jueves, 22 de mayo de 2014

HISTORIAS DE UTOPÍA: EN BÚSQUEDA DEL MUNDO PERFECTO (TERCERA PARTE)


"En la utopía de ayer se incubó la realidad de hoy, así como en la utopía de mañana palpitarán nuevas realidades"  escribía el filósofo, médico y psicólogo italoargentino José Ingenieros (1877-1925). Después de recorrer dos mil años de historia siguiendo los pasos de diferentes utopías , desde el estado ideal de Platón (427-347 a.C) hasta la Cristianópolis imaginada por Johann Valentin Andreae (1586-1654), hemos visto como casi todas ellas comparten  puntos comunes como la supresión de la propiedad privada, la vida en comunidad donde todos los bienes son compartidos, el rechazo de la riqueza y el consumismo, la universalidad del trabajo ,  la defensa de la no violencia salvo en casos excepcionales para defender la sociedad creada y gobernada casi siempre por una persona sabia y justa que adopta la forma de un rey-filósofo o de un príncipe-sacerdote que sabe dar a cada uno lo que necesita  para llevar una vida en paz y armonía, pero también hemos aprendido como estas utopías requerían una renuncia casi absoluta a la libertad individual que alcanzaba incluso a la familia, que simplemente desaparece en la mayoría de estas utopías , y con una omnipresencia del estado en todos los aspectos de la existencia, incluso en las relaciones sociales y la procreación, un estado que recuerda mucho al imaginado por George Orwell(1903-1950) en su obra "1984", con una sociedad controlada hasta en los detalles más nimios por un estado omnipresente, el Gran Hermano. A esta sociedad se la califica con un término antónimo de utopía, el de distopía, que aunque todavía no está aceptado por nuestro Diccionario de la Lengua Española, hace referencia a una sociedad no deseada, porque la sociedad imaginada por Orwell es en sí misma un estado de pesadilla.

Pero ¿acaso , a pesar de su buena voluntad, no se convertirían también en estados de pesadilla la Utopía de Tomás Moro (1478-1535), la Bensalem de Francis Bacon (1561-1626), la Ciudad del Sol de Tommaso Campanella(1568-1639) y la Cristianópolis de Johann Valentin Andreae? En todas ellas el hombre renuncia a su libertad en favor del estado , un proceso de disolución o , tal vez, de deshumanización en el sentido de renuncia a la personalidad propia en favor de la colectividad , un proceso que en el siglo XX sería el origen de dos monstruos de pesadilla, el nazismo de Adolf Hitler (1889-1945) y el stalinismo de Josef Stalin (1878-1953). ¿Quiero decir con ello que las utopías son perversas y conducen a los totalitarismos? No, creo que las utopías son necesarias para el progreso de nuestras sociedades de la misma forma que todos necesitamos de un ideal que nos anime a mejorar cada día aun sabiendo que ese ideal es inalcanzable por la sencilla razón de que un ideal es , por definición, algo perfecto, sin errores ni taras, y en nuestra vida la perfección no existe pero es esa imperfección la que a su vez favorece nuestra evolución, el aprendizaje que conduce a las sociedades a progresar a lo largo del tiempo. El problema surge cuando se quiere trasladar ese ideal, esa utopía, a la realidad imponiendo una perfección que es en realidad inalcanzable, sin tener en cuenta que los seres humanos no son ideas , sino seres vivos con sus propios deseos, ambiciones, sentimientos que no obedecen sólo a los dictámenes de la fría razón . Esas emociones nos hacen imperfectos porque nuestras acciones y comportamientos no responden en  muchas ocasiones a la lógica, pero son también lo que nos hace más profundamente humanos, el origen de nuestros más nobles sentimientos pues la solidaridad, la generosidad, el amor, la amistad no nacen de la lógica ,pues nos lleva a actuar en ocasiones incluso contra nuestro propio interés,  ni pueden obedecer a ningún rey filósofo. Por eso creo que la utopía es necesaria como un motor para impulsarnos a buscar la mejor versión de nosotros mismos, pero las sociedades ideadas por Moro, Bacon o Campanella no se pueden imponer ,porque la imposición de los ideales sobre la realidad suele tener nefastas consecuencias. 

