Se que es un título algo extraño para un artículo, pero más adelante veremos las razones para unir la palabra empatía al Incidente del Equinoccio de Otoño, una historia que he conocido gracias a un reportaje de la revista Muy Interesante ,al que citaré en más de una ocasión a lo largo de este relato y que trataba precisamente sobre la empatía.Vamos a preguntarnos primero ¿Qué es la empatía? Antes de entrar en su definición quiero traeros aquí un pequeño fragmento de un ensayo del periodista y escritor argentino Martín Caparrós(1957) con un título que ya revela la temática de su contenido "El hambre". Es un libro conmovedor y revelador, conmovedor por las historias que cuenta sobre personas que padecen en su vida cotidiana la escasez, el hambre, la enfermedad y no por una catástrofe puntual como un terremoto, una sequía o un conflicto bélico, sino que se trata de su realidad cotidiana, del día a día, hasta el extremo de que les parece que eso es lo normal; revelador porque Caparros analiza con la precisión del bisturí de un cirujano las causas del hambre y las consecuencias que tiene sobre la población. Espero escribir un artículo en el Mentidero sobre esta obra para hacerme eco de la investigación extraordinaria de Caparrós, pero ahora quiero solamente citar un pequeño fragmento de la conversación que mantiene con Hussena, una mujer de Níger que ha tenido ya catorce hijos de los que ocho han sobrevivido y seis han muerto, algo normal en esta tierra donde el hambre y la enfermedad siempre están al acecho de los más débiles, los niños. En el último de los partos había tenido mellizas pero estaban muy débiles, los médicos la dijeron que debía alimentarlas bien "Ella muchas veces - escribe Caparrós - comía menos para que sus chicos no se quedaran sin comer , pero si ahora le decían que si ella comía menos las mellizas se iban a enfermar ¿qué hacía?".
Hussena reflexiona en voz alta "Si no como , mi leche no sirve. Pero si como, mis hijos no comen. Así que si como para tener leche buena estoy salvando a los más chiquititos y dejando a los demás ¿Y para qué?¿Para que cuando los chiquititos sean más grandes les pase lo mismo?" y concluye con estas palabras que duelen por la impotencia que transmiten ante una situación que ella no puede cambiar "A veces odio tener hijos. Lo odio , porque tengo miedo de que ellos me odien a mí por hacerlos vivir vidas así" Yo no soy padre pero al leer estas palabras se me encogió el corazón,como seguro que también os ha pasado ahora a vosotros. ¿Por qué? No conozco a Hussena ni a sus hijos, su país está muy lejos del mío y su realidad cotidiana nada tiene que ver con la mía o la vuestra pero podemos comprender su dolor, su sufrimiento y ponerme en su lugar aunque, evidentemente, nunca es lo mismo que vivirlo en carne propia.. Recuerdo como hace años , cuando fui al estreno de la película "Titanic" yo, que suelo ser un poco llorón en el cine, derramé lágrimas cuando Jack, el joven protagonista interpretado por Leonardo DiCaprio(1974), se ahogaba en las frías aguas del Atlántico Norte. ¿Qué sentido tiene llorar por un personaje de ficción? En ambos casos estamos identificándonos con lo que el otro siente, con su dolor, con su sufrimiento o también, si se da el caso, con su alegría . Esa capacidad de compartir las emociones, de ponernos en la piel de otro aunque sea de forma virtual , es lo que en psicología se llama empatía y ,mas recientemente, también inteligencia emocional . Nuestro Diccionario de la Lengua Española define la empatía como "la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo del otro". Y eso sucede no por un acto de nuestra voluntad, no pensamos "voy a ponerme en su lugar para entender que le sucede", sencillamente lo hacemos de manera inconsciente y automática y por eso no solemos detenernos a pensar sobre ella y la importancia que tiene en nuestras vidas.
Sin duda, la empatía ha existido siempre porque forma parte de nuestra naturaleza, desde aquellos primeros grupos humanos que bajaron de los árboles para empezar a recorrer la sabana y perdida la protección de los árboles se necesitaban los unos a los otros para protegerse y las dificultades de un individuo pueden afectar a todos. Pero no tenemos la exclusiva de la empatía, pues también la encontramos en aquellos animales que establecen un vínculo afectivo con sus crías y con otros de su misma especie para ayudarles y protegerles o también en algo tan importante como la imitación, pues en ella se basa el aprendizaje de las crías. En el artículo de la revista Muy Interesante al que me refería al inicio ,se ponen ejemplos de empatía entre animales y señala como los primates sean probablemente los que más desarrollada tienen esta habilidad emocional y social. Recoge un experimento en el que un grupo de macacos recibe una descarga eléctrica cada vez que a uno de ellos ,que está aislado del resto del grupo , le dan de comer. Este individuo, al relacionar la comida que le dan a él con las descargas que reciben sus compañeros, decide no comer más para evitar ese sufrimiento a sus congéneres al menos hasta que pasan los días y el hambre puede más , pero es ejemplo evidente de empatía, pues renunciaba a un beneficio propio para evitar el sufrimiento de los otros,una actitud que sería inexplicable sin la empatía que le permite sentir el dolor de sus compañeros. Casos parecidos encontramos en otros mamíferos superiores, como las ballenas, que tratan de ayudar a algún miembro de la familia que esté herido o enfermo, o los elefantes , que no dudan en ralentizar su marcha para ajustarse al paso del más débil y enfermo de los miembros del grupo . Ya vemos que la empatía existe tanto entre las personas como entre los animales, al menos entre algunos de ellos como los primates, los delfines, las ballenas o los elefantes, entendiéndolo como algo más desarrollado que el simple instinto de alimentar a las crías. . Sin embargo, el conocimiento de la empatía es relativamente reciente y la misma palabra que utilizamos para denominar a esta capacidad de ponernos en la piel de otro apenas tiene poco más de un siglo de vida.
