"Observar una fotografía de Sebastiao Salgado es conocer al otro como a uno mismo . Es experimentar la dignidad humana.Es comprender lo que significa ser mujer, hombre, niño" Así comienza el prólogo de "De mi tierra a la Tierra.Sebastiao Salgado.Memorias" la pintora, poeta, fotógrafo y escultora francesa Isabelle Francq que ha colaborado con el propio fotógrafo brasileño en la redacción de sus memorias. Hace apenas un par de semanas apenas podría haberos contado algo de este gran fotógrafo brasileño excepto que era célebre por sus reportajes fotográficos por todo el mundo y que el último de sus libros de fotografía se titulaba "Génesis". Pero hace unos días entré en un cine para ver un documental titulado "La sal de la Tierra" codirigidos por el realizador alemán Wim Wenders(1945) y por Juliano Ribeiro Salgado(1974), el hijo mayor de Sebastiao, sin tener muy claro lo que iba a contemplar y atraído principalmente por la belleza de las imágenes que había visto en los anuncios de su estreno pero en cuanto se apagaron las luces y las primeras imágenes de Sebastiao, la de unos mineros con sus cuerpos ennegrecidos por el lodo trabajando en las minas de oro de Serra Pelada en Brasil, iluminaron la pantalla ya no pude sustraerme al hechizo de la belleza, del horror, de la tragedia, de la esperanza y , sobre todo, de la profunda humanidad que parecía emanar de aquellos fotogramas en blanco y negro que eran cada uno por separado un mundo en sí mismo y todos juntos la biografía, no ya de Sebastiao Salgado, sino la de nuestro propio mundo durante las últimas décadas.
TRAILER DE "LA SAL DE LA TIERRA" 2014
El documental de Wim Wenders y Juliano Riberio Salgado recoge cuarenta años de vida del fotógrafo Sebastiao Salgado, testigo de algunos de los acontecimientos que han ocupado la actualidad de las últimas décadas, desde conflictos bélicos a hambrunas y genocidios, pero también hay lugar en su obra para la belleza de nuestro planeta como lo demuestra en su última obra de momento, "Génesis". Un documental conmovedor por su belleza y el significado de sus imágenes. Wim Wenders define al fotógrafo con estas palabras "Un fotógrafo es, literalmente, alguien que dibuja con la luz. Alguien que escribe y reescribe el mundo con luces y sombras"
El filósofo francés Gilles Deleuze(1925-1995) escribía sobre la emoción que "es creadora, en primer lugar, porque expresa la creación entera; en segundo lugar, porque crea la obra en la que se expresa; y finalmente, porque comunica a los espectadores u oyentes un poco de esa creatividad y esa emoción" y eso es lo que consigue "La sal y la tierra" donde acompañados por la voz del narrador,Wim Wenders, y por el propio Sebastiao, hacemos un recorrido biográfico a través de sus fotografías ,que dejan de ser imágenes de una gran belleza para convertirse en escenas llenas de vida palpitante, en pequeñas teselas de este mosaico inmenso , abrumador, terrible y maravilloso que es nuestro planeta . El documental sobre la vida y la obra de Sebastiao me conmovió de una forma que cada vez me es más difícil sentir en el cine, esa emoción particular que te hace abandonar la sala oscura hacia la luminosidad del día con el alma exaltada, conmovida, viva, como si algo o alguien hubiera entrado en tu interior y te sacudiese el espíritu para que despiertes , abras los ojos y contemples lo que te rodea con ojos nuevos. Aquel día iba en compañía de una amiga y lo primero que hicimos fue entrar en una librería para buscar algún libro de fotografías de Sebastiao. Encontramos el ultimo de ellos , "Génesis" , y también el libro sobre su vida que os he mencionado al inicio "De mi tierra a la Tierra. Sebastiao Salgado.Memorias". El artículo de hoy no es sino el resumen de esta obra para aquellos que no tengáis la oportunidad de leerla, para intentar transmitiros algo del espíritu que anima la vida y la obra de Sebastiao y compartir también la belleza, el misterio, la sensibilidad, la emoción que contienen sus fotografías . Así que,si queréis acompañarme, vamos a emprender un viaje cuya primera escala nos lleva a Brasil.
"Nací en 1944, en el estado de Minas Gerais, en una granja situada en el interior de un amplio valle llamado Rio Doce. Es un valle tan grande como Portugal, famoso por sus minas de oro y he hierro. En los tiempos de mi infancia , la selva atlántica cubría la mitad del valle" Así nos cuenta Sebastiao su nacimiento en una granja de la pequeña localidad de Aimorés, que hoy tiene unos veinticinco mil habitantes y entonces apenas la mitad, enclavada en Minas Gerais, uno de los veintisiete estados de esa inmensa nación que es Brasil , pues sólo Minas Gerais tiene una superficie de 586.000 kilómetros cuadrados, más grande que España y sólo un poco menor que Francia. Su padre era el dueño de una granja de la que dependían treinta familias "producía arroz, maíz , tomates, batatas, frutas, algo de leche, cerdos y carne de buey. Mi padre era el propietario - nos cuenta Salgado - y tenía empleados . Una parte de su trabajo le correspondía a mi padre y el resto era para ellos. Nadie era rico, nadie era pobre" Aquí creció libre y feliz el pequeño Salgado "jugaba en las grandes extensiones, nadaba en los arroyos,galopaba hasta el extremo de la granja, a su punto más elevado y soñaba desde allí con ver más allá ,intentaba imaginar lo que había tras el horizonte" Ya desde muy pequeño se acostumbró a viajar y desde entonces toda su vida ha sido un viaje interminable alrededor del todo el planeta. Tenía siete hermanas y a veces, para visitar a sus hermanas mayores que ya estaban casadas, recorría en soledad, siendo niño distancias que eran equivalentes a las que en Europa puede separar Lisboa de Moscú.