Mapa con la situación de las Reducciones o Comunidades Jesuíticas creadas a partir de 1610 principalmente en Paraguay pero también en territorios que hoy pertenecen a Brasil y Argentina. Hasta la llegada de los jesuitas los indios guaraníes, el pueblo mayoritario en esta región , llevaban una vida seminómada. Se asentaban durante un tiempo en un territorio que tuviera tierras fértiles y medios abundantes de subsistencia, lo que ellos llamaban Tierra Sin Mal, pero cuando  por causas del clima , inundaciones o falta de lluvia la comida comenzaba  a escasear  partían de nuevo en busca de otra Tierra Sin Mal. Los jesuitas les enseñaron nuevos métodos para trabajar la tierra que les permitiera establecerse de manera definitiva en un lugar  pero los jesuitas nunca trataron de que los guaraníes olvidaran su cultura, muy al contrario se encargarían de protegerla y conservarla, escribiendo libros de gramática y diccionarios de la lengua guaraní y traduciendo a su lengua libros europeos , al mismo tiempo que les enseñaban castellano y conocimientos matemáticos y de cultura general procedente de Europa. Crearon una red comercial que unía todas las reducciones entre las que se intercambiaban  los productos que necesitaban a través del trueque y sin utilizar nunca monedas. Los guaraníes recibían educación, eran evangelizados pero al mismo tiempo su cultura estaba protegida y ellos mismos estaban a salvo de los esclavistas que trataban de capturarlos para  venderlos luego en Europa . Durante un siglo y medio las Reducciones Jesuíticas  fueron lo más cerca que una utopía estuvo de hacerse realidad (Imagen procedente de http://www.portalguarani.com ) 

Pero si hasta ahora sólo hemos estado en el mundo de las ideas vamos a conocer el intento de llevar al mundo real una utopía  que quizás haya sido el que ha estado  más cerca de tener éxito sin convertirse en una pesadilla, y para ello tenemos que viajar a la América conquistada por los españoles a comienzos del siglo XVII, aun territorio que hoy comparten Argentina, Paraguay y Brasil y donde una orden religiosa, la Compañía de Jesús , impulsó la reacción de pequeñas poblaciones autónomas que serían conocidas como reducciones de las que llegarían a contarse hasta una treintena. Estas comunidades, que es el significado que podríamos dar al término reducción, fueron creadas por los jesuitas  como instrumento de evangelización del pueblo guaraní  y otros pueblos indígenas  que habitaban los territorios que se encontraban dentro de la Gobernación del Río de la Plata y la Gobernación de Paraguay que a su vez estaban subordinados al Virreinato del Perú. La primera de estas reducciones o comunidades sería fundada el 29 de diciembre de 1609 por los jesuitas Marcial de Lorenzana y Francisco de San Martín que la dieron el nombre de San Ignacio Guazú, situada a poco más de doscientos kilómetros de Asunción , la  actual capital de Paraguay. Convertida en el centro de operaciones de los jesuitas en este territorio, desde allí saldrán nuevos misioneros para fundar otras reducciones, entre los que sobresalió Roque González de Santa Cruz (1576-1628) que en 1613 fundaba una nueva reducción, la de San Ignacio Mini , en 1615 la de Encarnación, en 1619 Concepción de la Sierra en territorio argentino y en 1627 Candelaria, también en lo que hoy es Argentina .

Pero la intención de Roque González de Santa Cruz, primer santo paraguayo pues había nacido en Asunción, y de los demás jesuitas que impulsaron las reducciones iba más allá de la evangelización de los guaraníes , pretendían fundar un estado ideal, perfecto,  partiendo de la creencia de que aquellos indios eran todavía como niños sin ser corrompidos por la civilización , la misma idea que en el siglo XVII el filósofo francés Jean Jacques Rousseau describiría como el mito del buen salvaje, según el cual el hombre nace puro y es la sociedad la que le corrompe. Apoyándome en el texto del escritor y profesor de filosofía Rafael Herrera y su "Breve historia de la filosofía" veamos en que consistían estas reducciones.  Dependían directamente  del rey de España que delegaba su autoridad en el Padre Provincial de los jesuitas  ante quién respondían los padres superiores  que dirigían cada una de estas reducciones que a su vez contaba con la ayuda  de dos  sacerdotes para organizar la administración y gobierno de la comunidad, uno llamado Compañero que se encargaba de los asuntos cotidianos y materiales del día a día, y el Doctrinero que velaba por la paz espiritual de los miembros de la comunidad.  Así nos describe Rafael Herrera la estructura de una de estas reducciones "La iglesia se encontraba en el centro. Todas las calles desembocaban en la gran plaza  donde se encontraba el templo. En esta misma plaza estaba la escuela, donde recibían formación los guaraníes" , pero además de la iglesia y las casas para acoger a los indios había "hogares comunales  en los que acogía a los huérfanos, viudas y ancianos  dotados de modernos sistemas higiénicos y de agua corriente". Los jesuitas, además de evangelizar  a los guaraníes también se preocuparon de conservar su cultura , la lengua guaraní y sus costumbres lo que compaginaban con la enseñanza del castellano o de matemáticas, combinando ambas culturas. 