Viajemos ahora al pasado, antes de que nadie hablara de la empatía .Estamos en el 13 de septiembre de 1848,cerca de la localidad de Cavendish, en el estado norteamericano de Vermont. Son alrededor de las 16:30 horas de la tarde y aquí vemos a un grupo de trabajadores del ferrocarril y al frente de ellos se encuentra Phineas P. Gage (1823-1861).Están trabajando en la construcción del ferrocarril que unirá las localidades de Rutland y Burlington, ambas en el estado de Vermont. El grupo de Gage se dispone a hacer volar una roca para lo que perforan un agujero en la roca que quieren volar, luego lo llenan con el explosivo, ponen tierra por encima y compactaban todo con una barra de hierro. Pero algo sucede, tal vez se olvida de echar la arena sobre el explosivo y cuando Gage introduce la barra de hierro en el agujero para presionar el explosivo, salta una chispa, se produce un estallido y la barra de hierro sale despedida del agujero como si fuera un proyectil o una jabalina, y atraviesa la cabeza de Gage en trayectoria ascendente, entrando por el lado izquierdo de su rostro, siguiendo por detrás del ojo izquierdo para salir a continuación por la parte superior de la cabeza y sigue su trayectoria pues sería encontrada a 25 metros de distancia manchada de sangre y con restos del cerebro de Gage. Días después, el 21 de septiembre de 1848 el periódico "The Boston Post" ,un diario fundado en 1831 y que entonces gozaba de una gran popularidad, se hacía eco de este accidente, titulando la noticia como "Horrible accidente", situándolo en el día anterior y ,después de describir las terribles heridas sufridas por Gage, subrayaba que " La circunstancia más singular en relación con este triste asunto es que él estaba vivo a las dos de la tarde y en completo uso de la razón y sin dolor"
Gage, que en ningún momento ha perdido la consciencia, es trasladado por sus compañeros en una carreta de bueyes desde el lugar del accidente hasta Cavendish. Llaman al doctor Edward Higginson Williams (1824-1899)., que más tarde escribiría sobre aquel hecho extraordinario. El médico se encontró a Gage sentado en una silla junto al hotel donde estaba alojado y relatando lo que le había sucedido y todo ello con la cabeza perforada. El doctor se baja de su carro, se dirige hacia Gage que le recibe con buen humor "Doctor, aquí hay bastante trabajo para usted." Y a continuación nos cuenta Higginson que "Primero me di cuenta de la herida en la cabeza. La parte superior parecía como un embudo invertido, como si un cuerpo en forma de cuña hubiera pasado desde abajo hacia arriba. Durante todo el tiempo que estuve examinando la herida , el sr Gage iba relatando como se produjo el accidente a todos los transeúntes Yo no creía lo que decía pero persistía en afirmar que la barra de hierro le había pasado por la cabeza. En un momento se levantó y vomitó y el esfuerzo de los vómitos hizo que un trozo de cerebro se cayera al suelo" Es casi imposible imaginar la escena ,que parece surrealista, Gage hablando y bromeando, con la cabeza agujereada y en un cierto momento se le cae parte del cerebro al suelo. A las 18:00 hrs pasa a ser atendido por el doctor John Marty Harlow (1819-1907). En una carta el doctor explicaría después que el panorama al que tenía que enfrentarse era "verdaderamente terrible" pero también señala que Gage "soportó sus sufrimientos con la más heroica firmeza .Me reconoció de inmediato y me dijo que esperaba no estar muy herido".El doctor trató la herida y vendó el cráneo de Gage.Contra todo pronóstico, y aunque la recuperación fue complicada, con episodios de entrada en coma en los que parecía que iba a morir, pero el 7 de octubre fue capaz de nuevo de levantarse y un mes más tarde ya podía camina y a mediados de noviembre regresaba a su casa .
Cuando ya en 1849 pudo examinarle de nuevo parecía bastante recuperado aunque ya no pudo trabajar en el ferrocarril. En ese mismo año fue llevado a Boston por el cirujano y profesor en la Escuela de Medicina de Harvard, Henry Jacob Bigelow (1818-1890), para verificar que la barra realmente le había atravesado la cabeza, y después de comprobarlo lo presentó en una reunión de la Boston Society for Medical Improvement. después Gage estuvo un tiempo como una de las atracciones del Barnum´s American Museum de Nueva York propiedad del empresario Phineas Taylor Barnum (1810-1891) que más tarde fundaría el célebre circo Barnum, un establecimiento que era una mezcla de museo, zoo y exhibición de objetos y personas singulares y el caso de Gage era de los más singulares. Es posible que a esta época pertenezcan las dos fotografías que se conservan de Gage en las que aparece empuñando con una actitud que demuestra cierto orgullo ,la barra de hierro que le había atravesado la cabeza y un rostro que, aunque algo desfigurado por la cicatriz y con el ojo izquierdo completamente cerrado, conservaba su apostura .La barra de hierro se convirtió en su fiel compañera el resto de su vida. Después de recorrer diferentes ciudades mostrando sus heridas, finalmente el interés por su caso cayó y en agosto de 1852 aceptó una propuesta para trabajar como cochero en Chile . Abandonó Chile después de seis años de trabajo, cuando su salud comenzó a fallarle y tuvo ataques epilépticos. Finalmente moriría el 21 de mayo de 1860 durante uno de sus ataques epilépticos que se sucedían en estos últimos meses, sin duda causados por la heridas sufridas doce años antes. Os preguntaréis ¿qué tiene que ver esto con la empatía? Ahora vamos con ello. Todavía hoy se discute que partes del cerebro afectó la barra de hierro y que consecuencias tuvo .