Cuenta también como su padre recorría trayectos de cientos de kilómetros de distancia para llevar a su ganado al matadero, recorridos que suponían cuarenta o cincuenta días de camino en los que daba tiempo a contemplar la naturaleza, a hablar de todo, a relatar cuentos , a soñar, un mundo a otro ritmo más lento al que estamos acostumbrados hoy pero tal vez más acorde con el de la vida, como nos cuenta Salgado "Aunque nuestro mundo avanza rápido, muy rápido hoy día, la vida , por su parte , no tiene la misma velocidad" En aquel mundo nació su amor por la luz que luego se incorporaría a sus fotografías aunque entonces estaba lejos de imaginar que alguna vez sería fotógrafo y recorrería el mundo con una cámara en la mano "Me crié con imágenes de cielos cargados de nubes a través de las cuales penetra la luz. Estas luces han entrado en mis imágenes. De hecho yo estaba en mis imágenes antes de empezar a hacer fotografías " Con quince años Sebastiao deja su hogar para proseguir sus estudios en la ciudad de Victoria , capital del Estado del Espirito Santo, a orillas del Atlántico y todo un contrates para el joven Sebastiao, Victoria era una gran ciudad , un hábitat completamente desconocido para él que ni siquiera conocía el teléfono hasta ese momento. Allí vivió y estudio compartiendo piso con otros cinco estudiantes, trabajó para pagarse los estudios pues los ingresos de su padre no eran suficientes y comenzó a estudiar la carrera de Derecho. Nada hacia pensar entonces que iba a convertirse en uno de los fotógrafos más reconocidos de finales del siglo XX. Brasil vivía en aquel momento tiempos de cambio bajo la presidencia de Juscelino Kubischek (1902-1976), que fue presidente de Brasil entre 1956 y 1961, una época en la que según Sebastiao "Brasil empezó a despertarse de un largo sueño de cuatrocientos años y teníamos la sensación de vivir en un país nuevo y yo deseaba formar parte de aquel movimiento".
Ya en 1964, mientras estudia Derecho , estudios que luego ampliará con Economía, y trabaja como tesorero en la Alianza Francesa, una institución dedicada a la promoción de la cultura francesa, conoce a una joven de 17 años , natural de Victoria y estudiante de piano , que ahora ya trabajaba como maestra de primaria al tiempo que daba clases de música . Se llamaba Lélia Wanick (1947) y desde entonces iba a ser su compañera inseparable para toda la vida . Al mismo tiempo, el 31 de marzo de 1964 Brasil vivía un golpe de estado dirigido por el mariscal Humberto de Alencar Castelo Branco (1897-1967) que nada más llegar al poder suspendió la constitución , abolió los partidos políticos , estableció la censura de la prensa y prohibió cualquier tipo de actividad que pudiera tener connotaciones políticas. Por entonces Sebastiao formaba parte de un grupo de izquierdas llamado Acción Popular. A pesar del cambio radical de la situación política Sebastiao terminó sus estudios y logró plaza para un máster en Sao Paulo. Antes de marcharse allí , el 16 de diciembre de 1967 contrae matrimonio con Lélia. Participan activamente en todos los movimientos de protesta contra la dictadura pero la represión bajo el gobierno del sucesor de Castelo Branco, el también militar Artur da Costa Silva (1899-1969) hace que la situación sea cada vez más peligrosa así que en el verano de 1969 deciden abandonar Brasil. Antes Lélia había perdido a su madre de un cáncer en mayo y a su padre en un incendio dos meses más tarde.
Hoy escribe Sebastiao sobre aquel momento "No éramos más que unos críos. Desde entonces , hemos extrañado mucho nuestro país y nuestras familias. Lélia acababa de perder a sus padres, pero dejaba en Brasil siete hermanas y hermanos. Durante once años yo tampoco vi a mis siete hermanas. Echar de menos nuestro hogar nos unió, pero nuestras vidas nunca fueron sencillas. Si hemos llegado a donde estamos es porque éramos dos.Ya no sé dónde empiezo yo , ni dónde acaba ella" Toda una declaración de amor forjada en las dificultades de una vida donde en ocasiones no tenían ni documentación ni dinero, como tantos de los refugiados que luego serían protagonistas de las fotografías de Sebastiao. A la hora de decidirse por el lugar donde buscar refugio no lo dudaron, Francia , a la que Sebastiao califica como "la patria de los derechos humanos y de la democracia". Se instalan en París en agosto de 1969, retoman sus estudios , Lélia de arquitectura y Sebastiao un doctorado, al tiempo que trabajan y también sacan tiempo para recorrer el país en coche. Se preocupan por atender a los refugiados de la dictadura brasileña que llegaban a Francia, reunen fondos para ellos cocinando comida brasileña e incluso cantando. Cuenta Sebastiao que luego sabría que en aquella época eran objeto de vigilancia del Servicio Nacional de Información, el servicio secreto brasileño, que seguía todos sus pasos y actividades así como las de otros refugiados . Y así llegamos a la primavera de 1970 , cuando Sebastiao tendrá su primer contacto con la fotografía que terminaría cambiando el rumbo de su vida.
Lélia tenía que hacer un trabajo de fotografía para sus clases de arquitectura y compraron material de fotografía durante un viaje a Ginebra .Después de tomar sus primeras imágenes , nos cuenta Sebastiao que "Nació en mí un entusiasmo increíble. Fue así como la fotografía entró en mi vida" Y pocos meses más tarde estaba haciendo su primer reportaje fotográfico para el escritor brasileño Jorge Amado (1912-2001) que recibía en aquel momento un premio de la Academia Francesa. Y comienza a soñar " Poco a poco empecé a pensar que podía ser fotógrafo. Soñaba con que Lélia y yo nos comprásemos una Volkswagen Kombi (la célebre furgoneta que es símbolo de los años sesenta y de la cultura hippie), instalar en él un laboratorio fotográfico y recorrer toda África" Pero en 1971 consigue un gran trabajo en la Organización Internacional del Café , convirtiéndose en funcionario internacional , con un buen sueldo y con frecuentes viajes a África donde se encargaba de desarrollar programas de desarrollo económico en Ruanda, Burundi, el Condo, Uganda y Kenia. Escribe Sebastiao que "gracias a mi trabajo como economista , descubrí África. En ese continente encontré mi paraíso" Y descubrió otra cosa "Mis fotos me hacían mucho más feliz que los informes que debía escribir. No dejaba de preguntarme ¿Debo hacerlo?¿No debo hacerlo? Hasta el día en que mis deseos de convertirme en fotógrafo ganaron la batalla." Y así, en 1973, a los 29 años de edad. Sebastiao Salgado hizo lo que cualquiera le habría dicho que era una locura, dejar un trabajo bien pagado, apasionante por una aventura que no sabía a donde le conduciría. Pero ¿no es ese el atractivo de la aventura? y ¿no hay mayor aventura que apostarlo todo por aquello que sabes que amas y que te hace sentirte pleno?
