sábado, 8 de abril de 2017

HISTORIAS DEL MAR: EL BATAVIA, UN VIAJE A LAS TINIEBLAS (TERCERA PARTE)

Dejaba nuestra historia  justo en el momento en que el Batavia , navío de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC por sus siglas en neerlandés) con rumbo a la isla de Java, doblaba el Cabo de Buena Esperanza y  realizaba en la costa de la actual Sudáfrica  la única escala prevista  en aquel viaje de más de quince mil millas y de unos ocho meses de duración. Recordemos que al mando se encuentra el sobrecargo François  Pelsaert (hacia 1595-1630) y su segundo, ocupando el cargo de patrón responsable de todo lo referente a la navegación y la relación con la tripulación , es Ariaen Jacobsz. Ya sabemos que los dos hombres se conocían desde hacía tiempo  y que su relación era mala pues diez años antes protagonizaron una pelea que supuso una amonestación de Jacobsz por parte de sus superiores. En el Batavia viajaban trescientos tres tripulantes y treinta y ocho pasajeros, entre ellos la bella Lucretia van der Mijlen (1602-1641) , quien después de perder a sus tres hijos decidió afrontar los peligros del viaje para reunirse con su esposo, tallista de diamantes en las Indias Orientales. Holandesas.Junto a ella había traído a una criada contratada en el último momento llamada Zwaantie. La belleza de Lucretia no había dejado indiferentes ni a Pelsaert ni a Jacobsz y los dos trataron de ganarse su simpatía, pero Lucretia supo rechazar con amabilidad los avances de ambos. Terminaba la segunda parte contando como  Pelsaert había aceptado con elegancia el rechazo de Lucretia, pero no así Jacobsz, un hombre al que nuestro guía en esta historia , el escritor belga Simon Leys (1935-2014), describía como, recordemoslo,  "grosero, violento, bebedor y rijoso, aunque rebosante de fuerza y  de salud".  Enojado por el rechazo de Lucretia , a modo de venganza Jacobsz trato de seducir  a  su criada, Zwaantie, y en ello tuvo más fortuna . Un tercer hombre había puesto sus ojos en Lucretia, el boticario Jeronimus Cornelisz (1598-1629) que había embarcado en el Batavia en circunstancias que todavía hoy no conocemos del todo,  bien huyendo de un proceso judicial, bien para buscar  recuperar su maltrecha situación económica.  







En 1647 se publicó el diario de François Pelsaert(hacia 1545-1630) que además de Sobrecargo del Batavia, la máxima autoridad del barco , tenía bajo su mando a otras cinco naves (aunque hay fuentes que citan un total de siete naves incluida el Batavia)  . Junto a él también se publicó un panfleto con el título de "El desafortunado viaje de navío Batavia" del que tenéis la portada sobre estas líneas  en el que se narraban los acontecimientos que tuvieron lugar durante el primer y último viaje del Batavia, un viaje que  había comenzado de forma accidentada cuando una tormenta les sorprendió al poco de empezar su viaje en las aguas del Mar del Norte , dispersando al convoy de naves  y sólo tres de ellas viajarían juntas, el propio Batavia y las otras dos eran  el "Buren" y el "Assendeft"  de las que el Batavia terminaría separándose  después de hacer escala en la costa de lo que hoy es Sudáfrica. Entre las mercancías que transportaban se encontraban cofres que contenían decenas de miles de monedas de plata , en el caso del Batavia doce cofres de madera conteniendo cada uno aproximadamente 8000 monedas, es decir, un total de 96.000 monedas de plata un dinero que solían transportar todos los navíos de la VOC para la compra de las especias y otros productos a su llegada a Java, con los que llenarían de nuevo sus bodegas antes de regresar a las Provincias Unidas 
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )







La tensión entre Pelsaert y Jacobsz iba creciendo, aunque de momento conservaban las formas, mientras que Cornelisz  buscó acercarse a Jacobsz con el que llegaría a tener una buena relación de confianza . Escribe  Leys sobre la situación que debía vivirse  cuando estaban todos juntos comiendo en la gran cabina del Batavia "todos embutidos en esos uniformes de basto paño negro  que no abandonaban ni bajo el sol del ecuador, mirándose de hito en hito, con hostilidad, rojos y sudorosos durante los seis meses que emplearon en alcanzar el Cabo de Buena Esperanza"  Durante la escala para abastecerse de agua y víveres se produciría un episodio que profundizaría la animadversión que Jacobsz sentía contra Pelsaert y que el boticario Jeronimus Cornelisz se encargaría de avivar todavía más . El Batavia viajaba en compañía de otros cinco barcos (o seis,pues en este punto discrepan las fuentes al igual que con las cifras de personas que viajaban y con la de supervivientes), fondeados en la misma  rada  y todos ellos bajo la autoridad de Pelsaert  . Una noche Jacobsz decidió exhibir a su amante, Zwaantie, ante las tripulaciones de los otros barcos. Tomó un bote y en compañía de ella y del boticario,  se acercó a los otros barcos. Bebieron y Jacobsz se emborrachó y terminó  envuelto en una pelea con otros marineros. Escribe Leys que Pelsaert , al enterarse de lo sucedido  y "furioso por éste escándalo  que había deshonrando al Batavia ante toda la flota, amonestó agriamente a Jacobsz" Nada respondió Jacobsz en ese momento, pero su odio hacia Pelsaert no hizo más que crecer.  Llega la hora de zarpar y emprender de nuevo la navegación, pues todavía  quedaban unos dos meses de viaje si todo iba bien.  Mientras los Rugientes Cuarenta impulsan la nave rumbo este , la tensión sigue creciendo en el microcosmos del Batavia.  El boticario , Cornelisz, envenena los oídos de Jacobsz y le propone "apoderarse del Batavia; para ello bastaría con eliminar a Pelsaert, y  Jacobsz se vería convertido en el capitán del navío" y eso significaba adueñarse de  "doce cofres repletos de monedas y de lingotes de plata , perlas y joyas" Una vez perpetrado el motín  en lugar  de la isla de Java, pondrían proa hacia algún territorio controlado por ingleses o portugueses que a buen seguro recibirían  bien a aquellos hombres y  su tesoro. Ambos comienzan a tantear discretamente a la tripulación para ir ganando adeptos a su plan.







