En la primera parte de este relato sobre la vida del fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado (1944) ,en la que estoy siguiendo lo que él mismo cuenta acerca de su vida y su obra en el libro "De mi tierra a la Tierra. Sebastiao Salgado. Memorias" escrito en colaboración con la también fotógrafa además de pintora y escultora Isabelle Francq, recorrimos su vida desde los días de su infancia en una granja de la pequeña localidad de Aimorés en el estado brasileño de Minas Gerais, su traslado con quince años a la ciudad costera de Victoria donde en 1964 conocía a la que se convertiría en la compañera de su vida, Lélia Wanick(1947), con la que se casaría tres años más tarde justo cuando los dos hacían las maletas para buscar refugio en Francia huyendo de la persecución política a la que eran sometidos por el gobierno surgido del golpe de estado que en 1964 había terminado con la democracia en Brasil, una dictadura que se perpetuaría en el poder al frente del partido Alianza Renovadora Nacional hasta comienzos de los años ochenta, si bien ya en 1979 el presidente Joao Baptista de Oliveira (1918-1999) firmó una ley de amnistía general para todos aquellos acusados de crímenes políticos y delitos relacionados con la oposición al régimen, lo que permitió que Sebastiao y Lélia pudieran regresar a Brasil. Por fin en 1985 fue elegido el primer presidente que no pertenecía a la esfera militar,Tancredo Neves(1910-1985) y ese mismo años la dictadura militar quedaba definitivamente enterrada. Mientras, en Francia, Salgado había terminado sus estudios de economía y conseguido un buen puesto de trabajo en la Organización Internacional del Café hasta que en la primavera de 1970 tenía su primer contacto con la fotografía , naciendo un amor que nunca le abandonaría. Apenas tres años más tarde tomada la decisión de dejar su trabajo como funcionario internacional y lo apostaba todo a su gran pasión .
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"Durante mi primer proyecto en las Galápagos , un día estaba observando a una iguana, este batracio que en principio no tiene nada que ver con nuestra especie. Pero observando una de sus patas delanteras, de repente, vi en ella la mano de un guerrero de la Edad Media. Sus escamas me recordaron una cota de malla bajo la que vi uñas similares a las mías.Entonces me dije: esta iguana es mi prima. Tenía ante los ojos la prueba de que todos provenimos de la misma célula" Así explica Sebastiao la fotografía que tenéis sobre estas líneas, la pata de una iguana fotografiada en las islas Galápagos incluida en su libro "Génesis" del que os hablo más adelante . Creo que esta imagen es la mejor forma de mostrar como Sebastiao sabe mirar lo que le rodea con otros ojos y esa mirada diferente de la realidad es la que nos regala con sus fotografías (Imagen procedente de http://es.paperblog.com ) |
Vimos que en 1975 entraba a trabajar en la Agencia Gamma donde se hizo como fotoperiodista viajando durante cuatro años de un rincón a otro del mundo para cubrir conflictos bélicos y humanitarios allí donde surgieran, pero al mismo tiempo sintiendo como nacía en su interior la necesidad de hacer algo más que reportajes puntuales de acontecimientos dispersos, quería crear un relato vertebrado sobre un tema concreto y así nació su primer gran libro de fotografías, titulado, como ya vimos ayer, "Otras Américas", que recogía siete años de trabajo , entre 1977 y 1984, por Brasil, Chile, Bolivia,Perú, Ecuador, Guatemala y México. A lo largo de esos años habían nacido también sus dos hijos Juliano Ribeiro Salgado (1974), que codirige el documental sobre la vida de Sebastiao "La sal de la tierra", y su hijo pequeño, Rodrigo, al que ayer no conocimos. Rodrigo nació con Síndrome de Down y como sucede en toda familia al afrontar esta situación, los primeros años no fueron fáciles. Escribe Sebastiao como en una ocasión iban de camino a Colonia para someter a Rodrigo a una operación estética para suavizar algunos de los rasgos faciales característicos del Síndrome de Down pero se detuvieron antes de llegar "Nos dimos cuenta que nuestro hijo iba a sufrir ,sin que hubiera la más mínima posibilidad de curarle. Para él la operación no tenía ningún sentido, sólo lo tenía para nosotros. Así que dimos media vuelta y volvimos a París" Ahora Rodrigo es una fuente de alegría para ellos como nos lo explica el propio Salgado "Él nos ha regalado la oportunidad de ver el mundo con otros ojos, de conocer a personas diferentes. En lo personal me ha aportado mucha dulzura." y concluye esta referencia a su hijo con estas hermosas palabras que creo que todos debemos tener en cuenta en nuestras propias vidas "Nuestro hijo nos ha confirmado lo que nos habían predicho: estas personas te devuelven mucho más de lo que les das. El que no es capaz de dar nada, tampoco recibe nada, pero si somos generosos..."
