"Pronto Venus, cual Afrodita, acudirá a su cita con el Sol . Observado desde la Tierra , el planeta cruzaría por delante del astro rey, y transfigurado en la diosa de la belleza y del amor se fundiría en un abrazo con él. Durante tal evento llamado tránsito , Venus aparecería como un diminuto punto oscuro , como una pequeña mancha , contra la resplandeciente superficie solar .Para que esto se produjera , el planeta tenía que desplazarse precisamente entre la Tierra y el Sol. Debido a las posiciones relativas de los astros , y a las órbitas de los tres cuerpos celestes , el encuentro se producía un par de veces cada siglo , con tan sólo ocho años de intervalo. Las nupcias de Afrodita y el Sol duraban muy poco tiempo. Seis horas apenas, un capricho pasajero. Pero, al fin y al cabo, un capricho cargado de futuro y capaz de hacer soñar a los astrónomos. Esta vez, la meticulosa observación del tránsito iba a permitir medir las distancias entre nuestro planeta y la estrella central del Sistema Solar. Fue así como un estado febril se apoderó de los hombres de esa época que nos habíamos impuesto por misión escudriñar lo cielos. Nos desperdigamos por todo el mundo y apuntamos nuestros telescopios al acoplamiento cósmico, como los criados que espían por el ojo de la cerradura del dormitorio de los señores en su noche de bodas" Así comienza la novela "Cita con Venus" del escritor, divulgados científico y astrofísico francés Jean Pierre Luminet (1951) que relataba la gran aventura que vivieron algunos de los nombres más sobresalientes de la astronomía del siglo XVIII para observar el tránsito de Venus , es decir, el paso de éste planeta entre el Sol y la Tierra con lo que se hace visible como un diminuto círculo oscuro atravesando el deslumbrante disco solar, lo que sucede, como explica Lumet en el inicio de su novela, aproximadamente cada 130 años y en dos ocasiones sucesivas separadas entre si por ocho años de diferencia.
Portada de la novela "Cita con Venus" que recrea la gran aventura que supuso la observación del tránsito de Venus el 6 de junio de 1761 que hizo que decenas de observadores se distribuyeran por diferentes partes del mundo equipados con todos los instrumentos necesarios para observar el fenómeno que les permitiera establecer la distancia entre la Tierra y el Sol , lo que conocemos como Unidad Astronómica, que los conduciría a África, Siberia, India o las islas del Pacífico Sur y que para nuestro protagonista sería una constante desventura (Imagen procedente de www.todocoleccion.net) |
Esta diferencia entre un tránsito y otro hizo que en el siglo XIV y en el siglo XX no se pudiera observar tránsito de Venus. Cuando compré la novela era el año 2001 y en ella anunciaba los siguientes tránsitos de Venus para el 8 de junio de 2004 y y el 5/6 de junio de 2012, fechas que ya han pasado cuando escribo estas palabras . Si no habéis tenido oportunidad de contemplarlo y tenéis la ilusión de hacerlo en vivo os deseo una larga, larga, muy larga vida, porque el siguiente tránsito de Venus no será hasta dentro de 101 años, el 11 de diciembre de 2117 seguido ocho años después por el tránsito del 8 de diciembre de 2125. Hoy no es un problema contemplar este fenómeno astronómico, lo puedes hacer en directo sentado en el salón de tu casa sin necesidad de tomar un vuelo o un barco para acercarte al lugar más adecuado para su observación y sin el temor de que una inoportuna nube te impida seguir esa cita de Venus con el Sol. Pero no era así en el siglo XVIII , cuando los observadores del tránsito tuvieron que embarcarse en auténticas aventuras donde el éxito era incierto, pues incluso después de superar los innumerables obstáculos y peligros que podían hallar en sus viajes a lugares remotos , una nube inoportuna podía arruinar todos sus esfuerzos .¿Y cuál era la razón de que tantos hombres de ciencia arriesgaran sus vidas para contemplar el tránsito de Venus? Pues principalmente para poder determinar en primer lugar la distancia entre la Tierra y Venus y , a partir de ella, establecer la distancia entre la Tierra y el Sol, lo que hoy llamamos Unidad Astronómica , que a su vez permitiría calcular las distancias reales con el resto de planetas del Sistema Solar y de las estrellas más cercanas . Uno de aquellos hombres que se dispusieron a no faltar a su cita con Venus en su tránsito previsto para el 6 de junio de 1761 y el siguiente ocho años más tarde, entre el 3 y el 4 de junio de 1769, era el astrónomo francés Guillaume Joseph Hyacinthe Jean-Baptiste Le Gentil de la Galaisière (1725-1792) al que me referiré a partir de ahora como Guillaume Le Gentil.
