"Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo" es una frase atribuida al emperador Napoleón I Bonaparte(1769-1821) que no estaba pensando en las protagonistas de esta historia pero de haberlas conocido seguramente el gran general corso habría visto confirmadas sus palabras aunque en un sentido diferente al que quiso darles, porque las amazonas del Reino de Dahomey no eran una leyenda procedente de la mitología griega sino una realidad muy efectiva en el campo de batalla. Ayer habíamos recorrido el origen de las amazonas, entre el mito y la realidad, viajando a la antigua Grecia, a los tiempos épicos de la guerra de Troya donde aparecía una de sus reinas, Pentesilea, para rastrear a continuación su origen entre dos pueblos de las estepas , los escitas y los sármatas, en los que hubo mujeres guerreras como han demostrado los enterramientos descubiertos durante el pasado siglo XX en los que muchas mujeres fueron acompañadas por las armas que emplearon en vida en su viaje al más allá. Vimos como durante toda la Edad Media se mantuvo la creencia en la existencia de aquel pueblo de guerreras y como en el siglo XVI las historias sobre las amazonas daban el nombre al río más caudaloso del mundo cuando la expedición de Francisco de Orellana (1511-1546) era atacada por un grupo de mujeres guerreras mientras descendían el curso de un río gigantesco al que bautizarían con el nombre que desde la mitología griega se daba a las mujeres que empuñaban la espada, la lanza o el arco, Amazonas. Después viajamos hasta África para encontrarnos con la reina Nzingha Mbande(hacia 1583-1663) que durante treinta y dos años mantuvo con mano firme el control de los reinos de Ndongo y Matamba frente a los intentos de conquista de los portugueses apoyándose en un ejército formado a partes iguales por hombres y mujeres.
Y así habíamos llegado al Reino de Dahomey, fundado hacia 1625 por el príncipe Gangnihessou procedente del vecino reino de Allada. Estableció la capital del nuevo reino en la ciudad de Abomey y durante casi un siglo aquel reino , habitado mayoritariamente por la tribu fon , siguió dependiendo del reino de Allada hasta que bajo el reinado de Agadja, de 1708 a 1740 ,logró su plena independencia, ampliando además sus territorios que, como veíamos ayer, se extendían por lo que hoy es el estado de Benín. Ya en este siglo XVIII los monarcas de Dahomey se hacían proteger por un grupo de guerreras que originariamente se habían dedicado a la caza de elefantes y que por su valor y ferocidad fueron seleccionadas como un cuerpo de élite al servicio del monarca. Durante este siglo XVIII el número de estas amazonas africanas rondaba los mil quinientos, pero su momento de gloria iba a llegar en el siglo siguiente. La economía del reino se basaba en la trata de esclavos que primero capturaban en las guerras con sus vecinos y luego vendían a los comerciantes europeos que los trasladaban al otro lado del océano para trabajar en las colonias americanas de españoles, portugueses e ingleses, un comercio humano que habría alcanzado los dos millones de hombres, mujeres y niños. Al reinado de Agadja le sigue el de Tegbessou entre 1740 y 1774 , años en los que el comercio de esclavos se convierte casi en la única fuente de ingresos de un reino que a pesar de haberse fortalecido tenía que pagar tributos al vecino reino de Oyo, que extendía sus fronteras en el occidente de lo que hoy es Nigeria.