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En este mapa podemos ver  el itinerario seguido  por el "Batavia"  con su escala después de pasar el Cabo de Buena Esperanza  para continuar luego hacia el este empujado por los vientos conocidos como los Rugiente Cuarenta que soplan de oeste a este  empujando a la nave hacia las costas de una Australia cuya existencia ya conocían los neerlandeses aunque no la habían explorado y sólo habían cartografiado un tramo de su costa occidental. .  En condiciones normales la nave habría puesto rumbo norte hacia la isla de Java una vez que hubieran calculado que se hallaban en su misma longitud, pero el patrón Ariaen Jacobsz cometió un error en sus estimaciones y mientras el creía que se hallaban a 600 millas de las costas australianas en realidad estaban apenas a cincuenta millas, adentrándose  en el archipiélago de las islas Houtman Abrolhos  . También podéis ver  la ruta que luego seguiría el bote comandado por Pelsaert y Jacobsz  junto a  unas 45 personas  dejó las islas rumbo a Java para solicitar ayuda. Tardarían 33 días en llegar a Java      
(Imagen procedente de http://lasoga.org/ )






Mientras, ajeno a la conspiración, Pelsaert, de salud delicada debido a las fiebres que había  contraído durante sus años de estancia en  India , sufre un nueve ataque de estas fiebres que le dejan postrado  en cama durante un mes y llega a temerse por su vida, lo que sin duda debió ser bien recibido por Jacobsz y  Cornelisz . Sin embargo , contra todo pronóstico, Pelsaert se recupera y los conjurados deciden continuar adelante con  su plan que consistía en realizar una acción  que obligara a Pelsaert a imponer castigos tan fuertes  que avivaran el descontento de la tripulación y provocaran un motín. Para ello escogieron como víctima para sus fines a Lucretia. "Una noche-escribe Leys- ocho hombres enmascarados , elegidos entre los conspiradores, atacaron a Lucretia. La inmovilizaron  boca arriba sobre la tablazón, y arremangándole faldas y enaguas , la embadurnaron de forma obscena  con alquitrán y excrementos"  Después los agresores desaparecieron de forma tan repentina como habían aparecido. Al conocer los hechos Pelsaert, indignado,  ordenó una investigación, pero Lucretia debió decirle que  había reconocido a uno de sus agresores , un hombre cercano al patrón, Jacobsz. Esto tuvo que hacer sospechar a Pelsaert que detrás de la agresión a Lucretia había algo más .así que de manera prudente optó por dejar las investigaciones y el posible castigo para cuando ya estuvieran en Java, en la seguridad de tierra firme. Pasaron los días  y todavía no habían variado su rumbo hacia el  norte. Recordemos que debían seguir navegando hacia el este impulsado por los  Rugientes Cuarenta hasta que estimasen que se encontraban en la misma longitud que la isla Java, momento en el que deberían poner rumbo norte. Sabemos que el patrón , en este caso Jacobsz, era el responsable de todo lo referente a la navegación  y también quien estimaba la posición de la nave. A primeros de junio su estimación es que se hallaban a más de seiscientas millas de la costa más cercana  situada al este (es decir, unos 965 kilómetros) Pero lo que no sabía Jacobsz es que su cálculo estaba errado y en realidad  la noche del 3 de junio de 1629 el Batavia se hallaba apenas a unas cincuenta  millas  (80 kilómetros ) de las costas de Australia y muy cerca de una zona de arrecifes y pequeñas islas coralinas, un campo minado para el Batavia y para cualquier nave que se adentrara en esas aguas   








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Este grabado, que recrea el momento en que el Batavia queda encallado  y tripulantes y viajero abandonaban el barco para establecerse en dos pequeños islotes cercanos .  está incluido en la edición de 1647 de  "El desafortunado viaje de navío Batavia" del que os hablaba más arriba en el que se narraba la historia del Batavia  acompañado por el diario de François Pelsaert. Sobre el momento en que encalló el "Batavia" escribía Pelsaert en su diario (y ido disculpas por mi traducción que no es la mejor)  
"4 de junio , lunes de madrugada, en el segundo día de Pentecostés, con una clara luna llena , alrededor de dos antes del amanecer, durante la guardia del capitán (se refiere  a Ariaen Jacobsz) yo estaba tumbado en mi catre , sintiéndome enfermo, y , de repente se sintió un terrible movimiento del timón de la nave   e inmediatamente después de eso sentí  que el barco seguía  en su rumbo contra las rocas. Salí de mi catre . Le dije  "capitán, ¿que ha hecho?Con su imprudente descuido nos ha puesto una soga alrededor de nuestros cuellos"
El Batavia estaba atrapado y ya no sería capaz de salir  del lugar donde había encallado sobre una cresta de coral 
(Imagen procedente de http://museum.wa.gov.au )







Y fue en esa madrugada entre el 3 y el 4 de junio , cuando  "el hombre de vigía creyó percibir una blancura en lontananza , como si el mar rompiera contra  un bajío" Dio aviso a Jacobsz, pero éste, confiado en sus cálculos , no hizo nada  y ordenó que el Batavia  mantuviera el rumbo . Poco después de aquel aviso del vigía  "se produjo un impacto formidable acompañado de unos chirridos espantosos . El Batavia acababa de quedar  inmovilizado , literalmente empalado sobre una cresta de coral" No tardaron en darse cuenta que la situación era desesperada. Pelsaert ordenaría que arrojaran los cañones por la borda para aligerar el peso y que el mismo oleaje del mar ayudara a reflotar la nave  pero todo fue inútil. El Batavia sólo disponía, como por otra parte era lo normal en los navíos en aquel tiempo, de un bote y de otra embarcación más pequeña, una yola,  que de ninguna manera podrían  servir para rescatar a los trescientos cuarenta y una  personas que iban a bordo. Estaban perdidos . Escribe Leys que sabedores de que se hallaban condenados a una muerte segura  "reinó el caos a bordo, mercenarios y gavieros se hicieron con las reservas de alcohol y de vino , y se entregaron a una orgía salvaje. Todas las prohibiciones fueron abolidas , marineros ebrios invadieron el castillo de popa echaron abajo la puerta de entrada a la gran cabina, forzaron las cajas de caudales y se apoderaron de los sombreros y brocados de de sus jefes y se pusieron a improvisar una especie de carnaval grotesco y desesperado". En medio de ese horror inspirado por la desesperación , llegaron las primeras luces del alba y la esperanza renació. La luz del sol permitió ahora  observar  dos pequeños islotes y parecía que un poco más alejados había otros tierras emergiendo del agua. En realidad se trataba del archipiélago de las islas Abrolhos,  un conjunto de 122 islas y arrecifes de coral situados a unas cincuenta millas de la costa occidental de Australia y habían sido descubiertas diez años antes, en 1619, por otro de los navegantes de la VOC,  Frederick de Houtman (1571-1627) , de ahí que su nombre oficial sea todavía hoy Houtman Abrolhos en honor de su descubridor. El archipiélago está dividido en tres grandes grupos de islas , y el Batavia había encallado en la barrera de coral que rodeaba el grupo de islas que se encuentra más al norte, el llamado Grupo Wallabi







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En este mapa podemos ver la distribución de las islas que componen el archipiélago Houtman Abrolhos , dividido en tres grupos que van de sur a norte, el Grupo Pelsaert, el Grupo Pascua (Easter) y el que está más al norte , en la parte superior del mapa, es el Grupo Wallabi , donde encallaría el Batavia. En  el mapa podéis ver señaladas tres de las islas en las que habría presencia de los náufragos del Batavia,  Beacon Island (a la que entonces darían el nombre de Cementerio del Batavia),  East Wallabi (a la que llamaban  Isla Alta porque en ella se encontraba la principal altura del archipiélago, una pequeña colina que se elevaba 15 metros sobre el nivel del mar) y a su lado West Wallabi.  Después del naufragio Pelsaert haría una rápida exploración por estas islas concluyendo apresuradamente que en ninguna de ellas había ni agua ni comida. Un importante error, porque no era así, como veremos más adelante. En el mapa tenéis que tener en cuenta que el color amarillo representa a la superficie de las islas , mientras que el color verde eran las zonas de arrecifes que las rodeaban. En la esquina superior derecha vemos su situación con respecto a la costa occidental de Australia, de la que le separan apenas unos 80 kilómetros 
(Imagen procedente de http://www.fish.wa.gov.au )