Con Lélia hizo su primer viaje como fotógrafo a África, a Níger , en un año en que el país estaba siendo asolado por una terrible sequía que había provocado una hambruna. Fueron testigos de escenas muy duras, escenas a las que Sebastiao jamás podría acostumbrarse pero que no le impedía seguir haciendo fotografías para que el mundo tuviera un testimonio de lo que estaba sucediendo. Hoy, cuando le preguntan como se puede hacer una fotografía contemplando el horror, la muerte, la atrocidad, explica "La fotografía es mi lenguaje. El fotógrafo está ahí para cerrar el pico, sean cuales sean las circunstancias, está ahí para ver y fotografiar. A través de la fotografía trabajo, me expreso . A través de ella vivo" Igual que el escritor o el periodista utiliza las palabras para comunicar lo que de otra forma nunca conoceríamos, el fotógrafo emplea la imagen como su escritura. Y hace una crítica que comparto contra aquellos que prefieren que esas escenas no se muestren porque pueden herir la sensibilidad, no se debe dar la espalda a la realidad, a lo que está sucediendo, aunque eso suponga que nos sintamos mal mientras estamos sentados delante de la televisión o leyendo el reportaje de una revista. Dice Sebastiao haciendo referencia al libro de fotografías titulado "Éxodo" que publicaría años después recogiendo algunos de los acontecimientos más trágicos de la década de los noventa que fotografío a lo largo de siete años "En ese periodo de horror, lo fotografíe con todo mi corazón. Pensaba que todo el mundo debía saberlo. Nadie tiene derecho a protegerse de las tragedias de su tiempo porque todos somos responsables, en cierto modo, de lo que ocurre en la sociedad en la que hemos elegido vivir" , un poco después añade "en esta sociedad de consumo en la que participamos todos debemos admitir que que explota y empobrece a un enorme número de habitantes del planeta" y concluye "Los mirones son los políticos que permitieron estas catástrofes"
Personalmente sólo puedo compartir sus palabras aunque la postura más sencilla sea apartar la mirada y pensar en otra cosa, pero las injusticias que sufre una parte de la humanidad no es sólo un problema de los políticos, sino de todos nosotros y por eso el trabajo de personas como Sebastiao Salgado, que tienen el valor de enfrentarse al horror, a la enfermedad, a la muerte para transmitirnos lo que sufren otras personas es un tesoro del que no podemos prescindir porque nos permiten conocer otras realidades diferentes a nuestras preocupaciones cotidianas. ¿Cuántas vidas no se salvan gracias a las fotografías de niños que agonizan de hambre, de refugiados que deambulan por el desierto sin un lugar donde vivir, de los emigrantes que arriesgan sus vidas para cruzar el mar y llegar a las costas de Europa en busca de una nueva tierra prometida?Las fotografías de Sebastiao, como las de otros muchos reporteros, son los testigos mudos de esa realidad. Pero volvamos con Sebastiao que a su regreso de África en 1974 tenía toxoplasmosis que por fortuna no contrajo Lélia, que entonces estaba embarazada de su primer hijo, Juliano, ya que esta enfermedad, que en adultos no tiene gravedad, puede ser letal para los fetos. Las fotografías fueron un éxito, sobre todo una que sirvió para la campaña La Tierra es Nuestra de la organización Comité Católico contra el Hambre y a Favor del Desarrollo (CCFD). Escribe Sebastiao que todavía entonces buscaba su terreno "lo probé todo: los desnudos, el deporte, los retratos. Y un día, sin saber cómo ni por qué, descubrí que lo mio era lo social"
Su trabajo en la Organización Internacional del Café le había permitido conocer las duras condiciones de vida de los trabajadores . En Ruanda había visto "a los trabajadores afanarse doce horas al día en las plantaciones , descalzos. No tenían ningún tipo de seguridad social. El salario que percibían no les permitía acceder a una vivienda decente ni a servicios sanitarios, ni darles una educación a sus hijos. Trabajaban tanto como los obreros europeos , pero lo que producía no tenían valor" y añade estas palabras que suenan terribles por el contenido de verdad que encierran "Era como si nos pagaran por consumir café, regalándonos como prima su salud, su bienestar, la educación de sus hijos y todas sus necesidades básicas" Además el propio Sebastiao y su esposa Lélia eran también refugiados lo que les llevaba a comprender mejor el drama de los refugiados y los sin papeles. Fue así como surgió su vocación como fotógrafo de lo social, como él lo llama, y por eso pensó en dedicar su primer trabajo fotográfico a África, pero no a sus bellezas naturales , ni tampoco a su riqueza cultural y antropológica sino al continente azotado por la hambruna , las enfermedades y la pobreza . Como señala Sebastiao "el mundo estaba dividido en dos, por un lado la libertad para aquellos que lo tienen todo y, por otro, la privación de todo para aquellos que no tienen nada" y su fotografía iba a dar testimonio de aquella situación. En 1975 entró a trabajar en la agencia francesa Gamma. Había sido fundada en 1966 y desde su nacimiento se había hecho famosa enviando a sus fotógrafos a los principales conflictos del mundo, sus imágenes sobre el Mayo del 68 o la guerra de Vietnam fueron portadas en revistas como "Paris Match", "Stern" o "Times".
Fueron cuatro años emocionantes en los que se formó como fotoperiodista Recibían por la mañana un teletipo con una historia en Bangladesh y poco después estaba haciendo sus maletas y partía de viaje . Cuando ya estaba en el destino y realizaba su trabajo entregaba en muchas ocasiones los rollos de película a viajeros que volaban rumbo a Francia para que los entregaran a un hombre de Gamma que esperaba a la salida del aeropuerto en París y según cuenta Sebastiao nunca perdió una de aquellas fotografías. Si estando en Bangladesh surgía otra noticia en el Congo por ejemplo, volvía a tomar el avión e iba directamente hacia allí. Así no sólo creció como fotógrafo sino que adquirió un gran conocimiento de los países en los que iba trabajando lo que le permitía desarrollar una visión más amplia del mundo que luego trasladaría a los grandes reportajes que recogería en sus libros. Ya para entonces, aunque disfrutaba viajando de un lado a otro haciendo reportajes diferentes, sentía la necesidad de que su trabajo fuera más amplio "Para mí -nos explica Sebastiao -fotografiar es mucho más que publicar imágenes en un periódico .Lo que me interesa es producir relatos fotográficos. Es decir, trabajar a fondo un tema durante cinco o seis años, y no pasar, como de flor en flor , de un tema a otro, de un lugar a otro" pero no es sencillo dedicar cinco o seis años de tu vida a retratar, por ejemplo, la pobreza o el drama de los exiliados, los refugiados, los que no tienen nada. ¿Cual es el secreto? Sebastiao responde así a la pregunta "No puedes pasar cinco años de tu vida en África si no la amas verdaderamente. Es inútil obligarse a observar a la gente trabajar si es algo que no te interesa" y concluye con una máxima que debería ser el lema de vida para cualquiera de nosotros "Hay que amar lo que se hace".