Mapa de la reducción de San Ignacio de Mini fundada en 1613 por el padre Roque González de Santa Cruz,uno de los grandes impulsores de esta forma de organización social y que llegaría a ser canonizado . La iglesia ocupaba un lugar de privilegio en la plaza principal de la reducción  y podemos comprobar como en su interior había de todo, era una ciudad en miniatura: escuelas, comedores, posadas, la prisión, el ayuntamiento, talleres, además de una casa comunal donde se alojaban a los más necesitados, huérfanos, viudas y ancianos .  Al frente del cabildo de la reducción solía elegirse como corregidor  al cacique de la tribu  y su puesto era vitalicio. Los indígenas le llamaban "Parokaitara" que significa "el que dispone lo que se debe hacer" aunque la organización y administración era responsabilidad de los padres jesuitas (Imagen procedente de http://es.wikipedia.org )



Enseñaron a los guaraníes a obtener un mayor rendimiento de sus tierras para que así pudieran establecerse de manera permanente en un territorio y que abandonaran la vida seminómada que habían llevado hasta entonces. Desarrollaron un sistema económico basado no en la compra y la posesión de dinero, sino en el trueque, el intercambio comercial y para que funcionara con eficacia cada reducción se especializaba en un determinado producto que luego intercambiaba con otras reducciones que a su vez la entregaban el producto en que ellas estaban especializadas. De esta forma ninguna reducción se enriquecía más que otras ya que todo el comercio se basaba en el intercambio lo que confería a este estado que podríamos denominar República Guaraní, una gran estabilidad . A diferencia de las utopías teóricas que hemos visto, en las reducciones se estableció una economía mixta pública y privada ,  donde  sí existía la propiedad privada a la que llamaban Tierra Familiar donde cada familia cultivaba aquello que consideraba más necesario para  su sustento. Al margen de su Tierra Familiar todos los miembros de la reducción trabajaban a su vez para la comunidad en las llamadas Tierras del Pueblo, y el rendimiento obtenidas de ellas se empleaba para el pago de los tributos debidos al Rey de España  y para el mantenimiento de las instalaciones de la reducción. Finalmente estaban las Tierras de Dios cuyos beneficios  eran dedicados a sufragar los gastos de la iglesia y también para financiar los centros de ayuda a los necesitados . Al igual que en la Utopía de Tomás Moro el tiempo dedicado al trabajo era de seis horas , muy lejos de las interminables jornadas de los trabajadores agrícolas en Europa,consiguiendo , sin embargo, gracias a una mejor organización del trabajo, una productividad mayor. 

Fotografía  de la reducción de San Ignacio Mini , una de las reducciones más grandes de las fundadas por los jesuitas, que se encuentra en lo que hoy es territorio de la provincia argentina de Misiones. Durante la primera mita del siglo XVII las reducciones tuvieron que soportar los constantes ataques de los bandeirantes, tratantes de esclavos procedentes del Brasil portugués que buscaban secuestrar indios para venderlos luego como esclavos, pero los jesuitas lograron preparar a los guaraníes para que pudieran hacer frente a estos ataques. A mediados del siglo XVIII, antes de que los jesuitas fueran expulsados por orden del rey Carlos III, había en la reducción de San Ignacio Mini hasta tres mil guaraníes  aunque fue abandonada tras la marcha de los jesuitas en 1768. En 1984 fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad  por la Unesco (Imagen procedente de http://www.redebrasileira.com )

En el interior del territorio de la República Guaraní estaba prohibida la presencia de hombres blancos que no fueran los padres jesuitas, para mantener a los guaraníes protegidos de las codiciosas garras de los traficantes de esclavos , sobre todo las incursiones portuguesas de los denominados bandeirantes, descendientes de portugueses y mezclados en muchas ocasiones con los indígenas, que penetraban en territorio de la América española desde la costa brasileña para capturar a indios en particular a los guaraníes, para venderlos como esclavos. Los jesuitas procuraron formar militarmente a los guaraníes de las reducciones para que pudieran defenderse de estas incursiones. En lo que se refiere a las leyes  una de las características más importantes es que no se aplicaba la pena de muerte a ningún delito, algo singular en la época, y la pena de prisión máxima era de diez años . Se establecían unos horarios estrictos para el trabajo y la vida cotidiana y se puede decir que durante un siglo y medio las reducciones jesuitas prosperaron hasta que en 1768 el rey Carlos III (1716-1788) , siguiendo los pasos de otras potencias europeas como Portugal y Francia, ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los territorios españoles. De un día para el otro más de seis mil jesuitas tuvieron que abandonar España y sus colonias. Cinco años más tarde el papa Clemente XIV(1705-1779) ordenó la disolución de la Compañía de Jesús cediendo a las presiones de los reyes europeos que recelaban de los jesuitas por su apoyo incondicional al papado, su labor intelectual que cuestionaba el absolutismo de las monarquías reinantes, el obstáculo que suponían para el comercio de esclavos  y su creciente influencia política y económica . 