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Portada de su libro "Sahel , l´homme en detresse" (Sahel , el hombre afligido en su traducción en castellano) publicado en 1986 después de recorrer durante 18 meses el Sahel tomando imágenes de los refugiados y las víctimas de la hambruna que asolaba este territorio que atraviesa el norte de África de uno a otro extremo. . Sobre su forma de trabajar para tomar fotografías en situaciones de tanta dureza para los fotografiados , escribe Sebastiao "En cada ocasión pedí a las organizaciones que trabajaban con ellas que me introdujeran en las comunidades . Me tomé mi tiempo para conocerlas, para conversar con ellas. Me acerco siempre a aquellos que fotografió . Nunca les pido que posen. Cada una de mis fotografías es una elección. Incluso en las situaciones difíciles hay que querer estar ahí y asumir que se está. Simpatizando o no con lo que ocurre , pero sabiendo siempre por qué está uno ahí" Y su por qué es ponernos el mundo ante nuestros ojos, hacernos pensar, reflexionar, salir de nuestras burbujas para contemplar otras realidades y hacernos reaccionar, al menos así lo siento cuando veo sus imágenes (Imagen procedente de http://ounae.com ) |
Decía el escritor francés Albert Camus(1913-1960) que "La verdadera generosidad , con respecto al futuro, consiste en dárselo todo al presente" y sin duda es algo que Salgado ha practicado durante sus cuatro décadas como fotógrafo, poniendo su corazón, su alma y su intelecto en cada una de las imágenes que ha ido tomando construyendo con ellas la biografía fotográfica del mundo en el que vivimos , con sus tragedias, con sus catástrofes, con su horror y miseria pero también con esa belleza conmovedora que siempre parece iluminarnos con un aliento de esperanza que aviva la llama que nos susurra que otro futuro mejor es posible. Pero no me permitáis divagar más y retomemos el hilo de su vida en 1984, después de haber publicado "Otras Américas" comienza a colaborar con Médicos Sin Fronteras en una campaña para reunir alimentos con los que paliar la hambruna que asolaba el Sahel, esa franja de tierra que en el Norte de África se extiende desde las orillas bañadas por el Océano Atlántico hasta las playas del Mar Rojo, y que estaba haciendo estragos particularmente en Mali, Chad, Argelia y Sudán. Durante quince meses Sebastiao viajó por este territorio haciendo fotografías de la terrible realidad de la hambruna, del drama de los refugiados que se hacinaban en campos como el de Korem , en Etiopía, donde más de ochenta mil almas luchaban por seguir con vida. Sus fotografías le valieron varios premios como el World Press de 1985 , y también la publicación de sus fotografías en dos libros , "Sahel, el hombre afligido" en 1986 y "Sahel, el fin del camino" en 1988, pero sin duda el gran valor de aquellas fotografías estaba en el testimonio que daba sobre lo que estaba sucediendo removiendo la conciencia de la comunidad internacional para que se volcase en la ayuda de aquella gente que moría en silencio. Como dice Sebastiao "La fotografía es una escritura de una gran fuerza que puede leerse en todo el mundo sin necesidad de traducción" y sus fotografías, como la de otros fotoperiodistas, fueron en gran parte responsables de salvar la vida de muchas personas de las que de otra manera ni siquiera habríamos tenido noticia.
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Fotografía que forma parte del libro "Génesis" y tomada en el Parque Nacional de Mago, en Etiopía en 2007. Las mujeres de la imagen pertenecen al pueblo mursi que junto con los surmas son las únicas en el mundo que conservan la tradición de llevar un plato en el labio. Su viaje por Etiopía es calificado por Sebastiao como probablemente el más hermoso que ha hecho en su vida "Caminé durante 55 días , y no por carreteras, sino por senderos en los que no había intervenido la mano del hombre . Estuve a más de 4200 metros de altura. Recorríamos una media de 20 a 30 kilómetros al día, con temperaturas frías en altura y bastante cálidas cuando andábamos por los 1500 metros. Vimos la nieve y después atravesamos tierras muy áridas. A veces pasábamos cuatro o cinco días sin apenas lavarnos y cuando encontrábamos un arroyo todos nos tirábamos al agua" Y aunque esto puede parecernos muy duro, y lo es, para Sebastiao es la forma que tiene de disfrutar la vida , como él mismo dice "Era una buena vida" (Imagen procedente de http://www.concienciaeco.com ) |
Desde 1979 trabajaba para la agencia Magnum después de sus cuatro años en Gamma . Magnum es una de las agencias míticas de la fotografía. Fue fundada en 1947 por un grupo de grandes fotógrafos entre los que estaba Robert Kapa (1913-1954) o Henri Cartier Bresson (1908-2004) y gracias a su labor muchos fotoperiodistas pudieron cubrir los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo XX, poniéndoles en contacto con las publicaciones más importantes del mundo. En 1981 Sebastiao, cubriendo un reportaje para el periódico "New York Times" fue testigo directo de uno de esos acontecimientos el atentado sufrido por el presidente estadounidense Ronald Reagan (1911-2004) el 30 de marzo de 1981 cuando John Hinckley Jr (1955) disparó sobre él sin otra motivación que llamar la atención de la actriz de la que estaba enamorado, Jodie Foster (1962). Sobre aquel hecho recuerda Salgado que "Yo estaba allí, activé el disparador de mi cámara. Este tiroteo fue una trágica suerte para Ronald Reagan pero una historia interesante desde el punto de vista financiero para mí y para Magnum, cuyas finanzas estaban pasando un momento de dificultades" pero la fama que conllevaba ser el autor de aquellas fotos también le pusieron en guardia "Corría el riesgo de convertirme en el fotógrafo del atentado de Reagan Junto con Lélia , decidimos no dejar que se publicaran esas imágenes nunca más" Pero él mismo reconoce que la fama que le aportó y también sus beneficios económicos le ayudaron a financiar otros reportajes pudiendo liberarse de los encargos que hasta entonces había tenido que hacer para sobrevivir y dedicarse así a aquello que realmente le importaba. Así es como surgió su siguiente proyecto "La mano del hombre" donde aprovechando también su formación como economista quería rendir un homenaje al trabajo de las personas.
