Ayer detenía el relato sobre la vida de la escritora Karen Blixen (1995-1962) en el momento en que comenzaba la Primera Guerra Mundial. Habíamos recorrido su vida desde su nacimiento en 1885, sus primeros años de feliz infancia en un ambiente culto y artístico, con la proximidad de su padre Wilhelm Dinesen (1845-1895) para quién Karen era la favorita de sus cinco hijos quizás porque se carácter rebelde y aventurero era muy parecido al suyo. Vimos también como aquel tiempo feliz se truncó con el suicidio de Wilhelm en 1895, por causas desconocidas aunque Karen sospechara siempre que era por la sífilis que padecía, su posterior educación en diferentes centros privados de Suiza, Francia o Inglaterra , el regreso a Dinamarca y su súbito compromiso con el joven barón Bror Fredik von Blixen-Finecke(1886-1946) con quién se embarcaría además en toda una aventura, viajar a África para convertirse en granjeros. Dicho y hecho , en 1914 los encontrábamos asentados en una plantación de café a unos treinta kilómetros de Nairobi, en el África Oriental Británica, un territorio que comprendía lo que hoy es Kenia . Bror no tardaría en dar rienda suelta a su gusto incontrolado por las mujeres, un auténtico seductor al que los kikuyu de la plantación llamaban Wahoga, "el que anda como un pato", y del que sus compañeros de cacería decían en tono de broma refiriéndose al carácter mujeriego del barón "cuando vas de safari con Bror Blixen hay que llevar una mujer de repuesto si no quieres que seduzca a la tuya". Mientras, en estos primeros meses de estancia en África Karen supo lo que era la malaria y mientras se recuperaba y gracias a la permanente ayuda de su fiel Farah, aprendió swahili y comenzó a recorrer la plantación y a preocuparse por las condiciones en las que vivían aquellas personas que estaban mucho antes de la llegada del hombre blanco. Esta actitud era sorprendente y casi escandalosa para la colonia británica, que no entendía esta aproximación a los nativos quienes, también sorprendidos, la llamaban Jerie, "la que escucha", como vimos ayer.
En su libro "Lejos de África" o también traducido al castellano como "Memorias de África" dedica muchas páginas a relatar su relación con los habitantes de África, sus esfuerzos por contactar con ellos , por comprenderles aunque ella misma reconocía que era un intento casi imposible , porque eran dos mundos separados que en rara ocasión llegaban a tocarse. "No era fácil llegar a conocer a los nativos -escribía Blixen-. Si los asustabas, en un segundo podían retirarse a su mundo , al igual que los animales salvajes desaparecen ante un movimiento brusco que tú hagas: simplemente ya no están ahí. Hasta que no conoces bien a un nativo es imposible conseguir una respuesta suya a derechas. Ante una pregunta directa de cuántas vacas tiene , te responde "Tantas como le dije ayer" Y más adelante, en esta misma obra añade "En nuestros safaris y en la granja mi conocimiento de los nativos llegó a convertirse en una relación estable y personal. Éramos buenos amigos. Acepté el hecho de que nunca llegaría a conocerles ni a entenderles del todo, mientras que ellos me conocían a mí perfectamente y sabían que decisión iba a tomar antes de que yo misma estuviera segura" Destaca Karen la importancia que tenía para ellos el nombre y como se definía con él a la persona "Un buen nombre , lo que se llama de prestigio, significaba mucho en el mundo nativo. Parecía como si en un momento determinado hubieran hecho una valoración conjunta sobre ti, de la que nunca se echarían atrás" . Y concluía su reflexión sobre los nativos en comparación con los colonos blancos "Nosotros, mandando y siempre con prisas, chocábamos frecuentemente con el paisaje . Los nativos están en armonía con él y cuando esa gente de talla elevada, esbelta , oscura y de ojos negros viajar, trabajan la tierra, cuidan el ganado , celebran sus grandes danzas o te cuentan un cuento, es África la que vaga, danza y te entretiene" y recuerda este breve poema "Siempre encontré/ noble al nativo/ e insípido al emigrante".
