jueves, 9 de junio de 2011

EL PELIGRO DE LA FALTA DE REPRESENTATIVIDAD Y LA COMUNICACIÓN

La degeneración del llamado movimiento de los "indignados" se hace cada vez más evidente perdiendo el apoyo de muchos que veíamos en sus protestas la expresión del descontento popular después de años de un letargo en la sociedad que era difícil de entender en una nación con los niveles de desempleo más elevados de Europa y sin una esperanza próxima de salir de esta crisis que amenaza con prolongarse durante años y que lleva aparejada la sucesiva disminución de los derechos sociales. Esta crisis nos afecta a todos en mayor o menor media y sería absurdo no apoyar una protesta contra los que nos han conducido con su inoperancia, su mediocridad, su ceguera a esa situación en la que ahora nos encontramos. Y ellos, los dirigentes de nuestros partidos políticos, son los máximos responsables del descrédito en la que han caído los políticos en España, gracias a sus mentiras, a sus luchas intestinas por el poder, a la ausencia de una linea de actuación transparente y su ausencia de diálogo con la sociedad.

Ayer, unos centenares se manifestaron delante del Congreso de los Diputados, gritando consignas como "no nos representais".  En el día de hoy ha habido enfrentamientos con la policía en Valencia con el resultado de al menos cinco detenidos y 18 heridos en una carga policial o la repuesta a la agresión sufrida por los policías por los manifestantes, cuyo origen está por conocerse pero que deja claro la perdida de la esencia de este movimiento que ya necesita de estos actos para mantener su actividad. Está muriendo porque han convertido las acampadas en un objetivo en sí mismo y porque se creen que representan a toda una sociedad y puede que en muchos de los puntos que reivindican así sea , pero se equivocan mucho si piensan que alterar el orden público y atacar al Congreso ,que todos hemos elegido en elecciones libres y democráticas , es el camino de un cambio dentro de la sociedad. Lo único que consiguen con este  comportamiento es desacreditar lo que dicen defender y fortalecer a aquellos que no quieren ningún cambio porque se están beneficiando de esta situación.

Protesta de ayer ante el Congreso. | Diego Sinova
Imagen de los manifestantes del Movimiento 15M que coreaban gritos como "¡Que no, que no nos representan" Los políticos españoles han decepcionado hasta tal extremo a los ciudadanos que han dejado de sentirse representados por ellos, y sin embargo , si nos representan puesto que millones de personas han depositado su voto para elegirlos. Hay que cambiar las leyes electorales y que exista un diálogo directo entre los políticos y los ciudadanos, pero tratar de entar en el Cngreso por la fuerza y gritar que no nos representan no es el camino , es perder la legitimidad de su protesta puesto que en democracia el primer mandamiento es el respeto a las instituciones que la representan, aun cuando hayan demostrado su incompetencia (fotografía procedente de http://www.elmundo.es )  

La democracia, como ya hemos visto en otros artículos, es el gobierno del pueblo que delega este poder en sus representantes elegidos en las elecciones. Que estos representantes sean mediocres, inútiles e ineficaces es una cosa, pero siguen siendo los representantes de todos los que han metido su voto en las urnas, y atacar al Congreso es atacar a la democracia y a todos los que creemos en ella. La política no se puede hacer en asambleas en la calle , dirigidas por personas cuyos conocimientos e intereses desconocemos, y ahora mismo nos están perjudicando a todos ,porque cuando de verdad haya que salir a la calle a protestar de nuevo, este movimiento, que podía haberse convertido  en el aglutinador del descontento de la sociedad en todos sus estratos , pero han desaprovechado esa oportunidad dejándose conducir por grupos cuyos objetivos son otros diferentes a la defensa de los trabajadores. Para exigir una democracia más perfecta lo primero que hay que hacer es respetar las instituciones que la constituyen y parece que eso lo han olvidado.

