HISTORIAS DE LA MEDICINA : LA VIRUELA Y LA EXPEDICIÓN BALMIS (PRIMERA PARTE)
(Antes de empezar pido disculpas porque un problema de configuración me ha impedido separar los párrafos y las fotos por lo que tiene hoy una presentación que no es la ideal.)
El historiador y ensayista inglés Thomas Carlyle (1795-1881) escribía al reflexionar sobre la fama que "A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos." Es cuando menos llamativo como a lo largo de la historia ganan más fama aquellos que han sobresalido por causar grandes daños a la humanidad que las personas que han dedicado su vida a los demás , que han sacrificado su bienestar o han puesto en juego su seguridad para obtener logros que redundasen en beneficio de todos. Esas personas ,grandes en el sentido que les daba Carlyle, suelen caer en el olvido aunque el mundo sería un lugar mucho peor si ellos no hubieran existido. Si preguntásemos a cualquier persona si sabe lo que es la viruela respondería que si, una terrible enfermedad que causó la muerte de millones de personas a lo largo de la historia y a otros muchos millones les desfiguró el rostro. Con un poco más de suerte tal vez nos pueda decir que el descubridor del remedio contra la enfermedad se llamaba Edward Jenner(1749-1823) pero si le preguntáramos si conoce a Francisco Javier de Balmis y Berenguer lo más probable es que sólo obtuviéramos una mirada de desconcierto. Es cierto, a menudo los grandes son desconocidos, y Balmis es uno de esos grandes, protagonista de una hazaña medica a la que todos le debemos mucho aunque ahora ignoremos su nombre. Os propongo que hoy conozcamos su historia.
Pero antes debemos hablar del mal que acompañaba a la humanidad desde al menos el 10.000 a. C , la viruela. Definida por el Diccionario de la Lengua Española como "Enfermedad aguda, febril, esporádica o epidémica, contagiosa, caracterizada por la erupción de gran número de pústulas" es producida por el virus Variola y su nombre, viruela, procede del latín Variola , que podría traducirse como "postilla" haciendo referencia a las pústulas que cubren el cuerpo del enfermo dejándolo marcado para toda la vida en caso de sobrevivir a la enfermedad. ¿En qué consiste la dolencia? Había dos cepas principales . La más frecuente era la conocida como viruela mayor, responsable de más de un 90% de los casos y con una tasa de mortalidad del 30% mientras que la forma más virulenta y letal, la viruela hemorrágica, si bien era menos frecuente , alrededor del 10% de los casos, su tasas de mortalidad era casi del 100%. Aún había otra forma de viruela mucho más leve y que apenas representaba el 1% de los casos , denominada viruela menor. La enfermedad se contagia con facilidad por inhalación de las gotas líquidas de la saliva lanzadas al aire por un enfermo o a través del contacto físico con objetos que hayan estado en contacto con estos enfermos, si bien no es tan fácil su propagación por el aire ,dándose el contagio sólo entre los seres humanos y no de animales a personas como ocurre con otras enfermedades epidémicas.
BREVE VÍDEO SOBRE EL VIRUS DE LA VIRUELA
En este fragmento de un documental sobre virus letales de Discovery Channel se describe el virus de la viruela , su forma de contagio y como actúa dentro del organismo.
Una vez producido el contagio la incubación de la enfermedad puede prolongarse por un periodo de tiempo que oscila entre la semana y las dos semanas, tiempo en el que no se manifiesta síntoma alguno y tampoco puede contagiarse a otra persona. Transcurrida esta primera fase asintomática de la enfermedad en la que el virus pasaba de la boca y la nariz al sistema linfático, invadiendo nuestros glóbulos blancos encargados de la inmunidad del organismo y producidos en la medula osea y los ganglios linfáticos, que se convierten en los primeros objetivos del virus junto con el bazo, clave también en el sistema inmunológico del cuerpo, le sigue un periodo de entre dos y cuatro días en los que se manifiestan los primeros síntomas y donde la enfermedad comienza ya a ser contagiosa. La fiebre sube hasta alcanzar los 40º C, fuertes dolores musculares y un intenso malestar general que impide al enfermo realizar las actividades de la vida cotidiana. Una vez superada esta segunda fase de la enfermedad, que es en la que el enfermo sufre más, comienza la aparición de manchas de color en la boca y la lengua que se transforman en llagas que a su vez liberan una gran cantidad de virus por la boca y la garganta.
