martes, 25 de julio de 2017

GRANDES EXPLORADORES: EL SUEÑO AFRICANO DE ALEXINE TINNE (PRIMERA PARTE)

"He oído decir que hay por aquí unas damas holandesas viajando sin la compañía de ningún caballero. Se dice que son muy ricas y han alquilado el único vapor disponible por la cantidad de mil libras.  ¡Deben de estar locas! La más joven se encuentra sola más al sur con la tribu dinka, ¡realmente deben estar mal de la cabeza! Los nativos de esta parte  del mundo andan por ahí tan desnudos como el día en que nacieron" Esto escribía el explorador, escritor ingeniero y naturalista inglés Samuel Baker (1821 -1893) mientras se encontraba en la ciudad de Jartum, actual capital de Sudán y el punto donde confluyen el Nilo Blanco procedente del Lago Victoria, en el corazón de África, y el Nilo Azul , que fluye desde el lago Tana en Etiopía, formando el Nilo. Baker se refería a una de las más  sorprendentes expediciones de exploración de todo el siglo XIX,  el siglo de las exploraciones africanas por antonomasia, donde habían irrumpido una joven y rica heredera holandesa junto a su madre, su tía y una impresionante comitiva que tuvo que dejar estupefacto a todo aquel que las encontrase en su camino.¿Que hacían aquellas damas recorriendo las aguas del Nilo y adentrándose en el desierto, desafiando enfermedades, animales salvajes, un clima infernal , esclavistas  y bandidos? Lo iremos descubriendo a medida que nos vayamos adentrando en su historia de la mano de dos escritoras españolas, la historiadora  periodista Pilar Tejera(1958) , autora de "Viajeras de leyenda: aventuras asombrosas de trotamundos victorianas" publicada en 2009, y la también periodista  y escritora Cristina Morató (1961)  autora de  la semblanza biográfica que de nuestra protagonista de hoy  incluye en su obra "Las reinas de África"  publicado en 2003 . Ellas serán nuestras guías en este recorrido por la vida de una de las figuras más singulares del siglo de oro de las exploraciones africanas  , cuando todavía en los mapas la palabra "Terra incognita" seguía ocupando amplios espacios en el interior del continente africano alimentando y espoleando la imaginación, los sueños y las ansias de aventura de aquellos que con el tiempo se convertirían en mitos de la exploración.





Las rutas en África de A. Tinne
En este mapa del continente africano del siglo XIX podemos ver los amplios espacios descritos como "Unexplored  Territory", es decir territorio inexplorado  o Terra Incognita. Todo un reclamo para todos aquellos amantes de la aventura y también de aquellos que buscaban la gloria del descubrimiento. El siglo XIX sería la edad dorada de la exploración en África y  Alexine Tinne sería uno de los nombres que iban a sobresalir entre los de unos exploradores  mayoritariamente masculinos   y , como veremos en la segunda parte será  también una de las exploradoras más peculiares  , pues en sus viajes no se privaba apenas de los lujos y comodidades propios de Europa 
(Imagen procedente de  https://es.pinterest.com/pin/521573200568289442/ )