Karen Blixen estableció vínculos con los habitantes de aquellas tierras que los otros colonos ni siquiera intentaban y es fácil encontrar fotografía de ella sonriente con los habitantes kikuyu de su granja y, como en este caso, a su fiel Farah que aparece a la izquierda de la imagen. Años después , en "Lejos de África" , escribía sobre aquellos años "Ahora, recordando mi vida en África, pienso que en su conjunto puede describirse como la existencia de una persona que vino de un mundo agitado y ruidoso a otro tranquilo" Encontró allí su lugar en el mundo aunque viviría durante los últimos treinta y un años de su vida muy lejos de allí, en su Dinamarca natal (Imagen procedente de http://www.lavanguardia.com ) |
La guerra interrumpió esta vida , el barón Blixen se alistó en el ejército colonial británico que iniciaba una guerra con el África Oriental Alemana. Los Blixen eran mirados con desconfianza por el resto de los blancos de la colonia ya que su origen danés les ponía más cerca de simpatizar con Alemania que con Inglaterra , pero Karen no tardaría en despejar todas las dudas cuando recibió una carta de Bror Blixen en el que la pedía que enviara suministros al frente, situado a unos 150 kilómetros de la granja. Ella no se lo pensó dos veces y después de preparar tres carros tirados por bueyes llenos de provisiones , ella misma se puso al frente de esta pequeña caravana para llevarla hasta el frente salvando para ello selvas y desiertos , además del peligro que representaban los animales salvajes y la presencia próxima de las tropas alemanas . En apenas cuatro días recorrió aquellos ciento cincuenta kilómetros y se presentó en el campamento británico ante la mirada sorprendida de todos los que allí estaban presentes, incluido Hugh Cholmondeley, tercer Baron Delamere (1870-1931), un aristócrata inglés que llevaba en la colonia desde 1899 , pionero de la industria láctea en la colonia y el líder de la colonia aunque no ocupara un cargo oficial. Durante unos días la trataron como una heroína pero a su regreso a la granja la halló abandonada. Así lo narra la escritora española Cristina Morató(1961) en su libro "Las reinas de África" "Los granjeros blancos la habían utilizado como cuartel general y el desorden reinaba por todos los rincones. La plantación de café había sido abandonada y la selva se adueño de la tierra cultivada, los peones fueron reclutados para ir al frente , los bueyes habían muerto de fiebre y los carros requisados por los ingleses".
Mientras Karen se hallaba ante este panorama desolador, las cosas no iban mejor en el frente, porque a pesar de la superioridad numérica y de material de los británicos las tropas alemanas estaban comandadas por uno de los grandes estrategas de la Primera Guerra Mundial, Paul Emil von Lettow-Vorbeck (1870-1964), que lograría mantener a raya durante toda la guerra a los británicos con unas reducidas tropas de no más de tres mil soldados alemanes y unos diez mil askaris ,nombre que recibían los soldados africanos, y que al final de la guerra se convertirían en las únicas tropas alemanas que no habían sido derrotadas por los aliados. Pero Karen Blixen no pasaría toda la guerra en África. La situación de su granja era límite y la amenaza de la ruina sobrevolaba sobre la plantación de café , Bror apenas se encargaba de nada cuando regresaba del frente y ella se sentía extrañamente cansada , desmoralizada y con dolores por todo el cuerpo. Cuando acudió al médico en Nairobi este le diagnosticó una enfermedad que ella conocía muy bien porque la había padecido su padre, la sífilis. Sin duda Bror la habría contagiado después de que él se contagiara a su vez en alguna de sus múltiples infidelidades conyugales, aunque ella nunca se lo reprocharía. El estado de la enfermedad era avanzado y sólo podía ser tratada en Europa, por lo que en mayo de 1915 abandonaba África, apenas un año y medio después de su llegada, para tratar su enfermedad primero a París y luego a Copenhague, para internarse en un hospital y recibir tratamiento, ocultando en todo momento a su familia el motivo de su regreso, excepto a su hermano Thomas Dinesen(1892-1979), que estaba en el ejército e iba a convertirse en un héroe de guerra y en el Karen confiaba plenamente. Permaneció hospitalizada durante tres meses hasta que la enfermedad comenzó a remitir, pero lo que no remitía era su nostalgia de la vida en África.