Este es el aspecto que ofrecen las pústulas de la viruela que son las responsables de las características cicatrices que dejan marcados el rostro y el cuerpo una vez superada la enfermedad. Esta foto corresponde a una niña de Bangladesh y la fotografía corresponde a 1973. Después de una intensa campaña de vacunación a nivel mundial la viruela ha quedado erradicada y el último caso de viruela contraída de forma natural se produjo en 1977 en Somalia (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org )
Las erupciones comienzan a extenderse por el resto del cuerpo ,en particular por las extremidades al tiempo que la fiebre y los dolores musculares comienzan a ceder y el enfermo experimenta una aparente mejoría de sus síntomas. Desde la aparición de las primeras manchas hasta su extensión por todo el cuerpo sólo pasan dos días ,la enfermedad resulta más contagiosa. Después de la primera erupción que se prolonga durante cuatro días, la siguiente fase de la enfermedad se caracteriza por el endurecimiento de las vesículas transformándose en pústulas, un proceso que puede durar hasta cinco días y en los que la enfermedad sigue siendo altamente contagiosa. Han transcurrido aproximadamente dos semanas desde la aparición de los primeros síntomas cuando las pústulas comienzan a producir una costra , proceso que puede durar entre cinco y nueve días después de los cuales las costras comienzan a desprenderse desapareciendo por completo aproximadamente tres semanas después de la primera erupción, aunque las costras, al desprenderse, solían dejar profundos hoyos en la piel desfigurando el rostro del enfermo.
Representación de la diosa hindú Shitala Mata, la diosa de la viruela. Los primeros documentos que hace referencia a la viruela los encontramos en textos sánscritos de India hacia el 1600 a. C y también hay escritos sobre la presencia de la enfermedad en China que se remontan al siglo XII a. C. En la Guerra del Peloponeso que enfrento a las dos grandes ciudades griegas Atenas y Esparta entre 431 y 404 a. C una plaga diezmó a la población de Atenas causando la muerte de su líder Pericles, y algunos historiadores aventuran que esta plaga podría tratarse de peste, la misma que sufrió el ejército de Alejandro Magno (356-323 a.C)y la misma que los musulmanes introducirían en la Península Ibérica después de la conquista del siglo VIII o de la que morirían muchos caballeros durante las Cruzadas a partir del siglo XII. La viruela era una compañera fiel y letal de la humanidad (imagen procedente de http://www.exoticindiaart.com )
En su forma más virulenta, la viruela hemorrágica, la muerte se producía apenas 48 horas después del comienzo de la hemorragia en los órganos internos mientras que en la viruela mayor , con una tasa de mortalidad, como ya hemos visto, del 30%, la muerte solía producirse a partir de la aparición de las pústulas. Desde los primeros síntomas de fiebre y dolores hasta la caída completa de todas las costras la enfermedad era contagiosa y para hacernos una idea de la gravedad y extensión de la viruela basta un dato, durante el siglo XX no menos de quinientos millones de personas hallaron la muerte por causa de este virus mientras que en la antigüedad estaba tan extendida que en algunas culturas no se daba nombre al recién nacido hasta que este no sobrevivía a la enfermedad. En la India el hinduismo tenía incluso una diosa de la viruela, Shitala Mata, la Diosa Fría, que llevaba en su cabeza un cesto lleno de grano y cuando dejaba caer alguno de estos granos se convertían cada uno de ellos en una pústula de la viruela . Al igual que sucedía con otras enfermedades , la viruela era considerada un castigo que los dioses enviaban al ser humano por los pecados cometidos y recibían el nombre de papároga , termino sánscrito que significa "enfermedad del pecado". Curiosamente, los enfermos de viruela se consideraban elegidos por la diosa y los que sobrevivían acudían el resto de su vida a los templos de la diosa para orar y realizarla ofrendas. Si hoy hablamos de armas de destrucción masiva al referirnos a los arsenales nucleares, químicos y bacteriológicos que poseen determinados países, la viruela fue una de estas armas durante la conquista del continente americano.
