martes, 23 de enero de 2018

VIKTOR FRANKL Y EL SENTIDO DE LA VIDA (PRIMERA PARTE)

"Escucha , Otto, si no regreso a casa con mi mujer y tú la vuelves a ver , dile , en primer lugar , que hablábamos de ella todos los días , a todas horas. Recuérdalo. En segundo lugar, dile que la ha amado más que a nadie en el mundo. Y en tercer lugar, que el breve tiempo de felicidad de nuestro matrimonio me ha compensado de todo, incluso del sufrimiento que aquí hemos tenido soportar"  Eran las palabras del neurólogo y psiquiatra austriaco de origen judío Viktor Emil Frankl (1905-1997) a uno de sus compañeros de cautiverio y horror cuando estaba esperando la muerte en uno de los campos de concentración nazis en los que estuvo internado durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo Frankl , de manera casi milagrosa, sobrevivió, pero no lo hicieron  ni sus padres, ni su hermano, ni su esposa, para la que había hecho memorizar a su compañero el mensaje con el que abría esta historia. El poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson (1803-1882) escribió que "En ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida" y creo que hay libros que llegan a nuestras vidas en el momento adecuado para mostrarnos una forma  diferente de observar el mundo y nuestra propia existencia, hacernos preguntas que en realidad ya están dentro de nosotros pero que en la vida cotidiana mantenemos enterradas, ocultas, porque pensamos que no tenemos tiempo para detenernos en ellas pues hay cosas más urgentes que atender,  sin darnos cuenta que esas preguntas son las que necesitamos hacernos para hallar el camino a seguir. "El hombre en busca de sentido", así se titula la obra que será la protagonista absoluta de esta historia, no es un libro cualquiera pues su argumento nace del sufrimiento y el dolor que padeció Viktor Frankl , parecido al que tantos otros seres humanos que tuvieron que pasar por el horror de los Lager , nombre que se daba en alemán a los campos de concentración, pero diferente  en la forma en que lo afrontó 





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Portada de la edición de  "El hombre en busca de sentido"  que tengo entre mis manos y que utilizaré a lo largo de esta historia. En un  primer momento Frankl decidió publicarlo  de forma anónima y firmarlo con el número que le habían grabado en su brazo en el campo de concentración, el 119.104, pero tanto el editor como sus amigos le convencieron para que pusiera su nombre de forma que su contenido conservara su credibilidad al ir respaldad por el nombre de quien había vivido lo que en el se narraba . Al comienzo del libro Frankl advierte que no se trata de una obra sobre su vida
"Debo resaltar  que este texto, el informe del prisionero 119.104 ,no pretende contar mis vivencias en el campo de concentración. Mi intención es describir , en virtud de mi experiencia y desde mi perspectiva de psiquiatra, cómo vivía el prisionero normal en el campo y como esa vida influía en psicología"
Pero más allá de su visión de la psicología humana, es un relato conmovedor del ser humano, de su capacidad de resiliencia al sufrimiento y la desesperanza, de como aquellos que tenían un por qué por el que luchar, al que agarrarse, supieron soportar todos los sufrimientos, pues incluso el dolor y la muerte tenían para ellos un sentido gracias a la razón que les daba fuerzas para vivir.Cita para apoyar sus palabras al filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) y su celebre aforismo
"Quien tiene un porqué para vivir puede soportar cualquier cómo"
 Y es también la búsqueda del sentido de nuestra existencia, pues como escribe Frankl
"El hombre no inventa el sentido de su vida,sino que lo descubre"Una misión que nos concierne a cada uno de nosotros
(Imagen procedente de https://www.casadellibro.com/libro-el-hombre-en-busca-de-sentido )