DOCUMENTAL SOBRE LAS REDUCCIONES JESUÍTICAS   

Es el único documental en castellano que he encontrado sobre las Reducciones Jesuíticas. Es breve, unos quince minutos, y creo que  sirve para explicar con más detalle de lo que yo he hecho aquí el funcionamiento de estas comunidades  que sólo entraron en declive tras  la expulsión de los jesuitas por orden de Carlos III 




Las reducciones no desaparecieron inmediatamente, sino que pasaron a ser administradas por otras órdenes religiosas como los franciscanos , pero muchos guaraníes las abandonaron y estas entraron en una progresiva decadencia, que se acentuó después de la independencia de España,  hasta que durante el gobierno del presidente paraguayo Carlos Antonio López (1792-1862) , que gobernó entre 1844 y 1862, se concedió la ciudadanía a todos los indios  y se cerraron las reducciones que todavía sobrevivían pero que hacía tiempo que habían perdido el espíritu que un día las animó. Los historiadores hoy debaten sobre los beneficios e inconvenientes de las reducciones,  pues mientras parte de los historiadores defienden que  sirvieron para proteger a las comunidades guaraníes y a su cultura, otros lo consideran un intento más de colonización que quería imponer la cultura europea. En todo caso se puede considerar el intento más exitoso de una sociedad cooperativa muy parecida a la ideada por Tomás Moro y los otros utopistas que hemos conocido en este relato. Y entramos así en el siglo XVIII  donde vamos a conocer el pensamiento de uno de los  precursores de las utopías que surgirían a raíz de la Revolución Francesa de 1789, el filósofo francés  Jean Jacques Rousseau(1712-1778) , que os he mencionado antes al hablar del buen salvaje y al que ya dediqué un artículo en el Mentidero y del que ahora aprovecharé algunos párrafos de lo que entonces os contaba y si alguno de vosotros tiene interés en conocer toda su historia os dejo el enlace con aquel artículo titulado "Jean Jacques Rousseau y la bondad del ser humano":
En él hacía referencia a las dos obras más importantes de Rousseau, "Emilio" y el "Contrato Social", en cierto sentido obras utópicas pero que sentaban los cimientos de una nueva sociedad democrática e igualitaria. 

Publicada en 1762, en el   "Emilio, o  De la Educación", se encuentra la frase que hoy resume su filosofía "El hombre es bueno por naturaleza" con la que Rousseau trataba de ilustrar como había que educar al ciudadano ideal para que no fuera corrompido por la sociedad y pudiera conservar la bondad natural con la que nacemos todos los seres humanos. Esta educación ideal no iba dirigida sólo a las clases superiores sino a todos los ciudadanos ya que estaba convencido que la educación era esencial para lograr la libertad del individuo , insistiendo en que la educación debe respetar los ritmos naturales del ser humano y que es importante que el niño pase le máximo de tiempo posible al aire libre . Para Rousseau la educación pasaba por el fortalecimiento físico, desarrollar la capacidad de observación del mundo que les rodea y cuando alcanza los quince años llegaba el momento de enseñarles las emociones y la religión. Sólo entonces estarán preparados para entrar en sociedad con capacidad suficiente para evitar ser corrompidos por ella. Defiende que sean los padres y no los tutores o profesores privados, los que se encarguen directamente de la educación de los hijos.Todas estas ideas eran como un torpedo en la línea de flotación de la rígida y elitista educación del siglo XVIII, invitaba a la educación como ciudadanos libres de todos, hombres y mujeres, sin tener en cuenta su posición social, era una democratización de la educación . La reacción no se hizo esperar, los ejemplares del"Emilio" fueron quemados en las calles de París y Ginebra y su publicación prohibida, lo que, como suele suceder con las prohibiciones, fue la mejor publicidad para la obra de Rousseau que se convirtió en una de las más leídas en toda Europa  y su influencia se haría notar sobre todo durante la Revolución Francesa a partir de 1789, cuando muchos de sus argumentos fueron utilizados para una reforma de la enseñanza revolucionaria, una palabra de lo más apropiada en este caso. 

Retrato de Jean Jacques Rousseau(1712-1778) realizado por el pintor francés Quentin de La Tour(1704-1788) hacía comienzos de la década de 1750.  Rousseau creía que lo que él llamaba el hombre natural, el buen salvaje que todavía no había sido corrompido por la sociedad, , inició esa corrupción en el mismo momento en que surgió la propiedad privada. Escribe el filósofo francés "El primero que, habiendo vallado un terreno, tuvo la idea  de decir esto es mío, y encontró  gentes tan simples como para creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad", , es decir, el origen de la sociedad sería en si mismo un acto de injusticia porque consistía en privar a la mayoría del uso y disfrute de un bien que ahora quedaba reservado para unos pocos , ese fue el origen de todas las discriminaciones que luego se irían sucediendo con la evolución de la sociedad. ¿Os acordáis cuando en la primera parte de esta historia os hablaba de San Agustín de Hipona (3354-430)  que afirmaba que todas las ciudades habían nacido de un crimen , y ponía de ejemplo  la primera ciudad humana fundada por Caín, asesino de su hermano Abel, y la fundación de Roma y el asesinato de Remo a manos de su hermano Rómulo? pues Rousseau también coloca la injusticia en el origen de la sociedad, todo estado tiene su origen en un crimen y la política no sería más que la forma que el ser humano desarrolló para justificar  este abuso original por el que unos pocos acaparaban la tierra que antes era de todos .  Y la máxima corrupción para Rousseau era la monarquía absoluta que entonces gobernaba en toda Europa. Su pensamiento renacería con fuerza once años después de su muerte cuando el pueblo de París toma al asalto la Fortaleza de la Bastilla , el acto inicial de lo que conocemos como la Revolución Francesa (Imagen procedente de http://es.wikipedia.org ) 