Mapa con la situación del Imperio Oyo , que se extendía entre la actual frontera de Benin y Nigeria, habitado por los yoruba, un pueblo que habitaba aquella región desde el siglo V a.C y se organizaron en ciudades estado como Ile Ife gobernadas por los obas o monarcas. Sería a partir del siglo XV cuando estas ciudades estado se organizan en el Imperio Oyo que alcanzaría su esplendor entre el siglo XVII y XVIII, cuando supera los 150.000 kilómetros cuadrados de extensión . Es precisamente en el siglo XVIII, hacia 1730, cuando el Reino de Dahomey se hace tributario del Imperio Oyo, una situación que se mantendrá hasta 1818 , cuando el rey Ghezo se negará a seguir pagando estos tributos aprovechando una situación de debilidad interna de Oyo como consecuencia de las constantes intrigas por el poder que dominaban la política del Imperio Oyo. Sería el origen de una guerra donde las amazonas harían su irrupción en el campo de batalla (Imagen procedente de https://en.wikipedia.org ) |
El reino de Oyo era de mayoría yoruba y había sido fundado a comienzos del siglo XV. Más grande y poblado que Dahomey, competía con estos por el lucrativo comercio de esclavos , no olvidemos que por algo llamaban a esta zona costera como Costa de los Esclavos e imponía a los reyes de Dahomey el pago de tributos. En cuanto a la organización de la sociedad del reino de Dahomey se dividía en cuatro grandes clases sociales al margen del monarca. La aristocracia, formada por los altos funcionarios del estado y los sacerdotes , los campesinos y artesanos, que eran hombres libres y después dos clases sociales formadas por esclavos, por un lado los siervos, que eran esclavos nacidos en Dahomey y finalmente los prisioneros de guerra que habían sido esclavizados tras ser capturados. En cuanto al monarca era elegido por el propio rey entre sus hijos y una vez que era coronado se convertía en una figura sagrada . Los viajeros europeos que llegaban a aquel territorio quedaban entre asombrados y espantados por sus costumbres, entre las que se encontraban los sacrificios humanos practicados con algunos de sus prisioneros de guerra y que utilizaban como una forma de contactar con sus antepasados pues antes de matarles les entregaban mensajes para que luego los distribuyeran en el más allá previa decapitación del desdichado mensajero y eso si era afortunado porque había métodos peores de morir que por decapitación como uno que consistía en introducir al infortunado que iba a ser sacrificado en el interior de una cesta de mimbre, izarlo sobre la multitud que esperaba abajo y luego soltarlo de golpe sobre el pueblo que se encargaba de descuartizarlos. Además sus cuerpos no eran desaprovechados, porque una vez ejecutados los restos del individuo eran cocidos ,para que se desprendiese la carne y extraer los huesos que eran entregados a los artesanos que los utilizaban para la confección de adornos e incluso para construir el trono sobre el que se sentaba el monarca.
Este grabado representa al rey Kpengla, que reinaría entre 1774 y 1789, acompañado por un séquito de amazonas. El monarca es el que aparece en primer plano con una espada en la mano y un sombrero con una pluma en la cabeza y cubierto por un parasol. Si os fijáis las mujeres van desfilando con el mosquete al hombre, una de sus armas preferidas, aunque era con las armas blancas con las que eran más temibles. Entre ellas se encontraba una especie de navaja cuya hoja permanecía oculta hasta que pulsaban un resorte de su empuñadura y aparecía una temible cuchilla de más de setenta centímetros de longitud. El explorador británico Richard Burton(1821-1890) célebre por haber logrado penetrar en La Meca disfrazado como un árabe y por su búsqueda de las Fuentes del Nilo, diría de aquella arma que era como una "guillotina portátil" . Con el reinado de Kpengla el Reino de Dahomey entraría en una prolongada decadencia debido al escaso espíritu guerrero de este monarca que le impidió dirigir exitosas campañas militares exitosas, imprescindibles para un estado que basaba su economía en los esclavos capturados durante las campañas militares (Imagen procedente de http://www.newworldencyclopedia.org ) |
Como siempre digo, por muy crueles que nos parezcan estas costumbres no deberíamos juzgarlas con los ojos de un habitante del siglo XXI ya que además de formar parte de sus creencias religiosas, estas cosas sucedieron en un tiempo donde los civilizados europeos llenaban las bodegas de sus barcos con cientos, miles y millones de esclavos hacinados en un viaje de pesadilla y si sobrevivían a ese tormento les esperaba una vida de esclavitud, penurias y malostratos. Tras la muerte del rey Tegbessou en 1774 le sucede el reinado de Kpengla hasta 1789, con el que se inicia una progresiva decadencia del reino de Dahomey, en parte debido a que este monarca carecía de la habilidad para la guerra de sus antecesores en el trono y la guerra era vital para el reino ya que gracias a ella se obtenían los esclavos necesarios para mantener la economía de un Dahomey que en esta época debía estar habitada por unas 200.000 personas, con un 90% de la población integrada por esclavos mientras que su capital, Abomey, tenía treinta mil habitantes. Kpengla muere en 1789 y le suceden dos monarcas que no fueron capaces de invertir la tendencia decadente del reino. Primero Agonglo , hijo de Kpengla, que sería rey entre 1789 y 1797 y que trató de reactivar la economía con nuevas expediciones militares para capturar esclavos que, sin embargo, no tuvieron éxito. Finalmente Agonglo aceptó la presencia de misioneros portugueses en su gobierno lo que creó aun una mayor oposición contra su forma de gobernar que desembocó en su asesinato en 1797 siendo sucedido en el trono por su hijo Adandozan que era aún de muy corta edad y no pudo asumir el poder efectivo hasta siete años después, en 1804, heredando un reino sumido en una profunda crisis económica. Adandozan trató de reanimar el comercio de esclavos y fortalecer los lazos comerciales con las potencias europeas al tiempo que impulsaba el desarrollo de la agricultura.