El mayor valor de esta obra  no reside en la descripción de la brutalidad, el horror y el miedo del que fue testigo en aquellos años, pues tenemos una amplia bibliografía de obras que nos permiten sumergirnos en aquel tiempo oscuro, en aquellos mataderos creados por la perfidia del ser humano. El autor del prólogo de la edición que tengo entre mis manos de "El hombre en busca de sentido" ,el profesor  José Benigno Freire de la Facultad de Educación y Psicología  de la Universidad de Navarra, cita al psiquiatra y filósofo alemán Karl Jaspers (1883-1969)  que decía sobre el libro de Frankl  que era "uno de los pocos grandes libros de la  humanidad" y subrayaba como una de las razones que apoyaban esta afirmación que en sus páginas "no destilaban ni una gota de resentimiento o espíritu de venganza"  y las palabras de Frankl iban más allá de la descripción de la vida en el campo  para plantearse esa gran pregunta que la existencia plantea a cada ser humano, cuál es el sentido de su vida, aquello que nos impulsa cada día a seguir luchando, a caminar y a mirar hacia el futuro o a soportar el sufrimiento incluso cuando ya no queda esperanza de aliviarlo Y he escrito "su sentido de la vida" porque, como escribe Frankl, "Nunca se podrá responder a la pregunta sobre el sentido de la vida con afirmaciones absolutas . Un hombre no puede compararse con otro hombre, ni un destino con otro destino. Ninguna situación se repite, cada situación reclama una respuesta diferente"  Corresponde a cada uno de nosotros construir nuestro camino, decidir como hemos de vivir, cual es el sentido de nuestra propia existencia .Como señala Frankl "vivir significa asumir la responsabilidad  de encontrar las respuestas  a las cuestiones que la vida plantea"  y al final del libro Frankl se pregunta   "¿Qué es, en realidad, el hombre?Es el ser que siempre decide lo que es. Es quien ha inventado la cámara de gas, pero también el que ha entrado en ellas con paso firme, musitando una oración"  El ser humano capaz de descender a los más oscuros abismos y de ascender a la luz. Esa es la libertad irrevocable de cada uno de nosotros, pues sólo nosotros , incluso en las condiciones más extremas, somos los que decidimos quienes somos y como nos comportamos ante lo que nos sucede.  






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Fotografía tomada en 1901 cuando tuvo lugar el matrimonio entre Gabriel Frankl y Elsa Lion, los padres de Viktor Frankl y de sus dos hermanos de los que os hablo más abajo. Sobre ellos decía Viktor
"Durante mi infancia viví un calor familiar extraordinario, cosa que debió influir en mi personalidad. Consideraba a mi padre el más justo entre los justos  y en mi madre conocía a una persona bondadosa e inocente y siempre me llevé bien con mis hermanos. "
Y recordaba con singular claridad un instante de su vida a los cinco años que condensaba esa sensación de bienestar y calidez que acompañó su infancia
"Tendría cinco años  cuando desperté un día soleado durante las vacaciones en Hainfeld. Mientras todavía mantenía los ojos cerrados, me invadió un sentir de inmensa felicidad y bienaventuranza, de estar amparado , custodiado y protegido. En cuanto abrí los ojos, mi padre se encontraba inclinado hacia mí, sonriendo"  
(Imagen procedente de https://www.gettyimages.in/photos/gabriel-frankl )