Por fin en 1979 en Brasil entró en vigor una ley de amnistía que permitió que Sebastiao y Lélia regresaran a a su país .Ya desde el año 1977 había comenzado a realizar reportajes en diferentes países de América, ahora también podía incluir a su patria . Durante los años siguientes viajaría por Ecuador, Guatemala,Chile, Bolivia, Perú y México . Fueron siete años en los que visitó muchos pueblos indígenas a los que no se limitaba a fotografiar sino que se sumergía en su cultura . Después de caminar durante días por terrenos abruptos "cuando por fin lo encontraba (al grupo que deseaba fotografiar) debía tomarme mi tiempo hasta que conseguía que me aceptaran . Estos indígenas, fueron prácticamente exterminados por nuestra civilización occidental. Siguen desconfiando. Hay que conversar mucho con ellos para poder fotografiarlos" Pasaba en ocasiones mucho frío, en otras le rendía el calor, sentía nostalgia de su familia tan lejos de él pero a pesar de la dureza "Vi tanta belleza , descubrí tantísima riqueza cultural y espiritual que no me arrepiento de nada" Y subraya la importancia que tenía en sus reportajes el hecho de viajar solo . Creo que es algo que todos hemos experimentado, aunque sea en nuestros viajes como simples turistas. Cuando viajas solo es más sencillo acercarse a los demás y también es más sencillo que te acojan con simpatía. Sebastiao lo explica así "El ser humano es un animal gregario, de modo que , cuando aterriza solo en algún lugar , es rápidamente asimilado por los que están allí. Cuando tenía frío , cuando tenía hambre, cuando echa de menos a mi familia se lo decía. Compartí con ellos lo esencial, al igual que ellos lo compartieran conmigo" Después de siete años de trabajo en 1984 vio a la luz su primer gran libro de fotografías titulado "Otras Américas" Para entonces ya había dejado la agencia Gamma en 1979 y había comenzado su trabajo con otra de las grandes agencias, Magnum. Iba a comenzar la época más intensa en la vida de Sebastiao, la que le convirtió en uno de los fotógrafos más importantes de final del siglo XX y comienzos del siglo XXI y que se prolonga hasta nuestros días, con obras que son un testimonio de su tiempo. Esta parte, la más dura y también la más hermosa de su vida, la conoceremos en la segunda parte de esta historia.
Enlace con la segunda parte de "Sebastiao Salgado, la dignidad en imágenes"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2014/11/sebastiao-salgado-la-dignidad-en_12.html
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TRAILER DE "LA SAL DE LA TIERRA" 2014
El documental de Wim Wenders y Juliano Riberio Salgado recoge cuarenta años de vida del fotógrafo Sebastiao Salgado, testigo de algunos de los acontecimientos que han ocupado la actualidad de las últimas décadas, desde conflictos bélicos a hambrunas y genocidios, pero también hay lugar en su obra para la belleza de nuestro planeta como lo demuestra en su última obra de momento, "Génesis". Un documental conmovedor por su belleza y el significado de sus imágenes. Wim Wenders define al fotógrafo con estas palabras "Un fotógrafo es, literalmente, alguien que dibuja con la luz. Alguien que escribe y reescribe el mundo con luces y sombras"
El filósofo francés Gilles Deleuze(1925-1995) escribía sobre la emoción que "es creadora, en primer lugar, porque expresa la creación entera; en segundo lugar, porque crea la obra en la que se expresa; y finalmente, porque comunica a los espectadores u oyentes un poco de esa creatividad y esa emoción" y eso es lo que consigue "La sal y la tierra" donde acompañados por la voz del narrador,Wim Wenders, y por el propio Sebastiao, hacemos un recorrido biográfico a través de sus fotografías ,que dejan de ser imágenes de una gran belleza para convertirse en escenas llenas de vida palpitante, en pequeñas teselas de este mosaico inmenso , abrumador, terrible y maravilloso que es nuestro planeta . El documental sobre la vida y la obra de Sebastiao me conmovió de una forma que cada vez me es más difícil sentir en el cine, esa emoción particular que te hace abandonar la sala oscura hacia la luminosidad del día con el alma exaltada, conmovida, viva, como si algo o alguien hubiera entrado en tu interior y te sacudiese el espíritu para que despiertes , abras los ojos y contemples lo que te rodea con ojos nuevos. Aquel día iba en compañía de una amiga y lo primero que hicimos fue entrar en una librería para buscar algún libro de fotografías de Sebastiao. Encontramos el ultimo de ellos , "Génesis" , y también el libro sobre su vida que os he mencionado al inicio "De mi tierra a la Tierra. Sebastiao Salgado.Memorias". El artículo de hoy no es sino el resumen de esta obra para aquellos que no tengáis la oportunidad de leerla, para intentar transmitiros algo del espíritu que anima la vida y la obra de Sebastiao y compartir también la belleza, el misterio, la sensibilidad, la emoción que contienen sus fotografías . Así que,si queréis acompañarme, vamos a emprender un viaje cuya primera escala nos lleva a Brasil.