Francisco Félix de Sousa , el esclavista brasileño más importante del Reino de Dahomey. Además de formarse su propio harén, con más de mil mujeres, no le importó que la esclavitud fuera progresivamente abolida por las potencias europeas y siguió comerciando con esclavos y durante el reinado de Ghezo , al que ayudó a lograr el trono, recibió el tratamiento casi de un rey (Imagen procedente de http://en.wikipedia.org ) |
Pero ninguna de sus medidas tuvo un resultado efectivo y en 1818 Adandozan fue destronado por un golpe de estado encabezado por su hermano pequeño Ghezo y apoyado por el esclavista brasileño Francisco Félix de Sousa (1754-1849), considerado el mayor tratante de esclavos de Dahomey y célebre además por poseer su propio harén, con más de un millar de esposas y del que se cuenta que habría tenido unos ochenta hijos. Francisco Félix de Sousa era amigo personal de Ghezo y con su apoyo este se hizo con el poder e inició un reinado que iba a prolongarse durante cuarenta años. Y una de sus primeras decisiones fue librarse de la influencia del Reino Oyo negándose a seguir pagándoles tributos , aunque eso significaba desafiar a un reino más poderoso que el suyo y mucho más poblado. La guerra era inevitable y la proporción de fuerzas entre ambos reinos era de diez a uno a favor del reino de Oyo. Y es aquí cuando las amazonas comenzarán a tener un papel más importante que el de defender a su rey, pasando a ser uno de los componentes básicos del ejército de Dahomey que no contaba con hombres suficientes para enfrentarse a Oyo. Si durante el siglo XVIII su número no había superado las mil quinientas amazonas, a lo largo del reinado de Ghezo superarán las cinco mil para integrar un ejército que en total estaba formado por doce mil efectivos. Y ahora, con la ayuda del escritor Joseph Cummins que nos lo cuenta en su obra "Grandes episodios desconocidos de la historia" vamos a conocer un poco más de cerca a estas mujeres que iban a convertirse en pieza fundamental del ejército de Dahomey y en el mejor ejemplo de lo que eran las auténticas amazonas.
En esta fotografía podemos contemplar a un grupo de amazonas de Dahomey , unas empuñando un mosquete y otra uno de sus machetes y todas ellas vestida con ese curioso uniforme compuesto por una túnica corta y unos pantalones ajustados por un cinturón. Eran diestras en el uso del mosquete, con los que podían disparar con bastante precisión según los testimonios de los europeos que pudieron asistir a alguna de las demostraciones que hacían por orden de su rey para impresionar a los visitantes extranjeros (Imagen procedente de http://elzo-meridianos.blogspot.com ) |
Estas eran reclutadas por un lado entre las mujeres de los pueblos derrotados en la guerra, a las que se les ofrecía escapar a la esclavitud si estaban dispuestas a empuñar las armas y por otro lado entre las mujeres libres del reino que destacaran por tener un carácter fuerte, rebelde e indómito y también algunas que eran denunciadas por sus propios maridos por adulterio o por tener mal carácter . Una vez reclutadas debían dejar atrás todo aquello que hasta entonces había sido parte de su vida, como si se tratara de monjas de clausura que abandonan el mundo para dedicarse a Dios con la diferencia de que ellas se dedicarían a la guerra. Este paralelismo entre monjas y amazonas no se detenía aquí porque también se las exigía llevar una vida célibe, prohibiéndoles mantener relaciones sexuales y , por supuesto, la maternidad, ya que se consagraban al único hombre que ejercía autoridad sobre ellas, el monarca. Incumplir esta prohibición suponía la muerte. Aunque puedan parecer unas condiciones muy estrictas, hay que considerar que la vida en aquel tiempo era muy dura, y convertirse en amazonas suponía alcanzar un estatus social muy superior al de la mujer dentro de la sociedad civil. Eran reverenciadas , los hombres no podían permitirse mirarla a los ojos ya que eran consideradas esposas del rey y los viajeros europeos de su tiempo contaban que iban precedidas de una esclava que tocaba una campanilla para avisar de su presencia para que los demás abrieran paso e inclinaran sus cabezas. Cummins recoge las palabras de uno de estos europeos que contaba irritado como "Continuamente me encontraba con grupos de amazonas con sus campanas, lo que hacía que nuestro avance fuese un continuo desviarse de un lado a otro , en lugar de poder caminar en línea recta." En cuanto a su atuendo, así nos lo describe Cummins "Llevaban una túnica corta encima de unos pantalones que les llegaban justo por el tobillo ajustado por un cinturón que mantenía todo el conjunto unido".
