Es habitual pensar que las revueltas de trabajadores, las huelgas, las manifestaciones, las luchas por mejorar las condiciones laborales o salariales, el enfrentamiento entre un pueblo que constituye la masa del proletariado y una minoría formada por los empresarios o los que controlan la riqueza en ese momento determinado es una característica del mundo que surgió a partir de la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Sin embargo, en la Edad Media también hubo revueltas tanto del campesinado como de aquellos que habitaban en las cada vez mayores ciudades medievales, porque la historia nos muestra como puede cambiar el contexto en el que se desarrollan los acontecimientos pero la naturaleza humana permanece reconocible a lo largo de los siglos hasta el punto de que es fácil identificarse con personas que vivieron en un mundo muy diferente al nuestro. Hace un tiempo os conté la revuelta que tuvo lugar en Francia en 1358, la conocida como la Jacquerie, una revuelta que empezó en el transcurso de la que la historia conocería como Guerra de los Cien Años que enfrentaba desde 1137 a Francia e Inglaterra por el trono francés. El comienzo de la guerra había sido desastroso para Francia con las derrotas en Crezy en 1346 y Potiers en 1356. Además, después de esta última batalla el rey francés Juan II (1319-1364) fue capturado y para pagar el rescate del monarca y de otros miembros de la nobleza francesa capturados se aumentaron los impuestos lo que despertó las protestas de los artesanos de París que se amotinaron negándose a pagar más impuestos, mientras que los campesinos hacían lo propio en campo enfrentándose a la nobleza feudal. En poco tiempo cientos de castillos fueron destruidos antes de que fuera sofocada y sus líderes ejecutados. Si queréis recuperar esta historia os dejo el enlace de aquel artículo
http://chrismielost.blogspot.com.es/2012/10/crisis-sociales-en-la-historia-la-gran.html
Pero hoy vamos a conocer otra revuelta popular, a los que podríamos calificar de indignados medievales, que tuvo lugar dos décadas después de la Jacquerie y en este caso en una ciudad , Florencia, que junto a otras ciudades italianas como Génova y Venecia, podría considerarse una de las cunas del capitalismo y la banca, pues sería en Florencia donde se fundó uno de los bancos más importantes del mundo en los siglos XV y XVI, la Banca Médici, creada por Juan de Médici(1360-1429) que fue también uno de los primeros mecenas en apoyar económicamente a los artistas de su tiempo lo que sería uno de los factores que ayudarían a la explosión artística del Renacimiento durante los dos siglos siguientes. ¿Por qué el siglo XIV fue un siglo con tantas tensiones sociales? En los siglos XI , XII y XIII Europa había vivido una época de relativa prosperidad en diferentes aspectos de sus sociedades gracias a la coincidencia de diferentes factores que lo favorecieron. Por un lado entre el siglo X y comienzos del siglo XIV se produjo el llamado Periodo Cálido Medieval o Pequeño Óptimo Climático , en el que la temperatura media , al menos en el hemisferia norte pues en el hemisferio austral los científicos no han reunido datos suficientes para afirmar si también se produjo esta situación, la temperatura fue entre 1º C y 2ºC superior a la de comienzos del siglo XX. Esto, que parece una pequeña diferencia tuvo una gran repercusión porque el aumento de la temperatura facilitó la desecación de muchos pantanos en el sur de Europa que eran el origen de numerosos casos de malaria, permitió extender cultivos propios de zonas meridionales hasta otras mucho más septentrionales, como el cultivo de la vid en Inglaterra y en Escocia se roturaron tierras que hasta entonces habían sido improductivas. Las mejores condiciones climatológicas permitirían incluso a los vikingos la colonización de Groenlandia por Erik el Rojo (950-1003)
Al mismo tiempo , a finales del siglo XI, tenía lugar la Primera Cruzada para recuperar Tierra Santa, movilizando a miles de hombres hacia Oriente . Estas campañas militares que enfrentaron al Occidente cristiano con el Oriente musulmán y que conocemos como Cruzadas se prolongarían durante dos siglos hasta la caída del último bastión cristiano, la ciudad de San Juan de Acre en la actual costa de Israel, en 1291. Aquellas campañas militares dejaban tiempo también para largos periodos de paz en los que la cultura musulmana influía sobre la cristiana en un tiempo en que el mundo islámico se hallaba a la cabeza de la cultura y el refinamiento. Este contacto supuso un auge del comercio, un estímulo para el desarrollo cultural y una fuente de riqueza. La economía creció, la población de Europa estaba mejor alimentada que en siglos pasados, las ciudades aumentaban su población, florecían las ferias y mercados, la cultura despertaba después de los siglos más oscuros posteriores a la caída del Imperio Romano y el breve renacer que experimentó durante el reinado de Carlomagno(hacia 742-814), y un reflejo de aquella prosperidad fue el nacimiento de un nuevo estilo arquitectónico, el gótico. Sin la prosperidad de aquellos siglos no se habría podido financiar aquellas monumentales construcciones a mayor gloria de Dios .Durante los siglos XII y XIII cada ciudad deseaba tener su propia catedral lo que significaba una gran cantidad de empleos como canteros, vidrieros , escultores o simples albañiles lo que a su vez significa más gente con trabajo, más dinero en circulación y más riqueza para la ciudad donde se construía.