Pelsaert junto con Jacobsz y los dos timoneles , y otras cuarenta personas, desembarcaron en la isla más pequeña y cercana al Batavia para dirigir los trabajos de salvamento del resto de  los que estaban a bordo de la nave , los cuales  serían llevados al ,hasta un número aproximado de doscientos veinte, al islote más grande en sucesivos viajes con el bote y la yola. La isla en la que estaban siendo desembarcados es conocida hoy como Beacon Island aunque ellos no tardarían en conocerla como la isla  Cementerio del Batavia por razones que veremos más adelante. Es esta una pequeña superficie de tierra de forma triangular a la que  según Leys se le da la vuelta a pie en apenas cinco minutos,  sin agua y contando sólo con unos pocos arbustos  batidos continuamente por le viento. Allí llevaron a la mayor parte de los pasajeros y tripulantes  con algunos víveres y agua , mientras otros  setenta permanecían  en el barco  encallado , algunos todavía borrachos  y otros que se negaban a abandonarlo porque no sabían nadar , algo muy habitual en aquel tiempo incluso entre los hombres de la mar y según Leys  "en la Holanda del siglo XVII apenas una persona de cada siete sabía nadar". Los dos días siguientes fueron empleados por Pelsaert para explorar otros islotes cercanos , entre ellas las dos islas más grandes que se encontraban a unos seis kilómetros de distancia . Se tratan de las islas que hoy  tienen los nombres de  East Wallabi y West Wallabi . La primera  también sería conocida como Isla Alta, porque tiene la mayor altura de los islotes que componen este archipiélago, aunque apenas se eleva 15 metros sobre el nivel del mar. Tiene una superficie de 3,2 kilómetros cuadrados  y en apariencia no tenía ni  agua dulce ni signos de vida alguna. A su lado se encuentra West Wallabi , de 6,2 kilómetros cuadrados de superficie. Nos explica Leys que  el apresurado reconocimiento de estas islas "les hizo concluir equivocadamente que las islas estaban totalmente desprovistas de agua dulce" Y ese error permitiría salvar la vida de un buen número de personas más adelante. Si se quedaban allí estaban condenados a morir pues aparentemente no había agua, y las posibilidades de que un barco pasara por allí eran nulas, ya que si ellos estaban allí era sencillamente por un error de navegación. Nadie navegaría por aquellas aguas si no hacían conocer su presencia allí.








Fotografía de Beacon Island o isla  Cementerio del Batavia, tomada en la actualidad, donde en un principio fueron desembarcados la mayor parte de las personas que viajaban en el Batavia. Simon Leys  la describe así en su obra 
"La isla no tardó en ser bautizada como el Cementerio del Batavia, aunque hoy los cartógrafos la denominan Beacon Island. Es un triángulo árido y gris , de suelo de coral pulverizado, al que se agarran unos arbustos secos y retorcidos  que las incesantes borrascas  han forzado a ser rastreros. La isla, que es casi llana, mide en torno a cuatrocientos cincuenta y nueve metros  de longitud máxima  por unos doscientos cincuenta metros de ancho; se le da la vuelta en menos de cinco minutos; frente a las aguas relativamente calmas de la laguna de agua salda , hay una minúscula playa  de arena blanca , suficientemente resguardada  como para servir de punto de recalada para pequeñas embarcaciones (en la fotografía vemos la playa y un pequeño muelle que se ha construido en nuestros días ) Fue allí  donde en cinco o seis viajes  el bote y la yola  desembarcaron a más ciento ochenta personas  con víveres y una pequeña provisión de agua"
Muchos de ellos nunca saldrían con vida de allí     
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )








Pelsaert llegó a la conclusión de que sólo había una solución, que el bote , de apenas una decena de metros de eslora, lo utilizaran un grupo de hombres para tratar de alcanzar la isla de Java y  solicitar socorro. Una misión que implicaba recorrer al menos mil ochocientas millas  (alrededor de 3.333 kilómetros) El patrón Ariaen Jacobsz  era el único que poseía los suficientes conocimientos de navegación para lograr la hazaña así que sería el quien fuera en el bote acompañado por otras cuarenta y cinco personas, y el propio Pelsaert " que no confiaba en Jacobsz y no pensaba quitarle los ojos de encima" Los preparativos se hicieron en el más pequeño de los islotes, en  secreto y de espaldas al resto de náufragos porque  estos, si se enteraran, "en su estado de desesperación  y de anarquía, se precipitarían en masa sobre el bote" Así que en secreto estas cuarenta y cinco personas  con Jacobsz y Pelsaert al frente además de un bebé y de la amante de Jacobsz, la criada  Zwaantie, se hicieron a la mar y pusieron rumbo a Java para pedir ayuda.  Aunque Leys no lo dice,  debieron hacerlo de noche para que nadie se enterara. Cuando al día siguiente los náufragos que estaban en Beacon Island (o Cementerio del Batavia) se dieron cuenta que los del pequeño islote vecino se habían marchado en secreto , llevándose las dos únicas embarcaciones de las que disponían , bautizarían al islote con el nombre de isla de los Traidores. Mientras, transcurridos nueve días desde que el Batavia encallara en el arrecife coralino, la nave no resistió más  los embates del océano y "el navío se hundió de repente . De los cerca de setenta hombres  que se habían quedado a bordo  apenas veinte  sobrevivieron y consiguieron ganar  tierra"  Entre los que estaban a bordo del Batavia en el momento del hundimiento se encontraba nuestro boticario, Cornelisz quien "no sabía nadar , pero tuvo la fortuna de ir a caer en el mar en medio de una masa confusa de tablas y aparejos "y  de éste modo el viento le empujó hasta el arenal de Beacon Island y sería "el último de los supervivientes  del Batavia en poner pie en el islote, aterrado , extenuado y medio ahogado" 









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En  la imagen del satélite del Grupo Wallabi  dentro del archipiélago Houtman Abrolhos. En él vemos marcado el arrecife coralino donde encalló el "Batavia"  llamado Morning Reef (Arrecife Mañana). También tenemos  la situación de Beacon Island  o Cementerio del Batavia, donde ya hemos visto que fueron desembarcados la mayoría de las personas que iban en la nave encallada,  además de la East Wallabi(o isla Alta) y la West Wallabi de las que os hablaré un poco más adelante. Durante dos días Pelsaert exploró la zona y legó a la conclusión de que en ellas no había agua ni comida  
(Imagen procedente de http://brennen.caltech.edu )








