Si en la primera parte recorrimos la historia de Brasil desde su descubrimiento en 1500 por el navegante portugués Pedro Alvares Cabral (hacia 1467-1520) hasta el momento en que el rey portugués Pedro VI (1767-1826) llegaba a Brasil en enero de 1808 al frente de toda su corte y quince mil personas que formaban parte de la élite de la sociedad portuguesa que huían de la ocupación por las tropas francesas de Portugal. Ya en la segunda parte asistimos a los años de estancia del rey portugués en Brasil, estableciendo su corte en Río de Janeiro. Vimos como creaba instituciones públicas, se construían carreteras, se modernizaban los puertos y , en general , se impulsaba la economía brasileña. En 1815 se formaba el Reino Unido de Portugal, Brasil y los Algarves en el que Brasil se convertía en un reino tratado en plano de igualdad con Portugal. En 1820 estallaba una rebelión liberal en la ciudad de Oporto que obligó a Juan VI a abandonar Brasil para instalarse de nuevo en Lisboa y aceptar las peticiones de los liberales, entre ellas la transformación de la monarquía absoluta en otra constitucional. Su marcha no había sido bien recibida por los brasileños que temían que de nuevo Portugal adoptase una posición de preeminencia con respecto a Brasil y perdieran mucho de lo que habían logrado en aquellos años. En Brasil había quedado como regente en ausencia del rey el hijo mayor de Juan VI, el príncipe Pedro de Braganza (1798-1834). En 1822 se producía la ruptura entre Portugal y Brasil, y con el apoyo e impulso recibido por parte de su ministro José Bonifacio de Andrada e Silva (1763-1838), que le apremiaba a tomar una decisión, el 7 de septiembre de 1822 proclamaba la independencia de Brasil con aquellas palabras que pasarían a la historia como el grito de Ypiranga, aquel "Por mi sangre , mi honor y mi Dios , juro dar libertad a Brasil. ¡Independencia o muerte!" Sería coronado emperador el 1 de diciembre de aquel año con el nombre de Pedro I de Brasil y casi tres años más tarde Juan VI reconocería la independencia de la antigua colonia con la firma el 29 de agosto de 1825 del Tratado de Amistad y Alianza entre Brasil y Portugal.
Pedro I de Brasil y IV de Portugal (1798-1834) en un retrato realizado en 1826 por el pintor brasileño Antonio Joaquim Franco Velasco (1780-1833). El historiador estadounidense Neill Macaulay en su obra "Don Pedro: la lucha por la libertad en Brasil y Portugal" escribe sobre la presencia física del joven emperador: "Su buena apariencia se debía tanto a su porte , orgulloso y erguido, incluso desde su más temprana juventud, como a su impecable preparación. Por lo general limpio y ordenado, en Brasil tomó la costumbre de bañarse a menudo" Cuentan los cronistas que a pesar de llevar ya años en Brasil su tez seguía siendo blanca y sonrosada y era más alto que la media. Se aburría y distraía con facilidad, no bebía apenas pero si le gustaba el juego de la seducción y fue un mujeriego empedernido desde muy joven. La primera conquista que se le conoce fue la de una bailarina francesa Noémi Thierry y su padre, Juan VI, tuvo que intervenir para alejarla del príncipe cuando ya se estaba preparando su matrimonio con la que sería su primera esposa, Leopoldina de Habsburgo Según los que le conocieron, el gran fallo era su formación intelectual y su carácter impulsivo Como escribirá el historiador Roderick J. Barman en su obra "Brasil , la forja de una nación" "En una emergencia las habilidades y destrezas del emperador resplandecían: mantenía la calma, era ingenioso y decidido en la acción. La vida como monarca constitucional le llenaba de tedio, iba en contra de su naturaleza." Era un hombre de acción y por eso veremos más adelante como no dudó en acudir a Porgual a defender los derechos al trono de su hija, era en la acción cuando se sentía mejor (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org ) |
Juan VI moría el 10 de marzo de 1826 en circunstancias extrañas que mucho tiempo después, en el año 2000, se lograría demostrar que fue envenenado con arsénico. El trono le correspondía a Pedro I , aunque tenía en su contra a los partidarios del absolutismo, que daban su apoyo al hermano pequeño de Pedro, Miguel de Braganza (1802-1866), que ya se había rebelado contra su padre en dos ocasiones, en 1823 y 1824, y después de fracasar en estas rebeliones abandonó Portugal para vivir en el exilio en Viena, contando siempre con el apoyo de la intrigante esposa de Juan VI y madre de Pedro y Miguel, la reina Carlota Joaquina de Borbón (1775-1830) a la que Pedro , consciente del daño que había hecho a sus padre con sus constantes infidelidades a pesar de no ser demasiado agraciada, detestaba y se refería a ella con el poco cariñoso calificativo de "perra". Para evitar un conflicto entre los que recelaban de una nueva unión entre Brasil y Portugal y los absolutistas que lo veían como un defensor de los liberales y deseaban ver en el trono a su hermano Miguel , Pedro I optó por abdicar el 2 de mayo de 1826, apenas ochos días después de haber iniciado su reinado, en su hija María de Portugal (1819-1953) concertando su futuro matrimonio con su tío, Miguel de Braganza. De esa forma pensaba conjurar la amenaza que representaba su hermano para la estabilidad del reino. Migue aceptó, o al menos simuló hacerlo, y se convirtió en regente del reino durante la minoría de edad de María . Pedro retornaba a Brasil y en este punto lo dejaba par adentrarnos en su vida privada. Desde el 6 de noviembre de 1817 estaba casado con Leopoldina de Habsburgo (1797-1826), hija del emperador de Austria Francisco II (1768-1835). Pronto las diferencias de personalidad de los dos jóvenes esposos enturbiarían la relación muy pronto. Pedro había aprendido a hablar francés , latín y era capaz de traducir textos del inglés y el alemán, pero a pesar de que el historiador portugués Otavio Tarquinio de Sousa (1889-1959) escribiera en su biografía del emperador "Don Pedro I" que "era sin sombra de duda inteligente, astuto y perspicaz" ,el emperador gustaba más de la vida activa , en particular la caza y la equitación, que del estudio y además tenía un carácter impulsivo, temperamental , apasionado y emocional que nadie se había encargado de encauzar para que tuviera la serenidad necesaria en quien va a tener responsabilidades de gobierno.