Lamento haber tardado tantos años en leer la obra de Viktor Frankl y a cualquiera de vosotros que haya tenido la bondad de entrar en este blog para leer el artículo lo que le recomiendo es que lo deje de inmediato y acuda directamente a las páginas de "El hombre en busca de sentido" porque mis palabras no serán más que un pálido e imperfecto reflejo de la maravillosa obra de Frankl. Pero como también se que , como me ha sucedido a mi durante años, muchas personas no se asomarán nunca a sus páginas, he querido traer al Mentidero lo que he sabido extraer de la lectura de esta obra. Creo que un libro habla a cada persona con una voz diferente, pues hallamos en él algo de lo que llevamos en nuestro interior, ese algo personal y distinto a cualquier otro ser humano, por lo que mi interpretación posiblemente no sea la misma que tendría cualquiera de vosotros, pero al menos confío en poder transmitiros  la esencia de su mensaje humanista, de amor a la vida, de fe en el ser humano incluso a pesar de los horrores que es capaz de desatar , de la radical esperanza de cambio en cada uno de nosotros, pues el ser humano no puede ser dado por visto y sabido hasta su último aliento ya que siente está latente la posibilidad de rectificación, de arrepentimiento, de modificación de la trayectoria vital.Como diría el propio Frankl, "tenemos libertad finita frente a algunas circunstancias de la vida, pero si tenemos la libertad infinita de elegir". Pero antes de adentrarnos en el libro será necesaria una breve semblanza sobre su vida hasta los hechos que darían origen al nacimiento de "El hombre en busca de sentido".  Nació en Viena el 26 de marzo de 1905  en el seno de una familia judía .  Su padre , Gabriel Frankl (1861-1943), era natural de la localidad de Pohorelice, en  territorio de lo que luego sería Checoslovaquia y entonces pertenecía al Imperio Austro-Húngaro, e hijo de un modesto encuadernador de libros. Gabriel se trasladó a Viena para seguir estudios de Medicina pero por problemas económicos tuvo que abandonarlos y trabajaría después como empleado del gobierno. Contraería matrimonio con Elsa Lion (1879-1944), nacida en Praga . El matrimonio se estableció en Viena y allí tendrían a sus tres hijos,el mayor Walter August Frankl (1902-1944), el propio Viktor Emil Frankl, y su hermana pequeña , Stella Josefine Frankl (1909-fecha desconocida) 






© IMAGNO
Fotografía donde vemos de izquierda a derecha a Walter August  Frankl, Viktor Emil Frankl y  Stella Josefine Frankl. Walter, el hermano mayor, encontraría la muerte junto a su esposa e hijos en el campo de exterminio de Auschwitz en algún momento de 1944, mientras que Stella lograría escapar viajando a Australia y Viktor sería detenido junto a sus padres y su primera esposa iniciando una odisea que le llevaría por cuatro campos de concentración que reflejará después en  su libro "El hombre en busca de sentido" , Viktor recordaba como con sólo tres años ya manifestaba su interés por la medicina
"Es probable  que a mi padre le haya agradado que yo, a los tres años de edad, estuviera ya decidido a ser médico. Todavía recuerdo cómo a los cuatro años de edad le comenté a mi madre "Ya sé mamá, cómo se inventan los medicamentos : se recibe a personas que se quieren suicidar  y casualmente también están enfermos, y se les da un montón de cosas para comer y beber , como por ejemplo crema para lustrar zapatos o queroseno. Si es que sobreviven, entonces hemos encontrado el medicamento acertado para su enfermedad"   
Así era la medicina vista por los ojos de un niño de tres años que con el tiempo se convertiría en uno de los grandes nombres de la psiquiatría  en el siglo XX.
(Imagen procedente de http://www.viktorandimovie.com/extras )





Mientras que Walter se  interesaría por la  arquitectura y Stella por el mundo de la moda, Viktor desde pequeño ya manifestó su inclinación por la Medicina. Después de concluir sus estudios secundarios en 1923  a los dieciocho años Viktor ingresaba en la Universidad de Viena para emprender sus estudios de Medicina especializándose después en neurología y psiquiatría. Viena ya no era la capital del Imperio Austro-Húngaro que había quedado disuelto después de la Primera Guerra Mundial, pero a pesar de ello,  como escribe José Benigno Freire en el prólogo del libro que nos ocupa "aquella Viena era un foco excepcional  de artes y el civismo europeo. Aquella Viena era el último esplendor del pasado" y además allí vivían grandes nombres del estudio de la mente humana como el neurólogo  y fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud (1856-1939) o uno de sus colaboradores y creador después de su propia escuela de psiquiatría, Alfred Adler (1870-1937), y, por supuesto, nuestro Viktor Frankl, que poco a poco se iría forjando un nombre , llamando la atención del psicoanalista alemán Wilhelm Reich (1897-1957) que lo invitó personalmente a que viajara a Berlín. De regreso en Viena Viktor concluiría su periodo de residente de medicina en el Hospital de Psiquiatría de Steinhof, donde permanecería entre 1933 y 1937, siendo el responsable del Pabellón de los Suicidas ,donde trataría a varios miles de personas con tendencias suicidas. Terminado este tiempo de médico residente, en 1937 abrió su propia clínica privada. Un año después las primeras sombras se extienden por Austria cuando el 12 de marzo de 1938 se producía el Anschluss, la unión , aunque más bien habría que hablar de anexión, de Austria con la Alemania gobernada por Adolf Hitler (1889-1945) Poco después  Frankl, al igual que otros médicos judíos, tiene que dejar de atender a los pacientes considerados de raza aria . A pesar de ello escribe José Benigno Freire que  Frankl "se encontraba por entonces  bien posicionado en los círculos médicos y académicos, y en 1940 había sido nombrado  Director del Departamento de Neurología del Hospital de Rothschild, que atendía únicamente a pacientes judíos"