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Fotografía tomada en Trapani, localidad de Sicilia, en Italia, en el año 1991 donde Sebastiao tomó la imagen de estos pescadores que zarpaban para dirigirse a la pesca tradicional del atún que allí recibe el nombre de Mattanza y que está incluido en su libro "La Mano del hombre". Sebastiao consideraba que debido a la entrada de la tecnología muchos trabajos estaban condenados a desaparecer y él quería dejar testimonio de estos hombres antes de que sus profesiones se extinguieran, un homenaje al trabajo y a los trabajadores que lo desempeñaban. Escribe Sebastiao "Durante los cinco años que le dediqué nadie se negó a ser fotografiado en su actividad. Así mostré un mundo productivo en acción. Un mundo que estaba desapareciendo" (Imagen procedente de http://www.pinterest.com ) |
Él nos lo explica así "Todo producto resulta de la combinación de materia prima, capital y trabajo y de estos tres factores , el trabajo es el más importante" pero aquel mundo en el que miles de personas trabajaban en la fabricación de productos, en la construcción de infraestructuras, en la prestación de servicios, estaba siendo desplazado por la progresiva tecnificación y robotización de nuestro mundo que ya a finales de los ochenta comenzaba a desplazar a la mano de obra humana, un fenómeno que hoy ya es muy evidente para nosotros. Sebastiao quiso hacer este homenaje a los trabajadores y a un mundo que estaba desapareciendo. Durante cinco años, entre 1986 y 1991 recorrió todo el mundo , retratando en Bangladesh a los hombres que se afanan en desguazar los viejos barcos que procedentes de todo el mundo terminan sus vidas activas allí para que su metal pueda se empleador en nuevos productos al mismo tiempo que las sustancias tóxicas que desprenden hace enfermar a los trabajadores que se encargan de desmontarlos, las plantaciones de azúcar de Brasil, las trabajadoras del tabaco en Cuba donde una de ellas se encarga de leer en voz alta los artículos de un periódico o el capitulo de un libro mientras las demás siguen trabajando, observando como se envasaba la vainilla en la isla de Reunión, visitando un matadero en Dakota, donde Sebastiao escribe que "era espantoso, mataban allí a mil cerdos grandes por hora y a dos mil vacas al día. El primer día me fue imposible tomar ni una sola foto, no dejaba de vomitar" o el terrible trabajo de los hombres que recogían azufre en la boca del volcán Kawah Ijen en la isla de Java que por apenas 3,50 dólares por trayecto recorrían distancias de cincuenta kilómetros ida y vuelta, a pie y con cargas de entre 70 y 75 kilos expuestos a las emanaciones tóxicas procedentes del volcán.
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Esta fotografía aparece en la portada de "La mano del hombre" donde entre los muchos trabajos que fotografió me ha impresionado la de estos mineros del azufre en la isla de Java. Así lo describe Sebastiao "Vi a hombres recorrer más de 50 kilómetros ida y vuelta, a pie, atravesando plantaciones de arroz y de clavo y el bosque tropical antes de subir a 2.300 metros de altitud , para volver a bajar 600 metros al otro lado. Penetraban así en la boca del volcán Kawah Ijen, rico en azufre. Debido a las emanaciones tóxicas, auténticas nubes de veneno, no se debe respirar por la nariz ,sino exclusivamente por la boca. Como única protección los obreros se metían un trozo de tela en la boca;con el paso del tiempo , perdían los dientes. Cada uno de ellos llenaba un cesto con entre 70 o 75 kilos de minerales,aunque ellos mismos no llegaban a pesar más de 60. Fijaban el cesto sobre un bambú y escalaban así los 600 metros que los separaban de la salida del cráter" El trabajo era tan agotador que necesitaban parar dos días para recuperar sus fuerzas. y todo ello sólo para ganar tres dólares y medio en cada uno de estos trayectos (Imagen procedente de www.josephsaxton.com) |
Tras aquellos cinco años intensos de trabajo en 1993 aquellas imágenes aparecieron publicadas en su libro "La mano del hombre" y un año después dejaba la Agencia Magnum para fundar su propia agencia, Amazona Images , con sede en París. Ahora ya disponía de absoluta libertad para trabajar y comenzó a pensar, junto a su inseparable Lélia, en su siguiente trabajo y decidió enfocarlo en los movimientos de población que estaba generando el traslado de las grandes industrias de Occidente a países menos desarrollados donde la mano de obra era más barata y donde también provocaba un gran éxodo desde el campo a la ciudad para trabajar en las nuevas industrias que se estaban instalando. Nos cuenta Sebastiao que "durante la primera mitad de la década de los novena, cada año , entre 150 y 200 millones de personas en el mundo dejaban el campo para instalarse en las ciudades. Este movimiento estaba conmoviendo el planeta" Como señala Sebastiao, por primera vez en la historia de la humanidad había más gente viviendo en los núcleos urbanos que en el campo, pero el coste de esta migración masiva había sido alto para millones de personas que después de abandonar su vida en los pueblos malvivía en los suburbios surgidos casi de la nada , como un cinturón de pobreza alrededor de las ciudades "La gran mayoría de estos nuevos habitantes urbanos vive muy mal.La mano de obra barata se amontona en los barrios de chabolas" y subraya como la pobreza se parece en todas las partes del mundo "Todos los pobres acaban teniendo el mismo aspecto" y también lo son las causas de esa pobreza "las mismas razones económicas que benefician a una minoría empobrece a la mayoría" y esa pobreza va acompañada de sus jinetes del Apocalipsis, la violencia, las enfermedades, la desesperación.