John Marty Harlow, el cirujano que le había atendido a Gage el día del accidente, publicaría en 1869 un artículo para la Sociedad Médica de Massachusetts titulado "Recuperación del paso de una barra de hierro a través de la cabeza" en la que escribía como los empleadores de Gage habían decidido no seguir contratándolo después del accidente a causa de los cambios que habían apreciado en su carácter.Si al Gage de antes del accidente lo calificaban de "el más eficiente y capaz encargado en su trabajo" , después del accidente apreciaron que "el cambio tan notable que se había producido en su mente aconsejaba no darle de nuevo su puesto de trabajo" Harlow escribía que "el equilibrio o balance entre sus facultades intelectuales y sus instintos animales parece haber sido destruido. Es errático, irreverente, pronunciando las más groseras blasfemias, cosa que antes no hacía, mostrando muy poco respeto por sus compañeros , impaciente ante los consejos y restricciones cuando estos contrarían sus deseos, pertinazmente obstinado, caprichoso y vacilante." En resumen "un niño en lo que se refiere a su capacidad y habilidades intelectuales, que tiene las pasiones animales de un hombre fuerte." Frente a este retrato de Gage después del accidente, Harlow contraponía otro bien distinto del mismo hombre antes de que su cerebro fuera atravesado por una barra de hierro "Antes de su lesión, y aunque no había recibido educación en una escuela, tenía una mente equilibrada y aquellos que le conocieron lo describen como un astuto e inteligente hombre de negocios , enérgico y decidido a llevar sus planes hasta el final" pero después "su mente cambió tan radicalmente que sus amigos y conocidos decían que "ya no era Gage".
En su época llegó a ponerse en duda la historia de Gage , muchos no creían que una barra de hierro le hubiera atravesado la cabeza y hubiera sobrevivido, pero el estudio de su calavera despejó toda sospecha porque allí estaba el agujero hecho por la barra de hierro. Sobre el alcance de las heridas y los cambios reales que se produjeron en el carácter de Gage hay muchas versiones diferentes y la polémica sigue hasta nuestros días. Algunos piensan que estos cambios fueron exagerados después de su muerte, recordemos que Harlow no publica este informe hasta siete años después de la muerte de Gage, posiblemente porque el doctor no quería escribir nada negativo sobre su paciente mientras éste estuviera con vida, y otros afirmaban que durante su estancia en Chile su carácter era mucho más tranquilo que el de la descripción de Harlow ,por lo que posiblemente aquellos cambios no habían sido permanentes y se atenuaron con el tiempo.Hubo una discusión científica entre Harlow, que consideraba que las lesiones cerebrales causadas por la herida eran las responsables de este cambio en la personalidad de Gage que se manifestaba en forma de una especie de pérdida de conexión los demás , de empatía (aunque él no lo llamó así porque ni siquiera existía el término), y el doctor Bigelow, el mismo que había llevado a Gage a Boston en 1849, que en 1850 publicó un artículo después de reconocer a Gage en el que manifestaba que Gage "estaba bastante recupero tanto en sus facultades físicas como mentales" Estas diferentes valoraciones bien podían deberse al interés de Harlow en la frenología, termino derivado del griego que podría traducirse como "conocimiento de la mente" una teoría desarrollada por el anatomista alemán Franz Joseph Gall (1758-1828) a comienzos del siglos XIX.
Según Gall las funciones mentales que regulan nuestro comportamiento residen en diferentes zonas del cerebro y si algo afecta a alguna de esas regiones cerebrales, también altera nuestro comportamiento en función de la zona cerebral que esté afectada. Otra de las hipótesis de Gall es que la forma del cráneo , así también como las facciones del rostro, podían dar pistas sobre el carácter de la persona. Este último aspecto de su teoría sería después desacreditado cuando se comprobó que la forma y grosor del cráneo no tenía ninguna influencia en el desarrollo cerebral, pero su hipótesis de que nuestro comportamiento está regulado por diferentes zonas del cerebro si se confirmaría, cuando en 1861 el médico, antropólogo y anatomista francés Paul Pierre Broca (1824-1880) estudió los cerebros de pacientes que sufrían una extraña dolencia que les impedía hablar o comprender el lenguaje.Tres años más tarde, en 1864, el médico francés Armand Trousseau(1801-1867) daría el nombre de "afasia" a esta dolencia, que en griego significa "imposibilidad de hablar". El caso es que Broca estaba convencido que estudiando los cerebros de personas fallecidas y relacionando su estructura con el comportamiento que éstas tuvieron en vida podría llegar a entender que áreas intervienen en los diferentes comportamientos humanos, lo que probaría la primera parte de la teoría de Gall. Y así fue, porque Broca consiguió ,con el estudio de aquellos cerebros afectados por afasia , determinar que la dolencia se debía a una lesión en una zona del lóbulo frontal, por lo que concluyó que allí residía el centro del habla, que en su honor sería bautizado como Área de Broca.
En 1868, cuando Harlow publicó su artículo, ya estaba familiarizado tanto con los estudios y teorías de Gall como con el descubrimiento de Broca y por eso le resultó más fácil establecer la conexión entre el cambio de comportamiento de Gage, fuera más o menos acusado pues sobre ello hay diferentes versiones, y las lesiones sufridas en su cerebro, mientras que BIgelow, más conservador , seguía fiel a otra corriente científica según la cual los daños en los hemisferios cerebrales no influían en la capacidad intelectual y de comportamiento del que las sufría. Muchos años después el matrimonio de médicos y neurólogos portugueses formado por Hanna Damásio (1942) y Antonio Rosa Damasio (1941), especializados en el estudio de los sistemas neuronales que regulan las emociones, el lenguaje, la memoria o la toma de decisiones, -estudiaron el caso de Gage , realizando una simulación por ordenador del accidente utilizando para ello el cráneo de Gage y la barra de hierro que todavía se conservan en el Museo Anatómico Warren dentro de la Escuela de Medicina de Harvard. Gracias a este estudio concluyeron que la barra había afectado a los dos lóbulos frontales del cerebro de Gage. ¿Qué significaba ésto? Los lóbulos frontales son la parte más moderna de nuestro cerebro y hoy se sabe que están implicados en la regulación de nuestra conducta y las emociones, además de contener el Área de Broca que, como ya hemos visto, es el centro del lenguaje, y también donde residen las funciones ejecutivas, entendiendo como tales las que nos permiten planificar algo y llevarlo a cabo así como corregir nuestra conducta Tradicionalmente se considera que el extraordinario caso de Gage como una de las primeras pruebas científicas de como una área del cerebro, en este caso el lóbulo frontal, podía determinar nuestro comportamiento y emociones.
