno creía que que la histeria podía ser tratada mediante la masturbación, ya que así se expulsaban los fluidos acumulados, particularmente lo que él llamaba el "semen femenino" aunque al contrario que Platón consideraba que los síntomas de la histeria se producían también en el hombre. La extensión del cristianismo sobre todo a partir del siglo IV,cuando se constituye en la religión oficial del Imperio Romano en el Concilio de Nicea de 325 . Se iniciaba un tiempo aún más misógino que el anterior y que se prolongaría casi hasta el siglo XX en el que las mujeres ocuparían siempre un lugar secundario en la historia, confinadas a sus hogares y a su función reproductiva, como ya expresara Agustín de Hipona en el siglo V "Es Eva, la tentadora, de quien debemos cuidarnos en toda mujer... No alcanzo a ver qué utilidad puede servir la mujer para el hombre, si se excluye la función de concebir niños.". Pero quiero señalar que en mi opinión no se trata sólo de una visión religiosa, sino también cultural, porque lo mismo sucedió siglos después con los reformistas protestantes y aún en el siglo XX mucho más secular.. En todo caso , no soy partidario de juzgar las palabras del pasado, ya que el contexto histórico y social es diferente, pero también es necesario incluirlas para saber cual era ese contexto (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org ) |
Siguiendo esta teoría otro de los grandes pilares de la medicina de la Antigüedad, el médico griego Galeno (130-200) que vivió en pleno esplendor del Imperio Romano y cuyas obras médicas influirían en la medicina europea de toda la Edad Media, proponía que la histeria era causada por una acumulación de fluidos o sustancias en el cuerpo de la mujer debido a la falta de relaciones sexuales. Lo que él llamaba "semen femenino" , que sería la sangre de la menstruación, que no era expulsado por aquellas mujeres que no practicaban sexo, provocaría esta acumulación insana de la que se derivarían los síntomas característicos de la histeria aunque también reconocía que podía haber otras causas "La afección histérica tiene - escribe Galeno- un solo nombre, pero comprende bajo sí
variados e innúmeros accidentes". Y el remedio que proponía consistía en liberar esos fluidos. ¿Cómo? Pues mediante la estimulación de los genitales a través de un masaje hasta lograr "sacudidas acompañadas de dolor y placer simultáneamente" como escribe Galeno, es decir, un orgasmo inducido a través de la masturbación. Hay que añadir que Galeno hizo una importante aportación a la histeria ya que, en oposición a Hipócrates y Platón, en su obra "De difficultate respirationis " considera que el hombre también puede padecer los síntomas de la histeria.
Las teorías médicas de Galeno serían seguidas durante toda la época medieval, y la histeria no iba a ser una excepción, y así llegamos al siglo XV cuando un profesor de la Universidad de Parma, Antonio Guainerio, del que he encontrado información sobre sus investigaciones sobre la afasia , una enfermedad que provoca la incapacidad para producir o comprender el lenguaje, pero no datos sobre su biografía, escribe casi mil quinientos años después que Galeno que la histeria es provocada por "la retención de esperma o humores corruptos" . Así que en todo aquel tiempo no se había producido ningún avance en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad , que seguía centrándose en la expulsión de los fluidos retenidos por la mujer bien a través del coito o de la masturbación. En 1486 tiene lugar la primera impresión del "Malleus Maleficarum " o "Martillo de brujas" escrito por los dominicos e inquisidores Heinrich Kramer (1430-1505) y Jakob Sprenger (1435-1495) y que serviría de inspiración a la caza de brujas que durante los siglos XVI y XVII llevó a centenares de personas, mayoritariamente mujeres, a morir en la hoguera. Muchas de las mujeres que sufrían los síntomas relacionados con la histeria acabarían sus días acusadas de brujería, de estar poseías por el diablo y condenadas a arder en las llamas de las hogueras prendidas por toda Europa.