Pero a finales del siglo XIII las cosas comenzaron a cambiar. Escribe el historiador español Salvador Claramunt en su obra "Historia de la Edad Media" que "Desde finales del siglo XIII Europa occidental da señales , primero , de saturación y, después, de contracción, que en algunos lugares llegó a constituir una profunda depresión pasajera" En efecto, después de los buenos siglos anteriores el siglo XIV venía cargado de malas noticias para los europeos. El clima comenzó a enfriar aunque aún lo hacía de forma muy suave y no alcanzaría su época más cruda hasta el siglo XVI y XVII en la denominada como Pequeña Edad de Hielo que prolongaría sus efectos hasta el siglo XIX y en el que la temperatura media descendió en 1ºC de media. Pero eso fue el menor de los problemas, porque en 1337 Francia e Inglaterra se enzarzaban en la Guerra de los Cien años de la que ya os he hablado antes y que se prolongaría durante 116 años, una guerra acompañada por saqueos, la devastación de los campos y la aparición de bandas incontroladas en los periodos de tregua que robaban aquello que los ejércitos no se habían encargado de destruir. La guerra hizo más peligrosos los caminos obstaculizando el comercio y reduciendo su actividad mientras los monarcas , para hacer frente a los gastos de la guerra, ahogaban a sus ciudadanos y campesinos con impuestos. El sistema económico se resintió , los peligros que tenían que afrontar los que transportaban las mercancías hizo que el precio de estas se encareciera y a todo ello se unió a partir de 1347 la devastadora Peste Negra que en apenas seis años iba a reducir la población de Europa en un tercio de sus habitantes, aproximadamente entre veinte y veinticinco millones de muertos aunque es muy difícil determinar el verdadero alcance de esta pandemia.
La trajo a Europa un barco genovés procedente del puerto de Caffa, en la península de Crimea y desde Génova se extendió por toda Europa . Escribe la historiadora y periodista estadounidense Bárbara Tuchman (1912-1989) en su obra "Un espejo lejano" los estragos que causaba la enfermedad en algunas de las ciudades más importantes de Europa, como la francesa Avignon, entonces sede del papado y una de las ciudades más pobladas de Europa "En Avignon perecían a diario cuatrocientos individuos; se clausuraron siete mil casas que la muerte había vaciado; un solo cementerio acogió once mil cadáveres en seis semanas. Repletos los cementerios de la ciudad pontificia, los cadáveres se lanzaron al Ródano" y lo mismo sucedía en otros lugares "En Londres ,las fosas sumaron tantas capas de cuerpos que rebosaron. Los apestados fallecían demasiado aprisa para que los vivos pudieran sepultarlos. Cada amanecer revelaba nuevas pilas de cuerpos exánimes . En Florencia los cadáveres se corrompieron días sin cuento.En París las defunciones diarias fueron ochocientas, en Pisa quinientas y en Viena entre quinientas y seiscientas. El total de parisienses fallecidos fue de cincuenta mil , la mitad de la población. Florencia perdió de tres a cuatro quintos de sus cuidadanos, Venecia a dos tercios" También recoge Tuchman las palabras de un cronista de la ciudad italiana de Siena, Agnolo di Tura, que refleja el horror de aquellos días que a muchos les parecía el anuncio del fin de los tiempos "El padre abandonó al hijo, la esposa al marido y el hermano al hermano, pues la plaga parecía herir mediante el aliento y la mirada. Y así perecieron. Y no se encontró alguien dispuesto a sepultar a los muertos por dinero o amistad" y Agnolo nos cuenta su propia drama, el mismo que millones de personas por toda Europa estaban viviendo "Y yo, Agnolo di Tura, llamado el Gordo, enterré a mis cinco hijos con mis propias manos, y lo mismo hicieron muchos otros".
La epidemia perdió fuerza a partir de 1353 aunque se producirían nuevos brotes si bien no con la virulencia de este , pero la pérdida de una tercera parte de la población europea iba a causar una crisis profunda en el sistema medieval del que surgirían los cambios que en el siglo XV darían origen a lo que hoy conocemos con el nombre de Renacimiento. Los campos quedaron en gran parte abandonados, tanto por la mortalidad de los campesinos como por el hecho de que muchos dejaron sus tierras para irse a las ciudades. Como consecuencia de ello la producción de cereales disminuyó aunque eso no significa que subieran los precios, lo que en principio puede parecer una contradicción ,pues al ser menor la oferta su precio debería haberse incrementado, pero no lo hizo porque también había disminuido su demanda debido a la reducción de la población por la alta mortalidad causada por la peste. Tuvo otro efecto , este positivo. Durante los siglos de prosperidad anteriores, el crecimiento de la población en Europa obligó a extender los cultivos a tierras que no eran buenas y por lo tanto las cosechas eran de peor calidad y de menor cantidad , hay que tener en cuenta que aun faltaban casi cinco siglos para que comenzaran a utilizar abonos para los campos de cultivo. Pero al reducirse la población las tierras más improductivas fueron abandonadas centrando la producción en aquellos campos más fértiles mejorando la calidad de los cereales al tiempo que dejaba más espacio para el desarrollo de la ganadería que experimentaría un importante crecimiento y con ella el consumo de carne en el continente y una mejora en la alimentación de los europeos.
Y junto a este abandono de los campos y descenso de la producción hubo que añadir también la reducción de la mano de obra. La muerte de millones de personas hizo que hubiera muchos más puestos de trabajo que personas lo que , obedeciendo las leyes de la oferta y la demanda, causó un alza en los salarios lo que causó a su vez problemas a los señores feudales que ya no veían tan rentables sus producciones agrícolas pues a la subida de los salarios de los trabajadores había que sumarle el descenso de la producción de los cereales como ya hemos visto. Poco a poco irán cambiando sus inversiones del campo a la ciudad, lo que provocará un nuevo cambio en la sociedad medieval, mientras que la nobleza que decide permanecer en el campo irá empobreciéndose gradualmente. En lo que se refiere al campesinado, muchos vieron mejorar su situación gracias a ese alza de los salarios , aunque como suele suceder en los periodos de crisis , los más débiles, los más pobres, vieron aún más deteriorada su situación. Durante las décadas posteriores a la peste negra de 1347 a 1353, las ciudades comenzaron a recuperarse con gran rapidez. Florencia, que antes de la peste había llegado a alcanzar los 110.000 habitantes, a finales de la década de 1350 apenas tenía cincuenta mil pero para 1380 contaba de nuevo con ochenta mil habitantes, por toda Europa las ciudades incrementaban sus habitantes y ciudades como Barcelona, Génova, Londres, Roma tenían poblaciones entre los cuarenta mil y los ochenta mil habitantes. Este nuevo auge urbano vino acompañado por el desarrollo del comercio y la artesanía , en particular de la industria de la seda y los paños de lino, destacando sobre todas ellas Florencia, donde en sus más de doscientos talleres se llegaban a producir 80.000 piezas de paño. Y ahora que ya conocemos el contexto histórico donde se iba a producir los hechos que os voy a contar, es hora de viajar a la Florencia de 1378.