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Fotografía de Viktor Frankl y Mathilde Grosser el día de su boda en diciembre de 1941 , en plena Segunda Guerra Mundial. Para Frankl el amor era uno de los pilares en su búsqueda del sentido de la vida. Escribió :
"El amor es la única vía para llegar a lo más profundo de la personalidad de un hombre. Nadie conoce la esencia de otro ser humano si no lo ama. Por el acto espiritual del amor se contemplan los rasgos esenciales de la persona amada; incluso su potencialidad , lo que aún no ha sido revelado. Aún más; mediante el amor, la persona que ama capacita al amado a actualizar sus posibilidades ocultas. El amor consigue que el otro realice su potencialidad personal"
Como veíamos al inicio de este  artículo, cuando Frankl creía que llegaba el final de su vida en el campo de concentración, hizo que uno de sus compañeros de cautiverio memorizara un mensaje para su esposa en el que la decía que
"El breve tiempo de felicidad de nuestro matrimonio me ha compensado de todo, incluso del sufrimiento que aquí hemos tenido que soportar"
En su amor por Mathilde halló Viktor su porqué para soportar cualquier cómo, el sentido de su vida, o al menos uno de ellos, pues también su obra fue otra de las razones que le ayudó a no derrumbarse y seguir luchando por sobrevivir
(Imagen procedente de https://www.gettyimages.co.uk/photos/tilly-frankl )






Mientras,  estalla la Segunda Guerra Mundial había estallado cuando  el 1 de septiembre de 1939,  las tropas alemanas inician la invasión de Polonia . Aunque las leyes antisemitas son cada vez más estrictas,  de momento Frankl  vive un momento de estabilidad profesional y personal , sobre todo después de contraer matrimonio en diciembre de 1941  con la joven judía Mathilde "Tilly" Grosser (1920-1945).Pero la situación en las calles era muy diferente "ya había comenzado  abiertamente la destrucción de sinagogas  y el confinamiento y deportación de la población judía - escribe José Benigno Freire - La familia Frankl entendió el dramatismo  de la situación y buscó una salida"  La hermana pequeña de Frankl, Stella, consiguió huir lo más lejos posible del horror,  viajando a Australia. Menos suerte tendría su hermano mayor, Walter, que trató de escapar a través de la frontera italiana , pero después de ser descubierto lo arrestaron junto con su esposa y sus hijos. Serían enviados después al campo de exterminio de Auschwitz donde encontraron la muerte en algún momento de 1944. En cuanto a Viktor, consiguió un bien muy preciado en aquel momento, un visado para los Estados Unidos, lo que era todo un seguro de vida. Pero había un problema, y es que los padres de Viktor carecían de documentos para abandonar Austria. Y aquí se enfrentó Viktor a una de esas elecciones que la vida nos presenta a cada momento, aunque en este caso era una elección que afecta directamente a sus propias posibilidades de supervivencia. Si utilizaba su visado él podría escapar de Austria pero dejaría solos a sus padres  que no contarían con la ayuda de ninguno de sus tres hijos. Frankl rememoraría después ese momento "¿Cual era mi responsabilidad?¿Ocuparme de mi obra o cuidar de mis padres?"  Viktor optó por quedarse con sus padres sabiendo que eso suponía casi con toda seguridad que sería detenido y enviado a un campo de concentración. Sentados cómodamente en el calor de nuestros hogares nos puede parecer una decisión inevitable ¿cómo iba a dejar solos a sus padres?Pero estaba renunciando a su futuro profesional y prácticamente a su vida ,así que no era en absoluto una decisión fácil ni evidente .Pudo tomar otro camino, pudo marcharse , pero eligió permanecer junto a sus padres " Hubiese podido desarrollar la logoterapia en América- escribe Frankl- , cumpliendo así con la misión de mi vida, pero no lo hice. Y así llegué a Auschwitz"  