La verdad es que las cifras de supervivientes varían según las fuentes que se consulten, pero si hacemos un recuento, de las 341 personas que viajaban inicialmente antes de encallar (aunque es posible que no todos embarcaran aunque figurasen en la lista de pasajeros y tripulación) , durante la travesía diez habían muerto de escorbuto y otras seis por causas diferentes.  Cuarenta y cinco se habían ido rumbo a Java en el bote comandado por Pelsaert y Jacobsz y unas cuarenta se ahogarían al hundirse definitivamente el Batavia. Esto sumado nos da ciento una personas entre los fallecidos y los que se fueron en el bote,  lo que  significa que ahora debían quedar unas  240 personas en aquellos islotes, aunque he encontrado muchas diferencias en las cifras, pues por ejemplo en la página del Western Australian Museum, donde se conservan muchos restos del Batavia, se habla de  268  personas las que se quedaron en las islas y de 48 personas las que embarcaron rumbo a Java,  por lo que tomadlo sólo como una estimación aproximada. Leys advierte que "durante los primeros días en el islote  diez de ellos habían muerto, posiblemente de sed" Si bien la fortuna quiso que lloviera permitiendo que los demás dispusieran de agua, al menos por el momento. Ante la ausencia de Pelsaert y Jacobsz,  los supervivientes escogieron a Cornelisz como su líder ya que era el de mayor jerarquía dentro de la VOC entre los miembros de la tripulación allí presentes. Estima Leys que Cornelisz debió poseer " una singular elocuencia  que parece haberle permitido ejercer de forma constante un ascendiente irresistible  sobre todos aquellos a los que quería seducir o manipular. " Y la verdad es que no tardó mucho en asumir su nuevo papel de líder en beneficio propio  "apropiándose de la mejor tienda  del campamento y vistiéndose con el mejor uniforme de Pelsaert" pero también se ganó la confianza de todos al  "instaurar la disciplina, repartir las tareas , inventariar sus recursos y administrar su distribución" Es decir, se encargó de organizar el caos como habría hecho cualquier líder en esa situación. Pero no tardarían en manifestarse síntomas inquietantes sobre las intenciones de Cornelisz. Cuenta Leys como los náufragos  se habían organizado  en una serie de comités  al modo y forma en que solía hacerse en la VOC, donde se tomaban las decisiones  discutiéndolas entre todos . Pero Cornelisz " decidió reemplazar a todos sus miembros  por unos individuos de una lealtad incuestionable hacia su persona"  Seguramente eran los hombres con los que Jacobsz y Cornelisz habían  hablado para amotinarse contra Pelsaert cuando todavía estaban en el Batavia. 









Algunas de las monedas de plata que serían rescatadas en la década de 1970  de los dos cofres que  en su momento los hombres de la VOC no pudieron rescatar y de las que el Batavía se cree que pudo llevar unas 94.000 . Sobre el hundimiento definitivo del Batavia escribe Simon Leys: 
"Resistió nueve días a los embates del océano . Pero si su agonía duró tanto tiempo, el final fue fulminante : el navío se hundió de repente, y todo cuando quedaba de él fue tragado  en unos instantes. De los cerca de setenta hombres que se habían quedado a bordo, apenas veinte sobrevivieron  y consiguieron ganar tierra"
El último en hacerlo sería  Jeronimus Cornelisz , del que escribe Leys 
"Se había refugiado en el bauprés (es el mástil que sobresale en horizontal en la proa de los barcos) del que quedó colgado, transido de miedo  y calado hasta los huesos. Finalmente, el bauprés se rompió ; Cornelisz no sabía nadar , pero tuvo la fortuna de ir a caer en el mar en medio de una masa confusa de tablas y aparejos rotos que la corriente y el viento empujaron  hasta el arenal de la isla Cementerio del Batavia. Fue el último de los supervivientes del Batavia en poner pie en el islote"
De haber muerto en aquel momento es probable que jamás hubieran sucedido los terribles acontecimientos que se desarrollaron en los meses siguientes, porque fue el catalizador que despertó el lado más oscuro de un grupo de hombres que se unieron a él y establecieron un reino del terror 
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )







¿Qué pretendía Cornelisz? Según Leys , conservaba el plan que había urdido con Jacobsz, cuando decidieron organizar  un motín, aunque ahora las circunstancias eran muy diferentes. Cornelisz necesitaba que Jacobsz tuviera éxito  y llegara a Java para solicitar ayuda , que la VOC enviara un barco para socorrerles y entonces Cornelisz  y sus hombres se adueñarían del navío y luego tratarían de rescatar los cofres llenos de monedas de plata. Pero para ello  "había que asegurarse  la complicidad de  todos los demás náufragos , o al menos su docilidad, pues bastaría con uno sólo que rechazara el plan para que se fuera de la lengua  cuando llegaran los auxilios y lo echara todo a perder". Usando sus dotes de seducción y persuasión Cornelisz estuvo muy pronto rodeado por "dos docenas de hombres, en su mayor parte muy jóvenes , varios de los cuales habían sido instruidos  en el manejo de las armas" Y con el apoyo  de esta especie de guardia pretoriana, Cornelisz ordenó que se reunieran todas las armas salvadas del naufragio  y fueran dispuestas en un "depósito vedado al que sólo él tenía acceso" y además también se hizo con el control de "una pequeña flotilla de embarcaciones  improvisadas y de balsas  que habían armado los náufragos  con materiales recuperados  del pecio" Seguro que ya os está recordando la situación a la de una dictadura, y eso era lo que pretendía  Cornelisz, hacerse con todos los resortes de poder y control sobre los náufragos y la mejor forma de hacerlo es imponiendo el terror y desembarazarse de cualquiera que pueda hacerte sombra o representar una amenaza para su liderazgo .  El primero en caer fue un soldado acusado de robar vino de las reservas comunes, por lo que fue sentenciado a muerte por Cornelisz y ejecutado al instante.  Pareja suerte corrieron dos de los carpinteros del Batavia, que estaban preparando   un barco algo más grande y a los que primero se ordenó que detuvieran sus trabajos y luego se les acusó de robar una de las pequeñas embarcaciones que los náufragos habían construido. Fueron igualmente  ejecutados aunque los supervivientes no podían prescindir de los conocimientos de los carpinteros en una situación como aquella. Y era sólo el comienzo pues "sus actuaciones (de Cornelisz)  iban a hacerse paulatinamente más monstruosas"









Fotografía de la Isla de las Focas que se encuentra justo enfrente de la isla Cementerio del Batavia (Beacon Island)  donde Cornelisz ordenó que se estableciera un nutrido grupo de los náufragos con la excusa de que allí estarían mejor. Basta con ver la imagen para darnos cuenta que en ella no hay nada y que la intención de  Cornelisz no era otra que  abandonarlos para que murieran allí de hambre y , sobre todo, de sed.  Cuando todo termine, también será esta isla donde Cornelisz y  seis de sus hombres serían ahorcados  por los crímenes cometidos
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )







Tengo la impresión de que Jeronimus Cornelisz fue perdiendo contacto con la realidad y que asumió de tal forma su papel que realmente se debió sentir como un rey o un emperador con derecho de vida y muerte sobre sus vasallos, en este caso aquel grupo de desdichados náufragos. Pero Cornelisz era consciente de que estaba en inferioridad numérica, lo que era un peligro en caso de que los demás se unieran contra él así que el siguiente paso  se le presentó como algo muy lógico a Cornelisz  "reducir el número de supervivientes"  Y una de las formas de hacerlo era dividirlos y llevarlos a otras islas "prometiendo a los  trasladados que disfrutarían allí de unas condiciones de vida mejores" pero lo que realmente pretendía era " abandonarles para que muriesen de hambre y de sed". De esta forma llevó a un grupo a la Isla de los Traidores, que ya sabemos que era una minúscula superficie de tierra donde no había nada, y otro grupo más grande fue conducido a una isla situada frente a la Isla de los Traidores a la que dieron el nombre de Isla de las Focas  descrita pro Leys como  "alargada, estrecha y arenosa"  Pero el grupo de hombres que más preocupaba a Cornelisz  eran unos soldados que estaban bajo el mando  de un tal Wiebbe Hayes , que aunque no era más que un soldado raso, Leys supone que " debía haberse distinguido de alguna forma durante  los acontecimientos posteriores al naufragio y sus cualidades de inteligencia y carácter  le valían el respeto y la confianza de sus camaradas" Aunque estaban desarmados la cohesión de éste grupo de hombres era una amenaza constante para los planes hegemónicos de Cornelisz así que decidió desembarazarse de ellos de la misma forma que había hecho con los otros dos grupos. Les encargó la exploración de las dos islas de mayores dimensiones que se encontraban  hacia el noroeste, las islas de East Wallabi y West Wallabi, con la excusa de que  las explorasen para una "eventual colonización por parte de los náufragos" Pero ya sabemos que su intención era otra " Cornelisz - sigue explicando Leys - llevó allí a un grupo de veinte hombres (con Wiebbe Hayes a la cabeza) y los dejó  sin armas ni provisiones  en un arenal de la Isla Alta (East Wallabi)  prometiéndoles que vendría a recogerlos  en muy breve plazo y , entre tanto , si descubrían agua potable debían  anunciarlo con señales de humo"








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Fotografía de West Wallabi ,  la isla vecina de East Wallabi, donde Wiebbe Hayes y los hombres que le acompañaban  descubrirían comida  pues tanto en ambas vivía una especie de canguro pequeño llamados Tammar Wallaby , además de hallar también fuentes de agua potable. En West Wallabi construirían después un pequeño fuerte de piedra, cuya localización podéis ver marcada con el círculo en naranja , para defenderse de los ataques de los secuaces de Cornelisz  . Nos cuenta Leys que la intención de Cornelisz cuando los desembarcó en East Wallabi era la misma que con los otros grupos
"El boticario  estaba seguro de que la isla era árida  y sin recursos, y una vez más, su propósito era dejarlos simplemente morir allí de privaciones , pues había presentido  que era este el grupo que podría finalmente presentar el obstáculo más serio  para sus  planes"
Y tenía razón, se convertirían en la principal oposición a su tiranía y en el único refugio para los que trataron de escapar del régimen de terror impuesto por Cornelisz  que no contaba con que Hayes y los suyos encontraran agua y alimento en las dos islas, la East y la West Wallabi   
(Imagen procedente de http://www.panoramio.com/photo/98675102 )







Cornelisz sabía que durante la rápida exploración que Pelsaert realizó los dos días posteriores al naufragio no hallo  fuentes de agua dulce en ninguna de aquellas islas, por lo que su única intención dejando allí a Hayes y la veintena de hombres que lo acompañaban era que murieran de sed y hambre. De regreso a Beacon Island (Isla Cementerio del Batavia) redujo un poco más el número de supervivientes de forma discreta, haciendo creer a los demás que los había enviado como refuerzo a la isla donde se hallaba Hayes, cuando en realidad  "los hizo masacrar en secreto y ahogar por sus secuaces". Pasaron veinte días desde que dejara abandonados a Hayes y sus hombres  en East Wallabi  y ya debía darlos por muertos o moribundos, cuando  de repente vieron unas señales de humo procedentes de allí. ¡Habían encontrado agua! Eso significaba que ahora podrían sobrevivir  y además los supervivientes que había distribuido en la Isla de los Traidores y en la Isla de las Focas, sin ningún recurso y que seguían vivos sólo gracias al agua  de la lluvia, al ver aquellas señales de humo recobraron las esperanzas y  después de hacer unas balsas improvisadas con algunos restos de maderos procedentes del hundimiento del Batavia que habían llegado flotando, se lanzaron al agua para tratar de alcanzar  East Wallabi. Al ver como lo intentaban  Cornelisz ordenó a los suyos que los interceptaran  "los habitantes de la isla del Cementerio , concentrados en la orilla, asistieron a la persecución . Ante sus miradas horrorizadas , los hombres de Cornelisz , que eran los únicos que iban armados , apresaron las improvisadas balsas  y masacraron sin piedad a todos sus ocupantes , hombres , mujeres y niños" Se acabaron las máscaras y los fingimientos, ahora todos eran conscientes de lo que estaba sucediendo allí y que sus vidas estaban en manos de aquel hombre . Y el miedo hizo  que  "una docena de náufragos de Isla Cementerio   le juraran solemne fidelidad a Cornelisz" que de esa forma veía aumentada sus fuerzas . En los días siguientes Cornelisz, exigiría este juramento al resto de náufragos . 







Otro grabado de la edición de 1647  de "El desafortunado viaje de navío Batavia" donde recrea una de las matanzas cometidas  por los hombres de Cornelisz posteriores al naufragio del Batavia cuyos restos  podemos ver en primer plano. El régimen de terror implantado por Cornelisz condujo  a los náufragos  a un estado de completa sumisión   , donde se podía perder la vida por cualquier motivo . Al respecto escribe Leys 
"Sólo Cornelisz y los miembros de su pequeño círculo decidían quién vivía y quién moriría ; nadie podía asegurar  la menor `protección, había que dar en todo momento pruebas  de una sumisión abyecta , pruebas que no garantizaban nada para el día siguiente . En cuanto a Cornelisz y sus hombres ocupaban las mejores tiendas  y disponían a su capricho  de las mujeres a las que su juventud había permitido sobrevivir"    
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )







Pero no se detuvo allí. Siguió su labor de lento exterminio "primero fueron masacrados todos juntos los enfermos y los inválidos , luego se seleccionó  individualmente día a día otras víctimas con diversos pretextos , o sin ningún motivo, pues es su  arbitrariedad  misma la que constituye la esencia eficaz y sin apelación de todo Terror"  Su forma de  actuar recuerda al período del Terror durante la Revolución Francesa, donde cualquier motivo era suficiente para condenarte a la guillotina, o al régimen de terror impuesto durante  el gobierno de Josef Stalin(1878-1953) en la Unión Soviética, donde podías ser detenido y condenado sin que conocieras la razón. . Como escribiera  el poeta, novelista y pintor alemán Hermann Hesse (1877-1962) "Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros" y los náufragos del Batavia habían entregado a Cornelisz, que adoptó ahora el título de capitán general,  un poder completo sobre sus vidas  , a él y a los hombres que formaban su guardia pretoriana y que a partir de ese momento convertirían la vida de los demás en lo más parecido a un infierno en medio de aquella inmensa desolación.Lo que cuenta a continuación Leys casi parece una escena de pesadilla, una situación surrealista de un grupo de seres humanos atrapados en unos  islotes desiertos en medio del océano.¿Os acordáis del predicador calvinista Gijsbert Bastiaensz? Le conocimos en la segunda parte y os contaba entonces que viajaba con su esposa, sus siete hijos y una criada .Todos murieron excepto su hija mayor y el propio  predicador que  "no dejaba de servir a los asesinos de su mujer y de sus hijos  con una deferencia dócil y temblorosa" A esa condición y subordinación te rebaja el miedo. Los compinches de Cornelisz disponían a voluntad de las mujeres supervivientes y cuando se les antojaba se fijaban en algún desdichado al que le exigían que probara su lealtad  asignándole una víctima a la que debía "estrangular , ahogar o apuñalar  si él mismo no quería correr la misma suerte" Y lo más pavoroso es que  se cumplieron en algunos de ellos  las palabras del filósofo alemán Friedrich Nieztsche (1844-1900) "Quien con monstruos lucha cuida de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo también mira dentro de ti" 