Retrato de Thomas Sydenham realizado por una mujer, la pintora Mary Beale(1633-1699), considerada la primera pintora profesional inglesa. Fue uno de los primeros médicos en considerar que la histeria no tenía causas físicas sino que la raíz de la enfermedad se hallaba en la mente. Otro médico del siglo XVII, el francés Lazare Rivière(1589-1655) escribiría sobre la histeria que "El furor uterino es una especie de locura, que proviene de un deseo vehemente de abrazo carnal, el cual deseo desbanca la facultad racional hasta el punto de que la paciente profiere discursos licenciosos y lascivos. Aunque afecta sobre todo a vírgenes y viudas jóvenes también puede sucederle a mujeres casadas que tienen maridos impotentes o a quienes no quieren mucho, por lo que sus vasos seminales no están suficientemente descargados" (Imagen procedente de http://commons.wikimedia.org ) |
Habría que esperar hasta el siglo XVII para escuchar una voz diferente que disentía con las teorías de Hipócrates, Platón y Galeno, el médico inglés Thomas Sydenham(1624-1689), al que se ha llamado el "Hipócrates inglés" y quién centró toda su atención en el estudio de los síntomas de las enfermedades que sufrían los pacientes al margen de las teorías médicas que se habían mantenido casi intocables desde la época de Galeno. En su obra "Observaciones médicas sobre la historia y curación de las enfermedades agudas" publicada en 1676, Sydenham compilaba las observaciones realizadas a lo largo de su carrera con una detalla descripción de diferentes enfermedades. Pero en lo que ahora nos interesa, la histeria, Sydenham, en oposición a Galeno, excluye por completo al útero de toda relación con esta enfermedad nerviosa y afirma que " todos sus síntomas proceden en realidad de la cabeza" y además considera que contribuyen a esta dolencia el entorno que rodea al paciente y fruto de sus observaciones concluye que la pueden padecer por igual hombres y mujeres y que cuanto mayor es el nivel cultural y económico de las personas con más frecuencia sufren este mal que, por lo demás, estaba muy extendido y según Sydenham constituía "un sexto de todas las enfermedades humanas" ya que sus síntomas eran tan amplios que convertían a la histeria en una especie de cajón de sastre en el que cualquier otra enfermedad desconocida podía adaptarse y encontrar su ubicación.
Pero la voz de Sydenham no tuvo mucho eco en su tiempo y así llegamos al siglo XIX , donde la histeria se diagnosticaba cada vez a un mayor número de pacientes, casi todas ellas mujeres,hasta considerarse casi una epidemia. Estamos en la Gran Bretaña dominada por la moral puritana bajo el reinado de la reina Victoria I de Inglaterra (1819-1901), un tiempo al que la historia conoce con el nombre de la época victoriana porque coincide en el tiempo con el reinado de sesenta y cuatro años de Victoria I, entre 1837 y 1901, la época de máximo esplendor del Imperio Británico, en el que se consolida el progreso económico derivado de la Revolución Industrial iniciada en el siglo XVIII y también acompañado por importantes avances científicos y culturales pero también con una gran desigualdad social entre una minoría pudiente, la aristocracia, los grandes empresarios, y una gran mayoría de trabajadores que vivían en condiciones precarias , donde el trabajo infantil era visto con normalidad al igual que las jornadas de trabajo agotadoras de hasta catorce y quince horas diarias. Otra de las características de la época victoriana fue su puritanismo, donde el sexo era un tema tabú en la sociedad y los matrimonios se forjaban por conveniencia política o económica de las familias, sin tener en cuenta los sentimientos de la mujer, reducida a una figura decorativa que vivía encerrada en su casa , con la única distracción de algunas pequeñas reuniones sociales.