Una de las páginas de la "Historia General de las cosas de Nueva España" realizada bajo la supervisión del fraile franciscano Bernardino de Sahagún (1499-1590) y que entre 1540 y 1585 recogió a través de entrevistas y conversaciones con indígenas pertenecientes a las elites aztecas información sobre su vida, costumbres, fe e historia. Conocido también como el Códice Florentino entre toda la información valiosa sobre la cultura mexica se encuentra también los padecimientos sufridos por causa de la viruela como refleja este dibujo de indígenas contagiados del mal que llevaría a reducir su población en casi un 97% en apenas un siglo (imagen procedente de http://mexico.cnn.com )
Los conquistadores españoles introdujeron el virus de la viruela en América , un virus para el que los indios no tenían defensas naturales causando una catástrofe demográfica. Es difícil ofrecer cifras y hay diferentes estudios con resultados muy distintos, pero se estima que si la población del actual México era, antes de la llegada de los españoles, de unos 25 millones de personas hacia 1518, esta habría disminuido hasta no más de 700.000 hacia 1620, es decir , había desaparecido el 97% de la población indígena, la mayoría de ellos a causa principalmente de la viruela y de otras enfermedades infecciosas, y algo similar sucedió en los territorios gobernados por el Imperio Inca, que entre la llegada de los españoles dirigidos por Francisco Pizarro (1478-1541) en 1532 y el año 1620 perdió casi catorce millones de habitantes, aunque estas cifras hay que tomarlas con precaución porque varían mucho de unos historiadores a otros. Si bien no todas las muertes fueron causadas por las enfermedades y parte de ellas se debieron al duro trato recibido por los indios en las encomiendas españolas , una reducción tan brutal de la población sólo es explicable por la mortalidad causada por enfermedades para la que los indios no disponían de ninguna protección.
En 1963 los profesores de la Universidad de Berkeley, Woodrow Borah(1912-1999) y Sherburne Friend Cook(1896-1974) publicaban un estudio sobre la población del territorio que hoy ocupa México en el momento de sus primeros contactos con los españoles en 1518, estimando una población de unos 25,2 millones de habitantes. Según sus estimaciones, un siglo después esta población se había visto reducida a poco más de 700.000 personas como podemos ver en el gráfico sobre estas líneas, una catástrofe demográfica atribuible principalmente a los efectos de enfermedades para los que los indios no disponían de defensas como los europeos , que llevaban siglos padeciendo estas enfermedades, particularmente la viruela, la más letal de todas ellas. El historiador peruano Julio Villanueva Sotomayor escribe sobre el otro gran colapso demográfico en los territorios ocupados por los españoles, el Imperio Inca "Todo indica que el Tahuantinsuyo tenía quince millones de habitantes. En los tiempos de la Colonia la población indígena disminuyó drásticamente. En efecto, en 1620 la población llegaba sólo a los 600 mil habitantes. De 1532 a 1620, había 14.400.000 habitantes menos, en apenas 88 años." Al igual que sucedía en México, los factores de esta catástrofe demográfica fueron varios pero las enfermedades y, en particular, la viruela , fue la principal responsable de esta impresionante tasa de mortalidad (imagen procedente de http://commons.wkimedia.org )
En 1689 nacía en Londres Mary Pierrepoint, hija de un distinguido político, Evelyn Pierrepoint, perteneciente a la aristocracia. Mary era una joven no hermosa en exceso pero si muy atractiva por su ingenio, inteligencia y fuerte personalidad , además de estar dotada de una solida educación y no la faltaban los pretendientes aunque el afortunado sería un joven parlamentario hermano de una de sus mejores amigas llamado Edward Wortley Montagu, que además de su prometedora carrera política era el heredero del condado de Sandwich. Sin embargo, los deseos de los jóvenes por casarse fueron rechazados por el padre de Mary que no veía con buenos ojos a Edward y les negó su permiso. Mary tenía muy clara una cosa, como ella misma escribió , "me casaré con alguien, pero no con el hombre que quiera mi padre" y dicho y hecho , en 1712 se escapaba de la casa de su padre y pocos días después se casaba con Edward Montagu en Londres ante el escandalo de la sociedad inglesa y el repudio de su padre. Un año después tenía un hijo pero ese mismo año perdía Mary a su hermano víctima de la viruela a los 21 años de edad y en diciembre de 1715 fue la propia Mary, ahora lady Montagu, la que contrajo la viruela y aunque logró sobrevivir su rostro quedó marcado para siempre por las cicatrices de la enfermedad. Un año después su marido Edward fue nombrado embajador de Inglaterra en Estambul, capital del Imperio Otomano.