Trono del rey Ghezo de Dahomey, conservado en la actualidad en el Museo du Quai Branly, un museo etnológico francés dedicado a las culturas de Asia, América , Oceanía y África inaugurado en París en 2006. Ghezo sería el rey más importante de Dahomey durante el siglo XIX, impulsando la expansión del reino, liberándolo de la dependencia del Imperio Oyo y en su última etapa trataría de reformar su economía abandonando la trata de esclavos , que además estaba siendo abolida por las potencias europeas y dejaba de ser tan rentable como durante el siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX , acabando con las campañas militares y eliminando los sacrificios humanos, quizás en un intento de aproximarse a las potencias europeas, principalmente Francia e Inglaterra, aunque encontraría serías resistencias en los sectores más conservadores de su sociedad. Sin embargo, en los últimos dos años volvió a cambiar esta política y de nuevo emprendería nuevas campañas militares y trató de relanzar la trata de esclavos aunque la muerte impidió que pudiera seguir adelante con este programa que trataría de seguir su hijo. El esfuerzo militar de su reinado no habría sido posible sin la participación de las amazonas que incrementaron su número hasta superar los cinco mil efectivos (Imagen procedente de http://commons.wikimedia.org ) |
En lo que se refiere a su armamento disponían de mosquetes , que manejaban con gran habilidad, aunque no tanta como el uso de las armas blancas , siendo particularmente diestras en el empleo de una especie de machete de medio metro de largo y un arma muy parecida a las actuales navajas de muelle, esas que al apretar un botón sale la hoja, con la diferencia de que las que poseían las amazonas tenía unas considerables dimensiones, pues podían alcanzar los setenta y cinco centímetros de largo. Bien entrenadas y divididas en grupos ,especializados cada uno de ellos en el uso de un arma específica, las amazonas demostrarían durante el siglo XIX su eficacia en el combate. Ya vimos como Ghezo se había negado a pagar tributos al reino yoruba de Oyo tal y como venían haciéndolo desde 1730. Los yoruba mandaron en 1823 un embajador a Abomey , la capital de Dahomey, pero la respuesta que obtuvieron de Ghezo no pudo ser más contundente, ordenó que fuera decapitado. La guerra era inevitable y el reino de Oyo envió un primer ejército contra Ghezo al que este derrotó. En este primer combate las amazonas aún no jugaron un importante papel pero si lo harían después, cuando el reino de Oyo envió a uno de sus pueblos aliados, los Mahi que se encontraban al norte de Abomey, en una nueva ofensiva formada por cuatro mil hombres. Las amazonas fueron las encargadas de tomar la fortaleza de Kenglo, donde se hallaba el palacio del líder de los Mahi . La ofensiva del reino de Oyo acabó con la muerte de su líder y el triunfo de Ghezo , aunque no pudo sofocar a los rebeldes del pueblo de Mehi, con los que tuvo que seguir combatiendo. Sin embargo, Dahomey ya se había convertido en el nuevo poder emergente de la región en detrimento de Oyo y los Mahi.