El estricto mundo de las convenciones sociales de la sociedad británica y por extensión europea del siglo XIX , puesto de manifiesto en las novelas de escritores como la británica Jane Austen (en la imagen un fotograma de la película basada en una de sus obras, "Sentido y sensibilidad" realizada en 1995 por el director Ang Lee) , ayudó al rápido crecimiento de los casos diagnosticados como histeria a lo largo de este siglo, muchos de ellos consecuencia de la frustración sexual de la mujer en una sociedad que veía con malos ojos que esta manifestara emociones o expresara sus deseos íntimos, mientras que los hombres, aplicando la doble moral que caracterizó a esta época, acudían a burdeles para satisfacer los deseos que no manifestaban en sus hogares. Los matrimonios de conveniencia donde el amor no jugaba papel alguno y los prejuicios morales de la época fueron dos grandes pilares para el desarrollo de las dolencias mentales y nerviosas durante el siglo XIX.(Imagen procedente de http://www.dcine.org ) |
Por supuesto, me estoy refiriendo a las clases altas, pues esta no era la vida de la clase trabajadora , pero era en estas clases altas donde se encontraban, como ya había advertido dos siglos antes Sydenham, los síntomas de la histeria. Este sofocante y reducido universo al que se veía constreñida la existencia de la mujer en la sociedad británica del siglo XIX aparece retratado en las obra de Jane Austen (1775-1817) aunque sea anterior a la época victoriana, pero sus retratos de mujeres con sentimientos silenciados, deseos reprimidos y vidas monótonas y sin horizontes fueron el caldo de cultivo para una insatisfacción vital que se manifestaba con los síntomas que entonces se identificaban con la histeria. Os preguntaréis ¿y los hombres?¿no sufrían ellos de esa mismas vidas monótonas en lo que al sexo se refiere? La respuesta es que no, porque si el puritanismo era uno de los elementos claves de la era victoriana, la doble moral era otra, y los decentes caballeros victorianos acudían con frecuencia a la prostitución para satisfacer los deseos sexuales que no manifestaban a sus esposas . Se estima que a comienzos de la década de los años cuarenta del siglo XIX había en Londres cerca de nueve mil prostitutas y sólo en uno de sus barrios, el de Whitechapel, que se haría celebre durante los años ochenta del mismo siglo por los asesinatos de prostitutas perpetrados por Jack el Destripador, se contabilizaban más de sesenta burdeles, como indica el criminólogo británico Donald Rumbelow(1940) en su obra sobre los asesinatos de Whitechapel.
Así que mientras los hombres satisfacían sus deseos ocultos con prostitutas , las mujeres permanecían en sus casas y privadas de sexo , sin tener las posibilidades de los hombres para poder darles satisfacción. ¿Cual podía ser el remedio? El mismo que ya había recomendado Galeno, si el orgasmo no podía ser alcanzado en la vida conyugal, donde la mujer ideal debía mantener siempre la contención y no expresar sus emociones y deseos más allá de lo que recomendaba el decoro, sería necesario que fuera la medicina la que los provocara, aunque en ese caso no se denominaban orgasmos sino que recibían otra denominación técnica de "paroxismo histérico". Hoy no nos puede resultar más chocante esta terapia, pues sería como si al consultar a un médico de cabecera, en lugar de recetarnos una aspirina nos dijera que el tratamiento iba a consistir en ir cada cierto tiempo a su consulta para practicarnos una masturbación, pero eso era exactamente en lo que consistía la supuesta cura de lo que se llamaba entonces histeria y que, como hemos visto, eran en realidad los deseos reprimidos de miles de personas.Pero antes de seguir, permitidme que os cuente al menos dos palabras sobre la masturbación, que si era aplicada como tratamiento para el histerismo en las mujeres inglesas del siglo XIX , era al mismo tiempo perseguido y reprimido , en particular entre los niños.