Fotografía del Barón Bror von Blixen, al que, a pesar de sus constantes infidelidades y de contribuir a la mala marcha de la granja con sus malas decisiones, Karen nunca se lo recriminó e incluso mucho tiempo después, escribiría "Si deseara revivir algo de mi vida pasada , sería ir una vez más de safari con Bror Blixen" He buscado fotografías de ellos dos juntos, pero la única que encontré es la que ayer incluí en la primera parte de este relato durante un safari. De la pasión por la caza de Karen Blixen decía Bror que "La caza le pareció un ritual y la matanza le divertía de verdad. En una ocasión disparó a una hermosa jirafa por el simple deseo de verla derrumbarse". Pero luego Karen Blixen abandonaría la caza y estaría años sin cazar. En "Lejos de África" escribe sobre la relación con la vida salvaje que significaba cazar en África "Las criaturas con quienes tratas son tímidas y vigilantes , saben esquivarte cuando menos te lo esperas . Ningún animal doméstico es capaz de una quietud igual a la de un animal salvaje. La gente civilizada ha perdido la capacidad de estarse quieta y debe aprender en silencio de la vida salvaje antes de que esta te acepte" y explicaba como al final de su vida en África "Acabó resultándome irrazonable y hasta feo y vulgar, sacrificar por unas horas de emoción una vida que pertenecía al grandioso paisaje y en el que había vivido diez, veinte o cien años" (Imagen procedente de http://www.africahunting.com ) |
Ya en verano de 1916 , Bror deja la colonia para encontrarse con su mujer y también para convencer a la familia de Karen para que pusiera más dinero en la plantación. Estaba convencido de que la guerra iba a ser una ventaja para su negocio, el café iba a subir de precio ante la falta de productores y no tardarían en enriquecerse. A estas alturas creo que ya conocemos a Bror lo bastante para saber que era ese tipo de hombres simpáticos, alegres, encantadores, capaces de convencerte de cualquier cosa pero sin la voluntad necesaria para sacar adelante los proyectos que ideaba. Fuera como fuese la familia de Karen fue seducida una vez más por los cantos de sirena del barón y le entregaron el dinero necesario para fundar una nueva empresa, la Karen Coffee Company. Regresaron a África pero el año 1917 no sería más propicio para la plantación de café que los anteriores, una sequía arruinó la cosecha de aquel año y sólo otro préstamo desde Dinamarca les salvó de la ruina. Cambiaron su casa y se trasladaron a otra más amplia a unos quince kilómetros de lo que hasta entonces había sido su hogar. Así describía aquel nuevo hogar Karen Blixen en los primeros párrafos de "Lejos de África", haciéndonos sentir la belleza y la poesía del paisaje africano "Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong. El ecuador atravesaba aquellas tierras altas a un centenar de millas al norte, y la granja se asentaba a una altura de unos seis mil pies. Durante el día te sentías a una gran altitud, cerca del sol, las primeras horas de la mañana y las tardes eran límpidas y sosegadas , y las noches frías" y más adelante añade "Las panorámicas eran inmensamente vacías. Todo lo que se veía estaba hecho para la grandeza y la libertad, y poseía una inigualable nobleza. Al recordar una estancia en las tierras altas africanas te impresiona el sentimiento de haber vivido durante un tiempo en el aire. A mediodía el aire estaba vivo sobre la tierra, como una llama ; centelleaba, se ondulaba y brillaba como agua fluyendo" y concluía con estas palabras que ya conocemos "Allí arriba respirabas a gusto y absorbías seguridad vital y ligereza de corazón. En las tierras altas te despertabas por la mañana y pensabas , estoy donde debo estar"
A pesar de todos los problemas que rodeaban el funcionamiento de la granja y también del progresivo alejamiento de Bror, ella se sentía feliz en este nuevo hogar , luchando contra las adversidades y apoyándose en sus admirados kikuyus y , en particular, en su leal somalí Fatah. La guerra seguía desarrollándose con virulencia , von Lettow derrotaba una y otra vez a los británicos y la colonia británica miraba a Karen de nuevo con ojos de sospecha, creyendo que se trataba de una espía al servicio de Alemania. Pronto se habían olvidado de aquella vez que había llevado provisiones al frente con riesgo de su propia vida . Durante estos meses prefiere quedarse en casa y dedicarse a otra de sus aficiones, la pintura o visitaba a los vecinos Masai, un pueblo orgulloso que incluso en nuestros días mantiene muchas de sus costumbres tradicionales y que entre 1901 y 1911 había perdido más del 60% de sus tierras a manos de los británicos que se las habían arrebatado para los colonos blancos. De ellos escribe Karen en "Lejos de África" "Los masai, la nación nómada y ganadera , eran vecinos de la granja y vivían al otro lado del río ; de vez en cuando alguno venía a casa a quejarse de que un león mataba sus vacas y me pedía que lo cazara" y admiraba su vida nómada "Está muy bien vivir a la manera nómada - escribía - y es antinatural, por el contrario, tener casa siempre en el mismo lugar; sólo se siente uno verdaderamente libre cuando puedes ir en la dirección que se te antoje por las llanuras , acercarte al río al ponerse el sol y acampar allí y saber que puedes dormir bajo otros árboles, otras vistas a la noche siguiente". Sin embargo, a pesar de la belleza que la rodeaba también eran aquellos días duros en los que se sentía cada vez más sola, pues Bror apenas paraba en la granja para dirigir safaris y seguir con sus aventuras amorosas.