Retrato de Leopoldina de Habsburgo realizado en 1815 por el pintor austriaco Joseph Kreutzinger (1757-1829). Se enamoró casi al instante al ver a Pedro I y lo siguió amando hasta su prematura muerte a los veintinueve años, después de tener siete hijos y viviendo atormentada todos esos años por las constantes infidelidades de su esposo y en particular por su relación con su amante más estable, Domitila de Castro (1797-1867) . Muy culta, amante de la botánica y la mineralogía, no tardó en no sólo adaptarse a Brasil, sino en amar aquella tierra y en convertirse en firme partidaria de su independencia (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org ) |
Por lo demás, era un hombre de trato encantador y llano que rehuía las solemnidades incluso en su forma de vestir , amante de la música, al parecer su voz no era mala para cantar y era capaz de tocar varios instrumentos, era apuesto y , sobre todo, era un gran amante de las mujeres, lo que sería el origen de los problemas con su esposa. Leopoldina de Habsburgo era una joven muy instruida que estaba interesada en la ciencia, en particular la botánica y la mineralogía. Los cronistas de su tiempo nos dicen de ella que su rostro era bello pero tenía tendencia a la obesidad . A muchos no escapó que la relación entre la culta princesa y el temperamental y mujeriego Pedro I no iba a ser fácil como lo demuestra una carta escrita por el barón Wilhelm Ludwig von Eschwege (1777-1855), un geólogo, geógrafo y arquitecto alemán que había llegado años antes al país para estudiar el potencial minero de Brasil. En esta carta, que llegaría a manos del canciller del Imperio Austriado, Klemens von Metternich (1773-1859), Eschwege escribía con ocasión de la boda que se celebró en noviembre de 1817, que "Hablando del Príncipe de la Corona (Pedro I era entonces príncipe) no está desprovisto de inteligencia natural pero le falta educación formal. Fue criado entre caballos y la princesa, tarde o temprano va a darse cuenta de que no serán capaces de coexistir en armonía. Además, la Corte de Río es muy aburrida e insignificante en comparación con las cortes europeas" A pesar de ello, la joven Leopoldina era una buena amazona y acompañaba en ocasiones a su esposo a cazar a caballo. También mostró en todo momento su integración en la nueva tierra a la que había venido a vivir, Brasil, y apoyaría con decisión y entusiasmo la causa de la independencia tomando partido por el ministro José Bonifacio de Andarada e Silva y junto a la carta del ministro que recibió Pedro aquel 7 de septiembre de 1822 incitándole a que tomara una decisión sobre la necesidad de declarar la independencia ,"Señor - escribía el ministro entonces - la suerte está echada. De Portugal sólo se puede esperar esclavitud y horrores. Venga Vuestra Alteza Real lo antes posibles y tome una decisión, porque la irresolución y los paños calientes para nada sirven y cada momento perdido es una desgracia", Leopoldina la había acompañado con otra misiva donde apoyaba las palabras del ministroy le decía a su esposo "La manzana está madura, hay que recogerla ahora o se pudrirá" Ya sabemos lo que hizo ese mismo día Pedro I , proclamó la independencia de Brasil
Los brasileños querían a su emperatriz por el amor que ella demostraba a la tierra sobre la que ahora gobernaba su esposo y el compromiso con su independencia y comenzaron a llamarla "la Paladina de la Independencia". En el terreno personal, desde 1819, cuando nace su hija y futura reina portuguesa María II, se sucederán los embarazos de Leopoldina hasta un total de cuatro hijas y tres hijos . De los tres hijos varones , el primero en nacer fue, Miguel de Braganza en 1820, pero murió ese mismo año. El segundo varón fue Juan Carlos de Braganza (1821-1822) fallecía el 4 de febrero de 1822 sin haber llegado al año de vida. El tercero de sus hijos varones nacería el 2 de diciembre de 1825 y se llamaría Pedro de Braganza (1825-1891) y se convertiría en el heredero del trono imperial de Brasil. Pero al mismo tiempo que Leopoldina no paraba de dar a luz tenía que sufrir las constantes infidelidades de su esposo , sobre todo la que mantuvo desde 1822 con su amante, la aristócrata brasileña Domitila de Castro Canto y Melo (1797-1867) que en el momento de conocerse estaba casada con un teniente del ejército que, al parecer, la maltrataba. Se convirtió en la favorita del emperador, que en 1823 la compraba una casa en Río de Janeiro para tenerla cerca de él, beneficiando a ella y a su familia con diferentes nombramientos y títulos en los años siguientes. El hermano de Domitila se convirtió en ayudante del emperador y la propia Domitila recibiría en 1825 el título de vizcondesa de Santos y un año después recibía el de marquesa de Santos. La relación vendría acompañada por cinco hijos ilegítimos , aunque de ellos sólo dos llegarían a la edad adulta . Era ésta una relación pública y una humillación constante para Leopoldina que, sin embargo, tenía el cariño de su pueblo siendo más popular que el propio emperador. Y así llegamos al mes de diciembre de 1826 cuando se produciría la muerte de la emperatriz en circunstancias que todavía hoy son objeto de controversia. Según las crónicas de su tiempo y la historia que más se difundió, la escena final de éste drama conyugal habría tenido lugar cuando el emperador Pedro I quiso que en una ceremonia oficial le acompañaran su esposa Leopoldina y su amante Domitila, una humillación pública a la que Leopoldina no estaba dispuesta a plegarse
Después se diría que Pedro I , enfurecido ante la negativa de Leopoldina de asistir a aquel acto si estaba presente Domitila , trató de obligarla por la fuerza, llegando a agarrarla por el cabello arrastrándola por los pasillos de palacio e incluso a darla una patada en el vientre a pesar de que la emperatriz estaba una vez más embarazada. Sin embargo, no hay testigos de éste hecho aunque si hay testimonios que describen una violenta discusión verbal entre ambos. Fuera como fuese Leopoldina quedó muy afectada por esta escena que era el punto culminante de una larga sucesión de humillaciones y desengaños producidos por las constantes infidelidades de Pedro y la indiferencia que mostraba ante los sentimientos de su esposa. Así lo manifestaba en una carta escrita el 8 de diciembre de 1826 dirigida a su hermana , María Luisa de Habsburgo (1791-1847), que había sido la segunda esposa de Napoleón I Bonaparte (1769-1821) , apenas tres días antes de que Leopoldina falleciera. En ella se lamentaba la emperatriz "Reducida a un estado deplorable de salud y llegada al último punto de mi vida en medio de los mayores sufrimientos, voy a tener la desgracia de no poder dar explicaciones a todos esos sentimientos que hace tiempo había impreso en mi alma." La emperatriz parecía ar ya por segura su próxima muerte "¡Mi hermana!¡No la veré otra vez! No puedo repetir una vez más que la amaba, la adoraba! Bueno, ya que no puedo tener esta satisfacción tan inocente, igual a muchas otras que no me están autorizadas , escuche el grito de una víctima que le pide - no la venganza - pero piedad y la ayuda de su afecto fraternal para mis hijos inocentes, los huérfanos que se quedan por su cuenta o de las personas que fueron autoras de mis desgracias (una referencia a Pedro I y su amante) , que me redujeron al estado donde yo estoy, siendo obligada a servirme de intérprete para llegar a su alcance la últimas súplicas de mi alma afligida". La intérprete que menciona la emperatriz era su camarera, la marquesa de Aguiar María Francisca de Portugal e Castro (1782-fecha desconocida) que antes lo había sido también de la reina María I de Portugal y a la que se refiere a continuación Leopoldina con palabras de afecto "La marquesa de Aguiar, como usted bien sabe, que ha mostrado verdadero celo y amor por mi, es la única amiga que tengo y es ella la que escribe en mi lugar"
A continuación se refiere directamente a Pedro, al que, a pesar de todo, sigue amando "Hace casi cuatro años, mi querida hermana, como le escribí, por el amor de un monstruo seductor me encuentro reducida a un estado de mayor esclavitud y totalmente olvidada por mi amado Pedro" Y aquí menciona el episodio de aquel acto público compartido con la amante de Pedro que colmó la capacidad de resistencia de la emperatriz "Últimamente me acaba de dar la prueba final de su total olvido de mí, maltratándome en presencia de la que es la causa de mis desgracias (Domitila de Castro) . Y mucho tendría que decir a usted pero me faltan las fuerzas para recordar el horrible ataque que sin duda será la causa de mi muerte" ¿Se refiere aquí la emperatriz a la agresión física que Pedro la habría infligido en Palacio? Es muy probable, pero la propia emperatriz nos lo oculta cuando a continuación escribe "Cadolino, que me fue recomendado por usted, y que me ha dado todas las pruebas de subordinación creciente y lealtad, es quien está al cargo de entregar esta carta, y le dirá lo que, por muchas razones , no puedo confiar en este manuscrito" Tal vez trataba de proteger la imagen del emperador no relatando hechos que pudieran ser conocidos por los enemigos de su esposo si la carta caía en malas manos . En todo caso la emperatriz, cuyas fuerzas desfallecían, se despide de su hermana " Tras él está toda la información precisa acerca de este suceso, no tengo nada más que añadir, confiando totalmente en su integridad, honor y lealtad. La marquesa de Aguiar se encargará de darle todos los detalles acerca de todo lo que se refiere a mis amadas hijas.¡Ah, mis queridas hijas! ¿Qué será de ellas después de mi muerte? Ella será responsable de su educación hasta que mi Pedro, mi querido Pedro (a pesar de todo todavía le llama Querido Pedro ) no disponga otra cosa" Las hijas a las que se refiere Leopoldina eran Januaria María de Braganza (1822-1901), Paula de Braganza (1823-1833) y Francisca Carolina de Braganza (1824-1898), todas ellas entre los cuatro y los dos años de edad , pues la mayor de ellas, María II de Portugal, se encontraba, como ya hemos visto, en Portugal ejerciendo su papel de reina a pesar de sus siete años de edad y bajo la regencia de su tío Miguel de Braganza.