"De mi tierra a la Tierra. Sebastiao Salgado Memorias" es el libro de memorias del fotógrafo de donde he extraído todos los textos entrecomillados a lo largo de este artículo , un libro escrito por el propio fotógrafo en colaboración con la también fotógrafa , escultora y pintora Isabelle Francq que en su prólogo escribe sobre el trabajo de Salgado estas palabras que comparto en su totalidad porque ahora que lo he conocido despierta las mismas emociones en mí "Me gusta la estética barroca de sus imágenes - escribe Isabelle- sus luces siempre extraordinarias , la fuerza que desprende y también la ternura que emana de ellas y que me lleva a lo mejor de mí misma" y del propio Salgado como persona escribe "Es la autenticidad de un hombre que sabe combinar militancia y profesionalismo, talento y generosidad" A lo largo de este artículo sólo espero que a algunos de los que no le conozcáis sepa animaros a conocer su obra porque también será una forma de entrar en contacto con otras realidades y con una forma de ver el mundo diferente a la que nos tiene acostumbrados nuestra vida cotidiana (Imagen procedente de http://www.fotografodigital.com ) |
"Nací en 1944, en el estado de Minas Gerais, en una granja situada en el interior de un amplio valle llamado Rio Doce. Es un valle tan grande como Portugal, famoso por sus minas de oro y he hierro. En los tiempos de mi infancia , la selva atlántica cubría la mitad del valle" Así nos cuenta Sebastiao su nacimiento en una granja de la pequeña localidad de Aimorés, que hoy tiene unos veinticinco mil habitantes y entonces apenas la mitad, enclavada en Minas Gerais, uno de los veintisiete estados de esa inmensa nación que es Brasil , pues sólo Minas Gerais tiene una superficie de 586.000 kilómetros cuadrados, más grande que España y sólo un poco menor que Francia. Su padre era el dueño de una granja de la que dependían treinta familias "producía arroz, maíz , tomates, batatas, frutas, algo de leche, cerdos y carne de buey. Mi padre era el propietario - nos cuenta Salgado - y tenía empleados . Una parte de su trabajo le correspondía a mi padre y el resto era para ellos. Nadie era rico, nadie era pobre" Aquí creció libre y feliz el pequeño Salgado "jugaba en las grandes extensiones, nadaba en los arroyos,galopaba hasta el extremo de la granja, a su punto más elevado y soñaba desde allí con ver más allá ,intentaba imaginar lo que había tras el horizonte" Ya desde muy pequeño se acostumbró a viajar y desde entonces toda su vida ha sido un viaje interminable alrededor del todo el planeta. Tenía siete hermanas y a veces, para visitar a sus hermanas mayores que ya estaban casadas, recorría en soledad, siendo niño distancias que eran equivalentes a las que en Europa puede separar Lisboa de Moscú.
La Hacienda Bulcao en el Valle del Río Doce en el Estado de Minas Gerais , el hogar donde Sebastiao Salgado pasó su infancia hasta los quince años de edad. Veis que en la parte superior pone que la fotografía es del año 2013 . En la segunda parte os explicaré el milagro que contiene esta imagen , un milagro nacido de la voluntad de Sebastiao y de su esposa Lélia Wanick. Veréis que prácticamente todas las fotografías que vamos a ver en este relato son en blanco y negro porque Sebastiao se decantó casi desde el comienzo por el blanco y negro en detrimento del color. Él lo explica así en el libro "Cuando trabajaba en color me parecía que la belleza de los azules y los rojos era tal que estos colores se volvían más importantes que todas las emociones contenidas en la fotografía. Esto me desconcentraba. Mientras que con el blanco y negro , y con todas las gamas de gris, era capaz de concentrarme en la densidad de las personas , sus actitudes , sus miradas, sin que el color la parasitara . Por supuesto , en la realidad nada es en blanco y negro. Pero, cuando miramos una imagen en blanco y negro, nos penetra, la digerimos y , de forma inconsciente, la coloreamos" Según Sebastiao, la imagen en blanco y negro capta nuestra atención , no nos distrae con los colores y nos centra en lo que quiere decirnos esa imagen. Pero sobre todo, el secreto de la fotografía se encuentra en lo que nos dice Sebastiao "Cuando se retrata a las personas , a los animales, a a naturaleza hay que sentirlos, amarlos y respetarlos" (Imagen procedente de http://www.institutoterra.org ) |
Cuenta también como su padre recorría trayectos de cientos de kilómetros de distancia para llevar a su ganado al matadero, recorridos que suponían cuarenta o cincuenta días de camino en los que daba tiempo a contemplar la naturaleza, a hablar de todo, a relatar cuentos , a soñar, un mundo a otro ritmo más lento al que estamos acostumbrados hoy pero tal vez más acorde con el de la vida, como nos cuenta Salgado "Aunque nuestro mundo avanza rápido, muy rápido hoy día, la vida , por su parte , no tiene la misma velocidad" En aquel mundo nació su amor por la luz que luego se incorporaría a sus fotografías aunque entonces estaba lejos de imaginar que alguna vez sería fotógrafo y recorrería el mundo con una cámara en la mano "Me crié con imágenes de cielos cargados de nubes a través de las cuales penetra la luz. Estas luces han entrado en mis imágenes. De hecho yo estaba en mis imágenes antes de empezar a hacer fotografías " Con quince años Sebastiao deja su hogar para proseguir sus estudios en la ciudad de Victoria , capital del Estado del Espirito Santo, a orillas del Atlántico y todo un contrates para el joven Sebastiao, Victoria era una gran ciudad , un hábitat completamente desconocido para él que ni siquiera conocía el teléfono hasta ese momento. Allí vivió y estudio compartiendo piso con otros cinco estudiantes, trabajó para pagarse los estudios pues los ingresos de su padre no eran suficientes y comenzó a estudiar la carrera de Derecho. Nada hacia pensar entonces que iba a convertirse en uno de los fotógrafos más reconocidos de finales del siglo XX. Brasil vivía en aquel momento tiempos de cambio bajo la presidencia de Juscelino Kubischek (1902-1976), que fue presidente de Brasil entre 1956 y 1961, una época en la que según Sebastiao "Brasil empezó a despertarse de un largo sueño de cuatrocientos años y teníamos la sensación de vivir en un país nuevo y yo deseaba formar parte de aquel movimiento".