Fotografía del último de los tránsitos de Venus el 5 de junio de 2012 . En la parte superior podéis observar un pequeño círculo negro . Se trata de Venus en pleno tránsito por delante de la enorme superficie del Sol. En el siglo XVII el astrónomo Johannes Kepler(1571-1630), que murió justo un año antes del tránsito de Venus de 1631 aunque no podría haberlo observado pues sólo era visible desde el continente americano , creía que el tamaño de Venus era mucho mayor con respecto al Sol y estimaba que debería cubrir una cuarta parte de la superficie solar. (Imagen procedente de https://es.wikipedia.org) |
Un científico brillante que , sin embargo , hoy recordamos más por la desgracia que le perseguiría durante aquellos años donde sus intentos de observar Venus casi le condujeron a arruinar su vida. Pero para conocer su historia tendremos que viajar antes al pasado para seguir el camino que condujo en el siglo XVIII "al estado febril que se apoderó de los hombres de esa época que nos habíamos impuesto por misión escudriñar lo cielos." como lo escribía Jean Pierre Luminet . Y es que los logros de un determinado momento no son fruto exclusivo de ese tiempo sino de la suma del talento y el trabajo de generaciones anteriores, como afirmaba la célebre frase atribuida al filósofo francés Bernardo de Chartres (vivió en la primera mitad del siglo XII) que de la que sabemos a través de un escrito de su discípulo Juan de Salisbury (hacia 1115-1180) "Somos como enanos a hombros de gigantes. Podemos ver más , y más lejos que ellos, no por la agudeza de nuestra vista ni por la altura de nuestro cuerpo, sino porque somos levantados por su gran altura" Uno de esos gigantes lo encontramos en Grecia, el astrónomo Aristarco de Samos (hacia 310-230 a.C). Natural de Samos , una isla cercana a la costa de Asia Menor , Aristarco había sido discípulo de Estratón de Lampsaco(340-268 a.C) , director del Liceo de Atenas fundado por el filósofo Aristóteles (384-322 a. C). El joven Aristarco no tardaría en destacar como un hábil geómetra publicando un libro en el que especulaba sobre el tamaño del Sol, que según Aristarco sería diecinueve veces mayor que la Luna y se encontraría también diecinueve veces más lejos que la Luna de la Tierra, y a raíz de este trabajo Aristarco comenzó a concebir la idea de un Universo con centro en el Sol y no en la Tierra, como habían afirmado todos los astrónomos hasta entonces , y además ese Universo tenía unas dimensiones muy superiores a las imaginadas por sus antecesores.
Esta es la representación gráfica del Universo de Aristarco de Samos (310-230 a.C) , el primero en defender una teoría heliocéntrica , con el Sol en su centro y el resto de planetas, incluida la Tierra, girando a su alrededor y con las estrellas fijas inmóviles más allá de las esferas celestes. Además, Aristarco defendía unas dimensiones del Universo mucho mayores de las que hasta entonces se habían calculado. Arquímedes (287-212 a,C), años después , establecería el tamaño del Universo en 9,6 billones de kilómetros. Por desgracia, esta visión novedosa del Universo caería en el olvido y permanecería oculta por el Universo geocéntrico , con la Tierra en el centro , defendida por Aristóteles (384-322 a. C) o Claudio Ptolomeo (hacia 100-170) (Imagen procedente de http://www.profesorenlinea.cl) |
Aunque no nos han llegado sus escritos , conocemos el desarrollo de su teoría gracias a una obra de Arquímedes de Siracusa (287-212 a.C) titulada "El contador de arena" , en la que recoge la que era entonces una revolucionaria teoría sobre el Universo. En ella encontramos estas palabras de Arquímedes sobre Aristarco, " Aristarco de Samos publicó un libro basado en ciertas hipótesis y en el que parece, como consecuencia de los supuestos adoptados, que el Universo es muchas veces mayor que el que ahora recibe ese nombre. Sus hipótesis son que las estrellas fijas y el Sol permanecen inmóviles, que la Tierra gira alrededor del Sol siguiendo la circunferencia de un círculo , con el Sol en medio de la órbita, y que la esfera de las estrellas fijas, también con el Sol como centro, es tan grande que el círculo en el que supone que la Tierra gira, guarda la misma proporción a la distancia de las estrellas fijas que el centro de la esfera de su superficie" . Fijaos