La emperatriz parece todavía conservar un hilo de esperanza en su despedida "Adiós mi querida hermana. Que el Ser Supremo pueda permitir que le escriba de nuevo, porque eso será señal de mi recuperación" Pero no debió ser esa la voluntad del Ser Supremo al que invocaba la desdichada emperatriz porque fallecía tres días después de dictar estas palabras, el 11 de diciembre de 1826 en el Palacio Imperial de Sao Cristovao en Río de Janeiro, a los veintinueve años de edad y presumiblemente debido a las complicaciones del aborto sufrido ese mismo día por los golpes infligidos por su esposo, aunque este es un extremo que sólo se puede aventurar pues no hubo testigos de tal agresión física y si de la fuerte discusión verbal, que tal vez ya fue causa suficiente para provocar el aborto que , a su vez, causó la muerte de la emperatriz. Pero para los ciudadanos de Río de Janeiro no había demasiadas dudas de cual, o mejor dicho quien, había sido el origen de aquel drama, la amante del emperador, cuya residencia, aquella que Pedro I la regaló en Río de Janeiro, fue apedreada, mientras que la imagen de Pedro I quedó gravemente dañada. El cuerpo de la emperatriz se encuentra hoy en Sao Paulo, en la cripta construida en 1952 situada bajo el Monumento a la Independencia de Brasil o Monumento Ypiranga donde fue trasladada desde el Convento de San Antonio de Río de Janeiro donde reposaban sus restos hasta entonces. Pedro I no se encontraba allí en aquel momento pues se hallaba en Porto Alegre y cuando regresó a Rio , Leopoldina ya había fallecido. Domitila se había convertido en esos años en una mujer que ejercía tal soberanía sobre la voluntad del emperador, que no sólo se habían visto beneficiados todos sus familiares, sino que aquellos que deseaban algún favor de Pedro I sabían que la mejor forma de conseguirlo era pasando primero por su amante, Domitila. Desde su exilio en Francia, el que había sido leal ministro de Pedro I,José Bonifacio de Andrada e Silva, escribía sobre Domitila, que el 12 de octubre de 1826 había recibido el título de marquesa de Santos "¿Quién iba a soñar que la prostituta Domitila sería marquesa de la patria de los Andrada? (el ministro y su familia eran de la ciudad de Santos de la que ahora era marquesa Domitila) ¡Que insulto!".
Aunque no de forma inmediata, la pérdida de Leopoldina supuso un punto de inflexión en la vida de Pedro que se hallaba hondamente apenado por las circunstancias que rodearon su muerte, tanto que incluso diferentes historiadores señalan que en una ocasión Domitila lo encontró llorando ,abrazado a un retrato de Leopoldina cuyo fantasma afirmaba haber contemplado. El historiador brasileño Sérgio Correia Costa (1919-2005) en su obra "Las cuatro coronas de Don Pedro" cuenta que estando en el lecho con Domitila , lo abandonó mientras gritaba "¡Suéltame! Sé que llevo una vida indigna de un soberano . El recuerdo de la emperatriz no me abandona" y contemplaba con dolor a sus hijas que habían quedado huérfanas de madre y en particular al pequeño príncipe Pedro , el último hijo de matrimonio, al que según la historiadora portuguesa Isabel Lustosa (1955) en su libro "Don Pedro I: un héroe sin carácter", mecía en sus brazos mientras le susurraba "pobre muchacho , eres el príncipe más desgraciado del mundo". Mientras Pedro I tiene que convivir con el sufrimiento por la pérdida de su esposa y por los remordimientos de conciencia que le debía causar sentirse responsable de su muerte, llega el año 1828 en el que , como ya sabemos, se puso final a la guerra que enfrentaba a Brasil y Argentina desde tres años antes por la posesión de la provincia Cisplatina , con la firma el 27 de agosto de 1828 de la Convención Preliminar de Paz con la que se reconocía la independencia de una parte de la provincia que pasaba a convertirse en la República Oriental de Uruguay, mientras que otra parte del territorio seguía bajo soberanía brasileña. Al tiempo en Portugal , su hermano Miguel de Braganza, que había quedado como regente del reino mientras durase la minoría de edad de su sobrina y prometida María II de Portugal , traicionaba la palabra dada a su hermano y el juramento que había hecho a la constitución de 1826 , haciéndose proclamar rey de Portugal por las Cortes el 23 de junio de 1828. al tiempo que anulaba la Constitución de su hermano y recuperaba la política absolutista. Sería reconocido tanto por el Papa como por otras naciones , entre ellas la España del rey Fernando VII(1784-1833) siempre dispuesto a dar su apoyo a los partidarios del absolutismo.
Pero a Pedro no sólo le traicionó Miguel, sino también el resto de sus hermanas, María Teresa de Braganza (1793-1874), María Francisca de Braganza (1800-1834), Isabel María de Braganza (1801-1876), que había sido regente del reino tras la muerte de su padre Juan VI y María Asunción de Braganza (1805- 1834). Sólo la menor de las hermanas, Ana de Braganza (1806-1857) se mantuvo junto a Pedro I. Apenas cuatro días después de que Miguel se hiciera proclamar rey de Portugal, el 29 de junio de 1828 la amante del emperador, Domitila de Castro, marquesa de Santos, abandonaba Río de Janeiro tras conocer la decisión de Pedro de casarse por segunda vez y de reformar de alguna forma su vida , intención que mostraba en una carta dirigida al emperador de Austria, Francisco I, padre de su difunta esposa Leopoldina de Habsburgo, en la que se presenta como un hombre arrepentido por el daño causado "Toda mi perversidad terminó, no caeré en los errores del pasado , de los que me arrepiento y pido perdón a Dios" Pero los hechos que rodearon la muerte de la emperatriz se habían difundido por toda Europa y las princesas casaderas no estaban dispuestas a unir sus destinos a un hombre con esos antecedentes por muy emperador que fuera y muy arrepentido que se sintiera. Además las ideas liberales defendidas por Pedro I no eran bien vistas en una Europa donde el Congreso de Viena de 1815 había impuesto de nuevo las formas absolutistas del Antiguo Régimen.Tampoco ponía fácil la búsqueda las condiciones que ponía Pedro, que quería que su nueva esposa fuera bella, culta, joven, virtuosa y , por supuesto, de alta cuna. En la espera volvió a pedir a Domitila que regresara en 1829 , pero ese mismo año por fin encontró a su candidata , la joven Amélia Augusta Eugenia de Beauharnais (1812-1873), hija de Eugenio de Beauharnais (1781-1824) y nieta de Josefina de Beauharnais (1763-1814), la primera esposa de Napoleón I Bonaparte, , aunque Eugenio había sido el fruto del matrimonio de Josefina con su primer marido Alexandre de Beauharnais (1760-1794). Después de recibir la negativa de hasta ocho princesas, la bella, joven, culta y de buen linaje Amelia era un buen partido para Pedro I y el 30 de julio de 1829 quedaba firmado y ratificado el contrato de matrimonio. En ese mismo momento, y ahora si de forma definitiva, Pedro I rompió sus relaciones con Domitila que regresó a Sao Paulo donde viviría el resto de su existencia, casándose por segunda vez y volcada en ayudar a los demás en los últimos años de su vida. Como dice la sabiduría popular, a la vejez viruelas .