El documental "La sal de la vida" empieza con unas fotografías impresionantes de la mina de oro de Serra Pelada, que se halla en el Estado de Pará en el norte de Brasil. Fue descubierta en 1980 y Sebastiao Salgado viajó hasta allí en 1986, cuando tomó fotografías como la que podéis ver sobre estas líneas. A mí me impresionó al verlas por primera vez y me recordó los círculos del Infierno de la "Divina Comedia" de Dante Alighieri (1265-1321). Es un pozo enorme donde trabajan cincuenta mil personas a una profundidad de más de setenta metros. Escribe sobre ellos Salgado que "Parecían estar esculpidos en el barro. Observando a todas estas personas golpeando con el pico, retirando la tierra a mano, creí oír el murmullo del oro" pero también nos explica que aunque desde el exterior pueda parecer un castigo en todo caso es un castigo elegido "Impresiona ver a tantas personas trabajar, unas junto a otras, en ese inmenso agujero a cielo abierto. Estas fotos pueden dar la impresión de que es un trabajo muy duro para los mineros. Pero los tipos que trabajaban allí eran todos voluntarios. No eran esclavos, salvo, en cierto modo, esclavos de su propio deseo de enriquecerse" (Imagen procedente de semcostumes.blogspot.com) |
Otra de las fotografías tomadas por Sebastiao Salgado en la Mina de Serra Pelada en 1986. Sobre la vida cotidiana de los mineros nos cuenta Salgado que "se alimentaban bien, con mucha carne, mandioca, arroz, legumbres. El alcohol estaba prohibido, no había mujeres a menos de 40 o 50 kilómetros y reinaba una gran violencia latente" Cuenta también una anécdota divertida en medio de la dureza de aquella vida , cuando uno de los trabajadores, que era homosexual, le dijo "Sebastiao, tienes suerte, vives en París. Mi sueño , cuando encuentre oro, es ir allí para ponerme pechos de silicona, allí es donde se encuentran los más bellos" Que diferentes son los sueños que mueven a los seres humanos a las empresas más arduas . ¿Cuántos sueños se cumplirían en Mina de Serra Pelada? No lo sabemos, pero lo que si nos queda es la belleza y la dureza de las imágenes de Salgado (Imagen procedente depacochuquiure.wordpress.com) |
Fotografía de la portada de su primer libro que recogía su trabajo a lo largo de siete años , entre 1977 y 1984, recorriendo Chile, Perú, Bolivia, Guatemala, México o Ecuador, un tiempo en el que convivió con los indígenas, vivía, dormía, comía con ellos, compartía sus historias, sus sentimientos . Por eso sus fotografías nos parecen tan vivas , tan cercanas, tan llenas de humanidad, porque Sebastiao no se limita a ponerse detrás de la cámara para hacer una foto, se sumerge en su mundo, se acerca a ellos y también se da él mismo. Sobre las fotografías que aparecen en este libro , "Otras Américas" escribe Salgado que " Estas fotografías ellos me la dieron y yo las recibí. Están cargadas de valor: me recuerdan mi aislamiento , sumado al consuelo que me dieron los nativos" (Imagen procedente de http://ounae.com ) |
Hoy escribe Sebastiao sobre aquel momento "No éramos más que unos críos. Desde entonces , hemos extrañado mucho nuestro país y nuestras familias. Lélia acababa de perder a sus padres, pero dejaba en Brasil siete hermanas y hermanos. Durante once años yo tampoco vi a mis siete hermanas. Echar de menos nuestro hogar nos unió, pero nuestras vidas nunca fueron sencillas. Si hemos llegado a donde estamos es porque éramos dos.Ya no sé dónde empiezo yo , ni dónde acaba ella" Toda una declaración de amor forjada en las dificultades de una vida donde en ocasiones no tenían ni documentación ni dinero, como tantos de los refugiados que luego serían protagonistas de las fotografías de Sebastiao. A la hora de decidirse por el lugar donde buscar refugio no lo dudaron, Francia , a la que Sebastiao califica como "la patria de los derechos humanos y de la democracia". Se instalan en París en agosto de 1969, retoman sus estudios , Lélia de arquitectura y Sebastiao un doctorado, al tiempo que trabajan y también sacan tiempo para recorrer el país en coche. Se preocupan por atender a los refugiados de la dictadura brasileña que llegaban a Francia, reunen fondos para ellos cocinando comida brasileña e incluso cantando. Cuenta Sebastiao que luego sabría que en aquella época eran objeto de vigilancia del Servicio Nacional de Información, el servicio secreto brasileño, que seguía todos sus pasos y actividades así como las de otros refugiados . Y así llegamos a la primavera de 1970 , cuando Sebastiao tendrá su primer contacto con la fotografía que terminaría cambiando el rumbo de su vida.
Una de las fotografías incluidas en su libro "Otras Américas" titulada "Oración al dios Mixe" tomada en México en 1980. Salgado escribe sobre la necesidad de dedicar horas y horas a la espera del momento adecuado para tomar una imagen y para ello hay que llegar a sumergirse en lo que te rodea, a fundirte con tu entorno, tanto con la naturaleza como con las personas "Integrándose completamente con lo que te rodea - escribe Sebastiao - el fotógrafo sabe que va a presenciar algo inesperado. Cuando se funde con el paisaje, con la situación, la construcción de la imagen acaba emergiendo ante tus ojos. Y en esos instantes ¡qué éxtasis!" (Imagen procedente de http://avesdeprensa.blogspot.com.es ) |
Lélia tenía que hacer un trabajo de fotografía para sus clases de arquitectura y compraron material de fotografía durante un viaje a Ginebra .Después de tomar sus primeras imágenes , nos cuenta Sebastiao que "Nació en mí un entusiasmo increíble. Fue así como la fotografía entró en mi vida" Y pocos meses más tarde estaba haciendo su primer reportaje fotográfico para el escritor brasileño Jorge Amado (1912-2001) que recibía en aquel momento un premio de la Academia Francesa. Y comienza a soñar " Poco a poco empecé a pensar que podía ser fotógrafo. Soñaba con que Lélia y yo nos comprásemos una Volkswagen Kombi (la célebre furgoneta que es símbolo de los años sesenta y de la cultura hippie), instalar en él un laboratorio fotográfico y recorrer toda África" Pero en 1971 consigue un gran trabajo en la Organización Internacional del Café , convirtiéndose en funcionario internacional , con un buen sueldo y con frecuentes viajes a África donde se encargaba de desarrollar programas de desarrollo económico en Ruanda, Burundi, el Condo, Uganda y Kenia. Escribe Sebastiao que "gracias a mi trabajo como economista , descubrí África. En ese continente encontré mi paraíso" Y descubrió otra cosa "Mis fotos me hacían mucho más feliz que los informes que debía escribir. No dejaba de preguntarme ¿Debo hacerlo?¿No debo hacerlo? Hasta el día en que mis deseos de convertirme en fotógrafo ganaron la batalla." Y así, en 1973, a los 29 años de edad. Sebastiao Salgado hizo lo que cualquiera le habría dicho que era una locura, dejar un trabajo bien pagado, apasionante por una aventura que no sabía a donde le conduciría. Pero ¿no es ese el atractivo de la aventura? y ¿no hay mayor aventura que apostarlo todo por aquello que sabes que amas y que te hace sentirte pleno?