La Florencia del siglo XIV estaba muy dividida entre dos facciones, los güelfos y los gibelinos. Estas dos facciones habían surgido en el siglo XII primero en Alemania como una lucha entre los partidarios de dos candidatos al trono del Sacro Imperio Romano Germánico tras la muerte del emperador Enrique V(1086-1125) pero que luego se convirtió en un enfrentamiento entre los partidarios del poder del emperador alemán, a los que se dio el nombre de gibelinos, y los partidarios del poder del Papa , los güelfos. Esta disputa continuaba dos siglos después de su inicio y en Florencia dominaban los gibelinos, partidarios del emperador alemán que en 1378 , año en el que se desarrollan los acontecimientos que os estoy contando, era Carlos IV de Luxemburgo (1316-1378). En 1376 Florencia había entrado en guerra abierta con los Estados Pontificios y el papa Gregorio XI(hacia 1336-1378) prohibió el comercio con la ciudad florentina. Desobedecer aquella orden era ponerse en contra del Papa y de la Iglesia , por lo que muy pocos osaban incumplirla y eso supuso que Florencia se sumió en una profunda crisis económica sometida a un bloqueo comercial , militar por la guerra que sostenía frente a las tropas del Papa, las tensiones políticas dentro de la ciudad por las diferencias entre güelfos y gibelinos, y otra crisis que llevaba mucho tiempo larvándose en el seno de la ciudad florentina. Ya hemos visto que una de las principales industrias de Florencia era la fabricación de paños realizados por más de doscientos talleres. Los artesanos en la Edad Media estaban agrupados en gremios donde se reunían los artesanos de un mismo oficio. Si querías desempeñar un determinado oficio artesano entrabas en el gremio correspondiente como aprendiz y poco a poco, a medida que ibas conociendo el oficio y acumulabas experiencia escalabas en la jerarquía del gremio, pasando de aprendiz a oficial y de este al grado de maestro después de superar un examen lo que te permitía abrir tu propio taller.
El gremio se encargaba de tu aprendizaje y de garantizarte el trabajo, pero entre los gremios había diferencias entre los gremios considerados mayores, más poderosos y otros gremios menores que se veían subordinados a los mayores y cuyos miembros tenían un menor reconocimiento social. Pero peor aún era no pertenecer ni siquiera a estos gremios menores porque entonces no tenías a nadie que defendiera tus intereses, y este era el caso de los ciompi, nombre con el que se conocía en Florencia a los cardadores de lana que suministraban la materia prima necesaria para que los artesanos fabricasen los paños pero que , sin embargo, no tenían ningún reconocimiento social, ni derecho a asociarse y además estaban muy mal pagados. Su pobreza hacía que los demás ciudadanos les mirase con rechazo hasta el punto que la palabra ciompi llegaba a equivaler a la de una persona sucia y pobre. Junto a los ciompi se encontraba una cantidad cada vez mayor de personas que desempeñaban oficios necesarios como los arrieros o los cargadores que arrastraban unas condiciones de vida penosas, e incluso los gremios menores como los vendedores de loza y otros oficios menores cada vez más indignados contra los gremios mayores que controlaban la economía y el poder de Florencia. De hecho el pueblo se dividió en dos grupos , el llamado Popolo Grasso, literalmente el Pueblo Gordo en italiano, y el Popolo Minuto, el pueblo pequeño, la clásica división entre los que controlan el poder y la riqueza(Popolo Grosso) y lo que podríamos considerar el proletariado de su tiempo (popolo minuto) que no estaba representado en las instituciones florentinas .
El enfrentamiento de Florencia con el Papa desde 1376 y la reacción del pontífice prohibiendo el comercio con la ciudad florentina , unido a la creciente competencia que representaba la industria textil inglesa en auge en aquel momento, supuso que muchos talleres cerrasen y las calles se llenaron de desempleados que se unieron al descontento de los ciompi y los gremios menores. Uno de los miembros de la clase patricia florentina, Salvestro de Médici (1331-1388), pariente de los célebres Médici, quiso en junio de 1378 impulsar una serie de medidas que mejorase la situación del Popolo Minuto, es decir, de las clases más desfavorecidas , solicitando el apoyo de estos para presionar a las autoridades de la ciudad. Entre las peticiones se encontraba que se concediera permiso para formar gremios a aquellos oficios que aún no podían hacerlo, entre ellos los ciompi, y un reparto más justo de los impuestos, cuyo peso recaía precisamente sobre el Popolo Minuto, algo que sigue sucediendo en la actualidad en nuestras modernas sociedades. Pero la Señoría, que era el nombre del órgano de gobierno de Florencia formado por nueve miembros de los que seis pertenecían a los gremios mayores y sólo dos a los menores por lo que eran los primeros los que controlaban todas las decisiones, rechazaron las propuestas presentadas por Salvestro. Este rechazo fue la gota que colmó el vaso del descontento y resentimiento acumulado por las clases populares durante décadas. Como dijera el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy "Los que hacen imposible una revolución pacífica harán inevitable una revolución violenta" y , en efecto, la rebelión estalló liderados por uno de esos caudillos que surgen en todas las rebeliones de forma espontánea, un cardador de lanas llamado Michelle di Lando. Por supuesto, Salvestro de Médici no había pretendido prender la llama de la rebelión tan sólo mejorar la situación de los más desfavorecidos, pero ya no pudo controlar el desarrollo de los acontecimientos , aunque más tarde se beneficiaría de ello.