La boda se celebró por poderes el 2 de agosto de 1829 en Munich, y Amelia llegaba a Río de Janeiro el 15 de octubre de ese mismo año y con ella venía la hija de Pedro I, la reina portuguesa María II, destronada por su tío Miguel I de Portugal , y que en ese momento tenía diez años de edad. Amelia demostró pronto su personalidad alejando de la corte a la familia de la amante de su esposo , imponiendo como idioma oficial de la corte el francés y adoptando las formas de las cortes europeas tanto en el vestir como en la música o la cocina . Con su belleza , su cultura y sus formas educadas no sólo se ganó a Pedro I, del que no se tienen noticias de que volviera a ser infiel, sino que también tuvo el cariño de su hijastro, el pequeño príncipe Pedro, que apenas había llegado a conocer a su madre Leopoldina, una relación de cariño que se mantendría entre el futuro Pedro II y Amelia a lo largo de toda la vida, sólo interrumpida por la muerte de Amelia en 1873. Pero si Amelia había logrado poner orden en la vida personal del emperador las cosas no iban bien en el terreno político. Aunque el monarca siempre se mostró respetuoso con los principios liberales frente al absolutismo, los liberales recelaban que quisiera unir de nuevo Portugal y Brasil , lo que ya hemos visto que no era cierto, pues evitarlo es lo que había hecho que abdicara de la corona portuguesa en favor de su hija María. También rechazaban el proyecto de Pedro I de abolir gradualmente la esclavitud, algo en lo que se unían absolutistas y liberales porque perjudicaba los intereses de los grandes terratenientes que utilizaban esta mano de obra esclava en sus plantaciones. El propio Pedro trató, sin éxito, de dar ejemplo de esta nueva actitud contra la esclavitud concediendo la libertad a sus propios esclavos al tiempo que manifestaba su rechazo a todo sentimiento de superioridad por razones de sangre y raza "Me ofende ver a mis semejantes dando a un hombre homenajes propios de una divinidad . Sé que mi sangre es del mismo color que la de los negros" A pesar de que la presencia de Amelia había mejorado la imagen de Pedro I, la traición de su hermano Miguel en Portugal y las disputa políticas dentro del Imperio , unido a la campaña de sus seguidores en Portugal que le instaban a luchar por la corona de su hija frente a su hermano Miguel, hicieron que Pedro, cuyo carácter impulsivo ya conocemos, comenzara a pensar en la posibilidad de abdicar del trono imperial de Brasil y marchara Portugal para arrebatar el trono portugués a su hermano Miguel en nombre de su hija.
Ya en 1830 los liberales muestran cada vez más su descontento con Pedro I, al que acusan de apoyar a un gobierno conservador contrario a las ideas liberales y también por la permanente presencia de portugueses en puestos de poder . El 21 de noviembre de 1830 se produce el asesinato de un periodista liberal de origen italiano, Libero Badaró (1798-1830), que era conocido por sus ataques al emperador al que acusaba de autoritarismo. Las sospechas del asesinato recaen sobre el propio emperador aunque no había pruebas de ello y Pedro I nunca había amenazado a la prensa, mientras que las supuestas últimas palabras dle periodista , creo que demasiado inspiradas para alguien que se está muriendo, "Muere un liberal, pero no muere la libertad", corren de boca en boca y serán el origen de disturbios públicos en los que se enfrentaran leales y contrarios a Pedro I. El emperador ve que la situación comienza a descontrolarse y no se siente con fuerzas para imponer el orden. Cambia el gobierno y nombra a otro más conservador, lo que eleva el tono de las protestas del pueblo que toma las calles y al que se une el ejército. Pedro I, viéndose solo ante el descontento general, tomó una decisión. El 7 de abril de 1831 el emperador de Brasil escribe "Usando del derecho que la Constitución me confiere, declaro que voluntariamente abdico en la persona de mi muy amado y preciado hijo , el señor Don Pedro de Alcántara. Boa Vista, 7 de abril de 1831, décimo de la independencia y del imperio" A continuación entregó el escrito al comandante Miguel Frias de Vasconcelos (1805-1859) que acababa de entrar en la estancia para informar al emperador de la situación de rebelión en las calles, y según dicen los testigos de la escena, el emperador, con ojos llorosos , habría dicho al comandante "Aquí esta mi abdicación. Deseo que sean felices. Me retiro a Europa y dejo un país que amé y que todavía amo". Es probable que en aquel momento pasaran por la mente del emperador las escenas de euforia del grito de Ypiranga aquel ya lejano 7 de setiembre de 1822. A la mañana siguiente , en compañía de su esposa Amalia y de su hija mayor María de Portugal, abandonaba Brasil a bordo del buque inglés Warspite, dejando atrás a su hijo Pedro, y a sus otras tres hijas. Como tutor del joven heredero nombraba a aquel ministro que él mismo había enviado al exilio y al que después concedió el perdón, José Bonifacio de Andrada e Silva.
El 10 de junio de 1831 Pedro ,que había adoptado de nuevo el título de duque de Braganza, llegaba a las costas francesas desembarcando en el puerto de Cherburgo . Pensaba obtener el apoyo de Francia y del Reino Unido para arrebatar el trono a su hermano Miguel I y devolverlo a su hija María pero, aunque es recibido de forma amistosa , no recibe ningún respaldo oficial. Instalado en París , Amelia dará a luz el 1 de diciembre de 1831 a la única hija del matrimonio , María Amelia de Braganza (1831-1853), que moriría con sólo veintidós años de tuberculosis. Pedro busca nuevos apoyos en Francia y entre ellos encuentra el de uno de los héroes de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, el ya anciano marqués de Lafayette (1757-1834). Dispuesto a enfrentarse a su hermano Miguel, el 25 de enero de 1832 dejaba a su familia no sin antes prometer a su hija María que recuperaría su trono en una escena conmovedora " Mi Señora - dijo el emperador según los testigos mientras se arrodillaba ante su hija - aquí tiene a un general portugués que mantendrá sus derechos y restaurará su corona" . Contemplar a padre e hija fundidos en un último abrazo tuvo que conmover a todos los presentes . Nunca volverían a verse. Pedro partiría para las islas Azores, pues éstas eran el único territorio que se había mantenido leal a María frente a Miguel I , y desde allí realizó los preparativos para enfrentarse a su hermano. Al frente de un pequeño y heterogéneo ejército formado por portugueses y mercenarios, Pedro de Braganza desembarcaba en la ciudad portuguesa de Oporto el 9 de julio de 1832, pero sus fuerzas estaban en clara inferioridad numérica con respecto a las de su hermano.y durante un año quedó sitiado en Oporto. Estando en ésta ciudad recibió una delegación brasileña para que regresara a Brasil y asumiera la regencia durante la minoría de edad de su hijo, pero Pedro sólo estuvo dispuesto a ello si era antes ratificado por el pueblo y aprobado por el parlamento brasileño.
Mientras,aunque todo parecía perdido en su guerra contra Miguel I, tomó una arriesgada decisión . Dividió las ya de por si escasas fuerzas de las que disponía, y envió una parte al sur de Portugal para atacar el Algarve. La expedición fue, contra todo pronóstico , un éxito , y a continuación comenzaron a avanzar hacia el norte hasta alcanzar y tomar Lisboa el 24 de julio de 1833, pero cuando el conflicto ya parecía llegar a su fin con la victoria de Pedro intervino España, pues el infante Carlos de Borbón (1788-1855) era aliado de Miguel , al tiempo que trataba de usurpar el trono de España que ocupaba su sobrina , Isabel II (1830-1904), de apenas tres años de edad que acababa de suceder a su padre Fernando VII fallecido el 29 de septiembre de 1833. Carlos estaba apoyado por los absolutistas mientras que Isabel II tenía el apoyo de los liberales. Pedro de Braganza aprovechó la oportunidad para aliarse con los liberales españoles para hacer causa común frente a la alianza de los absolutistas Miguel I de Portugal y Carlos de Borbón y finalmente consiguió la victoria ratificada por la firma de la Capitulación de Évora Monte el 26 de mayo de 1834 que ponía punto final a la guerra civil portuguesa y en virtud de la cual Miguel I de Portugal se rendía sin condiciones y abandonaba el trono de Portugal. Pedro había cumplido la promesa que casi dos años antes había hecho a su hija María, la había devuelto el trono. Sin embargo, no pudo gozar demasiado de su triunfo porque la guerra había minado su salud y se habían manifestado los síntomas de una tuberculosis. Después de una larga agonía, sin fuerzas ya para levantarse del lecho, el 24 de septiembre de 1834 , el que fuera el primer emperador de Brasil, Pedro I, y brevemente rey de Portugal como Pedro IV, fallecía en el Palacio de Queluz , en las cercanías de Lisboa. Cuando la noticia llegó a Río de Janeiro el 20 de noviembre , el tutor del heredero del Imperio y el ministro que una década antes había impulsado a Pedro I a proclamar la independencia de Brasil, resumía los sentimientos de la corte por aquel hombre, que dentro de sus defectos y contradicciones, e incluso a pesar del mal comportamiento con su esposa Leopoldina del que luego tanto se había arrepentido cuando ya no había remedio, declarando "Don Pedro no murió . Sólo los hombres ordinarios mueren, no los héroes" El corazón del emperador fue enterrado en la Iglesia de Nossa Senhora da Lapa mientras que el resto de su cuerpo fue colocado en el mausoleo de los Braganza en el monasterio de Sao Vicente da Fora aunque luego sería trasladado el Monumento a la Independencia de Brasil cuando éste fue concluido en 1952. Dejaba en el trono de Portugal a su hija María II, y en el de Brasil a su hijo Pedro , todavía bajo un consejo de regencia. Y su hijo será el protagonista de la última parte de esta historia.