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Portada de la obra de Sebastiao Salgado "Éxodos". En una entrevista con el periódico italiano "La Reppublica" en el año 2000 con motivo de una exposición de las fotografías de "Éxodos"en Roma, Sebastiao explicaba así el significado de las imágenes que había seleccionado para el libro y lo que pretendía con ellas "Hay un 15% de la población mundial en marcha hacia el futuro. Todos con su estupendo coche, todos grandes consumidores, gozando de una considerable seguridad. Pero el restante 85% que está precisamente en camino para intentar huir del pasado, es una humanidad obligada a la diáspora después de haber perdido la propia base,gente que se lanza a la carretera en busca de nuevas raíces Mi exposición muestra la condición humana en el mundo . Y querría que sirviese a los que la visiten para comprender la situación y, por tanto , para elegir cómo comportarse. Querría que estas fotografías fueran como un espejo para quienes las miran " (Imagen procedente de http://www.proa.org ) |
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Conjuntamente con "Éxodos" en el año 2000 publicó "Retratos de los niños del Éxodo" . Escribe Sebastiao "Si bien es cierto que las poblaciones desplazadas son casi siempre las víctimas, sus pequeños lo son aún más. Demuestran una prodigiosa capacidad de adaptación , de jugar y de reír. " Pero lo que capta la atención de Sebastiao y de los que contemplamos las fotografías de sus rostros es la mirada , la de un niño que ha visto cosas que jamás debería haber contemplado, la de una inocencia que ha sido robada (Imagen procedente de http://www.todocoleccion.net) |
Lo que pretendía con este nuevo proyecto era mostrar "la necesidad de volver a fundar la familia humana basándose en la solidaridad y el compartir". Durante los siguientes años, entre 1994 y 2000 , volvería a recorrer el mundo , los barrios de chabolas de megaurbes como Shanghái, Yakarta o Bombay,las catástrofes causadas por la deforestación en Honduras, la violencia contra los kurdos en Irak, las consecuencias entre la población de la guerra de los Balcanes , el conflicto del Kosovo con miles de refugiados albaneses . Sobre el conflicto en Europa escribe Sebastiao "No pensaba que Europa pudiera seguir sufriendo limpiezas étnicas ; no había imaginado la pesadilla de los Balcanes" Pero lo que conmocionaría a Sebastiao fue la tragedia del genocidio en Ruanda. Creo que casi no es necesario recordarlo porque todos tenemos presentes las escenas de horror que nos llegaron entonces a través de los informativos y del trabajo fotográfico de personas como Sebastiao Salgado. Ruanda estaba y está dividido en dos grandes etnias, la mayoritaria hutu y la minoritaria tutsi. En 1994 grupos radicales hutus organizaron una matanza que tenía como objetivo el exterminio de los tutsis. y después de la terrible matanza los tutsi contraatacaron . El resultado de aquellos meses de infierno en Ruanda fue una cifra de muertos que oscila entre el medio millón y el millón de muertos y cerca de dos millones de refugiados en uno de los mayores genocidios del sangriento siglo XX. Sebastiao , que colaboraba con ACNUR(Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), ya se encontraba en Ruanda para cubrir lo que allí estaba sucediendo y a sus ojos se mostraban escenas que jamás podría olvidar y que pondrían en cuestión sus esperanzas acerca del futuro de la humanidad .
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Una de las fotografías tomadas por Sebastiao Salgado durante su estancia en Ruanda en 1994 , cuando se produjo el genocidio que acabó con la vida de entre medio millón y un millón de personas. Esta fue tomada en Kilumba donde, un tractor francés se dedica a amontonar cadáveres de personas fallecidas por causa de las epidemias que se propagaban entre los refugiados como lo describe Sebastiao "Vi a personas fuertes, guerreros,vaciarse en unas pocas horas y morir como mosquitos. Las diarreas infecciosas se propagaban a la velocidad del rayo y mataban a miles de personas al día" por eso no daba tiempo a enterrarlos y tenían que amontonar los cuerpos con los tractores como refleja esta fotografía. Estas imágenes hoy son en ocasiones consideradas inapropiadas para ponerlas en los informativos o en las portadas de los periódicos, pero creo que , como dice Sebastiao, tenemos que contemplarlas porque no tenemos derecho a protegernos y dar la espalda de tragedias de las que nosotros también formamos parte y como explica en una entrevista al hablar de estas imágenes "No busco conmoción, ni lágrimas; sólo quiero que se empiece a hablar , que se discuta que no se haga como si nada" (Imagen procedente de http://maluphotographie.blogspot.com.es ) |
"Estando cerca del Akagera, el río que separa Tanzania de Ruanda - relata Sebastiao - vi pasar bajo un pequeño puente decenas y decenas de cadáveres. Había una cascada de la que caían cuerpos sin parar y quedaban entonces atrapados en un remolino. La carretera estaba salpicada de cuerpos mutilados, cortados. Cuando nos parábamos para descansar, caminábamos entre los cadáveres amontonados bajo los árboles. Tomé fotografías, son horribles" Y no fue mejor lo que luego se encontró en los campos de refugiados donde se concentraban millones de personas que huían de la masacre sin nada , expuestos al hambre y a las enfermedades, con las organizaciones humanitarias desbordadas. Pronto las epidemias se cebaron sobre ellos. Las escenas que se presentaban ante el objetivo de la cámara de Sebastiao parecían salidas de una pesadilla "Ni siquiera podían enterrar los cuerpos - recuerda Sebastiao - Los apilaban en montones. Vi montañas de cadáveres a lo largo de cientos de metros. El ejército francés venía con un bulldozer a excavar fosas comunes. Una pala mecánica cogía entre diez y quince muertos de una vez y los metía en el agujero, dejando tras ellos un brazo , una cabeza , una pierna" Tanto horror terminó afectando al espíritu de Sebastiao "Yo empecé a sentirme morir, mi cuerpo y mi mente empezaron a dejarme ir" En el documental "La Sal de la Tierra" la voz del fotógrafo refleja la profunda angustia de un hombre que ha visto cara a cara la muerte, la desesperanza, el horror, el odio. "Las matanzas y el genocidio que finalmente descubrí en África -relata Sebastiao en sus memorias -alcanzaron tal nivel de atrocidad , que volví de allí enfermo. Profundamente preocupado por el futuro de la humanidad".