Ahora vamos a avanzar hasta el año 1906, cuando se publicaba una obra titulada "Estética:Psicología de la Belleza y el Arte" del filósofo y psicólogo alemán Theodor Lipps(1851-1914) en la que Lipps desarrollaba una teoría estética según la cual el hombre puede llegar a identificarse con un objeto , reconocerse en él hasta el punto de descubrir en ese objeto (una escultura, un cuadro) un aspecto de sí mismo que le era desconocido. Y para dar un nombre a ese proceso de identificación emplea la palabra alemana Einfühlungsvermögen que tres años más tarde el psicólogo británico Edward Bradford Titchener(1867-1927) trasladaría al inglés empleando la palabra Empatía, que es el término que hoy empleamos para determinar la capacidad que una persona tiene de ponerse en la piel de otra, que es algo diferente a la generosidad o el altruismos, comportamientos muy loables y en los que influye la capacidad empática de la persona, pero que no hay que confundir porque se trata de un concepto diferente, puedes sentir una gran empatía por las víctimas de un terremoto que contemplas en los informativos de televisión y al mismo tiempo no hacer nada por ayudarlos, por lo que yo no le daría una cualidad moral sino que es lo que nos permite comprender lo que les sucede a otras personas, aunque también creo que es evidente que una persona que tiene la capacidad de ponerse en la piel de otra, de sentir su dolor, su sufrimiento, su necesidad de ayuda podrá desarrollar con más facilidad sentimientos y emociones relacionadas con el altruismo, la generosidad o el deseo de ayudar o consolar. Y si ya hemos visto que en el siglo XIX se descubrió que nuestra conducta estaba regulada por determinadas áreas del cerebro, también regulan la empatía y la falta de ella, como podría ser el caso de Phineas Gage después de su accidente o el de un psicópata incapaz de sentir el sufrimiento de sus víctimas aunque pueda entenderlo intelectualmente. En la segunda parte seguiremos avanzando en este recorrido por el descubrimiento de la empatía y en él nos encontraremos con un ejemplo de como la empatía puede llevar a que una persona salve al mundo.
Enlace con la segunda parte de "La empatía y el incidente del equinoccio de otoño"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2015/05/la-empatia-y-el-incidente-del_28.html
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La empatía que sentimos cuando leemos una historia como la que nos cuenta Martín Caparrós sobre Hussena es un nivel de empatía más complejo, en el que literalmente nos ponemos en la piel de esa persona y sufrimos con ella aunque no la conozcamos y vivamos a miles de kilómetros de ella, en una realidad completamente diferente. Pero hay otros niveles más básicos de empatía y uno de ellos es el contagio emocional. La fotografía es un ejemplo de ello, un niño llora y los demás le acompañan en su llanto aunque tal vez ni siquiera sepan la razón, es una respuesta automática, inconsciente y podríamos decir que instintiva. Es el mismo contagio emocional que en ocasiones puede causarnos ver a una persona reír y al poco tiempo todos los que están a su alrededor también ríen. Este tipo de contagio emocional se da en las salas de un cine, en un teatro o durante un concierto en los que se crea una atmósfera que parece envolver a todos los asistentes que reaccionan al unísono a la hora de expresar una emoción a través de la risa o el llanto . Ponerse en el lugar de otra persona es algo más complejo que el contagio emocional , es una recreación virtual de lo que está sintiendo otra persona y nos permite entender sus emociones (Imagen procedente de lacaradesconocidadelcerebro.blogspot.com ) |
Hussena reflexiona en voz alta "Si no como , mi leche no sirve. Pero si como, mis hijos no comen. Así que si como para tener leche buena estoy salvando a los más chiquititos y dejando a los demás ¿Y para qué?¿Para que cuando los chiquititos sean más grandes les pase lo mismo?" y concluye con estas palabras que duelen por la impotencia que transmiten ante una situación que ella no puede cambiar "A veces odio tener hijos. Lo odio , porque tengo miedo de que ellos me odien a mí por hacerlos vivir vidas así" Yo no soy padre pero al leer estas palabras se me encogió el corazón,como seguro que también os ha pasado ahora a vosotros. ¿Por qué? No conozco a Hussena ni a sus hijos, su país está muy lejos del mío y su realidad cotidiana nada tiene que ver con la mía o la vuestra pero podemos comprender su dolor, su sufrimiento y ponerme en su lugar aunque, evidentemente, nunca es lo mismo que vivirlo en carne propia.. Recuerdo como hace años , cuando fui al estreno de la película "Titanic" yo, que suelo ser un poco llorón en el cine, derramé lágrimas cuando Jack, el joven protagonista interpretado por Leonardo DiCaprio(1974), se ahogaba en las frías aguas del Atlántico Norte. ¿Qué sentido tiene llorar por un personaje de ficción? En ambos casos estamos identificándonos con lo que el otro siente, con su dolor, con su sufrimiento o también, si se da el caso, con su alegría . Esa capacidad de compartir las emociones, de ponernos en la piel de otro aunque sea de forma virtual , es lo que en psicología se llama empatía y ,mas recientemente, también inteligencia emocional . Nuestro Diccionario de la Lengua Española define la empatía como "la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo del otro". Y eso sucede no por un acto de nuestra voluntad, no pensamos "voy a ponerme en su lugar para entender que le sucede", sencillamente lo hacemos de manera inconsciente y automática y por eso no solemos detenernos a pensar sobre ella y la importancia que tiene en nuestras vidas.