que Aristarco ya propone un sistema heliocéntrico, es decir, con el Sol en el centro y los demás planetas girando a su alrededor, incluida la Tierra, algo que luego se olvidaría hasta el Renacimiento, .Basándose en la hipótesis de Aristarco, Arquímedes calculó el tamaño del Universo obteniendo una distancia a la esfera de las estrellas, que era considerado el límite del Universo, desde la Tierra de 9,6 billones de kilómetros, aproximadamente un año luz. Aunque estos cálculos hoy nos puedan parecer ingenuos , ya que la estrella más cercana a la Tierra aparte del Sol es Próxima Centauri a cuatro años luz de distancia, triplicando sólo esa distancia calculada por Arquímedes para todo el Universo, a pesar de los errores de cálculo inevitables debido a la falta de instrumentos de observación, suponía un gran paso adelante, pues aumentaba enormemente la escala del Universo , que ahora se empezaba a concebir como algo inmenso.Sin embargo, los sucesores de Aristarco y Arquímedes no seguirán sus pasos , y sus teorías quedarán olvidadas durante siglos.
CÓMO ERATÓSTENES MIDIÓ EL DIÁMETRO DE LA TIERRA
En este fragmento de esa serie documental "Cosmos" del astrónomo estadounidense Carl Sagan (1934-1996) que a tantos nos despertó en nuestra infancia el amor por la ciencia, explica el método que el astrónomo, matemático y geógrafo griego Eratóstenes (276-194 a.C) utilizó para calcular la circunferencia de la Tierra, un cálculo que no fue exacto, pero que todavía hoy nos asombra porque fue realizado hace 2200 años sin más instrumentos que un palo y su cerebro.
CÓMO ERATÓSTENES MIDIÓ EL DIÁMETRO DE LA TIERRA
En este fragmento de esa serie documental "Cosmos" del astrónomo estadounidense Carl Sagan (1934-1996) que a tantos nos despertó en nuestra infancia el amor por la ciencia, explica el método que el astrónomo, matemático y geógrafo griego Eratóstenes (276-194 a.C) utilizó para calcular la circunferencia de la Tierra, un cálculo que no fue exacto, pero que todavía hoy nos asombra porque fue realizado hace 2200 años sin más instrumentos que un palo y su cerebro.
Damos un salto temporal hasta el siglo XVÌ cuando el astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543) publicaba poco antes de morir su obra "De revolutonibus orbium coelestium", "Sobre las revoluciones de las esferas celestes", en la que recuperará el sistema heliocéntrico de Aristarco de Samos olvidado durante casi mil ochocientos años. Sin embargo, no había una idea establecida sobre las distancias dentro de nuestro Sistema Solar, ni siquiera entre la Tierra y el Sol. En su obra "La aventura del Universo", el escritor y divulgador científico Timothy Ferris (1944) nos explica que los astrónomos habían establecido de manera estimativa que la distancia que separaba la Tierra del Sol, que es conocida con el nombre de Unidad Astronómica, debía de ser de alrededor de mil doscientas veces el radio de la Tierra. El diámetro y el radio de la Tierra a , lo que había sido calculado en el siglo III a. C por el matemático, astrónomo y geógrafo griego Eratóstenes (276-194 a. C) aunque con un margen de error en su cálculo pues partía de un presupuesto falso, y es que pensaba que la Tierra era una esfera perfecta cuando no es así. A pesar de ello, si utilizamos las cifras actuales, el radio de la Tierra es de 6371 kilómetros que multiplicado por mil doscientas veces , tal y como habían establecido los astrónomos, arrojaba una cifra de siete millones seiscientos cuarenta y cinco mil doscientos kilómetros como distancia entre la Tierra y el Sol . Astrónomos posteriores como Johannes Kepler (1571-1630) ya consideraban que esa cifra era demasiado baja, que el Sol se hallaba mucho más lejos, y tenía razón pues la distancia real es de casi 150 millones de kilómetros, pero carecían de instrumentos adecuados para poder corregir esas estimaciones con datos precisos y no fruto de conjeturas. Ferris señala que en el siglo XVII se utilizaban dos métodos principales para tratar de medir las distancias con respecto al Sol y otros planetas. Una de ellas era la micrometría , una método para medir las distancias entre las estrellas que requería del uso de un instrumento llamado micrómetro inventado en 1640 por el astrónomo y matemático inglés William Gascoigne (1612-1644).