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Uno de los retratos de niños incluidos en "Retratos de los niños del éxodo" que se publicó en el año 2000 conjuntamente con "Éxodos" para recoger el rostro de los niños refugiados, los que habían vivido los dramas que reflejaba en "Éxodos" Sobre estas imágenes escribe Sebastiao "En cualquier situación de crisis, ya se trate de guerras, pobreza o catástrofes naturales, los niños son las mayores víctimas. Son los más débiles físicamente,y siempre son los primeros en sucumbir a las enfermedades o al hambre. Muy vulnerables emocionalmente , los niños son incapaces de entender por qué les obligan a abandonar sus casas, por qué sus vecinos se convierten en enemigos, por qué de repente tienen que vivir en un arrabal rodeados de basura o en un campo de refugiados sumido en la desgracia. No son responsables de su destino, ya que , por definición son inocentes" y recuerda también como a pesar de los sufrimientos que hayan podido padecer "Cuando ven una cámara , los niños saltan de alegría, se ríen, saludan , se empujan con la esperanza de que les saquen una foto. Durante mis viajes varias veces encontré situaciones en que los niños no tenían motivos para sentir esperanza. El futuro de esos niños refugiados es particularmente incierto. Esa paradoja fue el punto de partida de estas fotos" (Imagen procedente de http://memorial.org.br ) |
Pero él cumplió con su misión, dejar testimonio de aquel horror porque "nadie tiene derecho a protegerse de las tragedias de su tiempo porque todos somos responsables de lo que ocurre en la sociedad en la que hemos elegido vivir" y para Sebastiao es evidente la función de la fotografía en esas circunstancias "todo el mundo debe informarse gracias a la radio, la televisión, leyendo la prensa, mirando fotografías. No son las fotografías las que crean las catástrofes, Los fotógrafos están ahí para ser su espejo" y lanza un grito de indignación contra los políticos " ¡Y que nadie me habla de voyerismo! Los mirones son los políticos que permitieron esas catástrofes y los militares que las perpetraron" y concluye esta argumentación sobre la necesidad de dar testimonio a través de su lenguaje, la fotografía, de la muerte, del terror, de la injusticia con esta reflexión "Mis fotografías las he hecho porque pensé que todo el mundo debía saber. Mi objetivo no es dar lecciones , ni crear buena conciencia, tomé estas imágenes porque tenía la obligación moral, ética de hacerlo" y gracias a su testimonio y al de otros fotógrafos, reporteros y periodistas esas historias llegan hasta nosotros y de alguna forma todos podemos colaborar a cambiar esa realidad que de otra forma ignoraríamos. A su regreso a Francia en el año 2000 publicó su obra "Éxodos" que contenía las fotografías de todos los conflictos de los que había sido testigo en esos seis años y también "Retratos de los niños del éxodo", un complemento del anterior donde Sebastiao incluyó los retratos de los niños afectados por esos conflictos y de los que escribe "en todos los niños famélicos, sucios, heridos o amputados ha sido ante todo su mirada lo que me ha impresionado"
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Fotografía que forma parte del libro "Génesis". En este caso es una imagen tomada por Sebastiao en el año 2011 en la Península Yamal, en Siberia, cuando se encontraba acompañando al pueblo nómada de los Nénets, la mayor etnia de Siberia, que se han adaptado a un clima terrible donde las temperaturas bajan en invierno por debajo de los -30ºC bajo cero y en ocasiones desciende hasta los -50ºC. A Sebastiao le llamó la atención las pocas cosas que necesitaban para vivir , todo cabe en su "tchoum", nombre que dan a sus tiendas hechas con piel de reno como la de la imagen. Eso le hace reflexionar a Sebastiao sobre nuestra propia sociedad, donde llenamos nuestra vida de objetos "Multiplicamos nuestros bienes materiales para intentar protegernos, hasta tal punto que nos olvidamos de vivir. Ya no miramos la naturaleza ni a los demás , nos aislamos de nuestra comunidad" Para Sebastiao no se trata de volver atrás , seria una forma de involucionar, pero si de recuperar el contacto con la naturaleza y también con las demás personas y una de sus aspiraciones con estas imágenes es la de acercarnos esa naturaleza que ya no miramos, dejarnos hechizar una vez más por su belleza, reencontrarla para a través de ella encontrarnos de nuevo a nosotros mismos (Imagen procedente de http://www.theguardian.com ) |
Sebastiao necesitaba parar , el horror contemplado le había robado su energía "Hasta entonces - nos cuenta - nunca había imaginado que el hombre pudiera ser una especie tan cruel consigo misma, no conseguía aceptarlo" Pero entonces surgió un nuevo proyecto que una vez más compartirían Sebastiao y Lélia. La granja de sus padres, donde había pasado su infancia rodeado por la frondosa selva atlántica, que en el pasado se había extendido a lo largo de más de 3500 kilómetros de la costa brasileña , había desaparecido talada para utilizarla en la construcción de las ciudades brasileñas en continuo crecimiento. El aspecto era desolador, donde antes sólo había árboles , ríos y cascadas ahora sólo se veía tierra yerma erosionada por la lluvia y calcinada por el sol. Pero cuenta Sebastiao que un día Lélia se volvió hacia él y le dijo "Sebastiao, vamos a replantar árboles" Parecía una locura pero se pusieron en contacto con un ingeniero y al medio año tenían un plan sobre la mesa que consistía en replantar dos millones y medio de árboles, pero no sólo eso, sino que además, para restablecer el ecosistema y que tuviera la variedad necesaria, habría que introducir al menos dos centenares de especies diferentes. Parece un plan descabellado ¿verdad? pero como habían hecho toda su vida Sebastiao y Lélia se pusieron manos a la obra, lograron que aquella tierra fuera declarada Reserva Particular del Patrimonio Natural aunque allí no había nada más que un erial para protegerla de otros intereses económicos o constructores y gracias a la ayuda de muchas fundaciones y a su entusiasmo sin límites hoy han plantado dos millones de árboles de trescientas especies diferentes .