"Siempre que alivies el dolor de otro ser humano , tu vida no será en vano" decía la escritora estadounidense Helen Keller(1880-1968), que tuvo que superar en su propia vida el obstáculo de ser ciega y sorda, lo que la aislaba casi por completo del mundo exterior , pero salió adelante y mantenía viva esa capacidad del ser humano de sentir como propio el dolor de otra persona , lo que nos lleva a acercarnos a ella para ofrecerle consuelo , esa acción que nuestro Diccionario define como "Descanso y alivio de la pena, molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo", o lo que cualquiera de nosotros define sencillamente como un hombro para llorar . La capacidad de empatía es innata en el ser humano , nacemos con ella aunque requiere un desarrollo. En el articulo de "Muy Interesante" sombre la empatía, su autor, Pablo Herreros, explica que: "Los menores de un año ya responden ante los problemas de otros y se acercan a quienes sufren" Pero los bebés todavía no pueden ponerse en la piel de otra persona de la misma forma que no reconocer su reflejo en el espejo , eso requiere la maduración de algunas estructuras cerebrales , las neuronas espejo, de las que os hablaré en la segunda parte (Imagen procedente de www.comofazer.com.br ) |
Sin duda, la empatía ha existido siempre porque forma parte de nuestra naturaleza, desde aquellos primeros grupos humanos que bajaron de los árboles para empezar a recorrer la sabana y perdida la protección de los árboles se necesitaban los unos a los otros para protegerse y las dificultades de un individuo pueden afectar a todos. Pero no tenemos la exclusiva de la empatía, pues también la encontramos en aquellos animales que establecen un vínculo afectivo con sus crías y con otros de su misma especie para ayudarles y protegerles o también en algo tan importante como la imitación, pues en ella se basa el aprendizaje de las crías. En el artículo de la revista Muy Interesante al que me refería al inicio ,se ponen ejemplos de empatía entre animales y señala como los primates sean probablemente los que más desarrollada tienen esta habilidad emocional y social. Recoge un experimento en el que un grupo de macacos recibe una descarga eléctrica cada vez que a uno de ellos ,que está aislado del resto del grupo , le dan de comer. Este individuo, al relacionar la comida que le dan a él con las descargas que reciben sus compañeros, decide no comer más para evitar ese sufrimiento a sus congéneres al menos hasta que pasan los días y el hambre puede más , pero es ejemplo evidente de empatía, pues renunciaba a un beneficio propio para evitar el sufrimiento de los otros,una actitud que sería inexplicable sin la empatía que le permite sentir el dolor de sus compañeros. Casos parecidos encontramos en otros mamíferos superiores, como las ballenas, que tratan de ayudar a algún miembro de la familia que esté herido o enfermo, o los elefantes , que no dudan en ralentizar su marcha para ajustarse al paso del más débil y enfermo de los miembros del grupo . Ya vemos que la empatía existe tanto entre las personas como entre los animales, al menos entre algunos de ellos como los primates, los delfines, las ballenas o los elefantes, entendiéndolo como algo más desarrollado que el simple instinto de alimentar a las crías. . Sin embargo, el conocimiento de la empatía es relativamente reciente y la misma palabra que utilizamos para denominar a esta capacidad de ponernos en la piel de otro apenas tiene poco más de un siglo de vida.
Entre determinados animales también se dan formas de empatía , desde delfines que ayudan a los miembros del grupo que están heridos o enfermos a ascender a la superficie para respirar a ballenas que intervienen en defensa de otras ballenas , incluso de diferente especie, para protegerlas de sus principales depredadores (al margen del hombre), que son las orca. Y no se si los científicos habrán realizado un estudio acerca de la empatía entre perros y seres humanos, pero creo que todos los que en algún momento hemos tenido un perro sabemos de lo que hablamos, como se acerca a ti cuando nota que estás triste y trata de animarte o como se alegran cuando también tu estás alegre., de alguna forma detectan nuestros estados de animo y comparten lo que sentimos, lo que viene a ser una forma de empatía (Imagen procedente de www.apasdem.org.mx ) |
Viajemos ahora al pasado, antes de que nadie hablara de la empatía .Estamos en el 13 de septiembre de 1848,cerca de la localidad de Cavendish, en el estado norteamericano de Vermont. Son alrededor de las 16:30 horas de la tarde y aquí vemos a un grupo de trabajadores del ferrocarril y al frente de ellos se encuentra Phineas P. Gage (1823-1861).Están trabajando en la construcción del ferrocarril que unirá las localidades de Rutland y Burlington, ambas en el estado de Vermont. El grupo de Gage se dispone a hacer volar una roca para lo que perforan un agujero en la roca que quieren volar, luego lo llenan con el explosivo, ponen tierra por encima y compactaban todo con una barra de hierro. Pero algo sucede, tal vez se olvida de echar la arena sobre el explosivo y cuando Gage introduce la barra de hierro en el agujero para presionar el explosivo, salta una chispa, se produce un estallido y la barra de hierro sale despedida del agujero como si fuera un proyectil o una jabalina, y atraviesa la cabeza de Gage en trayectoria ascendente, entrando por el lado izquierdo de su rostro, siguiendo por detrás del ojo izquierdo para salir a continuación por la parte superior de la cabeza y sigue su trayectoria pues sería encontrada a 25 metros de distancia manchada de sangre y con restos del cerebro de Gage. Días después, el 21 de septiembre de 1848 el periódico "The Boston Post" ,un diario fundado en 1831 y que entonces gozaba de una gran popularidad, se hacía eco de este accidente, titulando la noticia como "Horrible accidente", situándolo en el día anterior y ,después de describir las terribles heridas sufridas por Gage, subrayaba que " La circunstancia más singular en relación con este triste asunto es que él estaba vivo a las dos de la tarde y en completo uso de la razón y sin dolor"
La noticia que publicó el 21 de septiembre de 1849 el "The Boston Post" dando cuenta del accidente sufrido por Phineas P. Gage una semana antes, aunque en la noticia lo cuentan como si hubiera sido el día anterior. Muchos pondrían en duda el hecho de que una barra de hierro le hubiera atravesado la cabeza, pero después de su muerte, cuando su cuerpo fue exhumado y se mostró su cráneo con un gran agujero todas las sospechas quedaron despejadas (Imagen procedente de http://en.wikipedia.org )