Las calles fueron tomadas por los ciompi y comenzaron los saqueos mientras se sucedían las proclamas llamando a una toma del poder. El 22 de julio tomaban el Palacio de la Señoría o Palacio Vecchio, sede del gobierno florentino y se hicieron con el poder. Se formó un gobierno provisional a que se dio el nombre de "Consertería de las Artes Menores" y Michelle di Lando fue elegido como Gonfaloniero, uno de los cargos municipales que en el anterior gobierno dirigía la ciudad junto a los otros ocho miembros de los gremios mayores y menores. Pero ahora estaría al frente de treinta y siete nuevos miembros elegidos por los ciompi y los gremios menores. Unas semanas después, ya en el mes de agosto, estos hombres fueron nombrados caballeros y todo apunta a que iba a suceder lo que suele pasar en casi todas las revoluciones y que expresaba el escritor mexicano Carlos Fuentes con estas palabras "Las revoluciones las hacen hombres de carne y hueso, no santos, y todas terminan por crear una nueva casta privilegiada.". El movimiento comenzó a dividirse en dos grandes facciones, por un lado los partidarios de Michelle di Lando, que pretendía que las clases más desfavorecidas estuvieran en igualdad de derechos con las clases altas de la sociedad florentina, y otra facción encabezada por otro líder popular, Antonio di Ronco, que tenía unas ideas milenaristas impregnadas de misticismo religioso y hablaba de sus seguidores como el Popolo di Dio, el Pueblo de Dios. La anarquía reinaba en la calle mientras la ciudad se hundía en el caos, la economía estaba detenida y no llegaban alimentos a la población. Los gremios menores, que habían apoyado al movimiento en su origen,vieron que aquel caos sólo arruinaría sus negocios y negociaron con los gremios mayores. Ese fue el final de los ciompi, pues puestos de acuerdo los gremios encargaron precisamente a Salvestro de Médici que sometiese a la rebelión.
Salvestro de Médici , investido con los poderes de un dictador, dirigió la represión y retomó el poder ,pero no para concederlo a los gremios como hasta entonces, sino para controlarlo él mismo. Durante los siguientes cinco años se siguieron dictando penas de muerte , acabando con la vida de todos los cabecillas mientras que los ciompi, a los que se les había concedido el derecho a formar un gremio durante la revuelta, de nuevo se vieron desposeídos de esa prerrogativa y volvieron a constituir la clase más baja de la sociedad florentina. En 1382 Salvestro de Médici fue expulsado del poder y enviado al exilio y de nuevo el gobierno quedó en manos de los gremios y así seguiría hasta mediados del siglo XV. Al igual que había sucedido con la Jacquerie las condiciones aún no eran las adecuadas para que estos movimientos sociales pudieran triunfar y no sería hasta 1789 cuando una rebelión popular realmente tuvo éxito y logró subvertir el sistema establecido, acabando con las estructuras medievales. El filósofo griego Aristóteles advertía que "La pobreza es la madre de la revolución y el crimen" pero el resultado de la mayoría de revoluciones es que sólo unos pocos se aprovechan de ella , tal y como afirmaba Napoleón Bonaparte "En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas" y él sabía bien de lo que hablaba pues convirtió la República nacida de la Revolución Francesa en un Imperio gobernado por él. En realidad, , estos movimientos medievales ,como los ciompi o la jacquerie, no trataban de transformar el orden establecido, sino de conseguir justicia, cierta igualdad de derechos y asegurarse el sustento, pero no tenían un programa político que pudiera transformar la realidad social, de ahí que estuvieran condenados al fracaso y tan pronto como pasaba el primer estallido de furia se apagaban con la misma rapidez con la que surgían. No hay cambios sin ideas nuevas, sin organización y sin programa,pues como decía el escritor británico Chesterton "No sólo para gobernar, sino también para sublevarse hacen falta leyes estrictas. Un ideal fijo, habitual, es condición para toda clase de revoluciones"
El Mentidero de Mielost en Facebook :
https://www.facebook.com/ElMentideroDeMielost
Pero hoy vamos a conocer otra revuelta popular, a los que podríamos calificar de indignados medievales, que tuvo lugar dos décadas después de la Jacquerie y en este caso en una ciudad , Florencia, que junto a otras ciudades italianas como Génova y Venecia, podría considerarse una de las cunas del capitalismo y la banca, pues sería en Florencia donde se fundó uno de los bancos más importantes del mundo en los siglos XV y XVI, la Banca Médici, creada por Juan de Médici(1360-1429) que fue también uno de los primeros mecenas en apoyar económicamente a los artistas de su tiempo lo que sería uno de los factores que ayudarían a la explosión artística del Renacimiento durante los dos siglos siguientes. ¿Por qué el siglo XIV fue un siglo con tantas tensiones sociales? En los siglos XI , XII y XIII Europa había vivido una época de relativa prosperidad en diferentes aspectos de sus sociedades gracias a la coincidencia de diferentes factores que lo favorecieron. Por un lado entre el siglo X y comienzos del siglo XIV se produjo el llamado Periodo Cálido Medieval o Pequeño Óptimo Climático , en el que la temperatura media , al menos en el hemisferia norte pues en el hemisferio austral los científicos no han reunido datos suficientes para afirmar si también se produjo esta situación, la temperatura fue entre 1º C y 2ºC superior a la de comienzos del siglo XX. Esto, que parece una pequeña diferencia tuvo una gran repercusión porque el aumento de la temperatura facilitó la desecación de muchos pantanos en el sur de Europa que eran el origen de numerosos casos de malaria, permitió extender cultivos propios de zonas meridionales hasta otras mucho más septentrionales, como el cultivo de la vid en Inglaterra y en Escocia se roturaron tierras que hasta entonces habían sido improductivas. Las mejores condiciones climatológicas permitirían incluso a los vikingos la colonización de Groenlandia por Erik el Rojo (950-1003)