Restos del Batavia conservados en el Western Australian Museum.  Uno de los casos más trágicos fue el de la familia del predicador calvinista Gijsbert Bastiaensz, pues los hombres de Cornelisz asesinaron a seis de sus siete hijos, a su esposa y a su criada y a pesar de ello tenía que servirles como si nada hubiera sucedido. Si se salvó su hija mayor  fue solo porque le gustaba a uno de los esbirros de Cornelisz . Uno de los hechos más relevantes de esos meses de horror  fue el juramento de fidelidad que todos tuvieron que hacer a Cornelisz, lo que, entre otras cosas, les obligaba a asesinar a la persona que él o  sus hombres indicaran. De ésta forma , en cierto sentido todos se convertían en cómplices de los asesinatos. Como escribe Leys 
"Todo el mundo acabó por estar implicado en aquella masacre permanente. Al final ¿quién era el cómplice y quién la víctima?  Ese era el propósito de Cornelisz , pues era sobre esta confusión  sobre la que asentaba su poder. "   
 ( Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )





Eso debió suceder a algunos de ellos , según Leys, pues si bien "la mayor parte mataban simplemente  por miedo a que les mataran a ellos, algunos le tomaron finalmente gusto " y subraya el caso de un adolescente que  "lloraba y pataleaba  para que le dejaran degollar a alguien"  ¿Recordáis la frase con la que empezaba esta historia? Eran unas palabras de Leys en las que advertía que "Una sociedad civilizada  no es necesariamente una sociedad que tiene una proporción menor de individuos criminales y perversos, sino aquella que simplemente les brinda menos oportunidades de manifestar y de satisfacer sus inclinaciones" Los muros de la civilización acaban de ser derribados en aquellas islas  y personas que hasta entonces habían llevado vidas honradas se convirtieron en algunos casos en asesinos y violadores , como si el régimen de terror impuesto por Cornelisz les hubiera mostrado su propia y oscura naturaleza que , en otras circunstancias, nunca habría visto la luz. Curiosamente Jeronimus Cornelisz no cometería ninguno de estos asesinatos con sus propias manos, todos ellos fueron ordenados a sus secuaces, excepto en una ocasión, particularmente espantosa, en la que si estuvo a punto de hacerlo y que nos cuenta Leys "exasperado por los continuos lloros de un niño de pecho, le administró veneno  pero lo único que consiguió  fue provocarle una especie de coma, finalmente tuvo que encargarle a uno de sus subordinados que acabara la tarea  que él mismo había empezado de forma tan chapucera" En realidad, Cornelisz se nos presenta como un hombre pusilánime, que tuvo miedo de abandonar el Batavia y no lo hizo hasta el momento de su hundimiento  y que tampoco era capaz de matar con sus propias manos.. Pero su gran arma no estaba en su mayor o menor valor , sino en sus dotes de persuasión y seducción.  Un poder de seducción que trató de emplear en la conquista de la bella Lucretia van der Mijlen  pero sin éxito alguno. 







Cameo Byzantine, dated 315 BC. Found in the wreck of the Dutch ship Batavia.:
Esta es una de las joyas rescatadas del Batavia que formaba parte del botín de Cornelisz, un camafeo romano del siglo IV que representa al emperador Constantino I el Grande (hacia 272-337) . La pregunta que es casi inevitable al leer esta historia es ¿quién era  realmente Cornelisz?¿qué le llevó a actuar de aquella forma y a arrastrar a casi trescientas personas a aquel reino del terror? Escribe Leys que: 
"Cornelisz  sigue siendo un enigma. El diagnóstico de la psicología moderna, que ve en él a un psicópata , probablemente es correcto, pero no lo explica mejor que la acusación de herejía  propuesta en la época por sus jueces. No era un tipo que poseyera prestancia, no reunía ninguna de esas cualidades  que permiten a los aventureros y a los conquistadores  imponerse de manera natural  , muy al contrario, se mostró en varias circunstancias  asombrosamente timorato, como cuando organizó la violación colectiva  de las mujeres  que habían quedado con vida , pero él mismo se quedó paralizado  a la hora de satisfacer sus propios deseos (se refiere a Lucretia) Pero poseía, sin embargo,  un poder de persuasión tan extraordinario  en el cual hasta él mismo terminó  confiando ciegamente"      
(Imagen procedente de https://es.pinterest.com/pin/569353577872529381/ )







Teniendo en cuenta que sus hombres no dudaban en forzar a las mujeres que quedaban entre los náufragos es insólito que Cornelisz no lo hiciera con Lucretia, pero creo que esa actitud comedida con ella no se debía a un rasgo de consideración caballeresca sino a otra muestra de su espíritu pusilánime y timorato, el mismo que le impidió dar muerte al bebé. Al igual que ordenó que uno de sus hombres matara al bebé, ahora esperará que otro de los suyos se encargue  de hacer aquello que él no se atreve a realizar. Así cuenta sus problemas amorosos a su segundo, que había sido el escribano de la nave y según Leys  se había convertido  "en el más feroz asesino de toda la banda" y éste no dudó en visitar a Lucretia y "recordarla la única elección que se le ofrecía: o daba inmediatamente satisfacción al capitán general  o compartiría la suerte de las otras mujeres que habían sido estranguladas o servías de prostitutas para toda la tropa de los asesinos"  Lucretia no tenía demasiadas opciones, en realidad ninguna, así que se convirtió en la amante oficial del autonombrado capitán general Jeronimus Cornelisz . Creo que un cierto momento Cornelisz llegó incluso a olvidar que podían venir a recogerlos y  el plan de asaltar el barco que acudiría a auxiliarlos pasó a un rincón de su cerebro. Aquello era su reino  y en él ejercía un poder absoluto que nadie podría discutir, entre otras cosas porque la mayoría estarían muertos. A mediados de julio, cuando llevan aproximadamente un mes y medio en aquellas islas, decide que ha llegado el momento de acabar con los náufragos que había enviado a la Isla de las Focas, donde malvivían  unas cuarenta personas "que incluían  mujeres, niños, jóvenes grumetes y mozos de camarote  y una docena de adultos"  Envió a unos pocos de sus hombres para lo que consideraba una tarea sencilla ya que debían estar muy debilitados., pero al verlos llegar siete de los hombres adultos se lanzaron al agua  y lograron llegar hasta  East Wallabi donde estaban Wiebbe Hayes y sus hombres. Y en las semanas siguientes algunos náufragos de la isla del Cementerio del Batavia (Beacon Island)  fueron escapándose a cuentagotas buscando el refugio de East Wallabi. Era como si se hubieran creado dos estados independientes e imposibles de reconciliar, la isla Cementerio del Batavia gobernada por la tiranía sangrienta de Cornelisz y  East Wallabi que bajo el liderazgo de Hayes se había convertido en el refugio de los que huían de Cornelisz  y que ahora albergaba a unas cincuenta personas. 