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Fotografía tomada en 1926 donde podemos ver a la familia Frankl reunida. De izquierda a derecha tenemos a Viktor Frankl, a su padre Gabriel Frankl y su madre Elsa Lion, su hermana pequeña Stella Josefine Frankl y finalmente a su hermano mayor Walter August Frankl, una familia que , como tantas otras, quedaría destruida por la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Los dos padres de Viktor y su hermano mayor morirían en los campos de concentración. Durante la Primera Guerra Mundial la familia había vivido serias dificultades económicas pero se recuperaron después de finalizar el conflicto, pero los problemas económicos nunca inquietaron el estado de animo de Viktor 
"Para mi - escribiría - los problemas económicos y financieros nunca supusieron un obstáculo . El dinero que me hacía falta para comprar libros lo ganaba dando clases particulares. Y hoy aún me mantengo con la misma postura: para una persona sensata, el hecho de poseer dinero sólo puede tener un sentido, y es el de poder permitirse no tener que pensar en el dinero"
Siempre guardaría un especial recuerdo para su madre, a cuya memoria dedica "El hombre en busca de sentido" de la que diría en una entrevista
"Fue una persona de alma bondadosa y devota de corazón" 

(Imagen procedente de https://www.gettyimages.es/fotos/viktor-frankl )






En efecto , Frankl, su esposa y sus padres serían detenidos por los nazis y enviados a los campos de concentración. Sólo Frankl lograría sobrevivir. Cuando terminó la guerra  Frankl regresaría a Viena en agosto de 1945 sólo para descubrir,  como tantos otros supervivientes del Holocausto, que no tenía un hogar al que regresar. "Sin familia, sin hogar ni cobijo, sin dinero - escribe José Benigno Freire - , sin trabajo, casi sin amigos. No tenía nada ni a nadie, lo atacó la desesperanza" Frankl escribe "el hombre que durante años había pensado que había tocado el fondo del sufrimiento veía ahora que el sufrimiento no tenía límites, que todavía podía seguir sufriendo, y aún con más intensidad" Y continúa "Después de la liberación  algunos se encontraron con que no los esperaba nadie. Quizá se subió en un tranvía y se dirigió a la casa de sus recuerdos, llamó  al timbre como había soñado  tantas veces en el campo de concentración, pero no halló a la persona  que debía abrirle, no estaba allí , nunca volvería" Sin embargo, Viktor Frankl consiguió salir adelante gracias a la publicación de un libro en el que había estado trabajando antes de ser detenido por los nazis , cuyo manuscrito perdió en el campo de concentración, y su deseo de reescribirlo  fue una de las razones que le mantuvo con vida en aquellos terribles años .Lo publicaría en 1946 con el título de "Psicoanálisis y existencialismo" convirtiéndose en un éxito inmediato lo que facilita que le fuera ofrecido un puesto de neurólogo en la Policlínica de Neurología de Viena . Como él mismo dejaría escrito "Las ruinas son a menudo las que abren las ventanas para ver el cielo"  y de las ruinas a las que su existencia había quedado reducida después de la guerra, renacía ahora a una nueva vida. Pero sabía que quedaban heridas por cerrar "parecía  casi recuperado - escribe José Benigno - pero, sin embargo, notaba un desasosiego afectivo que repercutía en su ánimo, ahora frágil y tornadizo. Comprendió que en su interior  aun continuaba abierta la herida de la salvaje indignidad sufrida en los campos de concentración" 