Esta fotografía es de Olumo Rock o Roca de Olumo, el punto a partir del cual comenzó a extenderse a partir de 1824 la ciudad de Abeokuta levantada por el pueblo Egba después de independizarse del dominio del Imperio Oyo y convertida en un santuario para todos aquellos que querían escapar de los cazadores de esclavos . Convertida en ciudad estado resistió los repetidos intentos por ser conquistada por el Reino de Dahomey en batallas donde las amazonas volvieron a jugar un destacado papel aunque su valor no pudo superare su recinto amurallado defendido por más de quince mil hombres. En una de las batallas sostenidas contra el rey Ghezo y las amazonas lograron robar el trono del monarca y apoderarse de su sombrilla que estaba ornada con talismanes mágicos. Ghezo cometió un grave error al lanzar el ataque a plena luz del día y no de noche como era lo habitual, lo que habría permitido a las amazonas acercarse al pie de sus murallas sin ser vistas. La ciudad nunca cayó e manos de Dahomey y en 1893 se reconocería su independencia por el Imperio Británico con el nombre de Egba United Government. Mantuvo su independencia hasta que los británicos la incorporaron a su colonia de Nigeria en 1914 y hoy sigue perteneciendo a Nigeria, convertida en un lugar turístico gracias a su historia de defensa de la libertad frente a la esclavitud durante el siglo XIX (Imagen procedente de http://ajibson008.blogspot.com ) |
Mientras, en 1825 los Egba, un pueblo de origen yoruba que aprovecharon la debilidad de Oyo para independizarse de su poder , fundaban en la costa una ciudad independiente que pretendía convertirse en un lugar seguro para aquellos que trataban de escapar de los cazadores de esclavos, ya fueran de Dahomey o de Oyo. La pusieron por nombre Abeokuta y se convirtió en un objetivo para Ghezo, que necesitaba capturar esclavos para sostener la economía del reino. Antes, en 1840 , envió a su ejército contra otro enclave del pueblo Mahi, Atakpamé , pero las tropas de Ghezo fueron derrotadas y sólo la resistencia de las amazonas y su serenidad en el combate impidió que el desastre fuera mayor. En 1849 esta misma ciudad fue finalmente conquistada gracias, de nuevo, a la participación de las amazonas e incluso hubo una disputa dentro del ejército de Ghezo entre los hombres y las amazonas para determinar quién había tenido una mayor influencia en la victoria. Y ahora si, el objetivo era Abeokuta, que en el inicio de la década de 1850 superaba ya los cincuenta mil habitantes . En el interior de la ciudad habían misioneros anglicanos y Ghezo aconsejó a una embajada británica que fue a visitarle para tratar de detener el ataque que harían mejor en evacuar a sus compatriotas de la ciudad porque se disponía a conquistarla , pero los británicos, lejos de ceder a las amenazas de Ghezo, se quedaron en Abeokuta dispuestos a defenderla. En 1851 Ghezo formó un gran ejército que, según Cummins, alcanzó los veinte mil efectivos, de los que cuatro mil eran nuestras amazonas mientras que Abeokuta estaba defendida por quince mil hombres dirigidos por oficiales británicos parapetados tras un recinto amurallado de dieciséis kilómetros de longitud. Nunca militares europeos se habían enfrentado a un ejército de amazonas que además atacó en vanguardia.