Fotografía de la granja de Karen Blixen en Ngong, a unos quince kilómetros de Nairobi aunque he leído algunas guías de viaje que indican que su distancia a la ciudad es más pequeña. Sobre su granja y el negocio del café escribía Karen "En mi granja cultivábamos café. La tierra, sin embargo, era demasiado alta para ello y resultaba muy difícil sacarlo adelante, nunca nos hicimos ricos con el cafetal. Pero un cafetal es algo que se apodera de ti y no te suelta, y siempre hay algo que hacer: por lo general siempre estás atrasada en el trabajo . Más tarde, cuando volé sobre África y me familiaricé con el aspecto que ofrecía mi granja desde el aire, empecé a admirar mi cafetal, que resplandecía de un verde brillante en medio del gris verdoso de las tierras que lo rodeaban" Amaba aquella tierra, pero por desgracia el negoció del café nunca tuvo posibilidades de prosperar en un lugar que no era el apropiado para ese cultivo. A pesar de ello durante más de una década luchó sin desmayo para sacarlo adelante . Aquella granja y después su amor por Denys Finch Hutton la ataban a África (Imagen procedente de http://filosofiaparaelsigloxxi.wordpress.com) |
Pero incluso en esos momento de soledad la presencia de los kikuyu la hacían sentirse conectada con ellos y con aquella tierra que la había atrapado "A veces la vida en la granja era muy solitaria - escribe Karen en "Lejos de África"- y en la quietud del atardecer , cuando los minutos goteaban del reloj, la vida parecía caer goteando de ti también sólo porque no tenías gente blanca con la que hablar. Pero durante todo el tiempo tuve conciencia de que la existencia silenciosa y apartada de los nativos corría paralela con la mía, en un plano diferente. Los ecos pasaban de la una a la otra" En abril de 1918 Karen conocería a un amigo de su marido en un lugar que frecuentaban los miembros de la elite blanca del África Oriental Británica, el Club Muthaiga. Se trataba de un célebre cazador británico llamado Denys George Finch Hatton(1887-1931) . Era miembro de una familia aristocrática , su padre era el barón de Winchelsea y después de estudiar en los lugares a los que iba la elite cultural de Inglaterra, Eton y Oxford , se había dejado guiar por sus apasionadas lecturas sobre África , los relatos de los grandes exploradores y cazadores del siglo XIX . En una ocasión el joven Denys escribiría a un amigo "Inglaterra es muy pequeña, demasiado pequeña. Necesito espacio, iré a África" y así lo hizo y con veinticuatro años viajó hasta aquella ciudad por la que también entraría Karen en el continente negro, Mombasa. De él escribe Javier Reverte(1944) en su obra "El sueño de África" que Denys era "Un excelente atleta y poseía un atractivo personal que quienes le conocían calificaban de magnético. Amaba la música y la poesía. Y era reservado, solitario y poseedor de un humor extravagante" Además, Denys sería uno de los primeros cazadores en defender una política restrictiva de la caza en una época en que las cacerías se habían convertido en matanzas que comenzaban a tener sus efectos en la hasta no hacía demasiados años aparentemente inagotable vida animal en África.