Pero aún no había terminado el gran año de Rousseau ,pues también en 1762 edita su otra gran obra  "El contrato social: o los principios del derecho político"  de cuyo revolucionario contenido nos da una buena idea la siguiente frase extraída del texto" Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, recibiendo a cada miembro como parte indivisible del todo". Es decir , todos los hombres somos iguales y nos unimos bajo el gobierno de la razón y la ley que emana de la voluntad general que , a su vez, es la manifestación de la libre voluntad de todos los ciudadanos.Eso es lo que Rousseau denomina Contrato Social , el acuerdo común al que llegan todos los ciudadanos libres después de manifestar libremente su voluntad . Rousseau entiende la voluntad general como la soberanía popular, y las leyes procederían de esa soberanía popular. Quién dicta las leyes es el pueblo soberano aunque reconoce que es necesaria la figura de un legislador pero no sería él sino el pueblo quién estableciera y aprobara las leyes. Define al gobierno como "un cuerpo intermedio establecido entre los sujetos y el soberano para su mutua correspondencia, encargado de la ejecución de las leyes y del mantenimiento de la libertad, tanto civil como política", advierte del peligro de que el aparato del Estado crezca demasiado"cuanto más crece el Estado, más disminuye la libertad" y cree que el sistema de gobierno tiene que depender del número de habitantes del país afirmando que " el gobierno, para ser bueno, debe ser relativamente más fuerte a medida que el pueblo es más numeroso" y señala que "el gobierno democrático conviene a los pequeños Estados, el aristocrático a los medianos y la monarquía a los grandes" , reconociendo que la democracia perfecta, la ideal , es irrealizable, y en este sentido una utopía. 

Estos conceptos de libertad, de igualdad , de soberanía del pueblo  en un sistema que sea "capaz de defender y proteger, con toda la fuerza común, la persona y los bienes de cada uno de los asociados, pero de modo tal que cada uno de éstos, en unión con todos, sólo obedezca a sí mismo, y quede tan libre como antes"  abrían el camino a la democracia, al pensamiento liberal e inspirarían en el futuro al socialismo y a más corto plazo sería uno de los elementos desencadenantes de la Revolución Francesa,  que, como escribe Rafael Herrera, "fue el intento de acabar con el mundo corrompido y corruptor de la sociedad civil  para fundar un nuevo mundo habitado por un nuevo hombre guiado  por la razón verdadera" Y nos adentramos  por fin en el siglo XIX, donde la Revolución Francesa y la Revolución Industrial dibujaban una sociedad  muy diferente , con la aparición de una nueva clase social, la clase obrera, el proletariado, una evolución de la servidumbre medieval, mientras que la antigua aristocracia era ahora desplazada por la burguesía industrial  formada por los nuevos empresarios surgidos al amparo del desarrollo industrial y cuyos privilegios no se basaban en el linaje y la nobleza de la sangre como los aristócratas, sino en el tamaño de sus fortunas.  Lentamente los trabajadores iban tomando conciencia de formar parte de una clase social que compartía los mismos problemas, la miseria, la injusticia de las condiciones laborales a la que eran sometidos y la absoluta falta de derechos frente al empresario. Y es el tiempo de nuevas utopías que ya no estarán basadas en la religión sino en la economía y la política. Y así surge la utopía del Estado Autosuficiente del filósofo alemán Johann Gottlieb Fichte(1762-1814) , uno de los inspiradores de la unificación de Alemania a raíz de la publicación en 1806 de sus "Discursos a la nación alemana" .