Era aquella África todavía inexplorada del siglo XIX a la que se refería el escritor inglés Graham Greene (1904-1991)  cuando escribía que "África será siempre  la de la época de los mapas de la era victoriana, el inexplorado continente vacío con la forma de un corazón humano." La mujer que daría nombre a aquella era, la reina Victoria I de Inglaterra (1819-1901), era todavía una joven princesa de dieciséis años, cuando el 17 de octubre de 1835 nacía en la ciudad holandesa de La Haya una niña que será la protagonista principal de nuestra historia y que recibirá el recargado nombre de  Alexandrine Petronella Francine Tinne (1835-1869) Era la primera y única hija del matrimonio formado por el comerciante y empresario holandés Philipp Frédéric Tinne (1772-1844) y la aristócrata Henriette Marie Louise van Capellen(1796-1863).  Era una buena familia en la que nacer tanto por su posición social como económica.  Philipp descendía de una antigua familia cuyo apellido nació en las Cruzadas, cuando uno de sus antepasados, según nos cuenta Pilar Tejera, "se había hecho famoso  al traspasar las almenas sarracenas  en Rosetta durante las cruzadas, recibiendo así el apellido Tinne, que en alemán significa almena"  La ciudad de Rosetta, llamada Rasid en árabe y situada en el Delta del Nilo, había sido ocupada por el rey de Francia Luis IX (1214-1270) durante el transcurso  de la Séptima Cruzada entre 1248 y 1254, así que debió ser entonces cuando nació el apellido Tinne. En algún momento del siglo XVII la familia Tinne , que eran hugonotes , nombre que en Francia se daba a aquellos que abandonaban la religión  católica y adoptaban la religión protestante ,tuvieron que abandonar Francia donde los hugonote eran perseguidos , para establecerse en las Provincias Unidas , la actual Holanda.  Philipp recibió una buena educación que le permitió aprender varios idiomas y llevado por su espíritu aventurero ingresó el el Servicio Extranjero holandés, una especie de ministerio de asuntos exteriores,  y uno de sus primeros destino fue  la Guayana Holandesa, la actual Surinam, donde conocería a una joven escocesa, llamada Anna Rose (1785-1827) , con la que se casaría y con quien tendría dos hijos, John Abraham Tinne (1807-1884)  y William Thomas Tinne (1809-1849) . Después de abandonar Guayana , pasó  un tiempo en las Indias Orientales Neerlandesas, haciendo una gran  fortuna tanto en la Guayana como en Indonesia gracias  al comercio del azúcar y el tabaco que producía en las plantaciones que poseía en estos territorios.







Aunque ya se que las letras apenas se ven, los territorios en rojo muestra la extensión máxima del Imperio Neerlandés . En la época en que se desarrolla nuestra historia  ya había perdido algunos de estos territorios, como las colonias en América del Norte, pero conservaba otras como  las Indias Orientales Neerlandesas (que abarcaba lo que hoy es Indonesia) en Asia  y en América la Guayana Holandesa, actual Surinam. En ambas colonias el padre de Alexine , Philippe Tinne , poseía prósperos negocios basados en plantaciones de azúcar y tabaco que convirtieron a su familia en una de las más ricas de Holanda.  Gracias a ello a su muerte  en 1844, cuando Alexine tenía cuatro años dejaba a madre e hija una auténtica fortuna que las permitiría llevar su vida de viajes , primero por Europa y después por Líbano, Siria   y Palestina (Imagen procedente de https://en.wikipedia.org )





Aunque  este mapa refleja los límites fronterizos del Imperio Otomano hacia 1900, cuatro décadas después de los viajes de Alexine y su madre, nos sirve para ver como los territorios que van a recorrer se encontraban bajo soberanía turca, tanto Palestina como Siria o el Líbano. En cuanto a Egipto, nominalmente era un estado vasallo del sultán de Estambul pero en la práctica se había constituido en un estado independiente, el jedivato de Egipto (en color violeta en le mapa) Este será el marco geográfico en el que se desarrollará el primer viaje fuera de Europa de Alexine entre 1856 y 1857  
(Imagen procedente de https://es.wikipedia.org )