Un año después de conocerse, en 1919, ya terminada la guerra y con Karen deprimida ante la certeza de que la sífilis la impediría tener hijos y con su matrimonio con Bror haciendo aguas por todas partes, fue con Denys, que había regresado a su vez al África Oriental Británica después de un tiempo en Egipto, a un safari e iniciaron un romance que se convertiría en el más importante en la vida de ambos, pues compartían su amor por la libertad, por la naturaleza y por aquel continente que había hechizado su corazón . Karen escribiría "Rara vez encuentra uno a alguien con quien simpatice de inmediato y se lleve tan bien, y que cosa tan maravillosa son el talento y la inteligencia" y en una carta a su querido hermano Thomas le contaba que "He tenido la suerte de conocer , en mi madurez, a mi ideal personificado en él". Curiosamente Bror seguía pasando temporadas en la granja y no parecía molestarle la relación de Karen con Denys , su amigo y al que no dudaba en presentar en ocasiones como "Mi buen amigo y amante de mi mujer". Desde luego siempre fueron un matrimonio singular y Karen nunca tendría palabras de reproche por el comportamiento de Bror porque admiraba su espíritu libre, aunque la verdad que visto desde la distancia además de engañarla apenas la ayudó en los años que estuvieron juntos. Después de que Bror y Karen visitaran a sus respectivas familias en Dinamarca a mediados de 1919 , Bror regresó antes que Karen que lo haría unos meses después en compañía de su hermano Thomas, condecorado por su valor en el combate y convertido en héroe de guerra y que la acompañaba para ayudarla en la plantación de café. Pero lo que encontró a su llegada fue una granja abandonada , con la mayor parte de la plata y objetos de valor vendidos para pagar a los acreedores y a Bror conviviendo con algunas de sus amantes.
Denys Finch Hatton era descrito con estas palabras por la joven aviadora Beryl Markham que habría sido su último romance antes de morir , aunque siempre mantuvo su relación de profunda amistad con Karen Blixen "Yo tenía unos dieciocho años cuando le conocí, pero él llevaba ya varios años en África – al menos de forma intermitente – y se había labrado una reputación como uno de los cazadores blancos más capacitados. En los círculos atléticos británicos todavía se recuerda su constitución física. Como jugador de cricket era el primero. Era un erudito de profundidad casi clásica, pero con menos pedantería que un muchacho sin instrucción. Había veces que Denys, como todos los hombres cuyas mentes han abarcado entre otras cosas las debilidades de su especie, experimentaba momentos de misantropía; podía desesperarse con los hombres, pero encontrar poesía en un campo de rocas.Era un atractivo de intelecto y fuerza, de intuición rápida y humor volteriano. Su forma de recibir el día del juicio habría sido con un guiño y creo que así lo hizo." y añade "Lo que salía de él, si emanar no es mejor palabra, era una fuerza que comportaba inspiración, desplegaba confianza en la dignidad de la vida e incluso a veces daba personalidad al silencio." No es de extrañar que Karen Blixen le amara con tanta intensidad y dijera después sobre su relación con Denys "Estoy unida para siempre a Denys, destinada a amar el suelo que pisa, a ser feliz más allá de cuanto pueden decir las palabras cuando está aquí y a sufrir mil muertes cuando se va" (Imagen procedente de http://clandestinodeactores.com ) |
Era el fin del matrimonio, Bror abandonó definitivamente la granja y Denys se vino a vivir con ella en 1920 , aunque no lo haría por mucho tiempo ya que un trabajo le mantendría alejado de aquella tierra durante dos años. En 1922 , aunque he encontrado también la fecha de 1925, Bror la pidió formalmente el divorcio para casarse por segunda vez ,en esta ocasión con una periodista llamada Cockie Birkbeck. Mientras, la plantación de café que ahora compartía Karen con Denys, se convirtió en un lugar de descanso para muchos cazadores y viajeros en África, como escribe Karen "Para los grandes viajeros que había entre mis amigos creo que la granja tenía su encanto, pero era inalterable y allí estaba, vinieran cuando vinieran. Viajaban por vastos países y levantaban sus tiendas en muchos lugares, y les gustaba encontrarse con que mi camino seguía siendo inmutable como la órbita de una estrella. Les gustaba volver a encontrarse con rostros familiares, y mantuve los mismos criados todo el tiempo que estuve en África." y añade "Yo estaba deseando irme lejos de la granja y ellos venían con el deseo de libros, sábanas de lino y la fresca atmósfera de una habitación grande y las persianas bajadas" Además la cocina de Karen tenía fama de ser la mejor de aquella región de África, otro atractivo más que añadir a aquel lugar que se había convertido en un oasis para aquellos aventureros, aunque para Karen seguía siendo un continuo quebradero de cabeza, pues la granja no levantaba cabeza en el tema económico. Pero a pesar de las dificultades aquellos fueron años felices para Karen que convertía en una fiesta cada regreso de Denys a la granja o cuando le acompañaba en uno de sus safaris