Johann Gottlieb Fichte había nacido en el seno de una familia muy pobre y ya de muy pequeño tuvo que trabajar  cuidando de animales de granja para ganar algún dinero para su familia,   pero su destino cambió el día en que un aristócrata, el barón von Miltitz, le escuchó recitar de memoria un sermón que había escuchado en la iglesia. Percatándose de la inteligencia de aquel niño se encargó de sufragarle sus estudios . Años más tarde estudiaría Teología en Leipzig, aunque no terminaría sus estudios debido a dificultades económicas. Ingresaría en una logia masónica y presentó su primera obra nada menos que a uno de los filósofos alemanes y europeos más importantes de la historia, Immanuel Kant (1724-1804)  que encomendó a su editor que publicara la obra de aquel joven que se titulada "Intento de crítica de toda revelación" que convirtió a Fichte en una personalidad importante en el panorama cultura alemán. Fichte moriría el 27 de enero de 1814   por el tifus que le había contagiado su esposa que a su vez lo contrajo atendiendo a los soldados ya que era enfermera en un hospital militar. Fue el  impulsor del nacionalismo alemán gracias a la publicación en 1806 de sus "Discursos a la nación alemana" aunque lo que nos importa en este relato sobre la utopía es su defensa de la creación de estados autosuficientes y cerrados en si mismos, que no dependieran del dinero de otros estados o empresas extranjeras. En este sentido su pensamiento es muy actual , porque Fichte consideraba que la soberanía de los estados es una ficción en un mundo capitalista, ya que esta soberanía está condicionada y subordinada  al poder económico de otras naciones y grandes empresas que influyen determinando la política del estado. Solo un estado autárquico, que se basta a sí mismo, puede escapar a esta subordinación y por eso rechazaba la libertad de comercio  y negaba la capacidad del mercado de regularse a sí mismo y corregir los desequilibrios que el egoísmo y la codicia natural del ser humano termina generando en la economía capitalista (Imagen procedente de  http://okanaganokanogan.com ) 

La obra de Fichte giraría alrededor del sueño de crear  entre los diferentes principados alemanes el sentimiento de pertenencia a un ámbito cultural y político común del que surgiría Alemania, y para lograr esa unidad pensaba que el camino era crear un estado que fuera autosuficiente y no necesitara del exterior para su desarrollo. En su obra "El estado comercial cerrado"  publicada en 1800, pide Fichte que "el estado se cierre completamente a todo intercambio con los países extranjeros, y de ahora en adelante forme un cuerpo comercial  separado" ya que si un estado no logra esta autosuficiencia económica terminará perdiendo su independencia política, lo que desde su punto de vista era el mayor problema de las naciones , pues su independencia política se hallaba subordinada a los intereses de las grandes empresas y de otras naciones más ricas que determinan su política, un discurso que hoy no nos resulta demasiado ajeno ¿verdad? Fichte propone una economía planificada desde el Estado, donde las iniciativas privadas deben subordinarse y someterse al intereses colectivo. Rechaza la economía de mercado en la que se basa el capitalismo, ya que la considera responsable de la creación de grandes bolsas de pobreza y de los conflictos entre naciones "El conflicto de los intereses comerciales es a menudo - escribe Fichte - la verdadera causa  de las guerras, para las que se alega otro pretexto. Así se soborna a medio mundo contra los principios políticos de un pueblo, cuando la guerra está en realidad orientanda propiamente contra el comercio de este" Es decir, el origen de las guerras no estaría tanto en un conflicto político o ideológico como en un conflicto comercial. Nos explica Rafael Herrera  que Fichte  considera "una ficción  la idea de que los mercados se regulan a si mismos sin necesidad de los Estados"  y por ello propone que toda la economía este controlada y regulada por el Estado que la organizará "desde patrones de justicia social, no desde patrones de enriquecimiento egoísta"

Es evidente que Fichte está proponiendo lo que luego será conocido como Socialismo de Estado, con una economía planificada donde no existe la empresa privada y en la que es el propio Estado el que designa el empleo que tiene que desempeñar cada trabajador "Después de que estos ciudadanos - dice Fichte - hubiesen aprendido esta única profesión quedan obligados desde ese momento a ejercerla , y el Estado queda arreglado al menos durante una generación" La relación con el mundo exterior está limitada  a los intelectuales que puedan importar del extranjero sus avances culturales y tecnológicos "El derecho de viajar por fuera de un estado comercial cerrado está reservado para los intelectuales y para los técnicos de rango superior - afirma Fichte - ya no se permitirá a la ociosa curiosidad ni al afán de diversión  llevar de un lado para otro su aburrimiento por todos los países" Con Fichte no habría existido nunca el turismo entre otras muchas cosas. Lo cierto es que este estado autárquico, es decir, que se vale a sí mismo y no necesita de nadie más, era tan utópico como los reinos imaginados por los utopistas del siglo XVI y XVII, y aunque en muchos de sus planteamientos podemos estar de acuerdo, como  en el origen comercial de muchas guerras, o la incapacidad de los mercados para regularse a ellos mismos sin la intervención del estado, la solución de aislar el estado y convertirlo en una especie de isla de Utopía apenas sin contacto con el mundo exterior  no es factible hoy ni tampoco lo era entonces al no ser que se quisiera condenar a la nación a la pobreza . Otro punto de vista tenía nuestro siguiente hotel , el filósofo francés   y padre de la sociología Claude Henry de Rouvroy, conde de Saint Simon (1760-1825), uno de los principales representantes de lo que  el filósofo alemán Friedrich Engels (1820-1895) denominaría socialismo utópico haciendo referencia a varios intentos de crear una comunidad ideal  basada en criterios democráticos y donde las relaciones entre sus miembros estarían guiadas por el principio de igualdad, algo que , por otro lado, ya nos es muy familiar después de conocer las utopías desde Moro hasta las Reducciones jesuitas. 