Un gráfico con la evolución de las temperaturas donde se refleja el pico de temperaturas durante el Óptimo Medieval en el que la temperatura llegó a subir entre 1ºC y 2ºC al menos en el Hemisferio Norte, influyendo en la prosperidad de la sociedad medieval durante los siglos XI, XII y XIII. Como veis a partir de 1300 la temperatura comenzó a descender y este descenso se acentuó a partir del siglo XV ,un descenso que con momentos de tregua se prolongaría hasta el siglo XIX con cinco picos de máxima dureza en las décadas de 1590, 1650, 1680, 1700 y 1810. En el siglo XVI el descenso de las temperaturas y las lluvias torrenciales causaron una serie de malas cosechas que aumentaron el precio de los cereales y con ello de uno de los alimentos principales en la dieta de los europeos, el pan, lo que a su vez provocó revueltas sociales como las del siglo XVI que estamos viendo hoy. El clima ha sido un protagonista principal tanto de las épocas de bonanza económica como en las de crisis. El siglo XIV fue el comienzo de este período frío y aunque aún el descenso no fue muy acusado ya podían sentirse sus primeros síntomas (Imagen procedente de http://naturalmenteciencias.wordpress.com ) |
Al mismo tiempo , a finales del siglo XI, tenía lugar la Primera Cruzada para recuperar Tierra Santa, movilizando a miles de hombres hacia Oriente . Estas campañas militares que enfrentaron al Occidente cristiano con el Oriente musulmán y que conocemos como Cruzadas se prolongarían durante dos siglos hasta la caída del último bastión cristiano, la ciudad de San Juan de Acre en la actual costa de Israel, en 1291. Aquellas campañas militares dejaban tiempo también para largos periodos de paz en los que la cultura musulmana influía sobre la cristiana en un tiempo en que el mundo islámico se hallaba a la cabeza de la cultura y el refinamiento. Este contacto supuso un auge del comercio, un estímulo para el desarrollo cultural y una fuente de riqueza. La economía creció, la población de Europa estaba mejor alimentada que en siglos pasados, las ciudades aumentaban su población, florecían las ferias y mercados, la cultura despertaba después de los siglos más oscuros posteriores a la caída del Imperio Romano y el breve renacer que experimentó durante el reinado de Carlomagno(hacia 742-814), y un reflejo de aquella prosperidad fue el nacimiento de un nuevo estilo arquitectónico, el gótico. Sin la prosperidad de aquellos siglos no se habría podido financiar aquellas monumentales construcciones a mayor gloria de Dios .Durante los siglos XII y XIII cada ciudad deseaba tener su propia catedral lo que significaba una gran cantidad de empleos como canteros, vidrieros , escultores o simples albañiles lo que a su vez significa más gente con trabajo, más dinero en circulación y más riqueza para la ciudad donde se construía.
Pero a finales del siglo XIII las cosas comenzaron a cambiar. Escribe el historiador español Salvador Claramunt en su obra "Historia de la Edad Media" que "Desde finales del siglo XIII Europa occidental da señales , primero , de saturación y, después, de contracción, que en algunos lugares llegó a constituir una profunda depresión pasajera" En efecto, después de los buenos siglos anteriores el siglo XIV venía cargado de malas noticias para los europeos. El clima comenzó a enfriar aunque aún lo hacía de forma muy suave y no alcanzaría su época más cruda hasta el siglo XVI y XVII en la denominada como Pequeña Edad de Hielo que prolongaría sus efectos hasta el siglo XIX y en el que la temperatura media descendió en 1ºC de media. Pero eso fue el menor de los problemas, porque en 1337 Francia e Inglaterra se enzarzaban en la Guerra de los Cien años de la que ya os he hablado antes y que se prolongaría durante 116 años, una guerra acompañada por saqueos, la devastación de los campos y la aparición de bandas incontroladas en los periodos de tregua que robaban aquello que los ejércitos no se habían encargado de destruir. La guerra hizo más peligrosos los caminos obstaculizando el comercio y reduciendo su actividad mientras los monarcas , para hacer frente a los gastos de la guerra, ahogaban a sus ciudadanos y campesinos con impuestos. El sistema económico se resintió , los peligros que tenían que afrontar los que transportaban las mercancías hizo que el precio de estas se encareciera y a todo ello se unió a partir de 1347 la devastadora Peste Negra que en apenas seis años iba a reducir la población de Europa en un tercio de sus habitantes, aproximadamente entre veinte y veinticinco millones de muertos aunque es muy difícil determinar el verdadero alcance de esta pandemia.