En este ejemplo vemos como se utiliza la técnica del paralaje (del griego parallaxis, que se puede traducir como el valor de un ángulo) para medir la distancia entre la Tierra y la Luna. Tenemos dos observadores que observan simultaneamente la Luna desde dos lugares en la Tierra muy separados entre si. El ángulo que resulta de ésta doble observación nos permite establecer la distancia entre ambos cuerpos celestes, con la condición de que conozcamos exactamente la distancia que separa a los dos observadores y que realicen la observación de forma simultánea . Hay otra forma de paralaje para medir las distancias a las estrellas que toma como base no dos puntos de observación desde la Tierra, sino dos momentos diferentes de la órbita de la Tierra alrededor del Sol , pero no me extenderé en ello ya que no era le método utilizado en la época que estamos recorriendo (Imagen procedente de www.xn--asociacionastronomicadeespaa-oyc.es ) |
Como mis mínimos conocimientos de la materia me impiden explicar su funcionamiento dejaré a Timothy Ferris que nos de una noción sobre ésta técnica de medición "la micrometría consistía en usa un micrómetro para medir el diámetro aparente de una planeta visto a través de un telescopio. El astrónomo luego calculaba la distancia del planeta comparando su diámetro aparente (el que había medido con el micrómetro) con el que él conjeturaba que era su diámetro real" Por lo tanto, el grado de precisión de la medición se basaba en el grado de acierto en la conjetura hecha por el astrónomo sobre el diámetro real del planeta y una conjetura no sirve para obtener un dato científico fiable. Había que buscar otro método donde no hubiera lugar a conjeturas e imprecisiones sino que se basara en mediciones exactas. Y para ello existía la triangulación o paralaje, una técnica eficaz y conocida desde la Antigüedad pero difícil de poner en práctica. ¿En qué consiste? Imaginemos que queremos calcular la distancia de la Tierra a Marte. Necesitamos disponer de dos personas que observen a Marte desde dos puntos diferentes y alejados entre si, por ejemplo uno en México y otro en Francia , y es importante que ninguno de ellos esté alineado con el planeta observad. Así se forma un triángulo y midiendo su ángulo se obtenía la medición de la distancia entre los dos planetas. ¿Inconvenientes? Ferris nos los explica . El primero de ellos " era necesario conocer la distancia exacta entre los dos observadores que , además , tenían que estar muy alejados, lo que requería mapas razonablemente exactos". El segundo inconveniente es que "las observaciones tenían que ser realizadas al mismo tiempo , para evitar los errores que introduciría el movimiento de los planetas y la propia rotación de la Tierra " Por lo tanto era necesario disponer de mapas detallados y relojes más fiables para sincronizar la medición realizada por dos personas separadas tal vez por miles de kilómetros. Por fortuna ambas cosas se fueron mejorando a lo largo de siglo XVII .