Retrato de Lady Mary Wortley Montagu(1689-1762) realizado por el pintor inglés Jonathan Richardson(1665-1745), que introduciría la técnica de la variolización en Europa. Ella misma había padecido la enfermedad y perdió a su hermano a causa de la viruela. En cuanto a la variolización utilizada por los médicos turcos, no fueron ellos los inventores de este tratamiento sino que parece proceder de la India y China. Su eficacia era muy alta , causando la muerte de apenas un 1% de las personas que se sometían a ella y la inmunización de los demás . En Inglaterra la técnica introducida por lady Montague fue conocida como "el remedio turco" y como escribe Cristina Morató en su obra "Damas de Oriente""El remedio turco se puso de moda durante un tiempo en Inglaterra hasta que la Iglesia tomó cartas en el asunto y se opuso a esta vacuna calificándola de herejía musulmana. Aunque lady Mary defendió con firmeza las virtudes de la inoculación , ésta se abandonó definitivamente porque además los médicos preferían el método tradicional del sangrado del paciente" Miles de personas pagarían con su vida o con la desfiguración de sus rostros la ceguera de la Iglesia y los médicos del siglo XVIII y no sería hasta la vacuna de Edward Jenner cuando por fin se aceptó el remedio , no sin ofrecer nuevas resistencias (imagen procedente de http://www.myartprints.co.uk )
El matrimonio permanecería en territorio otomano durante dos años hasta su regreso en 1718 y lady Montagu narraría sus impresiones de aquel viaje en un conjunto de cartas publicadas bajo el título de "Cartas de la Embajada Turca". En otra ocasión hablaré con detalle de la vida , escritos y experiencias de Mary Wortley Montagu, una mujer de gran talento y extraordinaria personalidad, pero lo que nos interesa en esta ocasión fue el descubrimiento que hizo Mary de la técnica de los médicos turcos para tratar la viruela. Así lo describe en la obra "Las damas de Oriente" la periodista y escritora española Cristina Morató (1961)"Se trataba de pinchar al paciente con una aguja infectada con el pus de la viruela; a la semana sobrevenía una crisis con síntomas de fiebre tras la cual el paciente se recuperaba y quedaba inmunizado para esta enfermedad" En una carta dirigida a una amiga escribe Mary "La viruela, tan fatal y generalizada entre nosotros, es aquí por completo inocua gracia a la invención del injerto, que es el término con que lo nombran" Tan convencida estaba de la eficacia del método que lo probó con su propio hijo Edward con un éxito completo y decide llevar aquel tratamiento a Inglaterra , pues como ella misma escribe "Soy lo bastante patriota como para tomarme la molestia de llevar esta útil invención a Inglaterra y tratar de imponerla".
Retrato del genial compositor Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) realizado en 1771 cuando tenía quince años de edad , cuatro años después de haber superado la viruela de la que enfermó en 1767. Tres años antes su padre Leopold Mozart(1719-1787) escribía a un amigo como no quería que a su hijo le aplicaran la técnica de variolización por los riesgos que ello suponía ya que, no lo olvidemos, a algunos les causaba la muerte aunque su porcentaje fuera pequeño, entre el 1% y el 4%, pero eso no lo sabía el padre del genio Escribía Leopold "Tratan de convencerme de que inocule al niño con viruela. Pero como les he expresado claramente mi aversión a esta impertinencia me han dejado en paz. Aquí la inoculación es una moda. Pero por mi parte dejaré el asunto en manos de Dios. Depende de Su gracia si Él desea mantener el prodigio de la naturaleza en este mundo en el que Él lo ha situado o llevárselo Consigo" En mayo de 1767 un brote de viruela en Viena en la que el emperador José II(1741-1790) perdió a su esposa y también su madre padeció la enfermedad. El pequeño Mozart presentó los primeros síntomas de la enfermedad en octubre de ese mismo año. Así lo contaba su padre "Wolfgang se estaba quejando de sus ojos. Noté que su cabeza estaba caliente, que sus mejillas estaban también calientes y muy rojas, pero que sus manos estaban frías como el hielo. Además, su pulso no era normal. Entonces le dimos un polvo negro y lo pusimos en una cama. Durante la noche Wolfgang estuvo muy agitado y por la mañana todavía tenía fiebre" y años después su hermana, que también padeció la enfermedad, escribía "Cogió la viruela, por lo que estuvo tan enfermo que no pudo ver nada durante nueve días y tuvo que cuidar sus ojos varias semanas después de recuperarse" La viruela era una amenaza constante en la realidad cotidiana de la gente del siglo XVIII (imagen procedente de http://webinteresante.com )