Enlace con la primera parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2016/06/pedro-ii-el-emperador-bueno-de-brasil.html
Enlace con la segunda parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2016/06/pedro-ii-el-emperador-bueno-de-brasil_18.html
Enlace con la cuarta parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
http://chrismielost.blogspot.com.es/2016/06/pedro-ii-el-emperador-bueno-de-brasil_22.html
Enlace con la quinta parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
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"Desembarco de la princesa Leopoldina" del pintor francés Jean-Baptiste Debret (1768-1848) que recoge el momento en que Leopoldina de Habsburgo hacía su entrada en Río de Janeiro el 5 de noviembre de 1817 . Poco después la joven pareja iniciaría una luna de miel de cinco semanas en las que Leopoldina acompañó a su esposo en sus partidas de caza a caballo. En este viaje desde Europa acompañaban a Leopoldina los primeros inmigrantes, colonos suizos que fundarían una ciudad llamada Nova Friburgo (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org )
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Los brasileños querían a su emperatriz por el amor que ella demostraba a la tierra sobre la que ahora gobernaba su esposo y el compromiso con su independencia y comenzaron a llamarla "la Paladina de la Independencia". En el terreno personal, desde 1819, cuando nace su hija y futura reina portuguesa María II, se sucederán los embarazos de Leopoldina hasta un total de cuatro hijas y tres hijos . De los tres hijos varones , el primero en nacer fue, Miguel de Braganza en 1820, pero murió ese mismo año. El segundo varón fue Juan Carlos de Braganza (1821-1822) fallecía el 4 de febrero de 1822 sin haber llegado al año de vida. El tercero de sus hijos varones nacería el 2 de diciembre de 1825 y se llamaría Pedro de Braganza (1825-1891) y se convertiría en el heredero del trono imperial de Brasil. Pero al mismo tiempo que Leopoldina no paraba de dar a luz tenía que sufrir las constantes infidelidades de su esposo , sobre todo la que mantuvo desde 1822 con su amante, la aristócrata brasileña Domitila de Castro Canto y Melo (1797-1867) que en el momento de conocerse estaba casada con un teniente del ejército que, al parecer, la maltrataba. Se convirtió en la favorita del emperador, que en 1823 la compraba una casa en Río de Janeiro para tenerla cerca de él, beneficiando a ella y a su familia con diferentes nombramientos y títulos en los años siguientes. El hermano de Domitila se convirtió en ayudante del emperador y la propia Domitila recibiría en 1825 el título de vizcondesa de Santos y un año después recibía el de marquesa de Santos. La relación vendría acompañada por cinco hijos ilegítimos , aunque de ellos sólo dos llegarían a la edad adulta . Era ésta una relación pública y una humillación constante para Leopoldina que, sin embargo, tenía el cariño de su pueblo siendo más popular que el propio emperador. Y así llegamos al mes de diciembre de 1826 cuando se produciría la muerte de la emperatriz en circunstancias que todavía hoy son objeto de controversia. Según las crónicas de su tiempo y la historia que más se difundió, la escena final de éste drama conyugal habría tenido lugar cuando el emperador Pedro I quiso que en una ceremonia oficial le acompañaran su esposa Leopoldina y su amante Domitila, una humillación pública a la que Leopoldina no estaba dispuesta a plegarse
Retrato de la amane de Pedro I, la marquesa de Santos, Domitila de Castro Canto, realizado hacia 1826 por el pintor brasileño Francisco Pedro do Amaral (1790-1831) . Pertenecía a una familia de la aristocracia de Sao Paulo, su padre era el primer vizconde de Castro. Casada en 1813 con el oficial Felicio Pinto Coelho (1789-1833) se divorciaría de él en 1824 , después de que éste la hubiera maltratado. Para entonces ya tenía relaciones con Pedro I , al que había conocido en 1822 y con el que tendría entre 1823 y 1830 cinco hijos. Durante sus años de relación con el emperador consiguió títulos y beneficios para ella y para su familia y su influencia sobre el emperador era tanta que aquellos que querían conseguir algo de Pedro I sabían que primero tendrían que entrevistarse con Domitila. Su relación era pública y notaria y una humillación constante para Leopoldina y la causa final de la muerte de la emperatriz. El emperador terminaría arrepentido y atormentado por el trato que dio a su esposa y cuando tomó la decisión de casarse por segunda vez rompió definitivamente con Domitila en 1829 aunque algunos dijeron entonces que la ruptura pudo haberse producido por el intento de asesinato de Domitila de su hermana María Benedicta de Castro (1792-1857) a la que habría sorprendido teniendo una relación con el emperador. El caso es que ya nunca volvió a Río de Janeiro. Se casaría de nuevo en 1842 con el político y miliar brasileño Rafael Tobias de Aguiar (1794-1857) y ya en sus últimos años se convirtió en una anciana devota y dedicada a la caridad (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
Después se diría que Pedro I , enfurecido ante la negativa de Leopoldina de asistir a aquel acto si estaba presente Domitila , trató de obligarla por la fuerza, llegando a agarrarla por el cabello arrastrándola por los pasillos de palacio e incluso a darla una patada en el vientre a pesar de que la emperatriz estaba una vez más embarazada. Sin embargo, no hay testigos de éste hecho aunque si hay testimonios que describen una violenta discusión verbal entre ambos. Fuera como fuese Leopoldina quedó muy afectada por esta escena que era el punto culminante de una larga sucesión de humillaciones y desengaños producidos por las constantes infidelidades de Pedro y la indiferencia que mostraba ante los sentimientos de su esposa. Así lo manifestaba en una carta escrita el 8 de diciembre de 1826 dirigida a su hermana , María Luisa de Habsburgo (1791-1847), que había sido la segunda esposa de Napoleón I Bonaparte (1769-1821) , apenas tres días antes de que Leopoldina falleciera. En ella se lamentaba la emperatriz "Reducida a un estado deplorable de salud y llegada al último punto de mi vida en medio de los mayores sufrimientos, voy a tener la desgracia de no poder dar explicaciones a todos esos sentimientos que hace tiempo había impreso en mi alma." La emperatriz parecía ar ya por segura su próxima muerte "¡Mi hermana!¡No la veré otra vez! No puedo repetir una vez más que la amaba, la adoraba! Bueno, ya que no puedo tener esta satisfacción tan inocente, igual a muchas otras que no me están autorizadas , escuche el grito de una víctima que le pide - no la venganza - pero piedad y la ayuda de su afecto fraternal para mis hijos inocentes, los huérfanos que se quedan por su cuenta o de las personas que fueron autoras de mis desgracias (una referencia a Pedro I y su amante) , que me redujeron al estado donde yo estoy, siendo obligada a servirme de intérprete para llegar a su alcance la últimas súplicas de mi alma afligida". La intérprete que menciona la emperatriz era su camarera, la marquesa de Aguiar María Francisca de Portugal e Castro (1782-fecha desconocida) que antes lo había sido también de la reina María I de Portugal y a la que se refiere a continuación Leopoldina con palabras de afecto "La marquesa de Aguiar, como usted bien sabe, que ha mostrado verdadero celo y amor por mi, es la única amiga que tengo y es ella la que escribe en mi lugar"
Retrato imaginado de Leopoldina de Habsburgo con sus hijos , obra del pintor italiano Domenico Failutti (1872-1923) . Probablemente el bebé que tiene entre sus brazos sea su último hijo, el futuro emperador Pedro II (1825-1891) (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
A continuación se refiere directamente a Pedro, al que, a pesar de todo, sigue amando "Hace casi cuatro años, mi querida hermana, como le escribí, por el amor de un monstruo seductor me encuentro reducida a un estado de mayor esclavitud y totalmente olvidada por mi amado Pedro" Y aquí menciona el episodio de aquel acto público compartido con la amante de Pedro que colmó la capacidad de resistencia de la emperatriz "Últimamente me acaba de dar la prueba final de su total olvido de mí, maltratándome en presencia de la que es la causa de mis desgracias (Domitila de Castro) . Y mucho tendría que decir a usted pero me faltan las fuerzas para recordar el horrible ataque que sin duda será la causa de mi muerte" ¿Se refiere aquí la emperatriz a la agresión física que Pedro la habría infligido en Palacio? Es muy probable, pero la propia emperatriz nos lo oculta cuando a continuación escribe "Cadolino, que me fue recomendado por usted, y que me ha dado todas las pruebas de subordinación creciente y lealtad, es quien está al cargo de entregar esta carta, y le dirá lo que, por muchas razones , no puedo confiar en este manuscrito" Tal vez trataba de proteger la imagen del emperador no relatando hechos que pudieran ser conocidos por los enemigos de su esposo si la carta caía en malas manos . En todo caso la emperatriz, cuyas fuerzas desfallecían, se despide de su hermana " Tras él está toda la información precisa acerca de este suceso, no tengo nada más que añadir, confiando totalmente en su integridad, honor y lealtad. La marquesa de Aguiar se encargará de darle todos los detalles acerca de todo lo que se refiere a mis amadas hijas.¡Ah, mis queridas hijas! ¿Qué será de ellas después de mi muerte? Ella será responsable de su educación hasta que mi Pedro, mi querido Pedro (a pesar de todo todavía le llama Querido Pedro ) no disponga otra cosa" Las hijas a las que se refiere Leopoldina eran Januaria María de Braganza (1822-1901), Paula de Braganza (1823-1833) y Francisca Carolina de Braganza (1824-1898), todas ellas entre los cuatro y los dos años de edad , pues la mayor de ellas, María II de Portugal, se encontraba, como ya hemos visto, en Portugal ejerciendo su papel de reina a pesar de sus siete años de edad y bajo la regencia de su tío Miguel de Braganza.