Uno de los métodos de estimulación genital empleados en los Balnenarios y sanatorios europeos en el siglo XIX para lograr lo que se denominaba "Paroxismo histérico", que no consistía en otra cosa que en provocar el orgasmo de la mujer , aunque este era un tratamiento que estaba solo al alcance de las mujeres en mejor posición económica , de ahí que estuvieran mucho más extendidos los masajes manuales realizados por los médicos a sus pacientes en presencia incluso de la madre o del marido (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org ) |
La palabra masturbar , procede, según el Diccionario de la Lengua Española, del latín masturbari, que a su vez sería la evolución de la expresión "manu exturbare" o "manu turbare" que podría traducirse como "turbar o excitar con la mano", aunque su etimología es controvertida y algunos lingüistas también afirman que podría proceder de otras expresiones como "Manu stuprare" que significa "Violar con la mano" pero en realidad no sería hasta el siglo XIX cuando este término se difunde. Hoy también empleamos otra palabra , onanismo, extraída del Génesis, en el Antiguo Testamento, donde se narra la historia de Onán de donde procede la palabra onanismo, aunque en realidad lo que allí se relata no es la masturbación de Onán, sino la interrupción del coito para eyacular fuera de la mujer, como podemos leer en estos versículos "Sabía Onán que los hijos no serían suyos , y cada vez que entraba a la mujer de su hermano derramaba en tierra el semen para no dar hijos a su hermano"(Génesis 38, 9-10). Pero en 1857 el doctor británico William Acton(1813-1875) publicaba una obra titulada en inglés "The Functions and Disorders of the Reproductive Organs, in Childhood, Youth, Adult Age, and Advanced Life, Considered in the Physiological, Social, and Moral" , donde trata los problemas de la sexualidad masculina, pues a las mujeres apenas las menciona y sólo como responsables de la impotencia masculina por su falta de interés en el sexo, y en esta obra afirma que el hombre posee una cantidad limitada de energía sexual, por lo que la masturbación sería peligrosa ya que significaba un desperdicio de esa energía.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX diferentes inventores desarrollaron todo tipo de artilugios para evitar ese vicio nefando que era la masturbación. Este es uno de ellos, desarrollado por George Dudley y patentado en 1899 que consistía en un aparato que detectaba las erecciones y en ese momento sonaba la campana que podéis ver en el dibujo dando la alarma para que la erección desapareciera, imagino que por el sobresalto de la persona. Hay otros mecanismos no menos rocambolescos, como unos calzoncillos que disponían de un aparato que al detectar la erección ponía en marcha un ventilador que a su vez, a través de unos tubos, conducían el aire frío generado por el ventilador hasta el pene haciendo que la erección desapareciera. He encontrado estos y otros mecanismos en un curioso artículo en la web www.mundohistoria.org en este enlace que os adjunto http://www.mundohistoria.org/temas_foro/historia-la-ciencia-tecnologia/aparatos-anti-masturbacion |
Por ello consideraba que era necesario controlar la masturbación, en particular durante la adolescencia, cuando era más frecuente, ya que podía afectar al cerebro y el sistema nervioso del niño y entre los consejos para evitarlo recomendada que "En la infancia puede corregirse colocando al niño una camisa de fuerza. ". Y no era el único que opinaba de semejante forma. Años después, el pastor luterano norteamericano Sylvanus Stall(1847-1915), que en 1897 escribió un libro titulado "Lo que un joven debería saber" , que tendría una gran difusión en Estados Unidos donde abordaba el tema de la higiene sexual y advertía a los niños sobre los peligros de la masturbación .Escribía cosas como esta "La condición espantosa y desvalida de aquellos que han sido conquistados por este hábito se refleja en el hecho de que, para impedir que se repita el acto de la masturbación, y si ello es posible para curar definitivamente a la víctima de este vicio, a menudo es necesario colocar a los niños dentro de un chaleco de fuerza, o bien atarles las manos detrás de la espalda o a los postes de la cama. Hay que recurrir a medidas extremas para salvar al individuo de la autodestrucción física y mental". Y otro médico británico contemporáneo de William Acton, el doctor Isaac Baker-Brown(1811-1873) trató el tema de la masturbación femenina junto con el de enfermedades como la epilepsia, aconsejando la práctica de la infabulación o clitoridectomía, es decir, la extirpación del clítoris para evitar que la mujer sienta placer, una práctica que, por desgracia, sigue siendo realizada en muchos países musulmanes. Más grave aún fue que Isaac Baker-Brown fue acusado de realizar estas prácticas sin el consentimiento de sus pacientes por lo que fue expulsado de la Sociedad Obstetricia de Londres.