Mapa con la propagación de la peste negra. A la derecha del mapa tenéis el foco a partir del cual se extendió la peste por Europa, la ciudad portuaria de Caffa, a orillas del Mar Negro, cuando los mongoles de la Horda de Oro que la sitiaban lanzaron a su interior el cuerpo de infectados por la peste para vencer la resistencia de la ciudad, uno de los primeros ejemplos conocidos de guerra bacteriológica. Comerciantes genoveses que huyeron de la ciudad , portaban ya la peste negra entre ellos y cuando llegaron a Sicilia comenzó su propagación. En apenas tres años toda Europa estaría afectada por la enfermedad que sólo al final de la epidemia comenzó a conocerse como Peste Negra pues antes recibió los nombres de la Gran Mortandad o la Pestilencia. Un miedo apocalíptico se apoderó de la población y los caminos se llenaron de peregrinaciones de penitentes pidiendo perdón por sus pecados. Así los describe la historiadora estadounidense Barbara Tuchman "Descalzos, vestidos con cilicios y cubiertos de cenizas , llorando, rezando, mesándose el cabello, portando cirios y reliquias, ora con sogas en el cuello, ora lacerándose con látigos ,los penitentes desfilaban por las calles implorando la ayuda de la Virgen y los santos" Campos abandonados, ciudades desiertas con cadáveres abandonados por las calles, el olor a muerte y el miedo convirtieron a Europa en el escenario de una representación del fin del mundo (Imagen procedente de http://placidosociales.blogspot.com ) |
La trajo a Europa un barco genovés procedente del puerto de Caffa, en la península de Crimea y desde Génova se extendió por toda Europa . Escribe la historiadora y periodista estadounidense Bárbara Tuchman (1912-1989) en su obra "Un espejo lejano" los estragos que causaba la enfermedad en algunas de las ciudades más importantes de Europa, como la francesa Avignon, entonces sede del papado y una de las ciudades más pobladas de Europa "En Avignon perecían a diario cuatrocientos individuos; se clausuraron siete mil casas que la muerte había vaciado; un solo cementerio acogió once mil cadáveres en seis semanas. Repletos los cementerios de la ciudad pontificia, los cadáveres se lanzaron al Ródano" y lo mismo sucedía en otros lugares "En Londres ,las fosas sumaron tantas capas de cuerpos que rebosaron. Los apestados fallecían demasiado aprisa para que los vivos pudieran sepultarlos. Cada amanecer revelaba nuevas pilas de cuerpos exánimes . En Florencia los cadáveres se corrompieron días sin cuento.En París las defunciones diarias fueron ochocientas, en Pisa quinientas y en Viena entre quinientas y seiscientas. El total de parisienses fallecidos fue de cincuenta mil , la mitad de la población. Florencia perdió de tres a cuatro quintos de sus cuidadanos, Venecia a dos tercios" También recoge Tuchman las palabras de un cronista de la ciudad italiana de Siena, Agnolo di Tura, que refleja el horror de aquellos días que a muchos les parecía el anuncio del fin de los tiempos "El padre abandonó al hijo, la esposa al marido y el hermano al hermano, pues la plaga parecía herir mediante el aliento y la mirada. Y así perecieron. Y no se encontró alguien dispuesto a sepultar a los muertos por dinero o amistad" y Agnolo nos cuenta su propia drama, el mismo que millones de personas por toda Europa estaban viviendo "Y yo, Agnolo di Tura, llamado el Gordo, enterré a mis cinco hijos con mis propias manos, y lo mismo hicieron muchos otros".
La epidemia perdió fuerza a partir de 1353 aunque se producirían nuevos brotes si bien no con la virulencia de este , pero la pérdida de una tercera parte de la población europea iba a causar una crisis profunda en el sistema medieval del que surgirían los cambios que en el siglo XV darían origen a lo que hoy conocemos con el nombre de Renacimiento. Los campos quedaron en gran parte abandonados, tanto por la mortalidad de los campesinos como por el hecho de que muchos dejaron sus tierras para irse a las ciudades. Como consecuencia de ello la producción de cereales disminuyó aunque eso no significa que subieran los precios, lo que en principio puede parecer una contradicción ,pues al ser menor la oferta su precio debería haberse incrementado, pero no lo hizo porque también había disminuido su demanda debido a la reducción de la población por la alta mortalidad causada por la peste. Tuvo otro efecto , este positivo. Durante los siglos de prosperidad anteriores, el crecimiento de la población en Europa obligó a extender los cultivos a tierras que no eran buenas y por lo tanto las cosechas eran de peor calidad y de menor cantidad , hay que tener en cuenta que aun faltaban casi cinco siglos para que comenzaran a utilizar abonos para los campos de cultivo. Pero al reducirse la población las tierras más improductivas fueron abandonadas centrando la producción en aquellos campos más fértiles mejorando la calidad de los cereales al tiempo que dejaba más espacio para el desarrollo de la ganadería que experimentaría un importante crecimiento y con ella el consumo de carne en el continente y una mejora en la alimentación de los europeos.
Este mapa es un poco posterior a la época que estoy relatando pues refleja la situación en la península italiana del siglo XV pero nos sirve para comprender la compleja situación política de unos territorios fragmentados y enfrentados entre sí, donde existía una gran rivalidad entre las repúblicas de Venecia, Génova y Florencia . Podéis ver como los Estados Pontificios, gobernados directamente por el Papa, ocupaba un amplio territorio en el centro de la península y mantenía fronteras con Florencia que era gobernada por los gibelinos, los partidarios del emperador alemán y , por lo tanto, enemigos del Papa. La declaración de guerra en 1376 entre ambos sería indirectamente el origen de la rebelión que estallaría dos años después debido a los efectos del bloqueo comercial al que le sometió el Papa (Imagen procedente de http://ccsssegundoeso.blogspot.com ) |
Y junto a este abandono de los campos y descenso de la producción hubo que añadir también la reducción de la mano de obra. La muerte de millones de personas hizo que hubiera muchos más puestos de trabajo que personas lo que , obedeciendo las leyes de la oferta y la demanda, causó un alza en los salarios lo que causó a su vez problemas a los señores feudales que ya no veían tan rentables sus producciones agrícolas pues a la subida de los salarios de los trabajadores había que sumarle el descenso de la producción de los cereales como ya hemos visto. Poco a poco irán cambiando sus inversiones del campo a la ciudad, lo que provocará un nuevo cambio en la sociedad medieval, mientras que la nobleza que decide permanecer en el campo irá empobreciéndose gradualmente. En lo que se refiere al campesinado, muchos vieron mejorar su situación gracias a ese alza de los salarios , aunque como suele suceder en los periodos de crisis , los más débiles, los más pobres, vieron aún más deteriorada su situación. Durante las décadas posteriores a la peste negra de 1347 a 1353, las ciudades comenzaron a recuperarse con gran rapidez. Florencia, que antes de la peste había llegado a alcanzar los 110.000 habitantes, a finales de la década de 1350 apenas tenía cincuenta mil pero para 1380 contaba de nuevo con ochenta mil habitantes, por toda Europa las ciudades incrementaban sus habitantes y ciudades como Barcelona, Génova, Londres, Roma tenían poblaciones entre los cuarenta mil y los ochenta mil habitantes. Este nuevo auge urbano vino acompañado por el desarrollo del comercio y la artesanía , en particular de la industria de la seda y los paños de lino, destacando sobre todas ellas Florencia, donde en sus más de doscientos talleres se llegaban a producir 80.000 piezas de paño. Y ahora que ya conocemos el contexto histórico donde se iba a producir los hechos que os voy a contar, es hora de viajar a la Florencia de 1378.