Finalmente regresaría a Europa para establecerse en la ciudad inglesa de Liverpool donde fundará su propia empresa. En 1827 fallece Anna  y Philippe se casa por segunda vez con Henriette Marie Louise van Capellen , hija del vicealmirante holandés Theodorus Frederik van Capellen (1761-1824), a la que Philippe había conocido años antes durante su estancia en la Guayana .  La propia Henriette estaba muy bien conectada con la alta sociedad holandesa, pues era amiga personal de la princesa Sofía de Wurtemberg (1818-1877), esposa del príncipe heredero de la corona holandesa que reinaría a partir de 1849 como Guillermo III de los Países Bajos (1817-1890).Y fruto de este matrimonio , como ya hemos visto, nacería el 17 de octubre de 1835 nuestra protagonista, Alexandrine Petronella Francine Tinne , a la que a partir de ahora me referiré simplemente como Alexine. ,a la que en familia llamaban cariñosamente Ali. Durante los primeros años de vida de Alexine su padre plantaría las semillas que la convertirían en una aventurera. Escribe Morató que "cuando el señor Tinne  regresaba de sus largos viajes  (para controlar la administración de las plantaciones que poseía en Guayana e Indias Orientales Holandesas)  le traía a su hija extraños recuerdos de tribus perdidas y le contaba entusiasmado como eran aquellos países de selvas impenetrables habitados por extraños animales" Aquellos relatos debieron despertar la imaginación de la pequeña Alexine que, sin embargo, pronto perdió aquella fuente de relatos porque su padre moriría repentinamente el 27 de julio de 1844,  aunque ya a una edad avanzada para la época pues contaba setenta y un años. Alexine quedaba huérfana de padre pero convertida en una acaudalada heredera, pues según Morató heredaba una fortuna valorada en sesenta y nueve mil libras que estima en unos cinco millones de euros de nuestros días aunque es muy difícil realizar traslaciones del valor del dinero de una época a otra. Fuera como fuese,  madre e hija eran muy ricas y algunas fuentes la consideran la mujer más rica de los Países Bajos 







Retrato ecuestre de Alexine Tinne realizado en 1849, cuando tenía apenas catorce años, por el pintor francés Henri Auguste d´Ainecy Montpezat(1817-1859) Sobre ella escribe Pilar Tejera en su obra  "Viajeras de leyenda"
"Sin poseer una belleza excepcional, Alexine heredó la delicada gracia de su madre. Tenía unos ojos despiertos, siempre dispuestos a dibujar una encantadora sonrisa , solía recogerse con espesas trenzas anudadas su larga melena rubia  y , lo que fue su bien más preciado durante su juventud, tenía un gran sentido del humor"     
Y Cristina Morató en su libro "Las reinas de África" completa con estas palabras  la descripción de Alexine 
"Con veintiún años  Alexine era una muchacha rica, atractiva y bien educada pero demasiado emprendedora y engreída para la mayoría de los hombres que la pretendían" 
(Imagen procedente de https://nl.wikipedia.org )






Durante los años siguientes Alexine recibirá una sólida formación al tiempo que viaja con su madre por la mayor parte de Europa.  Escribe Pilar Tejero que  Alexine dominará "inglés, francés, holandés y algo de español" y sólo será el principio porque a lo largo de su vida irá incorporando nuevas lenguas como el árabe  y el tamashek, la principal de las lenguas tuareg. Voraz lectora, gracias a los tutores contratados por su madre, Alexine recibirá instrucción en arqueología y botánica además de ser una apreciable pintora, tocar el piano con talento,  escritora de  poesía y aficionada a la fotografía.  Bella, con gran sentido del humor , una de sus principales cualidades, culta y poseedora de una gran fortuna , es evidente que Alexine era un gran partido para cualquier hombre  de buena familia. Como además frecuentaba las fiestas  palaciegas organizadas por los reyes Guillermo III y su esposa Sofía de Wurtemberg, que ya vimos que era amiga personal de Henriette,  era cuestión de tiempo que antes o después llegara una propuesta de matrimonio de algún joven aristócrata y este fue, según  Pilar Tejera, el conde Adolf Franz Josef  von Königmark. No he encontrado a nadie con ese nombre, aunque si a un Adolf Hans Josef von Königsmark(1830-1878), hijo de Adolf Wilhelm von Königsmarck (1802-1875) , asesor del rey de Prusia Guillermo I (1797-1888). No se si sería este Adolf el pretendiente de Alexine pero en todo caso, aunque parece que al  principio la relación marchaba bien algo sucedió que hizo que se rompiera y Alexine volvió a viajar junto a su madre por Europa. Escribe Pilar Tejera que durante los dos años siguientes recorrieron  "Ginebra, Francia,  Noruega, Polonia, Alemania, Grecia e Italia utilizando trenes, barcos y diligencias ". Alexine vive la emoción de descubrir cada día un nuevo lugar ,el placer del movimiento continuo. Creo que se podría aplicar a la pasión viajera que  a partir de ahora nunca abandonaría a Alexine lo que  años después diría el escritor Robert Louis Stevenson (1850-1894)  "Yo no viajo para ir a alguna parte, sino por ir. Por el hecho de viajar. La cuestión es moverse" Y eso aunque, como señala Cristina Morató, la madre de Alexine  "confesaba en su diario que se sentía demasiado vieja  para llevar una vida nómada" lo que no la impidió "atravesar a caballo los Pirineos o recorrer muchos kilómetros por caminos polvorientos"