Otra fotografía de amazonas de Dahomey, veteranas que habían servido bajo las órdenes del penúltimo rey de Dahomey , Béhanzy. Las amazonas no sólo formaron parte del ejército del reino de Dahomey sino que se convirtieron en su cuerpo de élite, marchando siempre en la vanguardia . Los soldados franceses que combatieron contra ellas en la década de los noventa del siglo XIX quedaron fascinados por ellas, decían que tenían sus uñas de color rojo por "la sangre de sus víctimas" y Cummins recoge varias descripciones de estos soldados sobre los cadáveres de las amazonas muertas en combate. Uno relata como uno de aquellos cadáveres era el de "una pequeña amazona, bastante joven, casi guapa, sus grandes ojos abiertos vidriosos tras una corta agonía" y otro añade que "dos de ellas parecían muy jóvenes , de catorce o quince años, muy bellas , musculadas, pero también delicadas" Casi todas ellas perecerían durante la segunda guerra entre Dahomey y Francia entre 1892 y 1894 que acabó con la independencia del reino de Dahomey (Imagen procedente de http://www.datosfreak.org ) |
Su valor y determinación las llevó hasta las mismas murallas a pesar de haber atacado a plena luz del día y ser masacradas por el fuego de los defensores de la ciudad . Incluso derribaron parte de la muralla pero la potencia de fuego de los defensores de Abeokuta las diezmó y tuvieron que retirarse. Ghezo había sido derrotado y en el combate perdió a la mitad de sus amazonas, dos mil, mas otros mil hombres. Un año después, en 1852, Ghezo decidió poner fin a las actividades militares al mismo tiempo que abandonaba la trata de esclavos y también reducía los sacrificios humanos, aunque seis años después volvería a planear una nueva campaña militar contra Abeokuta que no llevaría a cabo porque murió asesinado en 1858 , probablemente por algún asesino contratado por los ciudadanos de Abeokuta. Le iba a suceder su hijo Gléle, que reinaría hasta 1889 y siguió contando con las amazonas como una de sus fuerzas más importantes de choque además de querer recuperar de nuevo la trata de esclavos y la práctica de sacrificios humanos, por lo que su reinado se puede considerar una involución en comparación con los últimos años del reinado de su padre. En 1864 organizó un nuevo ataque contra Abeokuta con un ejército de doce mil efectivos, entre los que se encontraban tres mil amazonas que querían vengar su derrota de trece años antes, pero una vez más fueron derrotados, aunque los únicos cuatro soldados de Gléle que lograron poner sus pies en el interior de la ciudad fueron precisamente cuatro amazonas, aumentando su consideración a los ojos del rey por su valor y audacia. Gléle nunca pudo tomar Abeokuta y el resto de su reinado se dedicó a atacar con éxito a otros pueblos vecinos, aunque los esclavos que capturaba ya no podía venderlos a los tratantes de esclavos europeos que habían ido aboliendo la esclavitud en sus respectivos territorios. Sin embargo, Gléle no renunció a ellos y los vendía a los países del norte de África o los sacrificaba en las ceremonias tradicionales de los fon.
Fotografía de la Puerta Sin Retorno en la ciudad de Ouidah, una ciudad perteneciente a Dahomey, hoy Benín, en la que gobernó el esclavista brasileño Francisco Félix de Sousa del que ya os he hablado a lo largo de este artículo. Este lugar era el centro donde embarcaban los esclavos en los barcos negreros con destino a las colonias europeas donde trabajarían como esclavos los que llegaran con vida, ya que muchos de ellos morían durante unos viajes en condiciones infernales. Ha sido erigida para recordar a los millones de africanos que perecieron o perdieron su libertad para siempre durante la época de la trata de esclavos que constituía la base de la economía de reinos como el de Dahomey y del que se aprovechaban los europeos para tener mano de obra gratuita con la que explotar sus posesiones en América (Imagen procedente de http://ghaneantes.wordpress.com ) |
Gléle muere el 29 de diciembre de 1889, dos años después de un primer incidente con los franceses, cuando tropas de Gléle atacaron un puesto comercial francés , en una época en que la influencia francesa en la región era cada vez mayor y ya constituía una amenaza para la independencia de Dahomey. Unos meses antes de su muerte , en mayo de 1889, Gléle había atacado el enclave francés de Porto Novo, que hoy es la capital de Benín ,y Francia envió al diplomático Jean Marie Bayol (1849-1905) para que negociara con el monarca que ordenó su encierro en prisión y sólo le liberó después de exigirle que los franceses abandonaran tanto Porto Novo como la ciudad de Cotonú. Le sucede su hijo Behanzin (1844-1906) en un momento particularmente delicado, pues un año después las tropas francesas se concentran en la importante ciudad de Cotonú. Situada en la costa y actualmente considerada la capital económica de Benín, en 1851 el rey Ghezo había autorizado a los franceses a establecer en Cotonú una representación comercial y en virtud de un tratado firmado en 1868 la ciudad había sido cedida en propiedad a Francia, en buena medida para evitar la expansión del poder británico que era percibido más peligroso por Gléle, pero el afán expansionista europeo no conocía de nacionalidades y todas las potencias europeas tenían como objetivo apoderarse de cualquier territorio que tuviera una rentabilidad económica. En marzo de 1890 un contingente de amazonas atacan Cotonú aunque fueron rechazadas después de dejar admirados a los soldados franceses por su valor , admirados y también alguno sin cabeza, porque una de ellas logró decapitar a un artillero francés.