Retrato del conde de Saint-Simon realizado hacia 1848 por el pintor belga  Charles Bauniet(1814-1886) Educado en las ideas de los filósofos de la Ilustración , entre ellos el propio Rousseau , en 1777, con sólo diecisiete años, participó como voluntario a las ordenes del marqués de La Fayette (1757-1834) en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos apoyando a los norteamericanos frente a las tropas inglesas. Durante la Revolución Francesa se enriqueció vendiendo bienes de la Iglesia  y a partir de aquel momento emprendió  el desarrollo de sus ideas para mejorar la sociedad  basándose en su idea de que la ciencia era el camino para crear una sociedad justa  y pacífica, evitando siempre el uso de la violencia de la que él había sido testigo durante la Revolución Francesa. Para él la cohesión de la sociedad no dependía de los políticos  sino  de la cooperación  de todas las partes que integran la sociedad , el hombre científico, el hombre religioso y el hombre administrativo. A través de ellos queda superada la lucha de clases  ya que no hay lucha por el poder sino la colaboración de todos los integrantes de la sociedad. A este tipo de socialismo se le ha denominado socialismo orgánico y también socialismo industrial, aunque forma parte de una de las corrientes del socialismo utópico (Imagen procedente de http://fr.wikipedia.org )

Saint Simon se diferencia de los anteriores utopistas en que consideraba que en la época de la Revolución Industrial quienes podían crear una sociedad justa no eran los políticos, ni los religiosos, ni los filósofos,sino los industriales filántropos , los científicos y los propios trabajadores. En su obra "El Organizador", Saint Simon considera que si Francia o cualquier otra sociedad prescindiera de la nobleza y los políticos no sucedería nada  "no causaría pena - afirma - más que bajo un punto de vista sentimental , pues de ello no resultaría ningún mal para el Estado" . Explica Rafael Herrera que  para Saint Simon "la pérdida verdaderamente fatal se produciría si llegaran a desaparecer las clases productoras, tales como comerciantes, científicos, y trabajadores  en general, pues son ellos los que proporcionan riqueza y orden al Estado" Según Saint Simon para construir la nueva sociedad donde el hombre guerrero es sustituido por el comerciante y el trabajador  y cuyo objetivo  es crear una organización social donde reine la igualdad  y la justicia en el reparto de los bienes , los protagonistas tienen que ser tres tipos de hombres. El primero sería el hombre administrativo manual  que comprende tanto a los industriales como a los trabajadores . Estos últimos son para Saint Simon "tan necesarios como los demás para  el funcionamiento de la sociedad  y, por tanto, no son parias a los que explotar". El siguiente es el hombre científico- racional , formada por una élite intelectual pero puesta al servicio del bien común ,donde la ciencia se dedica a explotar a la naturaleza y no a otros seres humanos . Y por último el hombre religioso-poético, que aunque puedan parecer fuera de lugar en una sociedad industrializada y gobernada por la razón, son los que alimentan el espíritu de la sociedad, los que dan un sentido a la vida de las personas , lo que da a la sociedad de Saint Simon un elemento espiritual que la distinguirá de otros socialismos utópicos, una sociedad donde además no habrá lucha de clases, porque se basa en la cooperación entre estos tres tipos de hombre que construyen  esta sociedad donde las élites políticas y aristocráticas no tienen lugar.

Robert Owen en un retrato realizado por el pintor inglés William Henry Brooke (1772-1860) Impulsó el cooperativismo como una alternativa al capitalismo, pero cuando su intento fracasó siguió defendiendo a los trabajadores. Escribía "La clase trabajadora puede ser perjudicada, degradada u oprimida de tres maneras: descuidándolos en la infancia, cuando se los sobrecarga de trabajo o cuando se les paga bajos salarios por su trabajo" Owen consideraba que la explotación industrial era la principal causa de la corrupción de la sociedad  y en este sentido escribía "Suprimid las circunstancias que tienen a crear el delito en el carácter humano y se suprimirá el delito" y  veía en la educación la principal herramienta para evitar esta explotación . Su proyecto de cooperativas recuerda bastante a las reducciones jesuíticas , pues eran espacios rectangulares  habitados por  grupos de  entre quinientas y tres mil personas, rodeados de tierra cultivable de propiedad comunal. Todos los habitantes mayores de treinta años pasaban automáticamente a integrar el gobierno de la cooperativa  que a su vez se dividía entre un departamento de asuntos internos, a los que se dedicaba a los que estuvieran entre los treinta y los cuarenta años, y un departamento de asuntos externos, a los que se destinaba a aquellos que estuvieran entre los cuarenta y los sesenta años . Sus cooperativas se basaban en un comportamiento estrictamente racional y ahí estaba su error, como el de casi todas las utopías, al no considerar los sentimientos humanos,entre ellos la ambición o, la envidia. Al respecto escribía "Todos los individuos adiestrados, educados y colocados en conformidad con las leyes  de su propia naturaleza, tienen necesariamente  que pensar y actuar de manera racional  en todo tiempo y lugar  si no quieren convertirse  en enfermos físicos , intelectuales o morales; en cuyo caso el consejo  los internará en el hospital  de inválidos corporales, mentales o morales , donde permanecerán hasta haberse recobrado mediante el tratamiento más suave posible  para su mal concreto" Pero Owen no se daba cuenta que las emociones humanas no se curan con ningún tratamiento porque forman parte de nuestra naturaleza (Imagen procedente de http://en.wikipedia.org )   