Grabado del siglo XVII que representa el edificio del Observatorio de París (a la izquierda de la imagen) en la época en que los astrónomos Giovanni Domenico Cassini y Jean Richer viajaron a Cayena, en la Guayana Francesa , para observar el planeta Marte al mismo tiempo que lo hacían sus compañeros en París para llegar a medir su distancia utilizando la técnica del paralaje y a partir de ella calcular la distancia entre el Sol y la Tierra . No tenían todavía los instrumentos adecuados que les permitiera una medición más precisa, pero aún así estimaron esa distancia en 139 millones de kilómetros , un valor bastante aproximado para los medios que disponían (Imagen procedente de https://en.wikipedia.org) |
Gracias a ello en 1672 la Academia de Ciencias de Francia, que había sido creada en 1666 por orden del rey Luis XIV de Francia (1638-1715) , encarga a los astrónomos Jean Richer (1630-1696) y Giovanni Domenico Cassini (1625-1712) que procedan a medir la distancia con el planeta Marte aprovechando que aquel año alcanzaba su perigeo, es decir, el punto más próximo a la Tierra de la órbita de un planeta. Cuanto más cercana fuera la posición del planeta con respecto a la Tierra más sencillo sería su cálculo. Para formar el triángulo requerido Cassini y Richer observarían Marte desde la ciudad de Cayena, capital de la Guayana Francesa , mientras que otros astrónomos lo observarían desde la sede de la Academia de Ciencias en Paris, todos ellos con sus relojes sincronizados para realizar sus observaciones al mismo tiempo. Una vez que regresaron "Cassini ordenó los datos - nos explica Ferris - y obtuvo para la Unidad Astronómica un valor de 139 millones kilómetros, pero considerando las numerosas inexactitudes de los instrumentos, la evaluación de Cassini y Richer fue considerada solamente como una buena aproximación". Venus ofrecía otra oportunidad , ya que se acerca más a la Tierra que Marte pero presentaba un obstáculo que parecía insalvable, el intenso brillo del Sol hacía que fuera imposible su observación cuando se hallaba en el punto más cercano a la Tierra. Y es entonces cuando surge la figura de otro gran astrónomo, el inglés Edmond Halley (1656-1742). Hijo de un próspero fabricante de jabón , el joven Edmond no tardó en mostrar su inclinación por la ciencia . Fue uno de los pocos amigos de un gigante de la ciencia, Isaac Newton (1642-1727), aunque hoy le conocemos sobre todo por calcular la órbita, que no por descubrirlo pues se conocía su existencia desde la Antigüedad , de un cometa bautizado en su honor como Cometa Halley. que se hace visible para nosotros cada 75/76 años. Pero lo que nos interesa en esta ocasión fue un viaje que realizó Halley a la remota isla de Santa Elena, situada en medio del Océano Atlántico a más de 1800 kilómetros de la costa más cercana, que sería la actual Angola en la costa occidental de África. Estando en la isla pudo observar un tránsito de Mercurio y eso le dio la idea de que , según explica Ferris, "la distancia a Venus podía determinarse calculando el tiempo en que el planeta aparecía y desaparecía en su recorrido por delante del Sol."
Retrato del astrónomo Edmond Halley (1656-1742) realizado por el pintor inglés Richard Philips (1681-1741) hacia el año 1722. Fue uno de los pocos amigos de Isaac Newton y fue su insistencia la que logró convencer a Newton para que escribiera el resultado de sus investigaciones en sus "Principia" , la obra científica más influyente hasta la publicación de la Teoría de la Relatividad por Albert Einstein (1879-1956). El propio Halley corrió con los gastos de edición de la obra magna de Newton y se encargó de enviarla a los principales hombres de ciencia y filósofos de su época. Pero si hoy recordamos a Halle es sobre todo por el cometa que hoy lleva su nombre, Halley, cuya órbita calculó en el año 1705 estableciendo que se hacía visible desde la Tierra cada 75/76 años. Esperamos su próxima visita para el año 2061, aunque ya había sido observado en la Antigüedad y podemos encontrarlo, por ejemplo, representado en el célebre Tapiz de Bayeux, donde se relata la conquista de Inglaterra por Guillermo el Conquistador (hacia 1028-1087) . Pero hizo mucho más aportaciones a la ciencia, ya que fue el autor del primer catálogo de estrellas del hemisferio austral y de la descripción del movimiento de estas estrellas . Estudió los fenómenos atmosféricos y , como vemos en el artículo, también dio indicaciones de como utilizar el tránsito de Venus de 1761 para poder medir la distancia de la Tierra al Sol aunque sabía que él no sería testigo de aquel fenómeno. Como curiosidad, Halley defendió una teoría que decía que la tierra estaba hueca y que dentro de ella , bajo la corteza a la que calculaba un grosor de 800 kilómetros, se hallaban tres pequeños planetas que giraban en su interior (Imagen procedente de https://en.wikipedia.org) |