La Florencia del siglo XIV estaba muy dividida entre dos facciones, los güelfos y los gibelinos. Estas dos facciones habían surgido en el siglo XII primero en Alemania como una lucha entre los partidarios de dos candidatos al trono del Sacro Imperio Romano Germánico tras la muerte del emperador Enrique V(1086-1125) pero que luego se convirtió en un enfrentamiento entre los partidarios del poder del emperador alemán, a los que se dio el nombre de gibelinos, y los partidarios del poder del Papa , los güelfos. Esta disputa continuaba dos siglos después de su inicio y en Florencia dominaban los gibelinos, partidarios del emperador alemán que en 1378 , año en el que se desarrollan los acontecimientos que os estoy contando, era Carlos IV de Luxemburgo (1316-1378). En 1376 Florencia había entrado en guerra abierta con los Estados Pontificios y el papa Gregorio XI(hacia 1336-1378) prohibió el comercio con la ciudad florentina. Desobedecer aquella orden era ponerse en contra del Papa y de la Iglesia , por lo que muy pocos osaban incumplirla y eso supuso que Florencia se sumió en una profunda crisis económica sometida a un bloqueo comercial , militar por la guerra que sostenía frente a las tropas del Papa, las tensiones políticas dentro de la ciudad por las diferencias entre güelfos y gibelinos, y otra crisis que llevaba mucho tiempo larvándose en el seno de la ciudad florentina. Ya hemos visto que una de las principales industrias de Florencia era la fabricación de paños realizados por más de doscientos talleres. Los artesanos en la Edad Media estaban agrupados en gremios donde se reunían los artesanos de un mismo oficio. Si querías desempeñar un determinado oficio artesano entrabas en el gremio correspondiente como aprendiz y poco a poco, a medida que ibas conociendo el oficio y acumulabas experiencia escalabas en la jerarquía del gremio, pasando de aprendiz a oficial y de este al grado de maestro después de superar un examen lo que te permitía abrir tu propio taller.
Esquema de una casa taller medieval que servía tanto como vivienda privada del maestro y como lugar de trabajo y también como tienda para vender lo que producían. Los gremios eran asociaciones de artesanos como el maestro de esta imagen, que establecían normas sobre la calidad de los productos, los precios y la forma en que se debía desarrollar el trabajo . Se ingresaba como aprendiz en la infancia , hacia los doce años de edad, y después de un periodo de formación de que podía oscilar entre los cuatro y los ocho años en el que el maestro se comprometía a enseñarle el oficio, encargarse de su manutención y una pequeña remuneración económica. Después de este periodo de formación y si quería seguir con su maestro o bien continuaba de forma independiente se convertía en oficial incrementando sus derechos económicos y jurídicos y, finalmente, después de superar un examen se convertía en maestro lo que le permitía abrir su propio taller como el de la imagen sobre estas líneas ( Imagen procedente de http://raulrv.blogspot.com ) |
El gremio se encargaba de tu aprendizaje y de garantizarte el trabajo, pero entre los gremios había diferencias entre los gremios considerados mayores, más poderosos y otros gremios menores que se veían subordinados a los mayores y cuyos miembros tenían un menor reconocimiento social. Pero peor aún era no pertenecer ni siquiera a estos gremios menores porque entonces no tenías a nadie que defendiera tus intereses, y este era el caso de los ciompi, nombre con el que se conocía en Florencia a los cardadores de lana que suministraban la materia prima necesaria para que los artesanos fabricasen los paños pero que , sin embargo, no tenían ningún reconocimiento social, ni derecho a asociarse y además estaban muy mal pagados. Su pobreza hacía que los demás ciudadanos les mirase con rechazo hasta el punto que la palabra ciompi llegaba a equivaler a la de una persona sucia y pobre. Junto a los ciompi se encontraba una cantidad cada vez mayor de personas que desempeñaban oficios necesarios como los arrieros o los cargadores que arrastraban unas condiciones de vida penosas, e incluso los gremios menores como los vendedores de loza y otros oficios menores cada vez más indignados contra los gremios mayores que controlaban la economía y el poder de Florencia. De hecho el pueblo se dividió en dos grupos , el llamado Popolo Grasso, literalmente el Pueblo Gordo en italiano, y el Popolo Minuto, el pueblo pequeño, la clásica división entre los que controlan el poder y la riqueza(Popolo Grosso) y lo que podríamos considerar el proletariado de su tiempo (popolo minuto) que no estaba representado en las instituciones florentinas .
El enfrentamiento de Florencia con el Papa desde 1376 y la reacción del pontífice prohibiendo el comercio con la ciudad florentina , unido a la creciente competencia que representaba la industria textil inglesa en auge en aquel momento, supuso que muchos talleres cerrasen y las calles se llenaron de desempleados que se unieron al descontento de los ciompi y los gremios menores. Uno de los miembros de la clase patricia florentina, Salvestro de Médici (1331-1388), pariente de los célebres Médici, quiso en junio de 1378 impulsar una serie de medidas que mejorase la situación del Popolo Minuto, es decir, de las clases más desfavorecidas , solicitando el apoyo de estos para presionar a las autoridades de la ciudad. Entre las peticiones se encontraba que se concediera permiso para formar gremios a aquellos oficios que aún no podían hacerlo, entre ellos los ciompi, y un reparto más justo de los impuestos, cuyo peso recaía precisamente sobre el Popolo Minuto, algo que sigue sucediendo en la actualidad en nuestras modernas sociedades. Pero la Señoría, que era el nombre del órgano de gobierno de Florencia formado por nueve miembros de los que seis pertenecían a los gremios mayores y sólo dos a los menores por lo que eran los primeros los que controlaban todas las decisiones, rechazaron las propuestas presentadas por Salvestro. Este rechazo fue la gota que colmó el vaso del descontento y resentimiento acumulado por las clases populares durante décadas. Como dijera el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy "Los que hacen imposible una revolución pacífica harán inevitable una revolución violenta" y , en efecto, la rebelión estalló liderados por uno de esos caudillos que surgen en todas las rebeliones de forma espontánea, un cardador de lanas llamado Michelle di Lando. Por supuesto, Salvestro de Médici no había pretendido prender la llama de la rebelión tan sólo mejorar la situación de los más desfavorecidos, pero ya no pudo controlar el desarrollo de los acontecimientos , aunque más tarde se beneficiaría de ello.