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Gage, que en ningún momento ha perdido la consciencia, es trasladado por sus compañeros en una carreta de bueyes desde el lugar del accidente hasta Cavendish. Llaman al doctor Edward Higginson Williams (1824-1899)., que más tarde escribiría sobre aquel hecho extraordinario. El médico se encontró a Gage sentado en una silla junto al hotel donde estaba alojado y relatando lo que le había sucedido y todo ello con la cabeza perforada. El doctor se baja de su carro, se dirige hacia Gage que le recibe con buen humor "Doctor, aquí hay bastante trabajo para usted." Y a continuación nos cuenta Higginson que "Primero me di cuenta de la herida en la cabeza. La parte superior parecía como un embudo invertido, como si un cuerpo en forma de cuña hubiera pasado desde abajo hacia arriba. Durante todo el tiempo que estuve examinando la herida , el sr Gage iba relatando como se produjo el accidente a todos los transeúntes Yo no creía lo que decía pero persistía en afirmar que la barra de hierro le había pasado por la cabeza. En un momento se levantó y vomitó y el esfuerzo de los vómitos hizo que un trozo de cerebro se cayera al suelo" Es casi imposible imaginar la escena ,que parece surrealista, Gage hablando y bromeando, con la cabeza agujereada y en un cierto momento se le cae parte del cerebro al suelo. A las 18:00 hrs pasa a ser atendido por el doctor John Marty Harlow (1819-1907). En una carta el doctor explicaría después que el panorama al que tenía que enfrentarse era "verdaderamente terrible" pero también señala que Gage "soportó sus sufrimientos con la más heroica firmeza .Me reconoció de inmediato y me dijo que esperaba no estar muy herido".El doctor trató la herida y vendó el cráneo de Gage.Contra todo pronóstico, y aunque la recuperación fue complicada, con episodios de entrada en coma en los que parecía que iba a morir, pero el 7 de octubre fue capaz de nuevo de levantarse y un mes más tarde ya podía camina y a mediados de noviembre regresaba a su casa .
Esta es una de las dos fotografías que se han conservado de Phineas P. Gage . Esta fue descubierta en 2010 y la otra fotografía, casi igual a esta, en 2009 . No se sabe cuando ni donde fueron tomadas pero se cree que las dos habrían sido hechas antes de 1850 . Podemos observar su ojo izquierdo cerrado y en su mano la barra de hierro que atravesó su cráneo con la que parece posar orgulloso y de la que no se despegaría el resto de su vida. El aspecto elegante, orgulloso y cuidado que presenta estas fotografías parece desmentir algunas de las descripciones que le hicieron después de su accidente en la que le presentaban como una persona sucia y desaliñada. Parece que cuanto más tiempo pasaba más se enriquecían este tipo de historias, exagerando los cambios que se habían producido en su carácter después del accidente (Imagen procedente de http://en.wikipedia.org ) |
Cuando ya en 1849 pudo examinarle de nuevo parecía bastante recuperado aunque ya no pudo trabajar en el ferrocarril. En ese mismo año fue llevado a Boston por el cirujano y profesor en la Escuela de Medicina de Harvard, Henry Jacob Bigelow (1818-1890), para verificar que la barra realmente le había atravesado la cabeza, y después de comprobarlo lo presentó en una reunión de la Boston Society for Medical Improvement. después Gage estuvo un tiempo como una de las atracciones del Barnum´s American Museum de Nueva York propiedad del empresario Phineas Taylor Barnum (1810-1891) que más tarde fundaría el célebre circo Barnum, un establecimiento que era una mezcla de museo, zoo y exhibición de objetos y personas singulares y el caso de Gage era de los más singulares. Es posible que a esta época pertenezcan las dos fotografías que se conservan de Gage en las que aparece empuñando con una actitud que demuestra cierto orgullo ,la barra de hierro que le había atravesado la cabeza y un rostro que, aunque algo desfigurado por la cicatriz y con el ojo izquierdo completamente cerrado, conservaba su apostura .La barra de hierro se convirtió en su fiel compañera el resto de su vida. Después de recorrer diferentes ciudades mostrando sus heridas, finalmente el interés por su caso cayó y en agosto de 1852 aceptó una propuesta para trabajar como cochero en Chile . Abandonó Chile después de seis años de trabajo, cuando su salud comenzó a fallarle y tuvo ataques epilépticos. Finalmente moriría el 21 de mayo de 1860 durante uno de sus ataques epilépticos que se sucedían en estos últimos meses, sin duda causados por la heridas sufridas doce años antes. Os preguntaréis ¿qué tiene que ver esto con la empatía? Ahora vamos con ello. Todavía hoy se discute que partes del cerebro afectó la barra de hierro y que consecuencias tuvo .
Fotografía del cráneo perforado de Phineas P. Gage y la barra causante del accidente que hoy se pueden contemplar en el Museo Anatómico Warren en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard. . Hoy el cuerpo sin cabeza de Phineas se halla enterrado en el Cypress Lawn Memorial Park en la pequeña ciudad californiana de Colma. Sobre su vida antes del accidente no sabemos demasiado, excepto que nació en el condado de Grafton , en el estado de New Hampshire, y que fue el primero de cinco hermanos. No sabemos que estudió pero si que sabía leer y escribir. El doctor Harlow nos dejaría esta descripción de Gage cuando le atendió en 1848, "Un hombre perfectamente sano, fuerte y activo de veinticinco años , de temperamento bilioso (con esto quería decir que era decidido y con gran fuerza de voluntad), de 1, 68 metros de altura (el da las medidas en pies) y 68 kilos de peso, que posee una voluntad de hierro así como una estructura también de hierro (imagino que se refería a su constitución física, ya que era muy fuerte ). Sistema musculas inusualmente bien desarrollado , habiendo estado enfermo apenas un día desde su infancia hasta el día de la herida" (Imagen procedente de http://en.wikipedia.org ) |
John Marty Harlow, el cirujano que le había atendido a Gage el día del accidente, publicaría en 1869 un artículo para la Sociedad Médica de Massachusetts titulado "Recuperación del paso de una barra de hierro a través de la cabeza" en la que escribía como los empleadores de Gage habían decidido no seguir contratándolo después del accidente a causa de los cambios que habían apreciado en su carácter.Si al Gage de antes del accidente lo calificaban de "el más eficiente y capaz encargado en su trabajo" , después del accidente apreciaron que "el cambio tan notable que se había producido en su mente aconsejaba no darle de nuevo su puesto de trabajo" Harlow escribía que "el equilibrio o balance entre sus facultades intelectuales y sus instintos animales parece haber sido destruido. Es errático, irreverente, pronunciando las más groseras blasfemias, cosa que antes no hacía, mostrando muy poco respeto por sus compañeros , impaciente ante los consejos y restricciones cuando estos contrarían sus deseos, pertinazmente obstinado, caprichoso y vacilante." En resumen "un niño en lo que se refiere a su capacidad y habilidades intelectuales, que tiene las pasiones animales de un hombre fuerte." Frente a este retrato de Gage después del accidente, Harlow contraponía otro bien distinto del mismo hombre antes de que su cerebro fuera atravesado por una barra de hierro "Antes de su lesión, y aunque no había recibido educación en una escuela, tenía una mente equilibrada y aquellos que le conocieron lo describen como un astuto e inteligente hombre de negocios , enérgico y decidido a llevar sus planes hasta el final" pero después "su mente cambió tan radicalmente que sus amigos y conocidos decían que "ya no era Gage".