Uno de los muchos talentos de Alexine era la pintura y muestra de ello es esta acuarela que realizó durante su estancia en Beirut durante su primer viaje fuera de Europa entre 1856 y 1857 . Estas acuarelas constituyen la obra que nos ha legado Alexine que , sin embargo, no llegó a escribir ningún libro sobre sus viajes  
(Imagen procedente de https://nl.wikipedia.org/ )






Y así llegamos a finales del año 1855 , cuando madre e hija se dirigen a Venecia . Una vez allí  escuchan hablar de los barcos que zarpan desde el puerto Trieste , entonces bajo soberanía austriaca, rumbo al puerto de Alejandría ,en Egipto, un destino que ya  estaba de moda entre los viajeros europeos .El pasaje costaba apenas 18 libras ¿cómo resistirse a la posibilidad de emprender un viaje al Egipto de los faraones , las pirámides ,el misterioso desierto del Sahara y el legendario río Nilo? De esta forma improvisada madre e hija embarcaron a comienzos de 1856  llegando a Alejandría apenas cinco días después. Apenas escucharemos la voz de Alexine en esta historia porque , a diferencia de otros exploradores contemporáneos, ella no pondría por escritor sus aventuras en ningún libro, pero si disponemos de las anotaciones que haría la madre de Alexine,  Henriette ,  en su diario de viaje. Precisamente Pilar Tejera recoge del diario de Henriette la impresión que causó en las viajeras la llegada durante la noche al puerto de Alejandría después de cinco días de travesía  "El piloto se acercó por fin al puerto de Alejandría.  Alexine se levantó inmediatamente . Yo me vestí, tomé una taza de caldo y me asomé por la borda . No tengo palabras para describir lo que vi. Como en una fantasía, nos rodeaban  cincuenta pequeñas barcas repletas de todo tipo de criaturas negras ataviadas con toda suerte de ropas o semidesnudas, con capas y mantos de ricas telas , unas cuantas con turbantes y camisolas blancas  y otras con túnicas azules , rojas o negras. Todas gritaban y gesticulaban entre ellas intentando atraer a los pasajeros del vapor para subirlos a sus barcas. Dos hombres negros se hicieron cargo de nosotras, mientras que el comisionista de un hotel se alejó con Flora , Ana y los baúles en otra embarcación" Al leer esta escena me recordó otra parecida que viví en persona durante uno de los tradicionales viajes por Egipto, mucho menos aventurero que el de Alexine y su madre,  y su inevitable crucero por el Nilo , donde las barcas se acercaban a los barcos que llevaban a los turistas tratando de llamar su atención, aunque su intención no era que nos subiéramos a las barcas sino vender la ropa que llevaban en ellas. El  objetivo era diferente al tiempo de Alexine pero la escena debió ser bastante similar. 