Cristina Morató recoge estas palabras de Karen que describen esos momentos felices cuando el ruido de un motor anunciaba la llegada de Denys "Cuando esperaba el regreso de Denys y oía su automóvil acercarse por el camino que llevaba a la casa , oía hablar , a su vez , a todas las cosas de la granja, anunciando lo que realmente eran. Él era feliz cuando estaba en la granja; sólo venía cuando tenía ganas de estar allí. Y la granja conoció algunas cualidades suyas que el mundo, por lo demás, ignoraba: su humildad, su gratitud y su amable ternura" Eran las palabras de una mujer profundamente enamorada que , sin embargo, sabía que Denys no estaba hecho para quedarse en la granja, que tenía que vivir en libertad y regresar allí sólo cuando sintiera la necesidad de hacerlo. Si lo forzara a quedarse lo perdería . En su libro cuenta como cuando ella se quejaba de lo duro que era salir adelante y de la mala situación económica de la granja él la cantaba "Debes dejar tu triste cantinela por otra más alegre. Nunca vendré por piedad, siempre vendré por placer" Por las noches a Denys le gustaba escuchar las historias que Karen se inventaba y sería él quién la animaría a ponerlas por escrito, impulsándola a ese nuevo camino en su vida y que ya no abandonaría hasta el final de sus días, la escritura. Escribe Cristina Morató "A veces fumaban juntos hachís, opio y miraa, una hierba alucinógena utilizada por los nativos. La escritora se convertía entonces en una especie de Sherezade , encadenando un cuento tras otro para mantener el interés de su amado" La granja, su amor a África y su amor a Denys era lo que la sostenía frente a las adversidades.
Cuatro fotografías de Karen Blixen en diferentes momentos de su vida en África. Una de sus grandes frustraciones fue no tener un hijo, probablemente como consecuencia de la sífilis que le contagió su marido. En 1918 escribía a su hermano Thomas , cuando aún conservaba la esperanza de ser madre " Si llego a tener un hijo, lo que tan íntimamente deseo, y si no tarda mucho, no me creeré en posesión de toda la verdad de este mundo, sino que dejaré que otras personas cooperen a educarle en la misma medida que mis propias ideas" A lo largo de sus años en África fue evolucionando y cayendo bajo el hechizo casi místico de aquella tierra . Solía salir a volar con Denys Finch Hutton y de aquellos vuelos contaba fascinada "Hay veces que puedes volar tan bajo que ves los animales en las praderas y sientes como si Dios acabara de crearlos antes de que le encargara a Adán que les pusiera su nombre" y reflexionaba "Este era entonces el sentido de la vida y ahora lo entiendo todo" (Imagen procedente de http://blixen.dk ) |
Los años pasaban y en 1928 Denys era uno de los más prestigiosos organizadores de safaris y entre sus clientes de aquel año estaba nada menos que el Príncipe de Gales, el que luego se convertiría en el efímero monarca Eduardo VIII (1894-1972) en 1936 abdicando ese mismo año para contraer matrimonio con Wally Simpson(1896-1986). Durante aquella cacería se produjo una anécdota que haría nacer una amistad entre el cazador y el heredero de la corona británica. Un rinoceronte cargó contra el grupo de cazadores y el príncipe se dispuso a hacerle una fotografía pero antes de que pudiera hacerlo Denys abatió al animal de un certero disparo. Enojado, el príncipe se dirigió a Denys "¿Cómo se atreve a disparar sin que yo lo ordene? Quería fotografiarlo de más cerca" a lo que Denys, sin inmutarse, replicó "Alteza, si usted , el heredero al trono , muere, ¿qué tendría yo que hacer? Sólo irme detrás de un árbol y saltarme la tapa de los sesos" Dos años después, en 1930, el príncipe haría un nuevo safari dirigido otra vez por Denys . En 1929, mientras Denys estaba de viaje en Inglaterra, Karen le escribe para comunicarle que espera un hijo suyo, aunque ya había perdido la esperanza de quedarse embarazada. Sin embargo, el embarazo no llegó a buen puerto y perdió a su hijo antes del parto cuando incluso ya había elegido un nombre, pensaba llamarlo Daniel. Después de aquello, pues parece que Denys no se había sentido demasiado feliz con la noticia del embarazo y llegó a escribirla "Te pido encarecidamente que canceles la visita de Daniel", ¿tal vez una petición para que abortase?, la relación entre ambos se enfrió y fueron distanciandose.
