viernes, 20 de julio de 2012

HISTORIAS DE LA MEDICINA : LA VIRUELA Y LA EXPEDICIÓN BALMIS (SEGUNDA PARTE)

En la primera parte de esta historia sobre una de las enfermedades que más muerte y dolor han causado a la humanidad casi desde el comienzo de la civilización, pues los científicos estiman que ya la padecíamos diez milenios antes de Cristo y cuyas primeras referencias escritas se remontan al año 1600 a. C en la India, detuvimos el relato cuando el médico rural inglés Edward Jenner (1749-1823) desarrollaba la vacuna que prevenía con éxito el contagio de la enfermedad, una vacuna que había llegado a probar en su propio hijo y que, a pesar de ello, había recibido el rechazo de los médicos , la burla de la prensa con la publicación de caricaturas en las que los que recibían las vacunas se transformaban en vacas, y la oposición de la Iglesia  que consideraba la vacuna como una intromisión en lo que consideraban era la voluntad de Dios. Actitudes que ya antes habían sufrido Lady Mary Wortley Montagu(1689-1762), que a partir de 1718 había tratado de introducir en Inglaterra la técnica de la variolización empleada por los médicos turcos en el Imperio Otomano y que a pesar de sus excelentes resultados también chocó con la misma incomprensión que la vacuna de Jenner.

Sin embargo, en esta ocasión las cosas iban a ser diferentes y uno de los principales impulsores del futuro éxito de la vacuna iba a ser el que era entonces el hombre más poderoso de Europa, el ya emperador francés Napoleón I Bonaparte (1769-1821) que en 1805 ordenó que todos sus soldados recibieran la vacuna de Jenner para protegerles de la viruela. Si esto puede ser considerado un respaldo decisivo para la vacuna de la viruela el otro factor crucial hay que buscarlo en España . Una vez aceptado que la vacuna era un remedio eficaz para una enfermedad que afectaba no a un país o un continente concreto sino a todo el planeta, había un problema de difícil solución ¿cómo podría llevarse este remedio a los lugares más alejados , cómo difundir la curación por todo el mundo? Esta inquietud era aún más acuciante para grandes potencias como España, cuyo extenso Imperio abarcaba territorios en América y Asia .  En 1798 Jenner había publicado una obra titulada "Una investigación de las causas y efectos de la Variolae Vaccinae, una enfermedad conocida con el nombre de Cow Pox" en la que exponía el proceso de su descubrimiento de la vacuna contra la viruela. Dos años después , en 1800 , la vacuna llegaba a España .

No parece conservarse ningún retrato de Francisco Javier de Balmis , el impulsor de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que iba a difundir la vacuna de la viruela en todos los territorios del extenso imperio español tanto en América como en Asia e incluso la difundiría también en China y en la isla de Santa Elena bajo soberanía británica. A diferencia de Edward Jenner o lady Montagu, Balmis tuvo el apoyo del monarca español y también de la Iglesia, lo que permitió organizar la expedición y que esta se convirtiera en un éxito que protegería a miles de personas de la viruela  (Esta imagen procede de una página web que considero muy completa sobre la figura de Francisco Javier de Balmis http://www.balmis.org)

El entonces rey de España Carlos IV (1748-1819), era particularmente sensible a todo lo relacionado con la viruela ya que su hija , la infanta María Luisa, había sufrido la enfermedad. A su lado se encontraba su médico personal y clave en la gran aventura de la extensión de la vacuna por todo el mundo, Franciso Javier de Balmis y Berenguer (1753-1819). Balmis había nacido en Alicante y después de estudiar medicina viajó a América donde estuvo trabajando en La Habana y en México . lugar este último en el que además de prestar sus servicios como primer cirujano en el Hospital de San Juan de Dios de Ciudad de México, también desarrolló una profunda investigación sobre las enfermedades venéreas. Balmis era un hombre de su tiempo, una nueva sociedad abierta al conocimiento y la investigación impulsada por el espíritu de la Ilustración , un movimiento cultural y del pensamiento que en España se había encargado de desarrollar los primeros monarcas de la dinastía Borbón  y muy particularmente Carlos III (1716-1788).