TRAILER DE LA PELÍCULA "HYSTERIA" DE 2011
La película de "Hysteria" relata la historia de Joseph Mortimer Granville, el médico británico que inventó el primer vibrador eléctrico con el que podía sustituirse el método manual que hasta entonces habían usado los médicos con sus pacientes para provocarles los orgamos que, supuestamente, curaban la histeria. Es una buena película que me hizo escribir este artículo y que creo que encontraréis muy interesante para conocer de una forma divertida parte de lo que os he contado hoy
Esta condena de la masturbación, que sería la causante de muchas dolencias mentales derivadas de la frustración sexual y el sentimiento de culpabilidad derivado por una práctica natural transformada por la moralidad en algo sucio , no alcanzaba los masajes genitales practicados por los médicos a sus pacientes con el loable objetivo de aliviar su histeria , siendo además una importante fuente de ingresos para ellos sin riesgo alguno, ya que la paciente salía siempre agradecida y aliviada, al menos hasta que los síntomas reaparecieran ya que se trataban estos pero no la raíz de su dolencia, que no era otra, en muchos casos, que la frustración sexual. Lo que hoy nos puede resultar aún más sorprendente es que a estas sesiones masturbatorias asistían familiares de la paciente e incluso su propio marido.Toda una escena. En la década de los años ochenta del siglo XIX uno de estos doctores británicos, Joseph Mortimer Granville, cansado de excitar manualmente a decenas de pacientes, desarrollaría el primer vibrador eléctrico , una historia que sería llevada al cine en el año 2011 por la directora Tanya Wexler en su película "Hysteria". El éxito del vibrador eléctrico fue inmediato y a comienzos del siglo XX su uso se había extendido a ambos lados del Atlántico gracias a un modelo diseñado para su comercialización por la compañía norteamericana Hamilton Beach en el año 1902, lo que supuso su lanzamiento hasta una década antes que otros electrodomésticos como la aspiradora o la plancha , y desde luego mucho más placentero.
Anuncio de la empresa norteamericana Hamilton Beach de uno de sus vibradores que a partir de 1902 se extenderían por Estados Unidos y Europa. Reza el anuncio "Para la salud y la belleza. Alivia el dolor y da fuerza. Vibrador Nueva Vida" . Al principio, después de su invención por Joseph Mortimer Granville, fueron para uso exclusivo de los médicos y las matronas que se encargaban de practicar las masturbaciones , pero después cada mujer podía tenerlo en su casa . La masturbación perdió así esa connotación sucia y sombría que la había acompañado hasta entonces y comenzó a verse como algo natural, al menos en algunos países y gradualmente. El genial director de cine y guionista Woody Allen tiene entre sus frases más celebres una que sería el lema perfecto para una campaña publicitaria sobre este tema "Masturbarse es hacer el amor con la persona que más quieres." . Fuera por la represión de los deseos insatisfechos o no, lo cierto es que las consultas de pacientes que decían sufrir histeria descendió hasta desaparecer por completo a mediados del siglo XX, y en 1952 la Asociación Americana de Psiquiatría dejó de considerarla como una enfermedad en su listado de dolencias mentales, siendo sustituida por otras como la hipocondria o el trastorno de personalidad (imagen procedente de http://www.ideal.es ) |
Pero mientras Mortimer lograba así acabar con la frustración de miles de mujeres, dos médicos franceses, Jean Martin Charcot(1825-1893) y Guillaume Duchenne(1806-1875), establecían gracias a sus investigaciones las bases de la neurología moderna. Charcot fue el fundador de la escuela de neurología del Hospital de la Pitié-Salpêtrière en París, donde a partir de 1885 estudió la histeria y concluyó que esta tenía sus origenes no en una dolencia física sino psicológica y llegó a emplearla hipnosis para tratar de aliviar los síntomas. Entre los alumnos que asistía a las clases de Charcot estaba un médico austríaco cuyo nombre seguro que conocéis, Sigmund Freud(1856-1893), que años después concluiría que la histeria no era provocada por la frustración sexual de la mujer ni los deseos insatisfechos sino que el origen había que buscarlo en un trauma de la infancia que yacía oculto en el inconsciente de la mujer y que la impedía tener una vida sexual normal causando los síntomas característicos de la histeria. Como veis, a lo largo de este relato nunca se menciona al hombre como causante de esta insatisfacción , buscando el origen de la dolencia en la mujer, ya fuera en su cuerpo o en su mente. Freud fue el padre del psicoanálisis que consideraba la represión de acontecimientos traumáticos en la infancia, y que eran almacenados en el inconsciente, los causantes de enfermedades mentales y también físicas que se manifestaban en la edad adulta.