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Fotografía del matrimonio entre Viktor Frankl  y su segunda esposa Eleonora Katarina Schwindt  en 1947., un año después de la publicación de "El hombre en busca de sentido" Frankl reconstruía su vida a la que había encontrado un sentido que le permitió seguir adelante. Frankl recordaba como durante su reclusión  en los campos de concentración, mientas sus compañeros  se preguntaba ,
"¿Sobreviviremos? Si no, este sufrimiento no tiene sentido"
Él se hacia otra pregunta con un enfoque diferente
"¿El sufrimiento y la muerte de tanta gente próxima tiene algún sentido?"
Y se respondía
"Tiene que tenerlo , pues, en caso contrario, sobrevivir carecería de sentido. La vida que depende del azar no merecer ser vivida"
No se trataba de sobrevivir sino de que su vida y el sufrimiento que padecían tuviera un sentido , incluso aunque no sobrevivieran. Ese sentido de la existencia es lo que para Frankl da valor a nuestra vida.
(Imagen procedente de http://www.shezofren.com/icerik/shezofren-takintilar/viktor-emil-frankl-insanin-anlam-arayisi/78 )



Y fue entonces cuando tomó la decisión de  poner por escrito su experiencia en los campos , y lo hará trabajando en él de manera frenética como nos cuenta José Benigno " en su habitación  de alquiler en Viena. Cada amargo recuerdo  aviva con crudeza  sus sentimientos. Trata de encontrar las palabras adecuadas . De vez en cuando , rendido y conmovido, se sienta en una silla y llora . En apenas nueve días  la  obra estaba concluida" Y fue así como en 1946 salía a la luz "El hombre en busca de sentido",  aunque en un primer momento el libro de Viktor apenas tendría repercusión y habría que esperar hasta la década de 1960 para que comenzara a tener una amplia difusión , hasta convertirse en un éxito mundial que perdura hasta nuestros días. En 1992 sólo en Estados Unidos se habían vendido más de nueve millones de ejemplares repartidos en setenta y nueve ediciones y hoy ha sido traducida a más de treinta idiomas mientras que la Biblioteca del Congreso  en Washington  lo ha declarado uno de los diez libros más influyentes en Estados Unidos. En cuanto a Frankl, aunque nunca podría olvidar lo vivido en los campos de concentración, pues eso era imposible , escribir "El hombre en busca de sentido"  supondría una forma de catarsis, de liberación del peso que llevaba en su interior, y a partir de ahí pudo proseguir su camino por la vida. En 1947 contraía matrimonio por segunda vez con Eleonora Katarina Schwindt, una enfermera católica que trabajaba en la misma Policlínica de Viena donde Viktor ejercía como neurólogo. Ese  año nacería también la única hija del matrimonio, Gabriele Frankl-Vesely (1947) y Frankl tendría una larga y exitosa carrera profesional e intelectual, con la publicación de treinta y nueve libros  y la obtención de casi una treintena de doctorados honoris causa, además de ser el padre de la considerada como tercera escuela de la psicoterapia, después de las escuelas de Freud y Adler, la conocida como logoterapia. , que Frankl define como la terapia que  "se centra en el sentido . de la existencia humana y en la búsqueda de ese sentido por parte del hombre, pues la primera fuerza motivadora del hombre es la lucha por encontrar un sentido a la vida"