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En la imagen superior tenéis la granja de la familia de Sebastiao Delgado en el Valle del Río Doce tal y como estaba en el año 2000. Nada quedaba de la selva atlántica en la que se había criado Sebastiao a finales de los años cuarenta y en la década de los cincuenta. Los árboles habían sido talados para utilizarlos en la construcción de edificios en las ciudades brasileñas en constante crecimiento o bien empleados para producir carbón de madera que luego sería empleado en la industria siderurgia. La lluvia había terminado de erosionar aquel suelo que ahora no tenía ninguna protección. Pero un día de 1999, al contemplar aquella desolación, Lélia dijo "Sebastiao, vamos a replantar árboles" ¿El resultado? Lo tenéis en la imagen inferior tomada en el año 2013, es el mismo lugar aunque no la parezca. La diferencia la marcan los dos millones de árboles plantados por Lélia y Sebastiao pertenecientes a más de trescientas especies distintas. Hoy vuelven a correr los arroyos entre los árboles e incluso han regresado los animales, incluidos grandes depredadores como el jaguar . Dice Sebastiao al contemplar el resultado "La tierra se ha vuelto casi más hermosa que cuando yo era niño. Ante este espectáculo, una especie de encantamiento volvió a mí" La desesperanza que se había apoderado de él después de las cosas terribles de las que había sido testigo mientras realizaba "Éxodos" desapareció dejando paso a la esperanza cimentada en un planeta lleno de belleza (Imagen procedente de http://oglobo.globo.com ) |
Escribe Sebastiao que "sinceramente , yo no creía que agarraría ni un solo plantón pero a mediados del año 2000 teníamos brotes de 70 centímetros. A los seis meses , con ese tamaño, tiene ya todas las estructuras de un adulto. Los insectos vienen a alimentarse de sus pequeñas flores. Cuando sus hojitas se caen al suelo , las recogen las hormigas. Es ya todo un Universo" y como decía Lélia "Tenemos una selva bebé" Os he incluido las fotografías de como era antes y como es ahora y casi parece un milagro , lo que muestra la capacidad que tenemos las personas para cambiar la realidad que nos rodea. Hoy disponen de un vivero donde crían un millón de plantones al año y también crearon un centro de formación ecológica al que bautizaron con el nombre de Instituto Terra del que os dejo el enlace http://www.institutoterra.org/ . De esta labor surgió la idea para un nuevo proyecto fotográfico que nada tenía que ver con lo que había hecho Sebastiao hasta entonces, ahora no serían las guerras, las hambrunas, las enfermedades las protagonistas sino que quería dar un mensaje de esperanza "debíamos acometer una historia fotográfica - nos cuenta el fotógrafo - mostrando toda la belleza del mundo" Y ese fue el origen de la obra que Sebastiao publicó el pasado año 2013 ,"Génesis", que recoge treinta y dos reportajes fotográficos que realizó entre el año 2004 y el 2012 , una maravillosa aventura que al leerla es difícil que no despierte el espíritu aventurero que llevamos dentro y sentir envidia por la fortuna de contemplar tantos lugares donde la belleza del planeta permanece todavía intacta "surqué Asia, recorrí el Himalaya, hice tres incursiones en la parte asiática de Rusia, Viajé por América del Sur y del Norte. Subí hasta Canadá, me enfrenté a los fríos de Alaska, a las inmensidades heladas del norte del planeta. Completé un gran peripló por la Amazonía. Viajé a Argentina, Chile, Venezuela, el archipiélago de Diego Ramirez, las Malvinas, las Sandwich, las Georgias del Sur"
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Otra de las fotografías que forma parte de "Génesis" en este caso un iceberg fotografiado en el mar de Weddell , en la Antártida , tomada en el año 2005 . Precisamente el hielo y la nieve de lugares como la Antártida o Siberia suponen una dificultad para la fotografía en blanco y negro que realiza Sebastiao pero no tiene ninguna duda de que es el blanco y negro la elección adecuada para trasmitirnos lo que desea comunicar con sus fotografías "Desde mi punto de vista - nos explica Sebastiao- el blanco y negro tiene un poder descomunal. Cuando miramos una imagen en blanco y negro , nos penetra, la digerimos y , de forma inconsciente , la coloreamos. Por eso, y sin el menor rastro de duda, he elegido el blanco y negro para rendir homenaje a la naturaleza. Fotografiar la naturaleza así era para mí la mejor manera de reflejar su personalidad , de sacar toda su dignidad" (Imagen procedente de http://www.espaciomadrid.es ) |
