martes, 11 de enero de 2011

¿CRISIS ECONÓMICA O CRISIS MORAL?LOS MALES DEL CAPITALISMO

Leyendo las páginas de "El sueño del celta" de Mario Vargas Llosa , no puedo evitar el pensar que los males que estamos sufriendo, la crisis, esta palabra que ya se ha convertido en obsesión dentro de nuestro lenguaje, y que afecta a casi todas las naciones de Occidente durante los últimos años, es mucho más que una crisis económica, aunque todos los esfuerzos para enfrentarse a ella se centren en tomar medidas para reformar un sistema económico, el capitalista, con el fin de que siga funcionando. 

En "El sueño del celta" seguimos la aventura vital de un joven idealista llamado Roger Casement, que viaja al Congo creyendo que está contribuyendo a la labor civilizadora y evangelizadora de unos pueblos salvajes y primitivos que viven en la ignorancia. Pronto se irá desengañando, sobre todo cuando las potencias coloniales deciden entregarle el inmenso territorio del Congo al rey belga Leopoldo II(1835-1909). Este monarca había convocado en 1876 una Conferencia en Bruselas en la que pretendía establecer unas normas para proteger África de la explotación comercial de las potencias europeas. En su discurso decía; refiriéndose a la trata de esclavos  

" Los horrores de este estado de cosas, las miles de víctimas masacradas por el comercio de esclavos cada año, el número aún mayor de seres absolutamente inocentes que son brutalmente arrastrados a la cautividad y condenados de por vida a los trabajos forzados, han conmovido profundamente los sentimientos de todos los que, a todos los niveles, han estudiado con atención esta deplorable realidad; y han concebido la idea de asociarse, de cooperar, en una palabra, de fundar una asociación internacional para dar punto final a este tráfico odioso que es una desgracia para la edad en la que vivimos"

Se creo la Asociación Internacional Africana , presidida por el propio monarca belga , con los objetivos de promover el progreso científico y promocionar la paz, la educación y la civilización en todo el continente. Bonitos objetivos ¿verdad? pero la realidad estuvo muy lejos de estos propósitos tan altruistas.Roger Casement , que había acompañado al explorador y periodista Henry Morton Stanley en una expedición por el Congo por orden de Leopoldo II, pronto comprobó que aquellas palabras eran falsas . Durante esa expedición engañaron a los diferentes pueblos que vivían en el Congo, y les hicieron firmar unos contratos que no entendían en virtud de los cuales se comprometían a ceder a las empresas europeas mano de obra gratis para trabajar en sus explotaciones .

Esclavos en el Congo. El rey belga Leopoldo II convirtió este inmenso país en una finca privada para su propio enriquecimiento.La aportación a la "civilización" de estos pueblos fue el chicote,un látigo de piel de hipopótamo que causaba más dolor y producía cicatrizes más profundas

Cuando poco después llegaron las empresas que explotaron las riqueza del Congo aquellos pueblos fueron tratados como animales, azotados sin piedad, obligados a trabajar gratis en condiciones terribles, y mientras, el rey belga Leopoldo II se enriquecía porque gran parte del territorio congoleño era de su exclusiva propiedad. El capitalismo y occidente no les había traído más civilización , ni más educación, ni más prosperidad, les trajo explotación, mayor pobreza y la desaparición de muchos de estos pueblos que no pudieron soportar los malostratos, el hambre y los trabajos forzados.

Puede que parezca exagerada la comparación , pero en esencia eso es el capitalismo, conseguir el máximo beneficio reduciendo al mínimo el coste para lograr este beneficio. Por supuesto no puedo hacer una equivalencia entre lo que padecieron aquellos hombres de finales del siglo XIX y nuestros tiempos, lo que quiero señalar es que el objetivo del sistema capitalista es siempre el mismo,aumentar los beneficios hasta el infinito aunque sea a costa de la explotación del ser humano.

Por eso, cuando hablamos de crisis creo que ,en realidad, a pesar de todas las soluciones que buscan los gobiernos, soluciones que siempre pasan por los sacrificios exigidos al pueblo y nunca a las grandes empresas, no van a solucionar nada porque no es una crisis financiera, es mucho más, es una crisis de valores, de ética. ¿Cómo podríamos calificar a un sistema capitalista que condena a 3000 millones de personas a la pobreza y deja 70.000 muertos al día por hambre? Nosotros hablamos de crisis económica, de desempleo, pero en muchas otras naciones la crisis significa pasar hambre, enfermedades y morir antes de los cincuenta años.

La economía no son números, o al menos no es sólo eso. Nos hablan de inflación , de déficit, de primas de riesgo, pero se olvidan de hablar de lo más importante, de las personas, porque las decisiones que toman en nombre del buen funcionamiento de la economía afectan a la vida de personas en todo el planeta. En una conferencia el economista Joan Melé explica que necesitamos ver la sociedad como un ser vivo y cada uno de nosotros seríamos  su parte consciente. Igual que cada una de las células del cuerpo influye sobre el todo, sin el cuerpo las células no pueden existir , así sucede con nuestra sociedad pues no podemos vivir sin ella ni ella puede existir sin nosotros.