Esta fotografía es una de las más conocidas entre las muchas fotografías célebres de Sebastiao Salgado. La tomó en Mali en 1985 y en ella retrata a una mujer que se había quedado ciega como consecuencia de las infecciones oculares que no habían recibido tratamiento y que estaba esperando la comida que tenían que distribuir a las víctimas de la sequía que estaba asolando el Sahel. Salgado pasó 18 meses a partir de 1984 viajando por Mali, Etiopía, Sudán y el Chad tomando imágenes como esta para apoyar la campaña de Médico Sin Fronteras . Él éxito de la campaña le sirvió a Salgado para ganar el premio World Press, uno de los más prestigiosos dentro del mundo del fotoperiodismo, pero sobre todo ayudó a salvar muchas vidas al mostrar lo que estaba padeciendo la población del Sahel (Imagen procedente de http://www.pinterest.com ) |
Con Lélia hizo su primer viaje como fotógrafo a África, a Níger , en un año en que el país estaba siendo asolado por una terrible sequía que había provocado una hambruna. Fueron testigos de escenas muy duras, escenas a las que Sebastiao jamás podría acostumbrarse pero que no le impedía seguir haciendo fotografías para que el mundo tuviera un testimonio de lo que estaba sucediendo. Hoy, cuando le preguntan como se puede hacer una fotografía contemplando el horror, la muerte, la atrocidad, explica "La fotografía es mi lenguaje. El fotógrafo está ahí para cerrar el pico, sean cuales sean las circunstancias, está ahí para ver y fotografiar. A través de la fotografía trabajo, me expreso . A través de ella vivo" Igual que el escritor o el periodista utiliza las palabras para comunicar lo que de otra forma nunca conoceríamos, el fotógrafo emplea la imagen como su escritura. Y hace una crítica que comparto contra aquellos que prefieren que esas escenas no se muestren porque pueden herir la sensibilidad, no se debe dar la espalda a la realidad, a lo que está sucediendo, aunque eso suponga que nos sintamos mal mientras estamos sentados delante de la televisión o leyendo el reportaje de una revista. Dice Sebastiao haciendo referencia al libro de fotografías titulado "Éxodo" que publicaría años después recogiendo algunos de los acontecimientos más trágicos de la década de los noventa que fotografío a lo largo de siete años "En ese periodo de horror, lo fotografíe con todo mi corazón. Pensaba que todo el mundo debía saberlo. Nadie tiene derecho a protegerse de las tragedias de su tiempo porque todos somos responsables, en cierto modo, de lo que ocurre en la sociedad en la que hemos elegido vivir" , un poco después añade "en esta sociedad de consumo en la que participamos todos debemos admitir que que explota y empobrece a un enorme número de habitantes del planeta" y concluye "Los mirones son los políticos que permitieron estas catástrofes"
Otra de las fotografías tomadas por Salgado durante los dieciocho meses que pasó en el Sahel entre 1984 y 1985. En este caso recoge la imagen de unos refugiados en el campo de refugiados de Korem, en Etiopía, que era el´de mayores dimensiones en aquel momento, con 80.000 personas en él. Escribe Salgado que "Ninguna foto por sí sola puede cambiar nada en la pobreza del mundo.Pero mis imágenes acompañadas de textos, de películas y de toda la acción de las organizaciones humanitarias y medioambientales forman parte de un movimiento de mayor envergadura que denuncia la violencia, la exclusión o la problemática ecológica . Estos medios de información ayudan a sensibilizar a aquellos que los miran sobre la capacidad que tenemos todos para cambiar el destino de la humanidad" Estas fotografías tienen un precio pero sin duda su valor siempre será mucho mayor que el precio que se las quiera poner porque tienen la capacidad de remover la conciencia y de producir un cambio (Imagen procedente de http://www.cuervoblanco.com ) |
Personalmente sólo puedo compartir sus palabras aunque la postura más sencilla sea apartar la mirada y pensar en otra cosa, pero las injusticias que sufre una parte de la humanidad no es sólo un problema de los políticos, sino de todos nosotros y por eso el trabajo de personas como Sebastiao Salgado, que tienen el valor de enfrentarse al horror, a la enfermedad, a la muerte para transmitirnos lo que sufren otras personas es un tesoro del que no podemos prescindir porque nos permiten conocer otras realidades diferentes a nuestras preocupaciones cotidianas. ¿Cuántas vidas no se salvan gracias a las fotografías de niños que agonizan de hambre, de refugiados que deambulan por el desierto sin un lugar donde vivir, de los emigrantes que arriesgan sus vidas para cruzar el mar y llegar a las costas de Europa en busca de una nueva tierra prometida?Las fotografías de Sebastiao, como las de otros muchos reporteros, son los testigos mudos de esa realidad. Pero volvamos con Sebastiao que a su regreso de África en 1974 tenía toxoplasmosis que por fortuna no contrajo Lélia, que entonces estaba embarazada de su primer hijo, Juliano, ya que esta enfermedad, que en adultos no tiene gravedad, puede ser letal para los fetos. Las fotografías fueron un éxito, sobre todo una que sirvió para la campaña La Tierra es Nuestra de la organización Comité Católico contra el Hambre y a Favor del Desarrollo (CCFD). Escribe Sebastiao que todavía entonces buscaba su terreno "lo probé todo: los desnudos, el deporte, los retratos. Y un día, sin saber cómo ni por qué, descubrí que lo mio era lo social"
"La mano del hombre" fue la siguiente obra que realizó Sebastiao Salgado después de publicar "Otras Américas" En ella pretendía rendir un homenaje al hombre trabajador y lo realizó entre 1986 y 1991 realizando nada menos que cuarenta reportajes fotográficos en veinticinco países diferentes . Quería convertir a los protagonistas de esta obra a las personas que trabajaban en las grandes industrias donde se trabajaba todavía en cadena, porque sabía que esos trabajos iban a ir desapareciendo debido a la robotización de la industria y pretendía captar su imagen antes de que desaparecieran. Recuerda sobre esta obra que "Me gustó mucho esta época de mi vida porque donde quiera que encontrara a un hombre trabajando, ese hombre estaba siempre orgulloso de producir , de crear. Me impresionó la ingeniosidad de nuestra especie " (Imagen procedente de http://www.amazon.fr ) |
Su trabajo en la Organización Internacional del Café le había permitido conocer las duras condiciones de vida de los trabajadores . En Ruanda había visto "a los trabajadores afanarse doce horas al día en las plantaciones , descalzos. No tenían ningún tipo de seguridad social. El salario que percibían no les permitía acceder a una vivienda decente ni a servicios sanitarios, ni darles una educación a sus hijos. Trabajaban tanto como los obreros europeos , pero lo que producía no tenían valor" y añade estas palabras que suenan terribles por el contenido de verdad que encierran "Era como si nos pagaran por consumir café, regalándonos como prima su salud, su bienestar, la educación de sus hijos y todas sus necesidades básicas" Además el propio Sebastiao y su esposa Lélia eran también refugiados lo que les llevaba a comprender mejor el drama de los refugiados y los sin papeles. Fue así como surgió su vocación como fotógrafo de lo social, como él lo llama, y por eso pensó en dedicar su primer trabajo fotográfico a África, pero no a sus bellezas naturales , ni tampoco a su riqueza cultural y antropológica sino al continente azotado por la hambruna , las enfermedades y la pobreza . Como señala Sebastiao "el mundo estaba dividido en dos, por un lado la libertad para aquellos que lo tienen todo y, por otro, la privación de todo para aquellos que no tienen nada" y su fotografía iba a dar testimonio de aquella situación. En 1975 entró a trabajar en la agencia francesa Gamma. Había sido fundada en 1966 y desde su nacimiento se había hecho famosa enviando a sus fotógrafos a los principales conflictos del mundo, sus imágenes sobre el Mayo del 68 o la guerra de Vietnam fueron portadas en revistas como "Paris Match", "Stern" o "Times".