En 1930 Denys habría comenzado una relación con una joven aviadora y entrenadora de caballos , Beryl Markham(1902-1986), que unos años después se convertiría en la primera mujer en realizar un vuelo sin escalas de este a oeste sobre las aguas del Océano Atlántico. Aún así seguía pasándose por la granja e incluso compartía con ella paseos en su nueva avioneta a la que los kikuyus llamaban Nzige, que significaba "Langosta" . Mientras, la granja se tambaleaba, las sequías, las plagas de langosta , las heladas arruinaban sus cosechas y finalmente, en 1930, tuvo que rendirse y la granja fue vendida en una subasta. Karen recuerda como cuando ya no había muebles en la granja y estaba a punto de cerrarla, Denys seguía visitándola "Venía todos los días en automóvil hasta la granja y cenaba conmigo, sentándose , hacia el final, cuando yo había vendido mis muebles, en un cajón y con la comida sobre otro. Nos quedábamos allí hasta muy avanzada la noche." Cuando ella le preguntaba a donde iría ahora que ella cerraba su granja y regresaba a Dinamarca "Oh, en cuanto a mí seré totalmente feliz en una tienda de campaña en la reserva masai o tomaré una casa en la aldea somalí" Tenía un terreno en la costa, en la ensenada de Takaunga, que en palabras de Karen era un escenario de "Una grandeza marina divina, limpia , desolada, con el azul océano Índico ante ti" En mayo de 1931 Denys decidió realizar un vuelo para buscar una manada de elefantes que sería su objetivo para un próximo safari . Escribe Karen "Los últimos días antes de ese viaje hasta la costa estaba de ese ánimo ausente, como si estuviera ensimismado" . Ella le pide que la deje volar con él pero él la dice que no , que sería un viaje muy duro "Fue la única vez en que le pedí a Denys que me llevara consigo en su aeroplano y me dijo que no" recordaba Karen Blixen en "Lejos de África". El viernes 8 de mayo de 1931 Denys despegaba después de haberla dicho a Karen, "espérame el jueves, volveré para almorzar contigo".