Nuestra sociedad consumista echa su basura bajo su particular alfombra , los países pobres . En la foto un vertedero de basuras lleno de productos electrónicos procedentes de Occidente

Así es como tenemos que ver a la humanidad, como un gran organismo donde yo necesito a los demás y los demás me necesitan a mí, todo está interrelacionado. Pero esta sociedad vive en una gran casa que es el planeta Tierra y creo que está claro que el planeta esta enfermo, y no sólo por el cambio climático, sino por la contaminación, la sobreexplotación de todos los recursos. La pesca escasea cada vez más, los bosques se degradan, la selva amazónica retrocede día a día, nuevas especies animales se incorporan a la lista de aquellas que se hallan en vías de extinción, los recursos minerales escasean y podríamos seguir añadiendo elementos a la lista .

Si el planeta está enfermo significa que nosotros estamos haciendo algo mal, y que, por lo tanto, nuestra sociedad está enferma.Y el problema no es la economía, el problema es que el mundo no se rige por el ser humano sino por el beneficio económico. Se supone que en la sociedad de consumo en la que vivimos cuanto más poseas, cuantos más bienes de consumo tengas , más feliz serás. Pero todos sabemos que esto no es así, y para confirmarlo no hay más que remitirse a las cifras de personas que padecen ansiedad o depresiones en el mundo Occidental y el número de tranquilizantes y ansiolíticos que se venden.

No, no es la economía la que no funciona, es todo el sistema, es una sociedad que no proporciona alegría ni felicidad con este sistema de vida . ¿Por qué se produce esto? Porque hemos apartado al ser humano del primer plano de la vida. No somos animales pero nos comportamos como tales porque desde pequeños nos enseñan que la vida es dura, que hay que estar muy preparados para competir, porque sólo los más fuertes y adaptados sobreviven, mientras que los débiles son apartados y marginados. Es un mundo hecho a  medida del capitalismo, donde sólo cuentan los resultados pero no las personas y el ejemplo lo tenemos todos los días, con empresas que , a pesar de tener beneficios millonarios, siguen despidiendo a sus empleados para poder ganar más dinero.

No estudiamos para ser mejores, para aprender más y aumentar nuestra aportación a la sociedad, se estudia para ser más fuerte y poder competir mejor. Si, no somos animales, porque los animales son todos iguales. Una vez que has visto a un león ya sabes como son los demás leones, todos se comportan de igual forma y los podemos reconocer, pero cada hombre es un ser diferente, aunque conozcas a una persona sólo la conoces a ella porque quién está a su lado es radicalmente diferente. Pero con la educación que nos dan pretenden uniformizarnos, todos iguales , todos aceptando como verdades inmutables las bases del capitalismo. No nos enseñan a pensar por nosotros mismos, nos roban la libertad de pensamiento y la creatividad y ciegan nuestros ojos a cualquier otra alternativa diferente al sistema que rige nuestras vidas.

Roger Casement, el protagonista de la última novela de Mario Vargas Llosa, luchó durante gran parte de su vida contra un sistema injusto basado en la explotación . Antes tuvo que quitarse la venda que la educación recibida le había puesto delante de sus ojos

Desde mi punto de vista el capitalismo corre ciegamente hacia su propio final, porque se basa en incrementar siempre los beneficios pero los recursos del planeta no son ilimitados, son finitos, y en el momento en que ya no se pueda crecer el capitalismo carece de sentido y se colapsará, pero lo malo, es que sino hacemos nada antes de que eso suceda, ya será demasiado tarde para nosotros. El planeta podrá recuperarse con el tiempo, pero nuestras sociedades quedarán destruidas. No podemos seguir viviendo de esta forma, el consumo no puede ser la base de la sociedad, ni las empresas pueden existir basándose en incrementar sus beneficios hasta el infinito.

Debemos de tomar conciencia de nuestra responsabilidad. No podemos dejar las grandes decisiones en manos de los demás, en políticos y grandes empresarios. La pregunta es ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros?Yo no puedo cambiar el mundo, pero si puedo cambiarme a mi mismo. No podemos pedir a los demás cosas que nosotros mismos no nos hemos planteado hacer, por eso lo primero que debemos hacer para sanar esta sociedad y a nuestro planeta es tomar conciencia de nuestra propia importancia, el gran organismo de la sociedad no puede seguir funcionando sin nosotros que somos sus células.

Empecemos por cambiar nosotros mismos para luego poder influir sobre los demás. Recuperemos las ideas del Renacimiento, cuando el hombre ocupaba el primer lugar y no los sistemas económicos. La economía tiene que ser el instrumento que permita relacionar al hombre con el planeta y no lo que es ahora, una máquina opresora , injusta, que mantiene a millones de seres humanos en la pobreza al tiempo que destruye  nuestra casa común que es la Tierra. 

No estamos ante una crisis económica, es una crisis de nuestra forma de concebir la vida, de organizar nuestra sociedad y es una crisis que amenaza mucho más que un sistema económico, amenaza la vida de la humanidad.

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