Cuando Balmis regresa a España publica en 1794 el resultado de sus investigaciones sobre las enfermedades venéreas en una obra titulada "Demostración de las virtudes del agave y la begonia". Ya en España es nombrado médico personal del rey Carlos IV y  esa es la posición que ocupa cuando la vacuna entra en España en 1800. El rey, que no quería ver sufrir a ninguno más de sus hijos por la dolencia, venció todos los miedos y recelos que aún rodeaban a la vacuna e hizo vacunar a todos sus hijos y se mostró muy interesado en un proyecto que le presentó Balmis, difundir la vacuna por todos los territorios del extenso imperio español , que era casi lo mismo que llevar la vacuna a todos los rincones del mundo conocido , tales eran las dimensiones de las posesiones españolas que se extendían no sólo a América , sino también a Asia con el dominio de las islas Filipinas. El rey se mostró entusiasmado con la idea y encomendó el estudio del proyecto de Balmis a la Junta de Cirujanos de Cámara que respaldó con ardor la iniciativa de Balmis al que además consideraban el hombre idóneo para aquella misión pues además de sus conocimientos médicos tenía experiencia en viajes y había vivido durante un largo periodo de tiempo en América.

Fotografía de la edición de la obra del cirujano francés Jacques-Louis Moreau de la Sarthe(1771-1826) titulada "Tratado práctico e histórico de la vacuna" traducida en 1803 al castellano por Francisco Javier de Balmis y de la que llevaría muchos ejemplares en la expedición para entregarla entre los centros de vacunación que pretendían crear en los territorios ultramarinos españoles . En la página de la izquierda vemos un grabado del inventor de la vacuna, Edward Jenner, que tiempo después escribiría sobre la expedición  "No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este" (Imagen procedente de http://hicido.uv.es )

Después de este respaldo el rey no vaciló en facilitar a Balmis todo lo necesario para llevar adelante el proyecto, en el que también iba a ocupar un papel destacado el médico y cirujano catalán Josep Salvany i Lleopart (1774-1810). El primero de septiembre de 1803 el rey Carlos IV ordena la publicación de un edicto, que debería publicarse en todos los territorios bajo la soberanía de la corona española, en el que se recoge el objetivo principal de una expedición dirigida por Balmis que recorrería todos estos territorios y que no era otro que la difusión de la vacuna de la viruela y la enseñanza a los médicos de esas tierras de como debía aplicarse  para detener una enfermedad que atacaba con particular virulencia en América. Se ordenaba a las autoridades locales que apoyaran y colaboraran con la expedición en todo lo que necesitaran y que dispusieran de los medios precisos para aplicar las vacunas en sus respectivos territorios. En 1805 , dos años después, cuando la expedición ya llevaba dos años en América, se publico otra Real Cédula que obligaba a todos los hospitales a disponer de un lugar adecuado para conservar el suero de la vacuna.

Pero el problema clave era ¿cómo iban a transportar la vacuna hasta América y luego hasta Filipinas sin que se deteriorase? La solución se le ocurrió a Balmis y no pudo ser más original y brillante. La vacuna se conservaría en el interior del organismo de niños a los que se vacunaría contra la viruela y se iría pasando la vacuna de uno a otro a lo largo del viaje. Para ello se eligió a veintidós niños huérfanos procedentes de la Casa de Expósitos de la ciudad de La Coruña, desde donde estaba previsto que zarpara la expedición, a los que se inoculó la vacuna . Superado este obstáculo la expedición estaba dispuesta para iniciar un viaje que se convertiría en un hito de la medicina y que recibiría el nombre de Real Expedición Filantrópica de la Vacuna , aunque después sería conocida como Expedición Balmis ya que él fue el espíritu que impulsó y organizó este viaje, contando con la colaboración de otros dos médicos, entre los que estaba el ya mencionado Josep Salvany, dos prácticos, tres enfermeras y la responsable de la Casa de Expósitos de La Coruña de donde procedían los niños que portaban la vacuna en su sangre. Hay que subrayar la naturaleza excepcional de este viaje, pues con él no se pretendía obtener ninguna rentabilidad económica sino que la costosa expedición financiada por la Corona sólo pretendía proteger a toda la población de sus territorios de los efectos de la viruela, una misión filantrópica que causaría el asombro y el aplauso de la sociedad de su tiempo donde era casi inconcebible hacer algo sin obtener un beneficio como contraprestación.