Portada del estudio que en 1869 publicó el doctor John Marty Harlow para la Sociedad Médica de Massachusetts sobre el caso de Phineas P. Gage donde además de describir el accidente y el tratamiento que le aplicó y su evolución también hizo referencia a los cambios de comportamiento que quienes le conocían advirtieron en él tras el accidente y que les llevaría a decir que "Ya no era Gage" aunque hoy se matiza este cambio y parece que si fue más acusado en los primeros años después del accidente, después fue suavizándose y durante sus años en Chile no habría sido demasiado diferente a como ea antes de que la barra de hierro atravesara su cerebro (Imagen procedente de http://en.wikipedia.org ) |
En su época llegó a ponerse en duda la historia de Gage , muchos no creían que una barra de hierro le hubiera atravesado la cabeza y hubiera sobrevivido, pero el estudio de su calavera despejó toda sospecha porque allí estaba el agujero hecho por la barra de hierro. Sobre el alcance de las heridas y los cambios reales que se produjeron en el carácter de Gage hay muchas versiones diferentes y la polémica sigue hasta nuestros días. Algunos piensan que estos cambios fueron exagerados después de su muerte, recordemos que Harlow no publica este informe hasta siete años después de la muerte de Gage, posiblemente porque el doctor no quería escribir nada negativo sobre su paciente mientras éste estuviera con vida, y otros afirmaban que durante su estancia en Chile su carácter era mucho más tranquilo que el de la descripción de Harlow ,por lo que posiblemente aquellos cambios no habían sido permanentes y se atenuaron con el tiempo.Hubo una discusión científica entre Harlow, que consideraba que las lesiones cerebrales causadas por la herida eran las responsables de este cambio en la personalidad de Gage que se manifestaba en forma de una especie de pérdida de conexión los demás , de empatía (aunque él no lo llamó así porque ni siquiera existía el término), y el doctor Bigelow, el mismo que había llevado a Gage a Boston en 1849, que en 1850 publicó un artículo después de reconocer a Gage en el que manifestaba que Gage "estaba bastante recupero tanto en sus facultades físicas como mentales" Estas diferentes valoraciones bien podían deberse al interés de Harlow en la frenología, termino derivado del griego que podría traducirse como "conocimiento de la mente" una teoría desarrollada por el anatomista alemán Franz Joseph Gall (1758-1828) a comienzos del siglos XIX.
Franz Joseph Gall fue el fundador de lo que en sus inicios quiso tener la condición de ciencia, la frenología o "conocimiento de la mente" que si bien acertaba al creer que nuestra conducta y emociones esta regulada por diferentes áreas cerebrales, (en la imagen podéis ver un típico dibujo de un libro de frenología en el que aparece el cerebro compartimentado en diferentes áreas haciendo una equivalencia entre cada una de ellas y diferentes rasos de la personalidad desde la espiritualidad (17) al amor conyugal (2) o el lenguaje (35). Pero el problema es que Gall y sus seguidores creían que estudiando la forma del cráneo y los rasgos faciales podían describir la personalidad del individuo e incluso determinar si era un criminal en potencia.. A lo largo del siglo XIX esta teoría de que la personalidad podía ser descrita por la forma del cráneo quedó desacreditada y la frenología pasó a formar parte de las consideradas como pseudociencias. (Imagen procedente de blogs.elpais.com ) |
Según Gall las funciones mentales que regulan nuestro comportamiento residen en diferentes zonas del cerebro y si algo afecta a alguna de esas regiones cerebrales, también altera nuestro comportamiento en función de la zona cerebral que esté afectada. Otra de las hipótesis de Gall es que la forma del cráneo , así también como las facciones del rostro, podían dar pistas sobre el carácter de la persona. Este último aspecto de su teoría sería después desacreditado cuando se comprobó que la forma y grosor del cráneo no tenía ninguna influencia en el desarrollo cerebral, pero su hipótesis de que nuestro comportamiento está regulado por diferentes zonas del cerebro si se confirmaría, cuando en 1861 el médico, antropólogo y anatomista francés Paul Pierre Broca (1824-1880) estudió los cerebros de pacientes que sufrían una extraña dolencia que les impedía hablar o comprender el lenguaje.Tres años más tarde, en 1864, el médico francés Armand Trousseau(1801-1867) daría el nombre de "afasia" a esta dolencia, que en griego significa "imposibilidad de hablar". El caso es que Broca estaba convencido que estudiando los cerebros de personas fallecidas y relacionando su estructura con el comportamiento que éstas tuvieron en vida podría llegar a entender que áreas intervienen en los diferentes comportamientos humanos, lo que probaría la primera parte de la teoría de Gall. Y así fue, porque Broca consiguió ,con el estudio de aquellos cerebros afectados por afasia , determinar que la dolencia se debía a una lesión en una zona del lóbulo frontal, por lo que concluyó que allí residía el centro del habla, que en su honor sería bautizado como Área de Broca.