Imagen relacionada
Fotografía de la fachada del  Shepeard´s Hotel,  situado en el centro de El Cario y donde estuvieron alojados a comienzos de 1856 Alexine Tinne y su madre, como hacían casi todos los viajeros europeos que visitaban la actual capital de Egipto , visitando su apreciado y lujoso restaurante. Sobre sus días en El Cairo escribe Pilar Tejera 
"Alexine y su madre llevaron una agitada vida social  en la ciudad, asistieron a las fiestas celebradas en las villas y palacios, visitaron la ciudadela y la mezquita de Mohammed Alí (conocida también como Mezquita de Alabastro fue construida  entre 1830 y 1848 y sería la más grande de las mezquitas construidas en el mundo musulmán durante la primera mitad del siglo XIX) , desde cuyo mirados contemplaron la riada de toldos  de colores y minaretes de la ciudad e hicieron una excursión a las pirámides de Gizá"
Por cierto, si hoy vais a visitar El Cario ya no encontraréis el antiguo Shepeard´s Hotel porque fue destruido por un incendio el 26 de enero de 1952 durante el llamado Cairo Fire(Fuego del Cairo) nombre que recibió una serie de manifestaciones de la población cairota contra el dominio británico que se tradujo en el incendio de alrededor de setecientos cincuenta edificios  del centro de El Cario, entre ellos el Shepeard´s Hotel. Hoy hay otro hotel del mismo nombre construido en 1957 a unos dos kilómetros de distancia del emplazamiento del antiguo 
(Imagen procedente de http://www.shepheard-hotel.com/history.html )





Tuvo que impresionar a nuestras viajeras el caos bullicioso de Alejandría, los olores, el ruido, las ropas tan diferentes, en la que era su primera incursión fuera de Europa. También quedaron fascinadas por el boato y exotismo  que las rodeó cuando asistieron a una recepción en Alejandría  del valí o virrey de Egipto Muhammad Said Pasha (1822-1863) quien en teoría estaba bajo la soberanía del sultán del Imperio Otomano pero que en la práctica actuaba como un gobernante independiente.   Bajo el hechizo del exotismo que las rodeaba, dejan Alejandría y viajan a El Cairo  donde se alojan en un hotel mítico, el Shepeard´s Hotel, fundado en 1841 por Samuel Shepeard y convertido en los años siguientes en lugar de encuentro de los extranjeros que llegaban a El Cairo. Durante los meses siguientes madre e hija disfrutaron de la vida social de El Cairo al tiempo que realizaban las visitas obligadas de todo viajero, como la excursión a las  pirámides de la meseta de Giza. También se animaron a realizar un crucero por el Nilo a bordo de una lujosa dahabeya, la embarcación de vela utilizada por los viajeros europeos cuando recorrían el Nilo. Al igual que hacen los cruceros de hoy en día, Henriette y Alexine llegaron hasta Assuan, donde hoy se encuentra la presa, y en el recorrido conocieron templos como los de Luxor y Karnak  y a su regreso también visitaron el Valle de los Reyes , donde se encuentran la mayoría de tumbas de los faraones pertenecientes al llamado Imperio Nuevo, aproximadamente entre el 1550 a. C y el 1100 a. C. , y atravesaron en camello el tramo de desierto que las separaba del Mar Rojo, recorrido que les llevó alrededor de una semana. Una vez allí alquilaron una casa y pasaron unos días junto al mar. De regreso a El Cairo  , en abril de 1856 tomaron la decisión de seguir su viaje por Oriente pero ahora más hacia el este, a Tierra Santa. De El Cairo fueron a Alejandría y allí embarcaron hacia el puerto de Jaffa, hoy en territorio de Israel aunque en el siglo XIX todo estos territorios por los que viajaban  Alexine y su madre pertenecían al Imperio Otomano. Henriette anota en su diario sus primeras impresiones de esta ciudad , ya en Tierra Santa " Nuestras tiendas están montadas sobre un campo de flores, entre higueras ,granados y grandes cactus . La ciudad está rodeada  de un muro de rocas y las olas rompen contra ellas. Varios cónsules  extranjeros han venido a visitarnos: el francés , el alemán, el belga. A las cinco todos se han ido y nos hemos quedado solas y al atardecer hemos decidido dar un paseo por el más bello jardín de naranjos que he visto jamás"