DOCUMENTAL SOBRE LA EXPEDICIÓN BALMIS

Es el único documental que he encontrado sobre la vida de Francisco Javier de Balmis y la expedición que él inspiró y dirigió , pero creo que ofrece una visión muy completa y de forma resumida de su vida y su labor.

  
Finalmente, la expedición zarpa a bordo de la corbeta "María Pita" bajo el mando del capitán Pedro del Barco  del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803 rumbo a América con el personal médico , los veintidós niños y un completo equipo médico necesario para la ingente tarea de difundir la vacuna por todo un continente junto con la obra del cirujano francés Jacques-Louis Moreau de la Sarthe(1771-1826) titulada "Tratado práctico e histórico de la vacuna" , donde se contenía lo necesario para aplicar correctamente la vacuna y de la que llevaban numerosas copias para difundirlas entre los distintos centros de vacunación que se pretendían crear. La primera escala de la expedición fueron las islas Canarias, donde ya centenares de personas fueron vacunadas al tiempo que entregaron a los médicos locales los medios necesarios para que ellos pudieran continuar a partir de entonces con las campañas de vacunación. La siguiente escala fue Puerto Rico y a continuación alcanzaron las costas de Venezuela, donde la expedición se dividió para cubrir todo el continente. El médico catalán Josep Salvany  emprendió una ruta que le llevaría a recorrer Panamá, Colombia, Perú, Chile y Bolivia donde  encontraría la muerte en la ciudad boliviana de Cochabamba en 1810 después de siete años de sacrificios en su lucha por extender la vacuna hasta el último rincón de aquellos territorios.
File:Real Expedición Filantrópica de la Vacuna 01.svg
Mapa del Itinerario seguido por la corbeta María Pita y la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna desde su partida el 30 de noviembre de 1803 , su primera escala en las islas Canarias  , la siguiente en la isla de Puerto Rico y a continuación la costa de Venezuela, donde la expedición se separó para cubrir todo el continente americano, destacando aquí la figura del médico catalán Josep Salvany, que durante siete años recorrerá Panamá, Colombia, Perú y Bolivia hasta encontrar la muerte en la población boliviana de Cochabamba enfermo y agotado después de vacunar a miles de personas. Sus compañeros de expedición seguirían su labor en Chile , mientras Balmis se dirige a La Habana, Guatemala y México, donde se preocupará por el destino de los veintidós niños huérfanos que habían sido los portadores de la vacuna de la viruela, a los que dejará en un orfanato de la capital y a otros en familias que les adoptaron, salvándoles de un destino mucho peor en España. (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org )
Mientras, Balmis llevó la vacuna por el territorio de Venezuela, posteriormente a Cuba y de allí a México donde incluso extendió la vacuna a los alejados territorios españoles en Norteamérica, los actuales estados de Texas, Nuevo México y California. Durante todo este trayecto los expedicionarios recibieron el apoyo tanto de las autoridades de cada territorio como de la Iglesia, una actitud muy diferente a la que se había encontrado en el siglo XVIII aquellos que trataron de difundir la variolización. Sin duda , el espíritu ilustrado había prendido en la sociedad transformándola y haciéndola más receptiva a nuevos descubrimientos. Una vez culminada su labor en América Balmis se dispuso a trasladar la vacuna hasta las lejanas islas Filipinas, para lo que repitió el proceso, inoculando a veinticinco niños mexicanos la vacuna de la viruela y zarpando con ellos rumbo a Filipinas en febrero de 1805 desde el puerto de Acapulco a bordo del "Magallanes". Después de dos meses de dura travesía, amenazados por los piratas y azotados por tempestades,  alcanzaron el puerto de Manila en abril y ,una vez más, y contando con la crucial ayuda de la Iglesia, cumplieron su misión de difundir la vacuna de la viruela.  
Aunque no se si veréis con claridad el texto que acompaña a este mapa, aquí podéis ver el itinerario completo de la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna que se prolongó durante tres años, entre 1803 y 1806 y que daría la vuelta al mundo difundiendo la vacuna con su método revolucionario de transportar la vacuna en el cuerpo de niños. Este mismo sistema sería luego empleado por los británicos que lo adoptaron después de la escala de Balmis y su expedición en la isla de Santa Elena . Sin embargo, aún quedaba una larga lucha por delante principalmente en Asia y en una África que apenas había sido explorada cuando Balmis hizo su viaje (imagen procedente de http://irati.pnte.cfnavarra.es )
Y rompiendo los límites que se habían establecido en la misión, es decir, difundir la vacuna en los territorios controlados por la Corona española , aun tuvo fuerzas Balmis para dirigirse a  China y desembarcar en la colonia portuguesa de Macao en septiembre de 1805 y desde allí se adentró en el territorio de aquella gigantesca nación recorriendo gran parte de la actual provincia de Cantón. Por fin  emprende el regreso a España aunque aún tuvo tiempo para hacer escala en la aislada isla de Santa Elena, en medio del Océano Atlántico y bajo soberanía británica. Allí logró convencer a las autoridades británicas para que emplearan la vacuna y además les enseñó el método que había empleado para conservar la vacuna en el cuerpo de los niños, método que adoptarían los ingleses para hacer lo propio en los cada vez más numerosos territorios de un Imperio que se hallaba en plena expansión.  Francisco Javier de Balmis regresaba por fin a España en el verano de 1806 , siendo recibido por el rey Carlos IV como un héroe y rodeado de la admiración de la población y del mundo universitario, no sólo en España sino en toda Europa. El propio inventor de la vacuna, Edward Jenner, reconocería la importancia de aquella expedición y escribió " No puedo imaginar que en los anales de la Historia se proporcione un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que este".