Una vez más insisto que en democracia no se puede utilizar la violencia para defender las ideas, que los debates se pueden hacer en asambleas si se quiere, pero la forma final de expresión de la voluntad de los ciudadanos es y será siempre el Parlamento, donde se hallan nuestros representantes, los que hemos votados los ciudadanos, pues las elecciones son la manifestación básica de la democracia. Según una encuesta realizada antes de los movimientos surgidos a raíz de las manifestaciones de Democracia Real Ya y el Movimiento 15M  las tres principales preocupaciones de los españoles son el empleo, la economía y los políticos, por este orden, seguido después por la inmigración y el terrorismo. Sobre la inmigración ya dediqué ayer un artículo sobre el inquietante crecimiento de la xenofobia en España, pero me parece muy grave considerar a los políticos como una de las principales preocupaciones de los ciudadanos.

Por desgracia, esta visión negativa de los políticos se la han ganado a pulso de forma merecida, porque ninguno ha tenido el valor de explicar a todos la verdadera situación a la que tenemos que enfrentarnos, los sacrificios que nos van a exigir y tenemos la sensación permanente de que nos ocultan la realidad, de que nos mienten  y el problema de la mentira ya lo explicaba Nietzsche en esta frase "lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que , de ahora en adelante, ya no podré creerte" . Esto es lo que ha sucedido con nuestra clase política, ha perdido la confianza de la sociedad y ahora estamos en un punto muy peligroso para la democracia , porque los ciudadanos ya no se sienten representados por quienes deberían de ser su voz en el Congreso. De momento , ese descontento se ha traducido en un movimiento relativamente débil y que creo que se agotará en si mismo, pero estamos jugando con fuego si la situación se deteriora más.

Durante la mañana de este jueves 9 de junio se ha producido un enfrentamiento entre los que se denomian a sí mismos "indignados" con la policia en Valencia . Aún no está claro como se ha producido pero lo cierto es que este no es el camino , la violencia no es la forma de protestar en una democracia ni tampoco incumplir la ley , que es lo que están haciendo ocupando las plazas desde hace casi un mes , entrando en emisoras de radio o en entidades bancarias. Se está perdiendo así una oportunidad de crear una verdadera plataforma que recogiera el descontento de la sociedad y le diera forma con unos objetivos que presentar a los partidos políticos y reformar y perfeccionar nuestra democracia (foto procedente de http://www.elmundo.es )  

Todavía no han llegado los recortes sociales más profundos, pero llegarán de manera inevitable. Hemos sabido que la deuda con las empresas farmaceúticas y proveedores de tecnología sanitaria ha alcanzado los 9300 millones de euros , nuestras comunidades autónomos se hallan sin recursos para hacer frente a los pagos más inmediatos y todo nos lleva a suponer que no tardará en firmarse el acta de defunción de nuestro actual sistema de la Seguridad Social que asegura la asistencia sanitaria gratuita , quizás el pilar básico del Estado de Bienestar porque permite que cualquier persona, aunque no disponga de recursos sabe que no será desatendida y tendrá derecho a ser atendido por los médicos. Cuando hablamos de copago parece que eludimos la cuestión vital ¿que sucederá con las personas que no se puedan financiar los gastos hospitalarios, los tratamientos médicos costosos o las medicinas necesarias? ¿Crearemos una sociedad donde la gente con dinero tendrá posibilidad  de vivir más gracias a su dinero que aquel que no tiene recursos?

La principal  preocupación es el trabajo pero ¿que tipo de trabajo van a encontrar y con que condiciones?Aunque se está discutiendo sobre una reforma laboral  que parece que no introducirá grandes cambios por el momento, todo apunta a que los derechos de los trabajadores sufrirán un serio recorte , hasta el extremo de dejar de hallarse amparado por los convenios colectivos y ser él quién negocie directamente con los empresarios  pero ¿que fuerza puede tener un trabajador frente al empresario si no está amparado por un colectivo? Estoy de acuerdo con que los sindicatos mantienen una serie de privilegios que son intolerables , un sindicalista debe ser un trabajador más, sin ningún tipo de ventaja sobre los demás, pero los sindicatos son necesarios para defender al trabajador de los posibles abusos que puedan cometer los empresarios.