Una de las fotografías que forma parte de "La mano del hombre" que muestra uno de los Ship Breaking Yards o astilleros de desguace de barcos en Bangladesh. Los barcos viejos que han acabado su vida útil so llevados a ciertos lugares en Pakistán, India o Bangladesh donde son desguazados para reutilizar sus metales en la fabricación de otros productos . Un reciclaje que en un primer momento nos puede parecer magnífico, pero Salgado establece otra relación no tan luminosa "Un barco nace en una mina de carbón y en una mina de hierro: el carbón y el hierro componen el acero, que a su vez es transformado en planchas que, uniéndose forman el barco. La silicosis que carcome los pulmones de los mineros del carbón y del hierro afecta igualmente a los obreros de los astilleros y se repiten los mismos síntomas en los astilleros de desguace de barcos de Bangladesh. Esta enfermedad recorre toda la cadena industrial" Gracias a su trabajo en "La mano del hombre" pudo obtener esa visión global de la producción industrial (Imagen procedente de http://www.pinterest.com ) |
Fueron cuatro años emocionantes en los que se formó como fotoperiodista Recibían por la mañana un teletipo con una historia en Bangladesh y poco después estaba haciendo sus maletas y partía de viaje . Cuando ya estaba en el destino y realizaba su trabajo entregaba en muchas ocasiones los rollos de película a viajeros que volaban rumbo a Francia para que los entregaran a un hombre de Gamma que esperaba a la salida del aeropuerto en París y según cuenta Sebastiao nunca perdió una de aquellas fotografías. Si estando en Bangladesh surgía otra noticia en el Congo por ejemplo, volvía a tomar el avión e iba directamente hacia allí. Así no sólo creció como fotógrafo sino que adquirió un gran conocimiento de los países en los que iba trabajando lo que le permitía desarrollar una visión más amplia del mundo que luego trasladaría a los grandes reportajes que recogería en sus libros. Ya para entonces, aunque disfrutaba viajando de un lado a otro haciendo reportajes diferentes, sentía la necesidad de que su trabajo fuera más amplio "Para mí -nos explica Sebastiao -fotografiar es mucho más que publicar imágenes en un periódico .Lo que me interesa es producir relatos fotográficos. Es decir, trabajar a fondo un tema durante cinco o seis años, y no pasar, como de flor en flor , de un tema a otro, de un lugar a otro" pero no es sencillo dedicar cinco o seis años de tu vida a retratar, por ejemplo, la pobreza o el drama de los exiliados, los refugiados, los que no tienen nada. ¿Cual es el secreto? Sebastiao responde así a la pregunta "No puedes pasar cinco años de tu vida en África si no la amas verdaderamente. Es inútil obligarse a observar a la gente trabajar si es algo que no te interesa" y concluye con una máxima que debería ser el lema de vida para cualquiera de nosotros "Hay que amar lo que se hace".
Fotografía tomada en 1991 en el yacimiento de petróleo de Gran Burhan, en Kuwait, poco después de la primera Guerra del Golfo , donde recoge a estos dos trabajadores preparándose para inyectar lodo químico para sellar un pozo antiguo. Creo que también está incluido en su libro "La mano del hombre" aunque en este caso no lo se con certeza. Sobre la fuerza de estas imágenes escribe Salgado "La fotografía es una escritura de una gran fuerza , que puede leerse en todo el mundo sin necesidad de traducción" sin duda él es un gran escritor de imágenes (Imagen procedente de https://odaaniepce.wordpress.com ) |
Por fin en 1979 en Brasil entró en vigor una ley de amnistía que permitió que Sebastiao y Lélia regresaran a a su país .Ya desde el año 1977 había comenzado a realizar reportajes en diferentes países de América, ahora también podía incluir a su patria . Durante los años siguientes viajaría por Ecuador, Guatemala,Chile, Bolivia, Perú y México . Fueron siete años en los que visitó muchos pueblos indígenas a los que no se limitaba a fotografiar sino que se sumergía en su cultura . Después de caminar durante días por terrenos abruptos "cuando por fin lo encontraba (al grupo que deseaba fotografiar) debía tomarme mi tiempo hasta que conseguía que me aceptaran . Estos indígenas, fueron prácticamente exterminados por nuestra civilización occidental. Siguen desconfiando. Hay que conversar mucho con ellos para poder fotografiarlos" Pasaba en ocasiones mucho frío, en otras le rendía el calor, sentía nostalgia de su familia tan lejos de él pero a pesar de la dureza "Vi tanta belleza , descubrí tantísima riqueza cultural y espiritual que no me arrepiento de nada" Y subraya la importancia que tenía en sus reportajes el hecho de viajar solo . Creo que es algo que todos hemos experimentado, aunque sea en nuestros viajes como simples turistas. Cuando viajas solo es más sencillo acercarse a los demás y también es más sencillo que te acojan con simpatía. Sebastiao lo explica así "El ser humano es un animal gregario, de modo que , cuando aterriza solo en algún lugar , es rápidamente asimilado por los que están allí. Cuando tenía frío , cuando tenía hambre, cuando echa de menos a mi familia se lo decía. Compartí con ellos lo esencial, al igual que ellos lo compartieran conmigo" Después de siete años de trabajo en 1984 vio a la luz su primer gran libro de fotografías titulado "Otras Américas" Para entonces ya había dejado la agencia Gamma en 1979 y había comenzado su trabajo con otra de las grandes agencias, Magnum. Iba a comenzar la época más intensa en la vida de Sebastiao, la que le convirtió en uno de los fotógrafos más importantes de final del siglo XX y comienzos del siglo XXI y que se prolonga hasta nuestros días, con obras que son un testimonio de su tiempo. Esta parte, la más dura y también la más hermosa de su vida, la conoceremos en la segunda parte de esta historia.
Enlace con la segunda parte de "Sebastiao Salgado, la dignidad en imágenes"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2014/11/sebastiao-salgado-la-dignidad-en_12.html
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