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Viktor Frankl junto a su esposa Eleonora Katarina (izquierda) y su hija Gabriele Frankl y sus dos nietos en una fotografía tomada hacia 1978.Viktor decidió no rendirse durante sus años en los campos de concentración, no se abandonó al horror de las circunstancias que le rodeaban, y en esa capacidad de decidir que hacer en cada momento con independencia de lo que acontezca alrededor  radica la esencia de la libertad de cada ser humano. Como escribe Frankl
"El ser humano no es un objeto más entre otros: las cosas se determinan unas a otras, pero el hombre , en última instancia, es su propio determinante. En los campos de concentración, en aquel laboratorio vivo, en aquel banco de pruebas, mientras unos se comportaron como cerdos, otros lo hicieron como santos. El hombre goza de ambas potencialidades De sus decisiones, y no tanto de las condiciones, depende cuál de las dos sale a la luz"
Y añadía con estas palabras tan sobrecogedoras como ciertas 
"El hombre  es ese ser capaz de inventar las cámaras de gas de Auschwitz, pero también el ser que ha entrado en esas mismas cámaras con la cabeza erguida y el Padrenuestro o el Shemá Israel en los labios"
(Imagen procedente de https://www.gettyimages.es/detail/fotografía-de-noticias/viktor-frankl-with-his-wife-eleonore-his-fotografía-de-noticias )     
 





Viktor Emil Frankl moriría en su Viena natal el 2 de septiembre de 1997 a la edad de noventa y dos años, después de una vida plena y dejando a las futuras generaciones el legado de su experiencia humana en los campos de concentración. En el inicio de "El hombre en busca de sentido"  Frankl nos advierte que  "este libro no pretende ser un informe sobre hechos y sucesos , sino el relato de experiencias personales, experiencias que han sufrido millones de personas  una y otra vez. Este no es un libro sobre el sufrimiento y la muerte de grandes héroes y mártires o prisioneros de renombre. No se ocupa del dolor de quienes ostentaban algún poder, sino de los sacrificios , el padecimiento y la muerte  de muchas víctimas anónimas y olvidadas" Esos cuerpos que fueron enterrados en fosas comunes, vidas truncadas, trayectorias vitales rotas, familias destruidas, en una muerte sin sentido. Como escribe José Benigno al recorrer el cementerio de Auschwitz y olvidamos los números de víctimas para fijar nuestra atención en cada tumba, podemos imaginar que  "aquí yace una madre que ha muerto con la angustia de ignorar cuál ha sido la suerte de uno de sus hijos, allá un matrimonio que tras sortear  los avatares de una larga existencia, esperaban envejecer juntos, más allá una joven que no pudo ver cumplidos sus sueños de un feliz matrimonio, todavía más allá  el cuerpo inerme de un niño o una niña que aún conserva la sonrisa, helada, de una vitalidad en expansión"  Qué poco nos dicen las cifras, esos seis millones de muertes causadas por el Holocausto, la Shoá, palabra hebrea que significa "La Catástrofe", una catástrofe que se repite detrás de cada genocidio, de cada masacre en nombre de cualquier idea o credo. Pero cuando abandonamos las cifras y nos imaginamos la biografía que hay detrás de cada uno de esos números sientes el vértigo del horror, la conmoción por la extinción de tantas trayectorias vitales, de tantas posibilidades de amar, de ser felices, de vivir. Frankl nos enseña en su obra como él y sus compañeros  vivieron aquel tiempo suspendidos en el horror y como el ser humano es capaz de dar sentido al sufrimiento cuando tiene una razón para vivir . Por eso, a pesar de la dureza de su contenido,  es también,  una obra llena de esperanza, de profunda vitalidad, de fe en el ser humano y su resistencia a ser reducido a un número sin alma, aquel que los nazis grababan en el antebrazo de sus prisioneros.El de Viktor Frankl era el 119.104 y en la segunda parte iremos acompañados de su mano a la búsqueda del sentido de la existencia , un camino que cada uno de nosotros debe recorrer para llegar a ser quienes podemos y debemos ser


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2 comentarios:

Rod Casro dijo...

Gracias por descubrirnos esta historia, acabo de ver que en una biblioteca de un centro cívico cercano lo tienen disponible, me voy a acercar a por él, me han entrado muchas ganas, un saludo.

christian mielost dijo...

Muchas gracias como siempre a ti Rod. No estoy escribiendo estas semanas porque estoy preparando un viaje importante para mi, pero a la vuelta, a partir del 16 de febrero retomaré la escritura con más energía si cabe. Un abrazo muy fuerte!!

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