El rey Behanzin y su familia durante su exilio en la isla de Martinica, aunque posteriormente se trasladaría a Argelia. Trato infructuosamente de conservar la independencia de Dahomey, el último reino independiente en África Occidental , pero la superioridad de las tropas francesas en armamento era insalvable y en enero de 1894 Behanzin tendría que aceptar la derrota y marchar al exilio, mientras sus leales amazonas, de las que apenas sobrevivían tres centenares, abandonaron las armas .¿Las últimas amazonas? Podríamos decir que fue el último ejército integrado exclusivamente por mujeres, pero en la actualidad las nuevas amazonas las podemos encontrar en ejércitos de todo el mundo. Las descendientes de la mítica Pentesilea (Imagen procedente de http://www.karimalo.com ) |
Los enfrentamientos se prolongarían durante los siguientes meses pero poco podían hacer las amazonas y el resto del ejército de Dahomey contra los franceses, pues mientras que ellas disponían de mosquetes con un alcance máximo de noventa metros, los legionarios franceses utilizaban modernos rifles de repetición que tenían gran precisión incluso a distancias de más de 250 metros de distancia. Los combates se convertían en carnicerías a las que Behanzin se vio obligado a poner punto final a los enfrentamientos en 1890 con la firma de un tratado de paz en el que hacía importantes concesiones territoriales y comerciales a los franceses, que sin embargo no sería más que una tregua hasta el enfrentamiento definitivo dos años después, cuando Behanzin trató de recuperar las antiguas fronteras de su reino, atacando diferentes enclaves en manos de los franceses. Francia lo tomó como una declaración de guerra y se dispuso a la conquista del reino argumentando que lo hacía en nombre de la civilización para acabar con un régimen donde se practicaban sacrificios humanos, aunque el argumento de la civilización de los que las potencias europeas consideraban salvajes fue reiteradamente empleado en toda la época colonial para justificar el verdadero motivo de sus acciones, los intereses económicos y comerciales . De nuevo las amazonas participaron en esta última guerra contra Francia, siempre en vanguardia, cayendo ante las balas y las bayonetas de los legionarios franceses que, admirados por el valor de aquellas mujeres, las llamaban las "vírgenes negras".
Nada pudo frenar el avance de las tropas francesas, muy superiores en armamento. Entre el 2 y el 4 de noviembre de 1893 hubo un último gran enfrentamiento entre las fuerzas francesas y las tropas de Behanzin, que para entonces no disponía de más de mil quinientos efectivos y las amazonas constituían la parte más importante de sus fuerzas, tal vez unas mil doscientas en total . Sería la última vez que las amazonas entraron en acción y combatieron durante dos días antes de que una última carga de los franceses con la bayoneta calada terminara con la resistencia de las amazonas y del resto del ejército. Según cuenta Joseph Cummins de las mil doscientas amazonas que participaron en aquel último combate en los alrededores de la ciudad de Cana, tan sólo unas sesenta quedarían ilesas . Después de esta derrota Behanzin se vio forzado a firmar la rendición el 15 de enero de 1894 ante el general francés Alfred-Amédée Dodds (1842-1922) . De las entre cinco mil y seis mil amazonas con las que había llegado a contar el ejército de Dahomey sólo sobrevivieron memos de trescientas. Behanzin tuvo que marcharse al exilio a la isla Martinica y fue sucedido por un pariente lejano, Agoli-Agbo, que en realidad era un monarca títere para preparar la administración directa por parte de Francia, lo que sucedió en febrero de 1900 cuando Agoli Agbo fue enviado al exilio y Dahomey perdió definitivamente su independencia. Las amazonas supervivientes, que no fueron más de unas trescientas, tuvieron que integrarse en la vida civil hasta que lentamente fueron muriendo por el paso del tiempo. Cummins cita a la historiadora Amélie Degbelo, autora de "Las amazonas de Dahomey 1645-1900)" que en 1978 dijo haber hallado a una última amazona que por entonces tenía ciento dos años. Si así fuera, se trataba de la última amazona, la última de una estirpe de mujeres guerreras que se remontan a las estepas donde cabalgaban las mujeres escitas y sármatas, a la ciudad de Troya en la que peleó según el mito la reina Pentesilea y que hoy resurgen en los modernos ejércitos del siglo XXI, las nuevas amazonas que ya no empuñan espadas ni lanzas pero que son la prueba viviente de que las amazonas nunca fueron un mito, sino una realidad histórica. Y la mejor forma de cerrar este artículo es con esta canción que en 1930 unos franceses escucharon a una antigua amazona de Dahomey, la voz de unas mujeres convertidas en leyenda "La sangre corre, estás muerto, la sangre corre, hemos ganado. La sangre corre, corre, corre. El enemigo ya no está".