Fotografía de 1858 de Januaria María de Braganza(1822-1901) segunda de las hijas de Pedro I y Leopodlina de Habsburgo , perdió a su madre a los cuatro años y a los nueve años vio partir para siempre a su padre y a su madrastra rumbo a Europa Fue ella quien escribiría la carta que en 1833 informaba a su padre de la muerte de su hermana Paula de Braganza el 16 de enero de 1833 "Querido papa - escribía Januaria María - A pesar de nuestras constantes súplicas al cielo, nuestra querida hermana Paula Mariana se fue. No encontramos consuelo. Nuestra tan amada hermana ya no está con nosotros. Además Pedriño (el futuro emperador Pedro II) enfermó gravemente. Pensamos que había cogido la misma fiebre que Paula Mariana pero, gracias a Dios, mejoró y ahora está sentado en su estudio . Para expresar nuestro agradecimiento a Dios estaremos sin comer azúcar hasta el 2 de diciembre, cumpleaños de Pedro. Querido papá, estamos desesperados y con un gran desaliento. Usted nos hace mucha falte y también echamos de menos a nuestra hermana María da Gloria y todos los que están con usted en Lisboa. Con la promesa de ser siempre obedientes sus amantes hijos Januária, Francisca y Pedro" Años después, en 1844, se casaría con el conde de Aquila, Luis Carlos María José de Borbón Dos Sicilias (1824-1897) con quien tendría cinco hijos . Moriría en Niza el 13 de mayo de 1901, siendo la última superviviente de los hijos de Pedro I y Leopoldina de Habsburgo ( https://pt.wikipedia.org)
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La emperatriz parece todavía conservar un hilo de esperanza en su despedida "Adiós mi querida hermana. Que el Ser Supremo pueda permitir que le escriba de nuevo, porque eso será señal de mi recuperación" Pero no debió ser esa la voluntad del Ser Supremo al que invocaba la desdichada emperatriz porque fallecía tres días después de dictar estas palabras, el 11 de diciembre de 1826 en el Palacio Imperial de Sao Cristovao en Río de Janeiro, a los veintinueve años de edad y presumiblemente debido a las complicaciones del aborto sufrido ese mismo día por los golpes infligidos por su esposo, aunque este es un extremo que sólo se puede aventurar pues no hubo testigos de tal agresión física y si de la fuerte discusión verbal, que tal vez ya fue causa suficiente para provocar el aborto que , a su vez, causó la muerte de la emperatriz. Pero para los ciudadanos de Río de Janeiro no había demasiadas dudas de cual, o mejor dicho quien, había sido el origen de aquel drama, la amante del emperador, cuya residencia, aquella que Pedro I la regaló en Río de Janeiro, fue apedreada, mientras que la imagen de Pedro I quedó gravemente dañada. El cuerpo de la emperatriz se encuentra hoy en Sao Paulo, en la cripta construida en 1952 situada bajo el Monumento a la Independencia de Brasil o Monumento Ypiranga donde fue trasladada desde el Convento de San Antonio de Río de Janeiro donde reposaban sus restos hasta entonces. Pedro I no se encontraba allí en aquel momento pues se hallaba en Porto Alegre y cuando regresó a Rio , Leopoldina ya había fallecido. Domitila se había convertido en esos años en una mujer que ejercía tal soberanía sobre la voluntad del emperador, que no sólo se habían visto beneficiados todos sus familiares, sino que aquellos que deseaban algún favor de Pedro I sabían que la mejor forma de conseguirlo era pasando primero por su amante, Domitila. Desde su exilio en Francia, el que había sido leal ministro de Pedro I,José Bonifacio de Andrada e Silva, escribía sobre Domitila, que el 12 de octubre de 1826 había recibido el título de marquesa de Santos "¿Quién iba a soñar que la prostituta Domitila sería marquesa de la patria de los Andrada? (el ministro y su familia eran de la ciudad de Santos de la que ahora era marquesa Domitila) ¡Que insulto!".
Fotografía de una parte del Monumento a la Independencia de Brasil, también conocido como Altar de la Patria o Monumento de Ypiranga. Fue erigido entre 1884 y 1926 realizado por los escultores italianos Ettore Ximenes (1855-1926) y Manfredo Manfredi (1859-1927). En 1952 se terminó la construcción de la Capilla Real que se halla en el interior de su cripta y donde fueron trasladados los restos del emperador Pedro I de Brasil y de sus dos esposas, las emperatrices Leopoldina de Habsburgo y Amelia de Beauharnais (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
Aunque no de forma inmediata, la pérdida de Leopoldina supuso un punto de inflexión en la vida de Pedro que se hallaba hondamente apenado por las circunstancias que rodearon su muerte, tanto que incluso diferentes historiadores señalan que en una ocasión Domitila lo encontró llorando ,abrazado a un retrato de Leopoldina cuyo fantasma afirmaba haber contemplado. El historiador brasileño Sérgio Correia Costa (1919-2005) en su obra "Las cuatro coronas de Don Pedro" cuenta que estando en el lecho con Domitila , lo abandonó mientras gritaba "¡Suéltame! Sé que llevo una vida indigna de un soberano . El recuerdo de la emperatriz no me abandona" y contemplaba con dolor a sus hijas que habían quedado huérfanas de madre y en particular al pequeño príncipe Pedro , el último hijo de matrimonio, al que según la historiadora portuguesa Isabel Lustosa (1955) en su libro "Don Pedro I: un héroe sin carácter", mecía en sus brazos mientras le susurraba "pobre muchacho , eres el príncipe más desgraciado del mundo". Mientras Pedro I tiene que convivir con el sufrimiento por la pérdida de su esposa y por los remordimientos de conciencia que le debía causar sentirse responsable de su muerte, llega el año 1828 en el que , como ya sabemos, se puso final a la guerra que enfrentaba a Brasil y Argentina desde tres años antes por la posesión de la provincia Cisplatina , con la firma el 27 de agosto de 1828 de la Convención Preliminar de Paz con la que se reconocía la independencia de una parte de la provincia que pasaba a convertirse en la República Oriental de Uruguay, mientras que otra parte del territorio seguía bajo soberanía brasileña. Al tiempo en Portugal , su hermano Miguel de Braganza, que había quedado como regente del reino mientras durase la minoría de edad de su sobrina y prometida María II de Portugal , traicionaba la palabra dada a su hermano y el juramento que había hecho a la constitución de 1826 , haciéndose proclamar rey de Portugal por las Cortes el 23 de junio de 1828. al tiempo que anulaba la Constitución de su hermano y recuperaba la política absolutista. Sería reconocido tanto por el Papa como por otras naciones , entre ellas la España del rey Fernando VII(1784-1833) siempre dispuesto a dar su apoyo a los partidarios del absolutismo.