Imagen  del puerto de Jaffa (hoy en territorio de Israel)  tomada hacia 1867 por el fotógrafo francés Félix Bonfils (1831-1885), aproximadamente una década después de que pasaran por allí Alexine Tinne y su madre. Allí desembarcaron en abril de 1856 procedentes de Alejandría, después de haber realizado su primer crucero por el Nilo y dispuestas a recorrer Tierra Santa. Aunque nada más llegar supieron de la inestabilidad política que se vivía en la región y Henriette mostraba la inquietud que le causaba en su diario de viaje: 
"Estamos en Asia y nos sentimos algo atemorizadas . Hay una revolución  en algunos puntos  que debería hacernos reconsiderar  la decisión de viajar a Damasco"
Sin embargo, cuando dejaron Jaffa y llegaron a Jerusalén este conflicto había sido resuelto  y pudieron llevar a cabo el itinerario previsto que les conduciría a Damasco, aunque el riesgo de ser atacadas por algún grupo de bandidos estaba presente   
(Imagen procedente de https://en.wikipedia.org)






Desde Jaffa viajarán acompañadas por sus intérpretes, entre ellos Osman Aga, un beduino que se convertirá en compañero inseparable en los viajes de Alexine , y sus criadas  hasta formar un grupo de diez personas, a Jerusalén, "a lomos de caballos y mulas -escribe Pilar Tejera - seguidas de cuatro camellos que portaban el equipaje". El paisaje las fascinaba a cada paso " . El  paisaje parecía una fantasía  "Dormían en la negra profundidad del desierto- prosigue Pilar Tejera -   entre las colinas próximas a Judea y antes del amanecer emprendían la marcha en medio de un océano de dunas. Cuando llegaron a Jerusalén  la población de la ciudad estaba en plenas celebraciones por el final de un conflicto militar que acababa de concluir.  Allí pasarían unos días conociendo la ciudad , recorriendo los bazares y visitando sus lugares más emblemáticos al tiempo que se preparaban para su siguiente etapa del viaje  que las llevaría a Jericó , una de las ciudades más antiguas del planeta y cuyas ruinas no serían excavadas hasta  1868 cuando se encargó de ello el militar y arqueólogo británico Charles Warren (1840-1927),y el Mar Muerto . Dejaron Jerusalén acompañadas por una escolta armada y en su camino , además de conocer estas tierras bíblicas también vivieron los primeros momentos de cierta inquietud a pesar de llevar escolta armada cuando al acampar a orillas del Mar Muerto vislumbraron las tiendas de un grupo de beduinos. Beduino es un término derivado del árabe bedaui  que describe perfectamente su forma de vivir  pues significa "moradores del desierto" , y así es como se identificaba a los pueblos árabes que llevaban una vida nómada . Su presencia se extendía  por todo el Norte de África y llegaba hasta los territorios de Oriente Medio como Arabia Saudi o Irak , pasando por Jordania, Israel o Siria.  Escribe Henriette sobre este primer momento de tensión con lo beduinos que  "nos detuvimos en el lugar que nuestros hombres consideraron seguro. No lejos de allí había una tribu que les había declarado la guerra por haber robado y asesinado a dos de sus hombres. Así pues, debíamos partir de allí" Prosiguieron su viaje hacia la capital siria, Damasco , donde su escolta cada vez tomó más precauciones  por el temor a los asaltos de los beduinos y de hecho tuvieron  un peligroso encuentro con otro  grupo de beduinos armados aunque evitaron el ataque gracias a que uno de los guías de la expedición les aseguro que  Alexin era una princesa francesa.







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En el camino entre Damasco y Beirut nuestras viajeras hicieron  una parada obligada en las impresionantes ruinas de  Baalbek, en territorio libanés y a unos 86 kilómetros de Beirut. Antigua ciudad cananea de la que existen indicios  de su existencia que se remontan al III milenio a. C , por ella pasó Alejandro Magno (356-323 a.C) en su camino a Damasco y posteriormente estuvo bajo soberanía del Imperio Seléucida, uno de los estados nacidos de la división del Imperio de Alejandro Magno tras su muerte.  Sería ocupada por Roma en el 64 a. C.   y a esta época pertenecen muchas de las ruinas que podemos contemplar hoy como el Templo de Baco que tenéis en la fotografía sobre estas líneas , uno de los mejor conservados del mundo romano y con medias colosales : 66 metros de longitud, 35 metros de ancho y 31 metros de altura con cuarenta y dos columnas que alcanzan cada una los veinte metros de altura. Su construcción se inició a mediados del siglo II por orden del emperador Antonino Pío (86-161) .  Henriette dejó por escrito en su diario la impresión que causaron en las viajeras las hermosas ruinas de Baalbek, declaradas Patrimonio de la Humanidad en 1984
"Un atardecer con la espectacular puesta de Sol tiñó de naranja las plantaciones de maíz que cubren algunas partes del valle. Ovejas, vacas, burros y camellos rodeaban un inmenso estanque de agua  clara del que bebían apaciblemente. Altas montañas cubrían con sus sombras aquel lugar  enclavado entre el Líbano y la cordillera del Antilíbano y de pronto la Luna llena brillando en el cielo incrementó aún más la majestuosa belleza de aquella escena"  
(Imagen procedente de http://www.nationalgeoraphic.com.es/historia/actualidad/la-belleza-colosal-de-baalbek_9468 )