Enlace con la primera parte de Las Amazonas, entre el mito y la realidad
http://chrismielost.blogspot.com.es/2013/06/las-amazonas-entre-el-mito-y-la.html
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La última fotografía de este relato no podía ser otra que la de una orgullosa amazona de la época del rey Behanzin, empuñando sus letales armas, con la cabeza erguida y el rostro tenso, dispuesta a dar su vida por el único hombre al que debía lealtad, su rey. ¿ Os acordáis de las palabras del general norteamericano con el que empezaba ayer este relato en su primera parte "Combatir es matar. La naturaleza de las mujeres las descalifica para algo así . Las mujeres dan la vida. La mantienen. La nutren. No acaban con ella." El general Robert H.Barrow no conocía a las amazonas de Dahomey(Imagen procedente de http://www.lacasamundo.com ) |
Nada pudo frenar el avance de las tropas francesas, muy superiores en armamento. Entre el 2 y el 4 de noviembre de 1893 hubo un último gran enfrentamiento entre las fuerzas francesas y las tropas de Behanzin, que para entonces no disponía de más de mil quinientos efectivos y las amazonas constituían la parte más importante de sus fuerzas, tal vez unas mil doscientas en total . Sería la última vez que las amazonas entraron en acción y combatieron durante dos días antes de que una última carga de los franceses con la bayoneta calada terminara con la resistencia de las amazonas y del resto del ejército. Según cuenta Joseph Cummins de las mil doscientas amazonas que participaron en aquel último combate en los alrededores de la ciudad de Cana, tan sólo unas sesenta quedarían ilesas . Después de esta derrota Behanzin se vio forzado a firmar la rendición el 15 de enero de 1894 ante el general francés Alfred-Amédée Dodds (1842-1922) . De las entre cinco mil y seis mil amazonas con las que había llegado a contar el ejército de Dahomey sólo sobrevivieron memos de trescientas. Behanzin tuvo que marcharse al exilio a la isla Martinica y fue sucedido por un pariente lejano, Agoli-Agbo, que en realidad era un monarca títere para preparar la administración directa por parte de Francia, lo que sucedió en febrero de 1900 cuando Agoli Agbo fue enviado al exilio y Dahomey perdió definitivamente su independencia. Las amazonas supervivientes, que no fueron más de unas trescientas, tuvieron que integrarse en la vida civil hasta que lentamente fueron muriendo por el paso del tiempo. Cummins cita a la historiadora Amélie Degbelo, autora de "Las amazonas de Dahomey 1645-1900)" que en 1978 dijo haber hallado a una última amazona que por entonces tenía ciento dos años. Si así fuera, se trataba de la última amazona, la última de una estirpe de mujeres guerreras que se remontan a las estepas donde cabalgaban las mujeres escitas y sármatas, a la ciudad de Troya en la que peleó según el mito la reina Pentesilea y que hoy resurgen en los modernos ejércitos del siglo XXI, las nuevas amazonas que ya no empuñan espadas ni lanzas pero que son la prueba viviente de que las amazonas nunca fueron un mito, sino una realidad histórica. Y la mejor forma de cerrar este artículo es con esta canción que en 1930 unos franceses escucharon a una antigua amazona de Dahomey, la voz de unas mujeres convertidas en leyenda "La sangre corre, estás muerto, la sangre corre, hemos ganado. La sangre corre, corre, corre. El enemigo ya no está".
Enlace con la primera parte de Las Amazonas, entre el mito y la realidad
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