Como ejemplo de la admiración que despertó en todo el mundo la expedición dirigida por Balmis tenemos las palabras del científico y político nacido en la colombiana ciudad de Medellín,  Francisco Antonio Zea (1766-1822) que escribía en 1808 "Sea cual fuere la suerte que con el transcurso de los siglos toque a España, que como los medos, como los asirios, como otros grandes pueblos desaparezca de la escena de las naciones, que no se encuentren ni vestigios de su lengua, ni monumentos de su historia; que la península misma se hunda en el océano y su sitio llegue a ser un problema en la posteridad, siempre se conservará ilesa la memoria de esta expedición filantrópica. Sobrevivirá a la misma Europa y no acabará mientras quede algún pueblo ilustrado encima de la tierra" Balmis aún regresaría de nuevo a México en 1810, publicaría una obra titulada  "Instrucción sobre la introducción y conservación de la vacuna"  y moriría en Madrid el 12 de febrero de 1819 rodeado del agradecimiento de miles de personas que nunca le conocerían, que ni siquiera sabrían su nombre, pero que se salvaron de la enfermedad gracias al heroico esfuerzo de Balmis y todos los que formaron parte de aquella expedición de la que el gran explorador y científico alemán Alexander von Humboldt (1769-1859) escribiría en 1825 " Este viaje permanecerá como el más memorable en los anales de la historia".
Fotografía de Rahima Banu(1973) , que vivía en un pueblo de la isla Bhola, la más grande de Bangladesh. Su caso de viruela salio a la luz el 16 de octubre de 1975 . Un equipo de la Organización Mundial de la Salud se desplazó hasta donde vivía Banu y permaneció con ella hasta que se recuperó, llevando después una vida normal casándose y teniendo cuatro hijos . Fue el último caso de la cepa de viruela mayor (imagen procedente de http://aulascienze.scuola.zanichelli.it)
Pero a pesar del éxito de la expedición, la lucha contra la enfermedad estaba aún lejos de concluir. Los medios disponibles no permitían llevar la vacuna a muchos lugares que siguieron sufriendo los azotes de la enfermedad y, como veíamos ayer, ya en el siglo XX arrebataba la vida a quinientos millones de personas. De nuevo la iniciativa de una persona iba a impulsar la lucha contra la viruela cuando Viktor Zdánov(1914-1987), entonces viceministro de Sanidad de la Unión Soviética, propuso en un discurso leído ante la Asamblea Mundial de la Salud en 1958 la unión de esfuerzos de todas las naciones para lanzar una campaña mundial de vacunación de la viruela dirigida a erradicar la enfermedad.  En esa misma década se obtuvo una gran victoria cuando la Organización Panamericana de la Salud declaró oficialmente erradicada la viruela en el continente americano. En 1966 comenzaba el Programa de Erradicación de la Viruela, que no se limitaba a la vacunación masiva sino que además realizaba un control y vigilancia de los afectados y de las personas a las que podían haber contagiado para aislarlos y detener la cadena de contagio, algo nada fácil en África y Asia donde a la pobreza de la población había que unir la dificultad para alcanzar muchos de sus territorios y las duras condiciones climáticas y la inestabilidad política que tenían que superar los responsables de la campaña.
El cocinero somalí Ali Maow Maalin , que trabajaba en el hospital de la ciudad de Merca, en Somalia, fue el último ser humano en ser diagnosticado de viruela contraída de forma natural y no por accidente en un laboratorio. Padecía la cepa del virus de la viruela menor y le fue diagnosticado el 26 de octubre de 1977. El último eslabón de una larga cadena de enfermos que se remontaba al menos doce mil años atrás y de cientos de millones de muertos. Maalin se recuperó sin problemas y ahora colabora en campañas sanitarias en su país de origen para erradicar otras enfermedades como la poliomielitis (imagen procedente de http://www.jhsph.edu )    
Pero con esfuerzo y sacrificio de muchas personas  la campaña de erradicación dirigida por el epidemiólogo checo Karel Raska(1909-1987) fue acorralando al virus y así ,en 1975 la pequeña Rahima Banu , una niña de Bangladesh de dos años de edad, fue el último caso registrado de la cepa del virus de la viruela mayor, y dos años después, en octubre de 1977 , se producía el último caso de la cepa del virus causante de la viruela menor y el último de cualquiera de las cepas de viruela contagiada de forma natural en la persona de un joven somalí llamado Ali Maow Maalin(1954). Tanto la pequeña Rahima Banu como Ali Maow se recuperaron de la enfermedad. Pero aún habría un caso más, aunque este contagio no sería producido de forma natural sino de manera accidental en un laboratorio la Escuela de Medicina de la Universidad de Birmingham donde trabajaba la fotógrafa médica Janet Parker(1938-1978). Su estudio fotográfico se hallaba justo sobre el laboratorio de la Universidad en la que se estaba realizando un estudio sobre la viruela y ,de alguna forma, el virus debió transmitirse a través de los conductos de la ventilación donde trabajaba Janet, que contrajo la enfermedad. La historia fue trágica pues la enfermedad no solo acabó con la vida de Janet, que se convirtió en la última víctima en la historia de la viruela, sino que además su padre murió de un infarto al ir a visitarla al hospital donde estaba internada y el profesor Henry Bedson, el jefe del departamento de biología de la Universidad, donde se estaban realizando los estudios con el virus, se suicidó por considerarse responsable de la muerte de Janet. En la nota de suicidio escribió "Siento que he perdido la confianza que muchos de mis amigos y colegas han depositado en mí y en mi trabajo".  
Un agente de salud muestra a una mujer una estampa de identificación. Bangladesh, 1975.
En esta fotografía vemos a un miembro de un equipo de la Organización Mundial de la Salud en Bangladesh en 1975 mostrando una fotografía de un enfermo de viruela para que la población pudiera reconocer la enfermedad y avisar en caso de que detectaran un caso. Además de la vacunación masiva , la vigilancia y control del contagio de la enfermedad y de la aparición de nuevos casos fue fundamental para erradicar la enfermedad , la única junto con la peste bovina que el hombre ha logrado extinguir excepto por las cepas que aún se conservan en laboratorios de Estados Unidos y Rusia y esperemos que en ningún otro sitio. El debate sobre su destrucción o conservación sigue abierto (imagen procedente de http://www.ho.int)