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Estos son los restos del fuerte construido por orden de Wiebbe Hayes en Western Wallabi para defenderse de los ataques que estaba seguro que intentarían los hombres de Cornelisz. Es considerada la construcción más antigua hecha por los europeos en territorio australiano. Uno de los argumentos que se barajan para explicar el comportamiento de Cornelisz es la influencia que sobre él había ejercido el pensamiento del pintor Johannes van der Beeck (1589-1644), conocido como "Torrentius", del que os hablaba en la segunda parte , al que conoció en Haarlem en 1627 . El pintor había sido acusado por herejía y libertinaje  que según Leys alardeaba de que sus pinturas estaban hechas en colaboración con el diablo ,aunque parece que en realidad era ateo. En realidad no sabemos cual pudo ser la influencia de Torrentius   en Cornelisz y si tiene algo que ver con su comportamiento después del naufragio   
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )




Y Hayes contaba con una gran ventaja  y  es que disponía de dos islas, East Wallabi y Western Wallabi, ya que se podía ir fácilmente de una a otra y así tenía de espacio  suficiente  además de "unos recursos inagotables:pozos de agua dulce y  una fauna abundante , los tammar wallaby , unos canguros enanos fáciles de capturar y cuya carne es suculenta" Estos canguros de pequeño  tamaño , los tammar wallaby, serán los que después darán su nombre a estas dos islas. Y no era el único alimento disponible ya que también anidaban en ella muchas aves marinas y los huevos de los nidos eran fáciles de recoger , y si esto no fuera suficiente las aguas que las rodeaban estaban llenas de langostas. Esto nos lleva a pensar que la historia del naufragio del Batavia podría haber sido completamente diferente si Pelsaert hubiera explorado las islas con más detenimiento y atención y no concluyera tan a la ligera que no había ni agua ni vida animal en ellas. Era evidente que Hayes representaba una amenaza cada vez mayor para la tiranía de Cornelisz y si no tomada medidas pronto se repetirían nuevas fugas entre los habitantes de la isla del Cementerio del Batavia (Beacon Island) y llegaría el momento en que los que estuvieran bajo el mando  de Hayes superarían numéricamente a los hombres de Cornelisz. Tenía que acabar con ellos, pero de nuevo el carácter pusilánime de Cornelisz salió a la luz, y durante dos semanas vaciló , tiempo precioso que Hayes, consciente de que antes o después el autonombrado capitán general lo atacaría, aprovechó para preparar sus defensas  "equipó a su tropa con  armamento improvisado: macanas (una especie de porra hecha de madera), lanzas, tablas con largos clavos  y edificó  con piedras  una pequeña fortaleza  en forma de recinto amurallado a cielo abierto donde hizo amontonar  una provisión de pesados y cortantes guijarros  para lanzarlos contra el enemigo cuando subieran al asalto"  Todo estaba preparado para una guerra que decidiría el destino de los supervivientes del Batavia . Hayes disponía de cincuenta hombres listos para combatir, frente a no más de veinte de Cornelisz debido  a que había matado a tantos  que ahora se había quedado sin efectivos, pero aunque eran menos en número los hombres de Cornelisz tenían la ventaja de disponer de armas de fuego frente a las piedras y lanzas y macanas de madera de Hayes. 







Engraving showing a boat arriving to a remote island
Otro de los grabados  perteneciente a  la edición de 1647  de "El desafortunado viaje de navío Batavia"  que recrea el momento en que llega a las islas de West Wallabi y East Wallabi  el "Sardam", la nave que el gobernador general de las Indias Orientales Holandesas, Jan Pieterszoon Coen (1587-1629),  entregó a Pelsaert para que recogiera a los náufragos y recuperara la plata , las joyas y otras mercancías de valor del pecio del Batavia.  Los amotinados tratarían de apoderarse del "Sardam" , tal y como habían planeado desde el principio con Cornelisz, que en ese momento era prisionero de Hayes. El asalto fracasó  y los secuaces de Cornelisz fueron reducidos . El  reinado de Cornelisz llegaba a su final 
(Imagen procedente de http://museum.wa.gov.au )








En los primeros días de agosto de 1629, dos meses después del naufragio, hubo dos intentos de desembarco de los hombres de Cornelisz en East Wallabi que fueron rechazados por Hayes y los suyos. Para el tercer ataque Cornelisz decidió ponerse al frente de los suyos  , pero cayó prisionero en la refriega  junto a tres de sus hombres, mientras que los demás, perdido su líder, huyeron y regresaron a la isla Cementerio del Batavia . Pero la guerra no había terminado . Los secuaces de Cornelisz eligieron de entre ellos a un nuevo líder provisional  "un joven soldado buen conocedor de su oficio , y bajo su gobierno la sangre dejó de correr en la isla"  No era un líder sanguinario como Cornelisz, pero estaba decidido a rescatar a éste  y el 17 de septiembre ordenó atacar de nuevo East Wallabi ,armados con los mosquetes  rescatados del naufragio. En un ataque mejor planeado  que el encabezado por Cornelisz, las armas de fuego pusieron a los defensores en una situación muy comprometida. Cayeron muertos tres de los hombres de Hayes alcanzados por los disparos de los mosquetes contra los que nada podían hacer más que refugiarse tras los muros de su improvisado fuerte de piedra y fue entonces, cuando todo parecía perdido, cuando en el horizonte se dibujó el velamen de un  barco . Se trataba de un balandro de la VOC , el "Sardam", y el hombre que iba al mando era François Pelsaert. Había logrado llegar a Java junto con los demás integrantes del bote , culpó a su segundo, el patrón  Ariaen Jacobsz, de lo sucedido y la Compañía le puso al mando de  aquella nave junto a veinticinco hombres  y un equipo de submarinistas , estos últimos para rescatar lo que pudieran de la mercancía que transportaba el Batavia. Sobre el destino de Ariaen  escribe Leys que "no tardó en ir a parar a una insalubre mazmorra de donde no había de salir nunca más" El problema es que  Pelsaert no era capaz de encontrar las islas donde habían naufragado y pasó un mes dando vueltas por la zona  hasta que finalmente las pudo localizar y llegó justo aquel 17 de septiembre en que se libraba la que parecía la batalla definitiva entre los dos grupos de supervivientes. 