El único continente excluido fue Europa porque "no queda prácticamente ningún lugar intacto, la intervención humana y los estragos de la contaminación se notan en todas partes" Después de todos estos viajes, que fueron como una catarsis para Sebastiao después de tantos años de contemplar y fotografiar el lado más oscuro de la humanidad, fue una forma de recuperar la fe en el futuro , la esperanza en la humanidad "Al descubrir mi planeta - relata Sebastiao - me he descubierto a mí mismo. He comprendido que todos formamos parte de un mismo conjunto. Todos provenimos de la misma célula" Ese es el origen del título de u obra, Génesis, que no es una referencia al Génesis bíblico sino a ese origen que todos los seres vivos tenemos en común, aquella primigenia célula de la que procede todo lo que hoy es y que nos hace a todos hermanos ya que todos compartimos ese origen. En definitiva, lo que intentaba Sebastiao con esta obra era "mostrar la dignidad, la belleza de la vida en todas sus facetas" y contemplando ahora esas imágenes creo que lo ha logrado por completo porque es difícil no sentirse hechizado, conmovido por la belleza de ese mundo en blanco y negro al que cada uno de nosotros le ponemos los colores más hermosos al contemplarlas. Durante estos años convivió con pueblos indígenas de la Amazonía, y entre las historias que cuenta en su libro quería recoger la de los Zo´é que vivían en la zona del curso alto del río Xingú, en el estado de Mato Grosso en Brasil, en plena selva amazónica. Como muchas otras poblaciones indígenas con la llegada de los conquistadores, en este caso los portugueses, en el siglo XVI habían tenido que abandonar su hábitat natural junto a la costa atlántica para desplazarse hacia el interior y allí permanecieron conservando su forma de vida tradicional sin contacto con nadie hasta el siglo XX.
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Fotografía que forma parte del libro "Génesis" de mujeres del poblado Zo´é de Towari Ypy tomada por Sebastiao en el año 2009. Son facilmente reconocibles por el trozo de madera que podéis observar en la foto que llevan entre el labio inferior y el mentón.Antiguamente vivían a orillas del mar, pero cuando los portugueses llegaron a Brasil en el siglo XVI emigraron hacia el interior y allí permanecieron a salvo hasta el siglo XX. Hoy se encuentran protegidos por la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) pero en en el año 2012 decidieron abandonar la selva, recorrer varios cientos de kilómetros hasta llegar a una de esas ciudades de las que les habían hablado los pocos blancos que conocían No les gustó lo que vieron y regresaron a su poblado. De ellos escribe Sebastiao "No tienen nada que envidiar a nuestro mundo. Disponen de sus propios remedios conocen los antibióticos y los antiinflamatorios (que obtienen de la naturaleza) Son polígamos pero evitan la consanguinidad . No invocan a ningún dios , ni practican religión alguna , pero ejecutan ritos y son ricos en sabiduría. Tienen un sentido muy agudo de la solidaridad. Son cariños, aman a sus hijos: son ,en todos los sentidos, parecidos a nosotros. Simplemente viven como nosotros vivíamos hace diez mil años" Es como poner un espejo delante nuestro y contemplarnos cuando la humanidad era todavía muy joven y no había perdido el contacto con la naturaleza (Imagen procedente de http://www.espaciomadrid.es) |
Hoy para evitar su desaparición, están bajo la protección de la FUNAI (Fundación Nacional del Indio) dependiente del gobierno brasileño. Sólo reciben algunas visitas de los blancos, , como la del propio Sebastiao. Hay que adoptar muchas precauciones para no contagiarles enfermedades , ya que ellos desconocen las enfermedades infecciosas o dolencias tan frecuentes entre nosotros como las caries. Pero lo que mas me impresiona es cuando Sebastiao relata que no conocen la violencia y ni siquiera el significado de la palabra "no" o del sentido de "regañar" y no conciben la mentira, ni siquiera la imaginan. Sebastiao cuenta como en una ocasión estaba haciendo fotos a un grupo de ellos y un niño no dejaba de alborotar. Cuando pidió a la intérprete que lo acompañaba que dijera a la madre que pidiera al niño que se estuviera quieto, al poco tiempo ésta regreso resignada y le dijo a Sebastiao " Es inútil Sebastiao, no conocen la reprimenda, no saben decir no" En el año 2012 la tribu zo´é desapareció . Dejaron la selva, salvo los viejos que no podían caminar. Recorrieron 300 kilómetros para ir a ver una ciudad y visitar ese mundo del que les habían hablado los pocos blancos que habían conocido . La vieron y regresaron de nuevo a su pueblo donde siguen viviendo hoy . Como escribe Sebastiao "Nadie decidió por ellos , simplemente prefirieron recuperar su modo de vida" Cuando en uno de sus viajes se encontraba en el lugar donde confluyen el Nilo Blanco y el Nilo Azul en Sudán, formando el Nilo, el río que permitió la existencia de la civilización egipcia y Sebastiao quedó conmovido ante aquella escena tras la que se encuentra miles de años de la historia de la humanidad "Me emocionó mucho percibir con la punta de los dedos la función tan importante que esa tierra, esas piedras desempeñaron en el destino del planeta. Al tocar aquella tierra me dije: también es parte de mí. Esta tierra y yo formamos parte del mismo planeta. Estamos embarcados en la misma historia".