 Alexine quedo seducida por la antigua  Damasco , ciudad que ya existía en el II milenio a. C, y según cuenta Pilar Tejera, a partir de su estancia en la ciudad  decidió adoptar la ropa árabe mientras estuviera viajando por estas tierras. . Su madre se percató del hechizo que aquel lugar ejercía sobre su hija "Alexine parece atrapada  en este lugar y , dado que ignoro qué tipo de sucio agujero nos espera en Beirut (su siguiente objetivo) , no me atrevo a forzarla a partir"  Durante su tiempo de estancia en la ciudad pudieron asistir a la partida de los peregrinos musulmanes que se dirigían a La Meca para cumplir con uno de los pilares del Islam, el Hajj o "peregrinación", que todo musulmán debe realizar al menos una vez en la vida. Después de pasar varias semanas en Damasco llegó el momento de partir y continuar su viaje hacia la ciudad de Beirut, la actual capital del Líbano. Durante el camino se vieron sorprendidas por una tormenta de arena  que Henriette consigna en su diario "El viento era tan fuerte que nos vimos obligadas a colocar grandes piedras en la base  de las tiendas para evitar  que salieran volando. Realmente no puede decirse que me guste Siria  y no creo que regrese jamás a este país." No conocía Henriette el dicho español "no digas nunca de este agua no beberé" porque no pasaría mucho tiempo antes de que regresaran de nuevo a Siria. Durante el camino disfrutaron particularmente de las impresionantes ruinas de templos romanos de la antigua ciudad de Baalbek ,Cuando llegaron a Beirut , el principal puerto del Líbano y cuyas primeras referencias históricas se remontan al siglo XV a. C,  era ya el mes de julio y el calor era asfixiante, así que decidieron alejarse de la ciudad y establecerse en un monasterio cercano , el de la Santa Roca, fundado en 1768 y perteneciente a la iglesia católica  maronita, la iglesia siria que lleva este nombre porque sigue el rito litúrgico creado en el siglo IV por el monje sirio Marón (fecha desconocida - hacia 410) . El monasterio  que se convertiría en su residencia durante las siguientes semanas recibiendo la visita del cónsul francés en Beirut, Edmond Prosper de Lesseps (1815-1868). Después de pasar  semanas  en las que disfrutaron  de su tiempo  "leyendo , dando largos paseos al atardecer - escribe Pilar Tejera - y realizando frecuentes salidas  a los zocos"   al llegar el final del otoño de 1856  la inquieta Alexine quiere regresar a Egipto  y realizar una segunda travesía por el Nilo, expedición a la que se suma a regañadientes su madre que comienza a añorar su hogar. 