Retrato de la reina María II de Portugal realizado hacia 1829 , cuando tenia diez años de edad, por el pintor británico Thomas Lawrence (1769-1830) . La hija mayor de Pedro I y Leopoldina de Habsburgo se convirtió en reina de Portugal cuando su padre abdicó en ella el 2 de mayo de 1826, cuando María tenía sólo siete años de edad. Debido a su corta edad se acordó que su tío Miguel, entonces en el exilio por sus intentos de rebelión contra Juan VI y partidario de las ideas absolutistas, ejerciera como tutor y regente además de prometerse en matrimonio con su sobrina (se casarían en ese año de 1826 y el matrimonio sería anulado en 1834). Pero Miguel traicionaría a su hermano y el 23 de junio de 1828 destronaba a su sobrina y se proclama rey con el nombre de Miguel I. María regresaría a Brasil junto con la nueva esposa de su padre, María Beauharnais y volvería a abandonar Brasil acompañando a su padre y su madrastra rumbo a Europa. Su padre logró vencer en la guerra civil que lo enfrentó a Miguel I y recuperaría para ella el trono de Portugal, trono que María II ocupó por segunda vez entre del 26 de mayo de 1834 y hasta su muerte el 15 de noviembre de 1853 debido a las consecuencias de un parto. Fue la segunda y última mujer que reinó en Portugal a lo largo de su historia. (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
Pero a Pedro no sólo le traicionó Miguel, sino también el resto de sus hermanas, María Teresa de Braganza (1793-1874), María Francisca de Braganza (1800-1834), Isabel María de Braganza (1801-1876), que había sido regente del reino tras la muerte de su padre Juan VI y María Asunción de Braganza (1805- 1834). Sólo la menor de las hermanas, Ana de Braganza (1806-1857) se mantuvo junto a Pedro I. Apenas cuatro días después de que Miguel se hiciera proclamar rey de Portugal, el 29 de junio de 1828 la amante del emperador, Domitila de Castro, marquesa de Santos, abandonaba Río de Janeiro tras conocer la decisión de Pedro de casarse por segunda vez y de reformar de alguna forma su vida , intención que mostraba en una carta dirigida al emperador de Austria, Francisco I, padre de su difunta esposa Leopoldina de Habsburgo, en la que se presenta como un hombre arrepentido por el daño causado "Toda mi perversidad terminó, no caeré en los errores del pasado , de los que me arrepiento y pido perdón a Dios" Pero los hechos que rodearon la muerte de la emperatriz se habían difundido por toda Europa y las princesas casaderas no estaban dispuestas a unir sus destinos a un hombre con esos antecedentes por muy emperador que fuera y muy arrepentido que se sintiera. Además las ideas liberales defendidas por Pedro I no eran bien vistas en una Europa donde el Congreso de Viena de 1815 había impuesto de nuevo las formas absolutistas del Antiguo Régimen.Tampoco ponía fácil la búsqueda las condiciones que ponía Pedro, que quería que su nueva esposa fuera bella, culta, joven, virtuosa y , por supuesto, de alta cuna. En la espera volvió a pedir a Domitila que regresara en 1829 , pero ese mismo año por fin encontró a su candidata , la joven Amélia Augusta Eugenia de Beauharnais (1812-1873), hija de Eugenio de Beauharnais (1781-1824) y nieta de Josefina de Beauharnais (1763-1814), la primera esposa de Napoleón I Bonaparte, , aunque Eugenio había sido el fruto del matrimonio de Josefina con su primer marido Alexandre de Beauharnais (1760-1794). Después de recibir la negativa de hasta ocho princesas, la bella, joven, culta y de buen linaje Amelia era un buen partido para Pedro I y el 30 de julio de 1829 quedaba firmado y ratificado el contrato de matrimonio. En ese mismo momento, y ahora si de forma definitiva, Pedro I rompió sus relaciones con Domitila que regresó a Sao Paulo donde viviría el resto de su existencia, casándose por segunda vez y volcada en ayudar a los demás en los últimos años de su vida. Como dice la sabiduría popular, a la vejez viruelas .
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La boda se celebró por poderes el 2 de agosto de 1829 en Munich, y Amelia llegaba a Río de Janeiro el 15 de octubre de ese mismo año y con ella venía la hija de Pedro I, la reina portuguesa María II, destronada por su tío Miguel I de Portugal , y que en ese momento tenía diez años de edad. Amelia demostró pronto su personalidad alejando de la corte a la familia de la amante de su esposo , imponiendo como idioma oficial de la corte el francés y adoptando las formas de las cortes europeas tanto en el vestir como en la música o la cocina . Con su belleza , su cultura y sus formas educadas no sólo se ganó a Pedro I, del que no se tienen noticias de que volviera a ser infiel, sino que también tuvo el cariño de su hijastro, el pequeño príncipe Pedro, que apenas había llegado a conocer a su madre Leopoldina, una relación de cariño que se mantendría entre el futuro Pedro II y Amelia a lo largo de toda la vida, sólo interrumpida por la muerte de Amelia en 1873. Pero si Amelia había logrado poner orden en la vida personal del emperador las cosas no iban bien en el terreno político. Aunque el monarca siempre se mostró respetuoso con los principios liberales frente al absolutismo, los liberales recelaban que quisiera unir de nuevo Portugal y Brasil , lo que ya hemos visto que no era cierto, pues evitarlo es lo que había hecho que abdicara de la corona portuguesa en favor de su hija María. También rechazaban el proyecto de Pedro I de abolir gradualmente la esclavitud, algo en lo que se unían absolutistas y liberales porque perjudicaba los intereses de los grandes terratenientes que utilizaban esta mano de obra esclava en sus plantaciones. El propio Pedro trató, sin éxito, de dar ejemplo de esta nueva actitud contra la esclavitud concediendo la libertad a sus propios esclavos al tiempo que manifestaba su rechazo a todo sentimiento de superioridad por razones de sangre y raza "Me ofende ver a mis semejantes dando a un hombre homenajes propios de una divinidad . Sé que mi sangre es del mismo color que la de los negros" A pesar de que la presencia de Amelia había mejorado la imagen de Pedro I, la traición de su hermano Miguel en Portugal y las disputa políticas dentro del Imperio , unido a la campaña de sus seguidores en Portugal que le instaban a luchar por la corona de su hija frente a su hermano Miguel, hicieron que Pedro, cuyo carácter impulsivo ya conocemos, comenzara a pensar en la posibilidad de abdicar del trono imperial de Brasil y marchara Portugal para arrebatar el trono portugués a su hermano Miguel en nombre de su hija.