Después de detener a todos los hombres de Cornelisz, Pelsaert fue interrogando a cada uno de ellos descubriendo todo lo que había sucedido , desde los asesinatos y las violaciones al robo de joyas y pertenencias del resto de pasajeros. En su diario escribiría Pelsaert
"Jeronimus Cornelisz de Haarlem, boticario y más tarde mercader de la nave Batavia, el lunes primero de octubre , ha requerido ser bautizado (recordemos que  Cornelisz  era anabaptista, un grupo protestante que rechaza el bautismo de los niños y él nunca había sido bautizado) .Luego será llevado a la Isla de las Focas  para ejercer allí la justicia, y allí primeramente le serán cortadas sus manos  y después  será ahorcado hasta la muerte; se confiscará todo su dinero, oro, plata, salario mensual y todas las reclamaciones  que en la India pueda tener" 
En el grabado sobre estas líneas perteneciente a  la edición de 1647  de "El desafortunado viaje de navío Batavia"  vemos el momento del ahorcamiento de Cornelisz y seis de sus hombres . Mientras que a él le cortaron las dos manos , al resto de los ajusticiados se le cortó sólo la mano derecha 
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )





Con la llegada de Pelsaert  los hombres de Cornelisz apenas pudieron oponer resistencia y muy inferiores  en número fueron capturados  casi sin lucha. Allí mismo se abrió un proceso para  juzgar a Cornelisz y sus secuaces "siendo la mayoría de ellos sometidos a tormento :a las atrocidades criminales les siguieron las atrocidades legales"  Cornelisz y otros seis hombres fueron condenados a la horca  y se fijó como fecha de la ejecución el 2 de octubre  en la isla de las Focas, donde semanas antes habían sido asesinadas decenas de personas por orden de Cornelisz.  Describe Leys el patético final de Jeronimus Cornelisz, que de alguna forma se hizo con algo de veneno y trató de suicidarse pero con la misma falta de habilidad que demostró cuando intentó asesinar meses atrás a aquel bebé. Lo más que consiguió fue pasar su última noche entre vómitos y diarreas. Al día siguiente se produjo un nuevo hecho llamativo " a petición de sus cómplices  Cornelisz fue ahorcado el primero  pues temían que en caso contrario  su ex jefe inventase  en el último momento alguna de sus jugarretas y escapase así a la muerte" Antes de ahorcarlo  le cortaron las dos manos y es probable que muriera antes desangrado que por la asfixia causada por la soga. El reinado de terror de Jeronimus Cornelisz, aquel boticario  convertido en tirano sangriento , termina en aquel patíbulo improvisado. Escribe Leys que según el testimonio del predicador, Gijsbert Bastiaensz, que había visto asesinar a seis de sus siete  hijos, a su esposa y a su criada por orden de Cornelisz, las últimas palabras  que pronunció antes de ser ahorcado fueron dos gritos "¡Venganza!¡Venganza!". ¿A qué venganza se refería? ¿la de sus víctimas? Fuera como fuese la pesadilla había terminado.  Permanecieron todavía  un mes y medio más en las islas para que el equipo de submarinistas recuperasen los tesoros del Batavia  "diez cofres repletos de monedas de plata " aunque las desgracias no habían terminado, pues cinco de los hombres participantes en las labores de rescate de las mercancías morirían . Se estima que en total se rescataron unas 80.000 monedas de plata, además de joyas y otros objetos valiosos valorados en unos 65.000 florines.  Por fin, el 15 de noviembre de 1629, casi cinco meses y  medio después del naufragio del Batavia, los supervivientes dejaban para  siempre aquellas islas en las que habían vivido una auténtica pesadilla.








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Estatua dedicada a Wiebbe Hayes en la localidad australiana de Geraldton. Es  la única figura heroica de esta historia  aunque sabemos muy poco sobre él. Escribe  de él Leys que: 
"No sabemos nada más que era un soldado raso , oriundo de una pequeña ciudad de la provincia de Groninga. No le conocemos más que a través de sus acciones  que atestiguan su firmeza de carácter , así como su competencia militar; poseía una autoridad  natural, buen juicio  y valor. Es el único que se significó entre los casi trescientos náufragos del Batavia  y se convirtió en un punto de convergencia  que hizo que un número creciente de voluntarios  se le unieran  convirtiéndose en un obstáculo  invencible para las ambiciones de Cornelisz" 
(Imagen procedente de https://es.pinterest.com/nitasjane/geraldton/ )




El "Sardam"  llevaba a setenta supervivientes del naufragio , de los que dieciséis iban encadenados porque eran hombres de Cornelisz que no habían merecido la horca según el criterio de Pelsaert  pero debían ser juzgados en Java. Dos de ellos eran aquel joven adolescente  que durante su estancia en la isla había rogado a Cornelisz que le dejaran degollar a alguien, y otro era el joven soldado que había sucedido a Cornelisz en el liderazgo de la banda después de que el primero fuera apresado  por Hayes.  Eran un caso especial, pues el adolescente era demasiado joven para responsabilizarlo de sus actos  y en cuanto al sucesor de Cornelisz había detenido la masacre en la isla . Pelsaert  había decidido que no debían ser ejecutados  pero temía que si los llevaba a Java las autoridades de la VOC ordenaran su ahorcamiento, así que sólo halló una solución , dejarlos en la costa de aquella gran tierra que se encontraba al este, la costa australiana. Fueron desembarcados en una playa desierta y mientras el "Sardam" se alejaba fueron vistos por última vez adentrándose entre la maleza para desaparecer para siempre de la visa. Como  nos cuenta Leys "aquellos dos asesinos fueron los primeros colonos europeos en establecerse en Australia" De lo que fuera después de ellos nadie lo sabe.  Ya en Java  las autoridades  ordenarían la ejecución de cinco de los catorce hombres de Cornelisz que Pelsaert había entregado a la VOC. El valiente   Wiebbe Hayes,  principal  responsable de que al menos medio centenar de personas siguieran con vida,  fue ascendido a alférez de marina  y según Leys nada más se sabe de lo que fue después de su vida pues nada más figura en los archivos. Los restos del fuerte que ordenó construir para defenderse del ataque de Cornelisz serían las primeras construcciones europeas en el territorio de AustraliaLucretia van der Mijlen ,después de vivir tantas aventuras y desventuras para estar con su esposo, supo al desembarcar que éste había muerto dos meses antes en Birmania víctima de unas fiebres. Leys escribe que un año más tarde se casó con un militar y regresaría a Holanda . En cuanto a Pelsaert , con su salud muy quebrantada por las fiebres y las penalidades sufridas en aquellos meses, moriría en septiembre de 1630 mientras tomaba parte en una expedición a Malasia. Los restos del Batavia  fueron localizados en 1963  y entre 1970 y 1974 se procedió a la extracción de muchos objetos y partes del pecio que hoy se exponen en el Western Australian Museum. Y en este punto concluyo la historia del naufragio del Batavia , que no es más que un pálido reflejo de la obra de Simon Leys  "Los náufragos del Batavia. Anatomía de una masacre", cuya lectura os recomiendo vivamente igual que la de otra obra a la que no he tenido acceso y que según Leys era la definitiva sobre este trágico hecho "El Cementerio del Batavia: la verdadera historia del hereje loco que dirigió el motín más sangriento de la historia"  del historiador y escritor galés Mike Dash (1963) ,ambas publicadas en 2002.  Quiero cerrar esta historia con la misma frase  que Simon Leys emplea para terminar su libro, un verso de la obra "Ifigenia en Táuride" del dramaturgo griego Eurípides(hacia 484-406 a.C)  en el que dice "El mar lava todos los crímenes de los hombres" No se si el mar los lava o más bien es el tiempo quien los sumerge en las oscuras aguas del olvido.


Enlace con la primera parte de : El Batavia , un viaje a las tinieblas 
http://chrismielost.blogspot.com.es/2017/04/historias-del-mar-el-batavia-un-viaje.html

Enlace con la segunda  parte de : El Batavia , un viaje a las tinieblas 
http://chrismielost.blogspot.com.es/2017/04/historias-del-mar-el-batavia-un-viaje_4.html



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