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Ruinas de la ciudad de Palmira, en territorio de lo que hoy es Siria, que fue durante doce años efímera capital del Imperio de Palmira  entre el 267 y el 272 d. C. bajo el gobierno de la reina Zenobia (245-272)  cuyos dominios llegaron a extenderse por Siria, Palestina, zonas  de  Asia Menor (la actual Turquía) y Egipto  hasta ser derrotada por el emperador romano Aureliano (hacia 214-275) quien acabó con la independencia de Palmira y con Zenobia conducida cautiva a Roma donde se pierde su rastro en la historia . De triste actualidad en los últimos años por los daños causados en sus restos por miembros del Estado Islámico,  a Henriette ,la madre de Alexine, no le causó una impresión tan honda como otros lugares a tenor de lo que escribió en su diario:
"A eso de las cuatro llegamos a Palmira y la primera visión de la ciudad no nos causó una gran impresión. Un conjunto de chimeneas que recordaban  a las de los grandes vapores quedaban rodeadas de calles plagadas de altas torres, masas de pilares, columnas y muros. El sheik (título árabe que designa al jefe de una tribu o de un pueblo ) vino a darnos la bienvenida y le hicimos entrega de dos capas, una de tela y otra de fina seda. Nos invitó a conocer su harén y nos acompañó a visitar la ciudad que se encuentra dentro de lo que en su día fue el templo del Sol. Me gustó el lugar, pero no puede compararse con Baalbek o los demás templos egipcios"      
(Imagen procedente de https://elpais.com/ )



Zarpan del Líbano en diciembre de 1856 rumbo al puerto  de Alejandría . Ese mismo años la Royal Geographical Society  había acordado financiar una expedición dirigida por el explorador inglés  Richard Francis Burton (1821-1890) acompañado por el oficial y explorador , también inglés , John Hanning Speke (1827-1864) que tenía como objetivo hallar un mar interior que se creía que existía en el corazón de África que presumiblemente era la fuente donde nacía el río Nilo.  Según su madre, Alexine ardía en deseos de recorrer el Nilo más allá de Assuan donde habían estado en la anterior ocasión "Su gran sueño - escribe Henriette - es ahora llegar hasta Jartum" . Como en su primer crucero alquilan  una dahabeya  que , como es costumbre en nuestras exploradoras , cargarán como si fueran a dar la vuelta al mundo tal y como nos describe Pilar Tejera  "muebles, baúles con ropa, libros, enseres, alimentos , grandes cantidades de agua además de cinco camellos y diez burros" No llegarían hasta Jartum, sino hasta un poco más allá del templo de Abu  Simbel que hoy se encuentra desplazado de su emplazamiento original pues tuvo que ser trasladado para evitar que quedara bajo las aguas de la presa de Assuan. Terminado el crucero retornaron a Alejandría, pero todavía no era el momento de regresar a La Haya. Tomaron un barco  hasta Beirut para emprender una nueva ruta por Siria que les condujera a la antigua ciudad romana de Palmira que, sin embargo no causó una honda impresión en las exploradoras.Después regresarían a Beirut permaneciendo en el Líbano otros cinco meses antes de tomar un barco que las llevaría desde Beirut de regreso a casa, aunque todavía tendrían un largo viaje por delante que las permitiría visitar Chipre, Rodas, Estambul, Atenas , Corfú y , ya por tierra, Viena , Praga y  Dresde  hasta que el 6 de noviembre de 1857 , casi dos años después de que embarcaran en Trieste rumbo a Alejandría,por fin ponían los pies en su hogar en La Haya. Henriette, , feliz de regresar después de un extenuante aunque hermoso viaje, escribía en su diario  "Hogar dulce hogar .  Que razón tiene el famoso dicho de que no existe lugar como la propia casa. Espero no volver a dejarla  nunca más. Creo que no es mucho pedir dada mi edad"  Una vez más la buena Henriette se equivocaba, pues tres años más tarde su hija la arrastraría a una nueva aventura  y ninguna de las dos volvería a poner sus pies en aquella casa . Pero eso ya lo veremos en la segunda parte de esta historia que nos conducirá a regiones inhóspitas donde nadie esperaba ver a una bella , rica y joven aristócrata holandesa. La auténtica aventura de Alexine y Henriette estaba a punto de comenzar. 



Enlace con la segunda parte de  El sueño africano de Alexine Tinne
https://chrismielost.blogspot.com.es/2017/07/grandes-exploradores-el-sueno-africano_27.html

Enlace con la tercera  parte de  El sueño africano de Alexine Tinne
https://chrismielost.blogspot.com.es/2017/08/grandes-exploradores-el-sueno-africano.html


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