Este cuadro representa al profesor Jean Martin Charcot en una clase sobre la histeria.Fue partidario de utilizar el hipnotismo para aliviar los síntomas después de señalar que su origen no eran físico sino que se hallaba en la mente del paciente y había que emplear para su curación los conocimientos psicológicos y neurológicos. Uno de sus discípulos, Sigmund Freud, afirmaría que la histeria era consecuencia, como casi todas las dolencias mentales para el fundador del psicoanálisis, en un trauma infantil , una idea que sería superada durante la segunda mitad del siglo XX cuando la histeria dejó de ser considerada una enfermedad , aunque otras que antes eran confundidas con ella porque se las definía con el mismo nombre, se convirtieron en nuevas enfermedades o trastornos psicológicos (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org ) |
Durante buena parte de la primera mitad del siglo XX las teorías de Freud se impondrían y la histeria dejó de ser tratada en las consultas de los médicos para pasar a los despachos del psicoanálisis, y de la estimulación genital a la cerebral. Sin embargo, con la evolución de la psicología y la medicina, la histeria fue quedando arrinconada en los diccionarios médicos y todos los síntomas que antes se englobaban bajo esta denominación fueron incorporándose a otras dolencias , entre ellas la epilepsia, y además también descendían las consultas sobre ella , quizás en parte porque la educación sexual fue evolucionando a lo largo del siglo XX , preocupándose gradualmente más de la sexualidad femenina, que hasta aquel momento había sido ignorada. Hoy ni siquiera está considerada esta palabra para designar a ninguna dolencia mental del ser humano que sirvió para ocultar durante siglos otros problemas , entre los que había dolencias físicas, enfermedades mentales y también la frustración sexual y la represión de sus emociones y sentimientos que tantas mujeres sufrieron durante siglos por motivos políticos,religiosos y sociales . Freud dijo en una ocasión "La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?" . Freud , aunque se equivocó en algunas de sus respuestas sí se hizo esa pregunta , pero durante siglos muy pocos hombres se la hicieron , ni siquiera les inquietaba que pudieran querer o pensar, y hubo que esperar al siglo XX para que esta situación cambiar, curiosamente, el mismo siglo en que desapareció la histeria.
No me resisto a terminar este artículo sin incluir una imagen de la película "Hysteria" donde vemos a Joseph Mortimer Granville tratando a una de sus pacientes afectadas , supuestamente, de histeria. Considerar algo que forma parte de la naturaleza como oscuro y sucio fue la causa de muchos problemas que derivaron en trastornos nerviosos. Hay un refrán popular en castellano que dice que "no se pueden poner puertas al campo " y cuando mejoró la educación sexual y se tuvo en cuenta la sexualidad de la mujer los casos de histeria que llenaban las consultas desaparecieron(Imagen procedente de http://yogashi.blogspot.com ) |
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