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He querido poner como última fotografía de este artículo esta imagen tomada en el año 2006 en el Instituto Terra fundado por ellos , Sebastiao y Lélia, una pareja que ha superado muchos obstáculos desde que contrajeran matrimonio en 1967 para partir poco después al exilio huyendo de la represión de la dictadura militar, dejando atrás a sus familias (ella acababa de perder a sus padres) para emprender una nueva vida en Francia. De ella dice Sebastiao "Lélia me ha dado estabilidad, me ha ayudado muchísimo, vivimos de forma solidaria" pero no se trata de una vida de cuento de hadas , como reconoce Sebastiao, pero precisamente ahí radica la fuerza de su unión "Hemos tenido peleas homéricas. Llegamos a iniciar los trámites de divorcio y no sé ni cuantas veces habremos estado a punto de separarnos" pero ahí siguen , juntos, compartiendo grandes sueños como los del Instituto Terra, como los libros de fotografía de Sebastiao "Hemos compartido tantas experiencias fuertes, grandes alegrías y grandes miedos. Hemos tomado decisiones juntos. Ya no sé dónde empiezo yo, ni dónde acaba ella. Si hemos llegado a donde estamos es porque éramos dos" (Imagen procedente de http://grupolagazette.com ) |
Sus palabras me recuerdan a la hipótesis de Gaia enunciada por el científico británico James Lovelock(1919) donde la Tierra sería un gran sistema interactivo donde sus componentes seríamos todos los seres vivos. y que es casi la misma conclusión a la que llegó Sebastiao al concluir su proyecto Génesis "Génesis me enseñó que todo está relacionado y todo está vivo" Y hace un llamamiento para que volvamos nuestra mirada hacia el mundo que nos rodea, hacia la naturaleza , hacia los demás seres vivos y también hacia los seres humanos, antes de que este mundo hiperconectado a través de Internet y las redes sociales también nos convierta a todos en extraños refugiados en el interior de nuestras habitaciones, ajenos a la vida real que hay más allá de las paredes " Vivimos en una sociedad extraña donde acumulamos y ahorramos de un modo insensato. Multiplicamos nuestros bienes materiales para intentar protegernos , hasta tal punto que nos olvidamos vivir. Ya no miramos la naturaleza ni a los demás, nos aislamos de nuestra comunidad. Me inquieta ver que casi todas las tecnologías , en última instancia nos aíslan. Va aumentando el número de cosas que podemos hacer cada uno por nuestra cuenta , solos en nuestro rincón, nos estamos dispersando , individualizando" y eso es lo que debemos recuperar, al otro, acercarnos a los demás para comprenderles, para salir de nuestra burbuja y abrirnos al mundo. Como concluye Sebastiao "lo que nos ha permitido vivir , hasta ahora , es nuestro sentido de la comunidad y nuestra espiritualidad y eso es lo que he querido transmitir en mi fotografía" Y con esta hermosa lección de amor a la vida a la naturaleza , al ser humano, a todo lo que nos rodea, termino este relato surgido de la emoción que me causó una obra que hasta ahora desconocía. Os animo a ver "La sal de la tierra" y a leer "De mi tierra a la Tierra" del que este artículo no es más que un torpe resumen que sólo espero que haya sabido transmitiros algo de la emoción, de la belleza y de la humanidad que emanan de las fotografías y las palabras de Sebastiao Salgado que se despide de nosotros con la promesa de nuevas aventuras de la que nacerán nuestras fotografías, ese lenguaje universal que, como todo lo que es hermoso, como el mismo amor, no necesita traducción " Y constantemente el deseo de hacer fotografías, de partir de nuevo, de ir a ver otros lugares. A buscar otras imágenes. A seguir haciendo siempre nuevas fotografías"
Enlace con la primera parte de "Sebastiao Salgado, la dignidad en imágenes"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2014/11/sebastiao-salgado-la-dignidad-en.html
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3 comentarios:
Christian, el Sherlock Holmes de la historia del mundo:
He leido tu articulo acerca de Sebastiao Salgado. Sus fotografias, y sus proyectos son realmente impresionantes. “El Hombre Afligido” es una de las fotografias que mas me impacto. Si pudieramos poner esta mirada de hambruna en la Capilla Sixtina, talvez toda esa opulencia que se vive en el Vaticano, pudiera cambiar la mirada del mundo, pero como “La Embriaguez de Noe”, vivira por siempre en los frescos del techo de la Capilla Sixtina, seguiremos mirando fotografias de ninos que claman por un pedazo de pan, sangrando su estomago en medio de guerras sociales.
Sandra Salgado Mendoza
Nueva York, 14 de Noviembre del 2014
Muchas gracias Christian, por este relato tan conmovedor.
Anuswchka Seifert
Barcelona
Muchas gracias Anuswchka!!Es fácil escribir cuando se trata de alguien como Sebastiao que transmite tanta vida, tanta humanidad y tanta pasión a través de sus hermosas fotografías
Un abrazo fuerte desde Madrid!!
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