Pero Halley tenía un obstáculo insalvable , los últimos tránsitos de Venus habían sido el 7 de diciembre de 1631 y el 4 de diciembre de 1639. El tránsito de 1631 al parecer sólo fue observable desde el continente americano y no hay constancia documental de que nadie lo contemplara y si alguien lo hizo no le dedicó una palabra al fenómeno . En cuanto al tránsito de 1639 si conocemos a dos personas que lo observaron , el joven clérigo y astrónomo inglés Jeremiah Horrocks (1618-1641) y su amigo, el también astrónomo, además de matemático y comerciante William Crabtree(1610-1644). Fue una observación muy accidentada , tal y como nos la describe Timothy Ferris "A Horrocks se le planteó una situación alarmante pues era clérigo y el tránsito se produjo un domingo , cuando debía predicar dos sermones. Terminado los sermones fue corriendo a casa desde la iglesia , miró por el telescopio a las 3:15 hrs de la tarde y vio a Venus" y según el mismo escribiría "El objeto de mis más ardientes deseos ,justo cuando acababa de entrar totalmente en el disco del Sol" En cuanto a su amigo Crabtree "estaba tan abrumado por la visión de un mundo entero empequeñecido por el Sol - escribe Ferris - que no hizo notas coherentes" En todo caso Horrocks no podía haber intentado calcular la distancia a Venus mediante paralaje o triangulación porque, como sabemos, necesitaba otro observador que lo hubiera visto desde un lugar alejado de allí y hecho sus cálculos justo al mismo tiempo que Horrocks. Lo que si pudo contemplar por primera vez Horrocks , proyectando la imagen del Sol obtenida por el telescopio sobre una superficie plana, fue la pequeña sombra de Venus mientras cruzaba por delante de la superficie del Sol . Así pudo estimar el tamaño del planeta, mucho más pequeño de lo que había pronosticado Johannes Kepler que creía que cubría la cuarta parte de la superficie solar, y en base a ello elaborar su propio cálculo de la distancia de la Tierra al Sol que él estableció en 95 millones de kilómetros. Pero ya sabemos que el único cálculo fiable era el que proporcionaba la triangulación o paralaje que Horrocks no había tenido medios para realizar.
Por lo tanto no había más remedio que esperar porque el siguiente tránsito ya no se produciría hasta el 6 de junio de 1761 cuando Halley tendría 105 años de edad. Era evidente que, teniendo en cuenta la esperanza de vida en el siglo XVIII, no estaría allí para poder observarlo. En 1716 escribió un artículo publicado por la Royal Society que llevaba el largo título de "Un método único por el cual el paralaje del Sol o su distancia desde la Tierra, puede ser determinada con seguridad por medio de la observación de Venús contra el Sol" donde explicaba como el tránsito de Venus de 1761 podía ser utilizado para determinar la distancia entre la Tierra y el Sol y aconsejaba a los astrónomos que tuvieran aquella oportunidad que a él se le iba a negar "Por lo tanto , recomiendo una y otra vez a los curiosos investigadores de las estrellas a quienes se confíen estas observaciones cuando nuestras vidas hayan llegado a su fin, que, teniendo en cuenta nuestro consejo, se dediquen vigorosamente a efectuar esas observaciones . Y a ellos les deseamos y rogamos que tengan buena suerte, sobre todo que no sean privados de ese codiciado espectáculo por la desgraciada oscuridad de cielos nubosos, y que las inmensidades de las esferas celestes , reducidas a límites más precisos,puedan finalmente contribuir a su gloria y fama eterna". En efecto, Edmond Halley fallecía el 14 de enero de 1742, a una edad avanzada para entonces, ochenta y cinco años, pero cuando todavía faltaban diecinueve años para el tránsito de Venus y, por cierto, tampoco vería el nuevo paso del cometa que llevaba su nombre, el Halley, que volvió a ser visible desde la Tierra en 1759.. En la segunda mitad del siglo XVIII nos encontramos en plena Ilustración, la ciencia es apoyada por el estado, en Francia se publica desde 1750 por entregas "La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios", se patrocinan expediciones científicas apadrinadas por academias y sociedades científicas. Es un clima ideal para el desarrollo científico y los astrónomos no estaban dispuestos a desaprovechar la gran oportunidad que representaba el tránsito de Venus de 1761. Como escribe Ferris "se recordaron los consejos de Halley y decenas de observadores, equipados con micrómetros, relojes exactos y telescopios de bronce se disponían a viajar a lugares tan alejados como Siberia, África del Sur , México o el Pacífico Sur para observar el tránsito de Venus" Uno de ellos era Guillaume le Gentil , que zarpaba de Francia el 26 de marzo de 1760 rumbo a la India , donde pensaba observar el tránsito de Venus el 6 de junio de 1761. Su aventura, o más bien su desventura, será la protagonista de la segunda parte de esta historia.