Un trágico epílogo de una campaña que culminó en 1980 con la presentación del  "Informe final de la Comisión Global para la certificación de la erradicación de la viruela" ante la Organización Mundial de la Salud. Desde entonces no se ha producido ningún caso de viruela en ninguna parte del mundo y sólo sobreviven unas cepas del virus en laboratorios de Estados Unidos y Rusia , donde se mantiene vivo el debate sobre la necesidad de destruir o conservar estas últimas muestras de la viruela, después de suspender su destrucción prevista para 1993. Un debate complicado, porque no sabemos si pudieran existir cepas del virus en algún otro lugar del mundo pero el riesgo de que por un accidente o de forma deliberada se produjera una fuga de este virus en alguno de los laboratorios que lo custodian pondría en peligro a toda la población , ya que hemos perdido la protección contra el virus que nos había otorgado su contacto con la enfermedad durante milenios, estaríamos tan indefensos como los indígenas americanos cuando llegaron los españoles,  y no habría tiempo material para fabricar y vacunar a siete mil millones de personas antes de que la enfermedad  infectara a cientos de millones de personas.
Busto dedicado a Francisco Javier de Balmis y Berenguer en Alicante, su ciudad natal. La Expedición  Real Filantrópica de la Vacuna  se convertiría en el símbolo del poder que puede tener un grupo de hombres cuando no persiguen el interés propio sino el bien común, el de toda la humanidad.  Escribió Balmis "Amar y sufrir es, a la larga, la única forma de vivir con plenitud y dignidad" Gracias a la capacidad de amor y sufrimiento de personas como Francisco Javier Balmis, Edward Jenner, lady Mary Wortley Montagu, Josep Salvany y tantos otros hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas para acabar con esta terrible enfermedad  hoy miles de millones de personas se hallan a salvo de la muerte o la desfiguración por culpa del virus variola. Ojalá recordemos siempre que el bienestar de todos es al final la mejor forma de alcanzar nuestra propia felicidad  (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org )  
Pero esperando que este extremo nunca tenga lugar, podemos considerar que la viruela ha sido el gran triunfo histórico de la medicina sobre una enfermedad causante de la muerte y sufrimiento de millones de personas, una victoria que no habría sido posible sin las técnicas de variolización desarrolladas en la India y China , difundidas después a través del Imperio Otomano y llevadas a Europa por lady Mary Wortley Montagu, sin la labor de médicos como el chileno Pedro Manuel Chaparro que difundió la variolización en Chile a pesar de la incomprensión de las autoridades y la Iglesia, de la invención de la vacuna por Edward Jenner, de la difusión de la vacuna por todo el mundo gracias a la Real Expedición Filantrópica dirigida por Francisco Javier de Balmis,  al sacrificio heroico de Josep Salvany recorriendo Perú, Chile y Bolivia, y a todos y cada uno de los participantes en el Programa de Erradicación de la Viruela desarrollado entre 1966 y 1980 que acabó con la victoria sobre la enfermedad. Una vez más en la historia de la humanidad  la victoria  se produjo gracias al esfuerzo colectivo de hombres y mujeres, unos célebres y muchos otros desconocidos, que sin esperar nada a cambio dedicaron sus vidas a salvar la de los demás. La erradicación de la viruela no es sólo un triunfo de la medicina sobre la enfermedad es, sobre todo, un triunfo de la generosidad y amor por la humanidad y la expedición Balmis se convertiría en el símbolo de esa victoria cuando el ser humano se une por el bien común.