Y estamos llegando ya al  final de este recorrido por la historia de la utopía. Cuando Saint Simon fallece en 1825 tenía tan sólo siete años un niño  nacido en la localidad prusiana de Tréveris en el seno de una familia de origen judío y de clase media . Su nombre era Karl Heinrich Marx (1818-1883) y años después sería el autor de una frase que cambiaría la historia de las utopías  "Los filósofos no han hecho más que interpretar  de diversos modos el mundo,  pero de lo que se trata es de transformarlo" Hasta aquel momento las diferentes utopías que hemos ido conociendo no pasaron del papel excepto en el caso de las Reducciones de los jesuitas y en algún caso aislado de cooperativismo durante la primera mitad del siglo XIX, como fue el caso de otro de los representantes del socialismo utópico y padre del cooperativismo, el británico Robert Owen (1771-1858) que dedicó gran parte de su vida a defender a los trabajadores y la mejora de sus condiciones de vida , la creación de sindicatos de ámbito estatal que los representaran frente a los empresarios y planteando alternativas al sistema capitalista con el cooperativismo, donde los trabajadores se unirían voluntariamente en asociaciones a las que les da el nombre de cooperativas y en las que cada uno de los trabajadores sería no un empleado sino un socio en igualdad de derechos y condiciones con el resto de sus compañeros y donde la toma de decisiones y el funcionamiento de la cooperativa se regiría por los principios democráticos. Una filosofía que podía resumirse con estas palabras del propio Robert Owen " No es sino un modo en que el hombre pueda poseer toda la felicidad que su naturaleza puede poseer, a través de la unión y la cooperación de todos en beneficio de cada uno"  Karl Marx consideraba que había que pasar de la palabra a los hechos  y transformar el mundo , convertir la filosofía en acción y recurrir a la lucha , pues  afirmaba que quien detenta el poder no estará dispuesto a cederlo sin el uso de la fuerza. Era el anuncio de un nuevo tipo de lucha, la lucha de clases .Pero eso es ya otra historia a la que tendré que dedicar en su momento un artículo. Aquí termino este recorrido por la historia de la utopía , ese concepto con el que hay que tener cuidado para no repetir errores del pasado pero valorándola como motor del cambio, haciendo de ella lo que decía el escritor francés Anatole France "el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor"  y compartir la esperanza con Gabriel García Márquez de que "todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra"


Enlace con la primera parte de  Historias de utopía: en búsqueda del mundo perfecto
http://chrismielost.blogspot.com.es/2014/05/historias-de-utopia-en-busqueda-del.html

Enlace con la segunda parte de Historias de utopía: en búsqueda del mundo perfecto
http://chrismielost.blogspot.com.es/2014/05/historias-de-utopia-en-busqueda-del_21.html



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2 comentarios:

Anahí dijo...

Plena singularidad en plena comunidad... ése es el ideal de humanización, de estos animalitos "sin terminar" --parafraseando a E Galeano-- que nos autodenominamos seres humanos...
Los jesuitas no pusieron en práctica una utopía pre-existente: simplemente fomentaron la empirio acumulada por los pueblos indígenas, en particular los tupí-guaraníes, en una creación que quizá haya sido el único "intento intercultural" de la conquista...
Un tema que da para mucho, por ej., como antecedente y/o origen del comunismo y socialismo utópico francés, y el socialismo científico alemán... De Morelli, Mably, Babeuf... a Saint Simon... etc.
Con su expulsión y dispersión los jesuitas dejaron diseminados por el mundo -en particular Europa- obras, escritos, libros de sus vivencias en las misiones de la América profunda...
Slds.

christian mielost dijo...

Muchas gracias por el comentario!! Tienes razón, es un tema que da para muchas páginas, esto era sólo un pequeño resumen pero hay muchas ideas interesantes para desarrollar. Un fuerte abrazo desde Madrid!!

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