El cartel de la película que en 1985, dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Meryl Strepp como Karen Blixen y Robert Redford como el cazador Denys Finch Hutton, se convertiría no sólo en una de las ganadoras de en ese año sino en un clásico del cine. Quería haberos incluido una fotografía del lugar donde está enterrado Hutton, pero no la pude encontrar, pero si su epitafio escrito sobre una placa en el lugar donde se halla su cuerpo. Es un verso del poeta inglés Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) perteneciente a su poema "La oda del viejo marinero" y dice así "Reza mejor quien mejor ama; a todo: hombre, ave o bestia". Sobre la tumba de Denys escribía Karen "A menudo iba en coche hasta la tumba de Denys. En línea recta no había más que cinco millas desde mi casa. La tumba estaba mil pies más alta que mi casa , el aire era diferente, claro como un vaso de agua; vientos ligeros te alborotaban el cabello cuando te descubrías; sobre los picos de las colinas vagaban las nubes que venían del este , lanzaban su sombra hecha de vida sobre la tierra amplia y ondulada y luego se disolvían y desaparecían sobre el Valle del Rift" Karen Blixen pensaba que Denys "Murió como a él le habría gustado, al aire libre, entre los vastos espacios que tanto amó, impávido y libre hasta el final; y el encanto de su maravillosa personalidad y compañía es algo que los que le conocieron atesorarán hasta el final de sus días" Así se escribe sobre un amor (Imagen procedente de http://peliculasdepapel.wordpress.com ) |
Pero aquel almuerzo nunca llegaría. Karen Blixen nos lo cuenta así "El comisionado del distrito de Voi me escribió y me contó los detalles del accidente. Denys y él habían pasado la noche juntos ; él salió del aeropuerto por la mañana, con el criado que le acompañaba , hacia mi granja. Después de despegar giró y volvió rápidamente, volando bajo, a doscientos pies. De repente, el aeroplano se inclinó, dio la vuelta y cayó a tierra como un pájaro que vuela en picado. Al chocar contra el suelo comenzó a arder, la gente que acudió se vio rechazada por el calor. Cuando trajeron ramas y tierra y las arrojaron al fuego, se encontraron con que el aeroplano estaba aplastado y que las dos personas que había dentro se habían matado en la caída" Karen buscó un lugar especial donde enterrar a Denys , en una colina desde la que podía divisarse las estribaciones del Kilimanjaro y a cuyos pies se extendía una verde pradera mientras que girándose podía verse la otra gran montaña africana, el Monte Kenia. Allí fue enterrado Denys Fynch Hatton, una de las últimas leyendas de los cazadores blancos, un tiempo que llegaba a su fin. Pero parece que de algún modo su espíritu permaneció allí , al menos así se lo escribía un amigo común de Denys y Karen a la escritora danesa y que esta recoge en su "Lejos de África" "Los masais han informado al comisionado del distrito de Ngong que muchas veces, al alba y al crepúsculo , han visto leones en la tumba de Fynch Hatton en las colinas. Un león y una leona han aparecido allí y se quedan de pie o se echan en la tumba durante mucho tiempo. Algunos indios que pasan por el lugar en sus camiones también los han visto" Tal vez aquellos leones visitaban aquel lugar porque desde él tenían una excelente visión de todo el valle , pero en todo caso la escena no podía ser más mágica y evocadora.
Karen regresó a Dinamarca en aquel año de 1931 y aún tardaría seis años en recuperar sus recuerdos de aquellos años que la marcarían para siempre. En 1937 se publica su obra "Lejos de África" o "Memorias de África", con el seudónimo de Isak Dinesen, y durante las décadas siguientes se convierte en una escritora famosa cuyo nombre sonaría en diferentes ocasiones para los Premios Nobel. Nunca regresaría a África aunque su corazón , de algún modo , nunca se fue de allí. Ha llegado el momento de cerrar este artículo, pero quiero hacerlo una vez más con las palabras de Karen Blixen , aquel día en que tomaba el tren que la alejaba para siempre de su amada granja, de los kikuyus, de la colina de Ngong , de aquellas tierras que habían sido su hogar durante casi veinte años, donde había sufrido, donde había amado, donde había vivido con una intensidad que quedaría para siempre grabada en su alma "En la estación Samburu de la línea bajé del tren mientras echaban agua a la máquina y paseé con Farah por el andén. Desde allí, al suroeste , vi las colinas de Ngong. La noble ondulación de la montaña se alzaba sobre la tierra llana, toda azulada como el aire. Pero estaba tan lejos que los cuatro picos parecían insignificantes, apenas distinguibles y muy diferentes a como se les veía desde la granja. La silueta de la montaña fue borrada y nivelada lentamente por la mano de la distancia"
ESCENA DE MEMORIAS DE ÁFRICA
Para cerrar este artículo he querido incluir una de las escenas más hermosas de esta ya de por sí hermosa película, donde nos subimos al avión pilotado por Denys Finch Hutton y compartimos la belleza de África junto a su amada Karen Blixen acompañados por la bella música de John Barry. Después de conocer la historia de su amor y aventura en África creo que es la mejor forma de concluir esta historia de dos personas enamoradas de aquel continente, de un mundo que iba a desaparecer
1 comentario:
Has viajado a las tierras altas?
Por que una vez que las conoces jamás vuelves a ser la misma persona.
Si no lo has hecho, te lo recomiendo.
Muchas gracias por tu artículo.
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