Enlace con la segunda parte de La cita con Venus de Guillaume Le Gentil
http://chrismielost.blogspot.com.es/2016_10_01_archive.html
Esta obra del pintor inglés William Richard Lavender (1844-1915) recrea el momento en que Jeremiah Horrocks estaba observando el tránsito de Venus hacia las 15 horas del 4 de diciembre de 1739, justo después de haber terminado sus obligaciones como clérigo pronunciado los sermones del domingo. Proyecto la luz del sol captada por el telescopio sobre una superficie plana para poder observar mejor el tránsito de Venus sin ser deslumbrado por la luz solar . Gracias a ello averiguó que el planeta era más pequeño de lo que habían creído e hizo su propia estimación de la distancia entre la Tierra y el Sol aunque no pudo emplear la técnica más precisa del paralaje para la que habría necesitado otro observador lejos de allí que estuviera observándolo simultáneamente (Imagen procedente de https://en.wikipedia.org) |
Una recreación de la observación del tránsito de Venus dibujada por Horrocks donde podemos ver en la parte inferior izquierda la sombra de dos Venus que representan el movimiento del planeta por delante del Sol. Aparecería en un libro publicado en 1662 titulado "Vista de Venus sobre el Sol" por iniciativa del astrónomo polaco Johannes Hevelius (1611-1687) que dio a conocer las investigaciones de Horrocks que este no había tenido tiempo de sacar a la luz debido a su temprana muerte con solo 23 años de edad, una obra que sorprendió a los miembros de la Royal Society por su valor científico además por el ingenio y sentido del humor con el que estaba escrita la obra (Imagen procedente de https://en.wikipedia.org) |
Por lo tanto no había más remedio que esperar porque el siguiente tránsito ya no se produciría hasta el 6 de junio de 1761 cuando Halley tendría 105 años de edad. Era evidente que, teniendo en cuenta la esperanza de vida en el siglo XVIII, no estaría allí para poder observarlo. En 1716 escribió un artículo publicado por la Royal Society que llevaba el largo título de "Un método único por el cual el paralaje del Sol o su distancia desde la Tierra, puede ser determinada con seguridad por medio de la observación de Venús contra el Sol" donde explicaba como el tránsito de Venus de 1761 podía ser utilizado para determinar la distancia entre la Tierra y el Sol y aconsejaba a los astrónomos que tuvieran aquella oportunidad que a él se le iba a negar "Por lo tanto , recomiendo una y otra vez a los curiosos investigadores de las estrellas a quienes se confíen estas observaciones cuando nuestras vidas hayan llegado a su fin, que, teniendo en cuenta nuestro consejo, se dediquen vigorosamente a efectuar esas observaciones . Y a ellos les deseamos y rogamos que tengan buena suerte, sobre todo que no sean privados de ese codiciado espectáculo por la desgraciada oscuridad de cielos nubosos, y que las inmensidades de las esferas celestes , reducidas a límites más precisos,puedan finalmente contribuir a su gloria y fama eterna". En efecto, Edmond Halley fallecía el 14 de enero de 1742, a una edad avanzada para entonces, ochenta y cinco años, pero cuando todavía faltaban diecinueve años para el tránsito de Venus y, por cierto, tampoco vería el nuevo paso del cometa que llevaba su nombre, el Halley, que volvió a ser visible desde la Tierra en 1759.. En la segunda mitad del siglo XVIII nos encontramos en plena Ilustración, la ciencia es apoyada por el estado, en Francia se publica desde 1750 por entregas "La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios", se patrocinan expediciones científicas apadrinadas por academias y sociedades científicas. Es un clima ideal para el desarrollo científico y los astrónomos no estaban dispuestos a desaprovechar la gran oportunidad que representaba el tránsito de Venus de 1761. Como escribe Ferris "se recordaron los consejos de Halley y decenas de observadores, equipados con micrómetros, relojes exactos y telescopios de bronce se disponían a viajar a lugares tan alejados como Siberia, África del Sur , México o el Pacífico Sur para observar el tránsito de Venus" Uno de ellos era Guillaume le Gentil , que zarpaba de Francia el 26 de marzo de 1760 rumbo a la India , donde pensaba observar el tránsito de Venus el 6 de junio de 1761. Su aventura, o más bien su desventura, será la protagonista de la segunda parte de esta historia.
Enlace con la segunda parte de La cita con Venus de Guillaume Le Gentil
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