Retrato de la Plaza de la Signoria en Florencia . A la izquierda de la imagen se encuentra el Palazzo Vecchio ,sede de la Señoría, el gobierno de Florencia que durante el siglo XIV estaba en manos de los gremios y dominado por los gremios mayores que tenían seis representantes por tan solo dos representantes de los gremios menores y , por supuesto, ningún representante del resto de los ciudadanos a los que se le imponían normas, leyes e impuestos. Cuando las cosas iban bien la paz social se mantenía pero cuando la crisis comenzó a sentirse entre la población el resentimiento hacia los que detentaban el poder creció y cuando sus solicitudes de medidas que mejoraran su situación fueron desoídas el único camino que les quedaba fue la rebelión (Imagen procedente de http://lamaletadeglo.blogspot.com ) |
Las calles fueron tomadas por los ciompi y comenzaron los saqueos mientras se sucedían las proclamas llamando a una toma del poder. El 22 de julio tomaban el Palacio de la Señoría o Palacio Vecchio, sede del gobierno florentino y se hicieron con el poder. Se formó un gobierno provisional a que se dio el nombre de "Consertería de las Artes Menores" y Michelle di Lando fue elegido como Gonfaloniero, uno de los cargos municipales que en el anterior gobierno dirigía la ciudad junto a los otros ocho miembros de los gremios mayores y menores. Pero ahora estaría al frente de treinta y siete nuevos miembros elegidos por los ciompi y los gremios menores. Unas semanas después, ya en el mes de agosto, estos hombres fueron nombrados caballeros y todo apunta a que iba a suceder lo que suele pasar en casi todas las revoluciones y que expresaba el escritor mexicano Carlos Fuentes con estas palabras "Las revoluciones las hacen hombres de carne y hueso, no santos, y todas terminan por crear una nueva casta privilegiada.". El movimiento comenzó a dividirse en dos grandes facciones, por un lado los partidarios de Michelle di Lando, que pretendía que las clases más desfavorecidas estuvieran en igualdad de derechos con las clases altas de la sociedad florentina, y otra facción encabezada por otro líder popular, Antonio di Ronco, que tenía unas ideas milenaristas impregnadas de misticismo religioso y hablaba de sus seguidores como el Popolo di Dio, el Pueblo de Dios. La anarquía reinaba en la calle mientras la ciudad se hundía en el caos, la economía estaba detenida y no llegaban alimentos a la población. Los gremios menores, que habían apoyado al movimiento en su origen,vieron que aquel caos sólo arruinaría sus negocios y negociaron con los gremios mayores. Ese fue el final de los ciompi, pues puestos de acuerdo los gremios encargaron precisamente a Salvestro de Médici que sometiese a la rebelión.
Salvestro de Médici , investido con los poderes de un dictador, dirigió la represión y retomó el poder ,pero no para concederlo a los gremios como hasta entonces, sino para controlarlo él mismo. Durante los siguientes cinco años se siguieron dictando penas de muerte , acabando con la vida de todos los cabecillas mientras que los ciompi, a los que se les había concedido el derecho a formar un gremio durante la revuelta, de nuevo se vieron desposeídos de esa prerrogativa y volvieron a constituir la clase más baja de la sociedad florentina. En 1382 Salvestro de Médici fue expulsado del poder y enviado al exilio y de nuevo el gobierno quedó en manos de los gremios y así seguiría hasta mediados del siglo XV. Al igual que había sucedido con la Jacquerie las condiciones aún no eran las adecuadas para que estos movimientos sociales pudieran triunfar y no sería hasta 1789 cuando una rebelión popular realmente tuvo éxito y logró subvertir el sistema establecido, acabando con las estructuras medievales. El filósofo griego Aristóteles advertía que "La pobreza es la madre de la revolución y el crimen" pero el resultado de la mayoría de revoluciones es que sólo unos pocos se aprovechan de ella , tal y como afirmaba Napoleón Bonaparte "En las revoluciones hay dos clases de personas; las que las hacen y las que se aprovechan de ellas" y él sabía bien de lo que hablaba pues convirtió la República nacida de la Revolución Francesa en un Imperio gobernado por él. En realidad, , estos movimientos medievales ,como los ciompi o la jacquerie, no trataban de transformar el orden establecido, sino de conseguir justicia, cierta igualdad de derechos y asegurarse el sustento, pero no tenían un programa político que pudiera transformar la realidad social, de ahí que estuvieran condenados al fracaso y tan pronto como pasaba el primer estallido de furia se apagaban con la misma rapidez con la que surgían. No hay cambios sin ideas nuevas, sin organización y sin programa,pues como decía el escritor británico Chesterton "No sólo para gobernar, sino también para sublevarse hacen falta leyes estrictas. Un ideal fijo, habitual, es condición para toda clase de revoluciones"
El Mentidero de Mielost en Facebook :
https://www.facebook.com/ElMentideroDeMielost
Muchas gracias.
ResponderEliminarLlegué aquí por casualidad y he disfrutado mucho con la historia.
Es increíble ¿verdad?, por mucho que sepamos de nuestra historia no somos lo suficientemente sabios para mejorar nuestra civilización.
La historia es un lujo del conocimiento humano.
Muchas gracias por tu lectura y por tu comentario que me anima a seguir escribiendo.
ResponderEliminarTienes razón, la historia es un lujo , un regalo de la experiencia de nuestros antepasados que no podemos desaprovechar , porque podemos aprender de ellos para evitar cometer los mismos errores
Un abrazo desde Madrid!!