Y así lo hizo con bastante éxito aunque no fue mayor debido a la oposición de la Iglesia, que consideraba que era interponerse ante la voluntad divina, y de los elementos más conservadores de la sociedad que no veían con buenos ojos ninguna innovación , menos aún si esta procedía de una nación musulmana, por lo que millones de personas siguieron sufriendo el azote de la enfermedad para la que, al margen del remedio desarrollado por los turcos, no se conocía cura alguna. En 1721 llega a realizarse un experimento de esta técnica, a la que se denomina variolización, practicándola con seis presos de la cárcel de Newgate a los que se promete el indulto si se someten al tratamiento. Después de ser tratados al menos una mujer del grupo fue obligada a dormir con enfermos de viruela comprobándose que no se produce el contagio y luego se repitió el experimento con los niños de un orfanato, igualmente con éxito . Mientras, en Norteamérica, donde los ingleses habían introducido la viruela como los españoles en América Central y del Sur , en zonas como el actual estado de Massachussetts mueren hasta un 90% de la población indígena y es utilizada como un arma bacteriológica por los británicos tanto en sus guerras contra Francia y las tribus indias aliadas de estos como durante la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
El que sería tercer presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson (1743-1826) escribe durante la guerra "la viruela fue premeditadamente enviada contra nuestro ejército por el Comandante Británico en Quebec". El general George Washington(1732-1799), que también había padecido la viruela en su juventud, decide emplear con sus hombres la técnica de variolación introducida medio siglo antes por lady Montagu en Inglaterra después de que durante el asedio de su ejercito a Boston en 1775 cinco mil de un total de diez mil hombres causaran baja por la viruela. Mientras, en la América española se suceden las epidemias de viruela y será un fraile nacido en territorio del actual Chile el primero en utilizar la técnica de la variolización. Se llamaba Pedro Manuel Chaparro, del que no conocemos su fecha de nacimiento y era miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Estudia medicina en la Real Universidad de San Felipe y hacia 1765 comienza a emplear la técnica de la variolización con cinco mil personas logrando un éxito completo pues ninguna de ellas desarrollaría la enfermedad. Después de ser empleada la variolización el paciente solía presentar los síntomas atenuados de la enfermedad tres o cuatro días después de la inoculación , con fiebre alta y la aparición de pústulas aunque no con la intensidad habitual de la enfermedad y en apenas dos semanas todos los síntomas remitían y el paciente quedaba inmunizado contra la enfermedad.Años después, durante los primeros años del siglo XIX, Chaparro sería uno de los principales defensores de la aplicación de la vacuna creada por nuestro siguiente protagonista , Edward Jenner.
Edward Jenner era un médico rural que además de su vocación médica también amaba la poesía, la música y la naturaleza . En su afan de convencer a los que se burlaban de su vacuna para la viruela la utilizó con su propio hijo de cinco años pero ni siquiera así logró que fuera respaldada por la comunidad médica ni por la Iglesia. Cuando por fin llegó el reconocimiento de su logro le ofrecieron dinero y un trabajo mejor, pero Jenner los rechazó afirmando que "si en la aurora de mis días busqué los senderos apartados y llanos de la vida, el valle y no la montaña, ahora que camino hacia el ocaso, no es un regalo para mí prestarme como objeto de fortuna y de fama". Los grandes hombres suelen ser humildes( Imagen procedente de http://recursos.cnice.mec.es )
Edward Jenner(1749-1823) era un poeta y médico rural inglés , muy aficionado a la naturaleza y también dotado de una gran capacidad de observación. Ya hemos visto que durante siglos la viruela había causado estragos en la población pero a finales del siglo XVIII, y debido en gran parte a la oposición social a la difusión de la variolización, se había hecho más virulenta. Un poeta del siglo XIX, el aristócrata Thomas Macauly(1800-1859) , describía con estas palabras el aspecto que ofrecían los afortunados que habían sobrevivido a la enfermedad "Algo que cambia al bebé en otro distinto ante el cual su madre se estremece, y transforma los ojos y las mejillas de las doncellas prometidas en objetos de horror para su amante" . Debido a su trabajo como médico rural Jenner había observado que los ganaderos que ordeñaban sus vacas se contagiaban con frecuencia de una enfermedad muy parecida a la viruela que se manifestaba en sus manos pero remitía a los pocos días. Cuando la viruela llegaba a las zonas donde vivían estos ganaderos, su familia se contagiaba pero el ganadero permanecería inmune. Jenner estableció una relación entre la enfermedad que parecían transmitir las vacas y la posterior inmunidad de los que las ordeñaban.