Esta es la carta de abdicación escrita de puño y letra por el emperador Pedro I el 7 de abril de 1831, Os transcribo el texto original en portugués que os traduzco más abajo en el texto del artículo "Usando do direito que a Constituiçao me concede, declaro que hei muito voluntariamente abdicado na pessoa de meu muito amado e prezado filho o Senhor D. Pedro de Alcantara . Boa Vista, 7 de Abril de mil oitocentos e tirnta e um, décimo da Independência e do Império"El escritor y periodista brasileño Viriato Correia (1884-1967) describe en su obra "Terra de Santa Cruz" como debió ser la despedida entre Pedro I su hijo, el pequeño príncipe de seis años de edad: "Las crónicas de la época describen de una manera emocionante el momento en que Pedro I, después de abdicar, se fue a despedir de su hijo. Era de noche. El pequeño príncipe duerme tranquilamente en su cama. Don Pedro entra en el cuarto y se detiene junto al niño. No tiene valor para despertarlo. Se queda largo tiempo. Las lágrimas asoman a sus ojos , los sollozos sofocan su garganta y temiendo aquella flaqueza, salió del aposento , enjugándose los ojos" Sabía la responsabilidad que acababa de dejar caer sobre los hombros de aquel niño que estaba destinado a ser emperador (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
Ya en 1830 los liberales muestran cada vez más su descontento con Pedro I, al que acusan de apoyar a un gobierno conservador contrario a las ideas liberales y también por la permanente presencia de portugueses en puestos de poder . El 21 de noviembre de 1830 se produce el asesinato de un periodista liberal de origen italiano, Libero Badaró (1798-1830), que era conocido por sus ataques al emperador al que acusaba de autoritarismo. Las sospechas del asesinato recaen sobre el propio emperador aunque no había pruebas de ello y Pedro I nunca había amenazado a la prensa, mientras que las supuestas últimas palabras dle periodista , creo que demasiado inspiradas para alguien que se está muriendo, "Muere un liberal, pero no muere la libertad", corren de boca en boca y serán el origen de disturbios públicos en los que se enfrentaran leales y contrarios a Pedro I. El emperador ve que la situación comienza a descontrolarse y no se siente con fuerzas para imponer el orden. Cambia el gobierno y nombra a otro más conservador, lo que eleva el tono de las protestas del pueblo que toma las calles y al que se une el ejército. Pedro I, viéndose solo ante el descontento general, tomó una decisión. El 7 de abril de 1831 el emperador de Brasil escribe "Usando del derecho que la Constitución me confiere, declaro que voluntariamente abdico en la persona de mi muy amado y preciado hijo , el señor Don Pedro de Alcántara. Boa Vista, 7 de abril de 1831, décimo de la independencia y del imperio" A continuación entregó el escrito al comandante Miguel Frias de Vasconcelos (1805-1859) que acababa de entrar en la estancia para informar al emperador de la situación de rebelión en las calles, y según dicen los testigos de la escena, el emperador, con ojos llorosos , habría dicho al comandante "Aquí esta mi abdicación. Deseo que sean felices. Me retiro a Europa y dejo un país que amé y que todavía amo". Es probable que en aquel momento pasaran por la mente del emperador las escenas de euforia del grito de Ypiranga aquel ya lejano 7 de setiembre de 1822. A la mañana siguiente , en compañía de su esposa Amalia y de su hija mayor María de Portugal, abandonaba Brasil a bordo del buque inglés Warspite, dejando atrás a su hijo Pedro, y a sus otras tres hijas. Como tutor del joven heredero nombraba a aquel ministro que él mismo había enviado al exilio y al que después concedió el perdón, José Bonifacio de Andrada e Silva.
"Pedro I entrega la carta de abdicación al comandante Frías" del pintor brasileño Aurélio de Figueiredo (1856-1916) . Aquel 7 de abril de 1831 el pueblo y el ejército se unieron en las protestas contra el emperador y respondiendo a esas decisiones impulsivas que a veces tomaba el emperador, a las tres de la madrugada escribió la carta de abdicación cuyo original podéis ver un poco más arriba . El cuadro sobre estas líneas recoge justo el momento en que hace entrega de la carta al comandante Miguel Frias de Vasconcelos que entraba en la estancia para informar al emperador de la situación en la calle diciéndole "Aquí esta mi abdicación. Deseo que sean felices . Me retiro a Europa. Dejo un país que amé y que todavía amo" (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org)
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Retrato de la emperatriz Amelia de Beauharnais y su hija María Amelia de Braganza realizado hacia 1840 por el pintor alemán Friedrich Dürck (1809-1884). María Amelia sería la única hija del matrimonio entre Pedro I y Amelia de Beauharnais. María Amelia tardó años en que Brasil la reconociera como miembro de la familia imperial brasileña ya que había nacido en el extranjero, en París. No fue hasta 1841 cuando se produjo ese reconocimiento gracias a Pedro II que siempre se llevó bien con su madrastra. Por fin , en 1853 se la comprometió en matrimonio con el archiduque Maximiliano de Habsburgo (1832-4867), que en el futuro llegaría a ser emperador de México con el nombre de Maximiliano I, muriendo ante un pelotón de fusilamiento, pero el matrimonio no se llegaría a celebrar porque María Amelia moría con veintiún años de tuberculosis el 4 de febrero de 1853. En cuanto a Amelia de Beauharnais no volvería a casarse nunca, dedicándose a realizar obras de caridad y moría en Lisboa el 26 de enero de 1873 (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
"Pedro I en su lecho de muerte" del pintor portugués José Joaquim Rodrigues Primavera (1793- después de 1836) . Catorce días antes de su muerte por tuberculosis, que tendría lugar el 24 de septiembre de 1834, Pedro dictó desde su lecho de muerte una carta abierta dirigida a todos los brasileños para que abolieran la esclavitud "La esclavitud es un mal y un ataque contra los derechos y la dignidad de la especie humana, pero sus consecuencias son menos perjudiciales para aquellos que sufren el cautiverio que para la nación cuyas leyes permiten la esclavitud. Es un cáncer que devora la moralidad" Estas hermosas palabras fueron desoídas por el gobierno brasileño. Tendría que ser su hijo, cinco décadas después, el que finalmente lograría la abolición de la esclavitud en Brasil (Imagen procedente de https://pt.wikipedia.org) |
Mientras,aunque todo parecía perdido en su guerra contra Miguel I, tomó una arriesgada decisión . Dividió las ya de por si escasas fuerzas de las que disponía, y envió una parte al sur de Portugal para atacar el Algarve. La expedición fue, contra todo pronóstico , un éxito , y a continuación comenzaron a avanzar hacia el norte hasta alcanzar y tomar Lisboa el 24 de julio de 1833, pero cuando el conflicto ya parecía llegar a su fin con la victoria de Pedro intervino España, pues el infante Carlos de Borbón (1788-1855) era aliado de Miguel , al tiempo que trataba de usurpar el trono de España que ocupaba su sobrina , Isabel II (1830-1904), de apenas tres años de edad que acababa de suceder a su padre Fernando VII fallecido el 29 de septiembre de 1833. Carlos estaba apoyado por los absolutistas mientras que Isabel II tenía el apoyo de los liberales. Pedro de Braganza aprovechó la oportunidad para aliarse con los liberales españoles para hacer causa común frente a la alianza de los absolutistas Miguel I de Portugal y Carlos de Borbón y finalmente consiguió la victoria ratificada por la firma de la Capitulación de Évora Monte el 26 de mayo de 1834 que ponía punto final a la guerra civil portuguesa y en virtud de la cual Miguel I de Portugal se rendía sin condiciones y abandonaba el trono de Portugal. Pedro había cumplido la promesa que casi dos años antes había hecho a su hija María, la había devuelto el trono. Sin embargo, no pudo gozar demasiado de su triunfo porque la guerra había minado su salud y se habían manifestado los síntomas de una tuberculosis. Después de una larga agonía, sin fuerzas ya para levantarse del lecho, el 24 de septiembre de 1834 , el que fuera el primer emperador de Brasil, Pedro I, y brevemente rey de Portugal como Pedro IV, fallecía en el Palacio de Queluz , en las cercanías de Lisboa. Cuando la noticia llegó a Río de Janeiro el 20 de noviembre , el tutor del heredero del Imperio y el ministro que una década antes había impulsado a Pedro I a proclamar la independencia de Brasil, resumía los sentimientos de la corte por aquel hombre, que dentro de sus defectos y contradicciones, e incluso a pesar del mal comportamiento con su esposa Leopoldina del que luego tanto se había arrepentido cuando ya no había remedio, declarando "Don Pedro no murió . Sólo los hombres ordinarios mueren, no los héroes" El corazón del emperador fue enterrado en la Iglesia de Nossa Senhora da Lapa mientras que el resto de su cuerpo fue colocado en el mausoleo de los Braganza en el monasterio de Sao Vicente da Fora aunque luego sería trasladado el Monumento a la Independencia de Brasil cuando éste fue concluido en 1952. Dejaba en el trono de Portugal a su hija María II, y en el de Brasil a su hijo Pedro , todavía bajo un consejo de regencia. Y su hijo será el protagonista de la última parte de esta historia.
Enlace con la primera parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
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Enlace con la segunda parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
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Enlace con la cuarta parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
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Enlace con la quinta parte de "Pedro II, el emperador bueno de Brasil"
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