Esquema de los lóbulos cerebrales. En este caso nos centramos en el lóbulo frontal (en color dorado) donde podéis observar también la situación del Área de Broca, encargada del procesamiento y comprensión del lenguaje, descubierta por el médico y anatomista francés Paul Pierre Broca en 1864 que se constituiría en la piedra angular de la historia de la neurociencia, del estudio de la estructura del cerebro. Además, el lóbulo frontal, que habría sido lesionado por la barra de hierro que atravesó el cerebro de Phineas P. Gage , se encarga también de las emociones, de los razonamientos y resolución de problemas y otros procesos intelectuales como la concentración y la toma de decisiones (Imagen procedente de slideplayer.es ) |
En 1868, cuando Harlow publicó su artículo, ya estaba familiarizado tanto con los estudios y teorías de Gall como con el descubrimiento de Broca y por eso le resultó más fácil establecer la conexión entre el cambio de comportamiento de Gage, fuera más o menos acusado pues sobre ello hay diferentes versiones, y las lesiones sufridas en su cerebro, mientras que BIgelow, más conservador , seguía fiel a otra corriente científica según la cual los daños en los hemisferios cerebrales no influían en la capacidad intelectual y de comportamiento del que las sufría. Muchos años después el matrimonio de médicos y neurólogos portugueses formado por Hanna Damásio (1942) y Antonio Rosa Damasio (1941), especializados en el estudio de los sistemas neuronales que regulan las emociones, el lenguaje, la memoria o la toma de decisiones, -estudiaron el caso de Gage , realizando una simulación por ordenador del accidente utilizando para ello el cráneo de Gage y la barra de hierro que todavía se conservan en el Museo Anatómico Warren dentro de la Escuela de Medicina de Harvard. Gracias a este estudio concluyeron que la barra había afectado a los dos lóbulos frontales del cerebro de Gage. ¿Qué significaba ésto? Los lóbulos frontales son la parte más moderna de nuestro cerebro y hoy se sabe que están implicados en la regulación de nuestra conducta y las emociones, además de contener el Área de Broca que, como ya hemos visto, es el centro del lenguaje, y también donde residen las funciones ejecutivas, entendiendo como tales las que nos permiten planificar algo y llevarlo a cabo así como corregir nuestra conducta Tradicionalmente se considera que el extraordinario caso de Gage como una de las primeras pruebas científicas de como una área del cerebro, en este caso el lóbulo frontal, podía determinar nuestro comportamiento y emociones.
La Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) (en la imagen) o se presenta como un ejemplo de empatía, de identificación con el dolor ajeno, pero además se trataba de una empatía contagiosa. En el artículo de Muy Interesante escrito por Luis Muiño sobre la empatía se cita la investigación del psicólogo estadounidense David McClelland (1917-1998) en la Universidad de Harvard , en la que comprobó que después de poner un documental sobre Teresa de Calcuta en la saliva de los espectadores aumentaba el contenido de inmonuglobulina A que sirve para combatir las infecciones respiratorias mientras que otra investigación, esta del doctor Redford Williams de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, describiría que cuanto más hostil era el comportamiento de una persona más obstruidas estaban sus arterias. Atendiendo a estos estudios podríamos llegar a una conclusión que la intuición ya nos lo hacía saber sin recurrir a estos estudios, que empátizar con los demás es bueno para las personas con las que empatizamos y también para nosotros mismos o como la frase que cita el artículo de la revista del poeta, y filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson (1803-1882) "Una de las más bellas compensaciones de la vida consiste en que nadie puede tratar sinceramente de ayudar a otro sin que se ayude a sí mismo" (Imagen procedente de www.infovaticana.com ) |
Ahora vamos a avanzar hasta el año 1906, cuando se publicaba una obra titulada "Estética:Psicología de la Belleza y el Arte" del filósofo y psicólogo alemán Theodor Lipps(1851-1914) en la que Lipps desarrollaba una teoría estética según la cual el hombre puede llegar a identificarse con un objeto , reconocerse en él hasta el punto de descubrir en ese objeto (una escultura, un cuadro) un aspecto de sí mismo que le era desconocido. Y para dar un nombre a ese proceso de identificación emplea la palabra alemana Einfühlungsvermögen que tres años más tarde el psicólogo británico Edward Bradford Titchener(1867-1927) trasladaría al inglés empleando la palabra Empatía, que es el término que hoy empleamos para determinar la capacidad que una persona tiene de ponerse en la piel de otra, que es algo diferente a la generosidad o el altruismos, comportamientos muy loables y en los que influye la capacidad empática de la persona, pero que no hay que confundir porque se trata de un concepto diferente, puedes sentir una gran empatía por las víctimas de un terremoto que contemplas en los informativos de televisión y al mismo tiempo no hacer nada por ayudarlos, por lo que yo no le daría una cualidad moral sino que es lo que nos permite comprender lo que les sucede a otras personas, aunque también creo que es evidente que una persona que tiene la capacidad de ponerse en la piel de otra, de sentir su dolor, su sufrimiento, su necesidad de ayuda podrá desarrollar con más facilidad sentimientos y emociones relacionadas con el altruismo, la generosidad o el deseo de ayudar o consolar. Y si ya hemos visto que en el siglo XIX se descubrió que nuestra conducta estaba regulada por determinadas áreas del cerebro, también regulan la empatía y la falta de ella, como podría ser el caso de Phineas Gage después de su accidente o el de un psicópata incapaz de sentir el sufrimiento de sus víctimas aunque pueda entenderlo intelectualmente. En la segunda parte seguiremos avanzando en este recorrido por el descubrimiento de la empatía y en él nos encontraremos con un ejemplo de como la empatía puede llevar a que una persona salve al mundo.
Enlace con la segunda parte de "La empatía y el incidente del equinoccio de otoño"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2015/05/la-empatia-y-el-incidente-del_28.html
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