8 comentarios:

A.M.G dijo...

no me cansare de decírtelo, tu blog me parece genial... un saludo

christian mielost dijo...

Muchas gracias a ti Anabel y por seguir leyéndome después de todo este tiempo. Siempre me animas con tus comentarios. Un saludo desde Madrid!!

Sonia dijo...

Conocí esta historia hace relativamente poco, por una novela que habla del tema. Como bien dices al principio del artículo parece que las historias que han hecho bien a la humanidad caen antes en el olvido. Gracias por transmitirnoslas! Saludos desde Malta

christian mielost dijo...

Muchas gracias a ti Sonia, una vez más. Es una de esas historias de las que apenas se habla y que creo que merece la pena conocerse. Un abrazo muy fuerte desde Madrid!!

Unknown dijo...

EXCELENTE, BLOG, CON NOMBRES, FECHAS, TEXTO Y FOTOGRAFIAS, TE FELICITO

christian mielost dijo...

Muchas gracias Enrique!!He visto al entrar ahora que faltan algunas de las fotografías que puse, trataré de ponerlas de nuevo. Un abrazo fuerte desde Madrid!!

VICTOR-CONEJO dijo...

gracias por este articulo

christian mielost dijo...

Muchas gracias a ti Victor por leerlo. Te mando un abrazo desde Madrid!!

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