Por supuesto que los empresarios no son el enemigo, gracias a su iniciativa y al riesgo que asumen al exponer el capital para formar la empresa se puede seguir creando empleo, pero al igual que sucede con todo lo que rodea al ser humano, hay buenos y malos empresarios y el trabajador, que es siempre la parte más débil, no puede quedarse indefenso frente a los malos empresarios. Un dato económico que demuestra como los sacrificios de los trabajadores no consiguen mejorar la situación de estos. El año pasado el sueldo de los  trabajadores cayó una media de 1,5%, la productividad aumentó un 2,25% y las empresas mejoraron sus cuentas un 4,2% mientras que la población en riesgo de pobreza se incrementó en un 1,3% hasta alcanzar el 23,4%. Menos sueldo, más trabajo, mas beneficios para las empresas y más personas al borde de la pobreza. Algo esta mal en esta ecuación.

Los jóvenes turcos en la plaza de Taksim. | Ángeles Lucas
Los últimos indignados en sumarse a las protestas los encontramos en Turquia , donde esta mañana se han manifestado en Estambul, y ya antes lo habían hecho también en Atenas. Si los políticos siguen actuando de espaldas a las preocupaciones de los ciudadanos y estos se desentienden de ellos la democracia y la libertad tal y como la entendemos ahora estará en peligro(fotografía procedente de http://www.elmundo.es )

 
¿Qué sucederá cuando el nuevo gobierno que salga de las elecciones, probablemente el Partido Popular, se encargue de anunciar nuevos recortes? Entonces, con más fuerza que ahora, se manifestará el descontento de los ciudadanos y el sentimiento que tiene de no estar representado por los políticos.  Desempleo, precios al alza, falta de esperanza en el futuro y si a ello se le suman posibles crisis internacionales que empeoren aún más la situación, esto  se puede convertir en muy peligrosa y poner en riesgo la propia democracia. Porque no nos podemos engañar, el pueblo no se puede gobernar a sí mismo, y de los vacíos de poder siempre hay gente que se aprovecha normalmente en detrimento de la libertad. Una vez más la frase de Napoleón que nos advierte que "en las revoluciones hay dos tipos de personas, las que las hacen y las que se aprovechan de ella".

Todos son alabanzas para las redes sociales como forma de transmisión de la información, y es cierto que permiten transmitir mensajes a una velocidad impensable hace unos años y mantenerse en contacto personas muy distantes entre sí coordinando su actuación, que ha jugado un papel importante en las revoluciones árabes , pero también es cierto que conllevan en muchas ocasiones una peligrosa , desde mi punto de vista, simplificación de las ideas, donde todo se expresa en dos lineas que no permiten profundizar en su contenido. Uno de los peligros que esto puede provocar es que nos guiemos no por ideas, sino por lemas, consignas  mientras la reflexión , el conocimiento y el debate queden relegados a un segundo plano. En ocasiones el ruido de Facebook, de Twitter o Tuenti se convierte en una cacofonía de voces que impiden un pensamiento ponderado, como está sucediendo ahora con el 25M.

Hay que transformar el sistema por el que se gobiernan nuestras sociedades, hay que lograr que la comunicación entre los políticos y el pueblo al que representan sea directa y no un diálogo de sordos donde unos, los ciudadanos, gritan, y otros, los políticos, se hacen los sordos mientras asienten con una sonrisa. Tenemos que recuperar el prestigio de los políticos porque un pueblo que ha dejado de creer en sus representantes puede dejar de creer en la democracia y abre las puertas a un estado autoritario, y eso es algo que ha sucedido en diferentes ocasiones a lo largo del pasado siglo XX . Lo que está sucediendo ahora no es más que el primer síntoma de una enfermedad que se pueden agravar en los próximos tiempos y que necesita un cambio de actitud por parte de los políticos , un esfuerzo de comunicación, de transparencia y de honradez para recuperar la confianza perdida.


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