La inoculación de Jenner para inmunizar contra la viruela fue objeto de todo tipo de críticas y burlas como este dibujo satírico del caricaturista británico James Gillray (1757-1815) realizado en 1802 donde en la parte inferior del dibujo podemos leer "La Vaca-Cerdo o Los Maravillosos Efectos de la Nueva Inoculación" Dos serían los factores que convencerían a la sociedad del siglo XIX de que el remedio de Jenner era el único de verdad eficaz para evitar el contagio de la viruela, la decisión de Napoleón Bonaparte en 1805 de que todo su ejército recibiera la vacuna de Jenner, y La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna dirigida por el médico español Francisco Javier de Balmis entre 1803 y 1814 y que relataré mañana (imagen procedente de http://commons.wikimedia.org )
* Después de varios años de estudio el 14 de mayo de 1796 Jenner extrajo con una lanceta un poco del contenido de una ampolla de viruela de la ordeñadora Sarah Nelmes que había contraído una forma suave de viruela vacuna que remitió al poco tiempo para inocularlo al pequeño James Phipps, que no había parecido la viruela.. Unos días más tarde James empezó a manifestar los síntomas de la enfermedad , con fiebres y escalofríos, pero sólo aparece una pústula en el punto donde Jenner le había inoculado la viruela y desaparece al poco tiempo. Seis semanas más tarde le inocularía el contenido de una ampolla de viruela humana para saber si realmente James estaba inmunizado. Nos puede parecer una opción muy arriesgada porque podía haberle transmitido la viruela y morir por ella, pero no había otra forma de hacerlo y después de esperar meses , James Phipps no desarrolló la enfermedad . En un principio fue rechazado por los científicos , que se burlaban de Jenner y este para demostrar su eficacia hizo el mismo proceso con su hijo, unas pruebas que hoy serían censuradas por poner en riesgo vidas humanas, pero no había otra forma de probar la eficacia del tratamiento. Sin embargo, el tratamiento de Jenner seguiría siendo rechazado por la comunidad médica y la polémica se mantendría hasta que en 1806 el emperador francés Napoleón Bonaparte (1769-1821)ordenó que todos los soldados de su ejército recibieran el tratamiento de Jenner, logrando así el definitivo reconocimiento social y la aceptación de su método para inmunizar contra la viruela.
BREVE VÍDEO SOBRE LA VIAROLACIÓN, LADY MONTAGU Y EDWARD JENNER
En realidad ni los médicos turcos , ni lady Montagu, ni Pedro Manuel Chaparro ni el propio Edward Jenner sabían el motivo por el que inocular el pus procedente de un afectado de viruela podía proteger al que lo recibía de la forma más severa de la enfermedad, pues para conocer el método de transmisión de esta y otras enfermedades habría que esperar a las investigaciones de alemán Robert Koch(1843-1910), pero lo importante es que funcionaba y en honor a las investigaciones de Jenner su método recibiría el nombre de Vacuna, término derivado del latín "vaccinus" que significa vacuno y hacía referencia a que la curación procedía de la viruela que padecían las vacas. Pero ahora que se había conseguido el reconocimiento de su eficacia quedaba un problema por resolver , cómo extender este método por todo el mundo para salvar el mayor número posible de vidas. Aquí entra en escena otro de los grandes protagonistas de esta historia, el médico militar y cirujano español de la corte del rey Carlos IV(1748-1819),Francisco Javier de Balmis y Berenguer(1753-1819), que sería el impulsor de la La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, llamada en su honor Expedición Balmis. Pero sobre esta gran hazaña de la medicina y el desenlace de este enfrentamiento contra la viruela escribiré mañana en la segunda parte de esta historia de lucha entre la ciencia y una de las enfermedades más letales sufridas por la humanidad.
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