jueves, 8 de septiembre de 2011

GRANDES EXPLORADORES: JUAN DE OÑATE , EL ÚLTIMO CONQUISTADOR(SEGUNDA PARTE)

En la primera parte de nuestra historia habíamos dejado a Juan de Oñate (1550-1626) y a su expedición de conquista y colonización de Nuevo México en el interior de este estado, a más de 1000 kilómetros de Santa Barbara, el último núcleo habitado por los españoles. Después de atravesar el Río Grande , que en la actualidad dibuja la frontera entre México y Estados Unidos, Juan de Oñate y sus hombres , acompañados por mujeres y niños y más de siete mil cabezas de ganado , recorrieron la inhóspita región conocida como la Jornada del Muerto donde fueron auxiliados por una tribu de los indios Pueblo que tenían un asentamiento en un extremo de esa región. Gracias a su ayuda, Oñate y los suyos pudieron continuar viaje, por lo que llamó a aquel lugar Socorro, por la ayuda que le habían prestado. Siguiendo su camino hacia el norte vimos como a mediados de julio alcanzaban el territorio de la tribu Oh-Ke donde decidió fundar la primera ciudad española de Nuevo México. El lugar sería conocido como San Juan de los Caballeros y la nueva ciudad recibiría el nombre de San Gabriel, fundada el 18 de agosto de 1598. Allí pretendía pasar el invierno y allí lo dejamos ayer, conozcamos ahora como continua la historia del último conquistador.

Pero lo que allí encontraron los españoles que acompañaban a Oñate no era una tierra rica y fertil, sino un lugar árido y rodeado de tribus hostiles, entre los que se encontraban los apaches, palabra que ya vimos que significa "enemigos" en la lengua de la tribu zuñi, una de las víctimas de las continuas partidas de rapiña apache, que mantenían en jaque a todas las tribus de la zona. Muchos de aquellos hombre que habían acompañado a Oñate creyendo en sus promesas,  no veían allí futuro para sus familias y decidieron abandonar la nueva ciudad y regresar a Nueva España . Eran 45 hombres con sus familias, lo que ponía a toda la expedición en peligro, por lo que Oñate reprimió con dureza la rebelión y consideró a sus cabecillas como desertores, lo que suponía condenarles a muerte. Gracias a la intervención de uno de los franciscanos, fray Alonso Martinez, que intercedió por ellos, se solucionó todo sin que hubiera ninguna muerte, aunque cuatro de sus hombres habían desertado.


Gaspar Pérez de Villagrá(1555-1620) fue, además de una de las personalidades más destacadas de la expedición de Oñate , con actos de heróismo como el de la conquista de la ciudad de Acoma que veremos más adelante en este artículo, fue también el autor del primer poema épico sobre la conquista de un territorio de los actuales Estados Unidos. Titulado "Historia de la Nueva México", consta de 34 cantos escritos en versos de una calidad no demasiado alta pero con un valor indiscutible por la infomración que nos aporta sobre las tribus indias y sus costumbres así como de la evolución de la conquista de Nuevo México. Así se presenta ante el rey Felipe III , a quién dirige su poema "Que yo como el menor de todos ellos, y  que a señor y Padre me querello, he querido contaros los trabajos, que por aca se sufren y padecen, que como bien sabeis Rey poderoso, no hay hombre que después de haber sufrido, fatigas y miserias tan pesadas, no quiera alguna paga y recompensa.Las manos puestas pido, y os suplico, que haya memoria destos desdichados" (imagen procedente de brynmawrcollections.org )


Encargará a uno de sus hombres en los que depositaba mayor confianza, Gaspar Pérez de Villagra(1555-1620), la persecución de los desertores, pues no podía permitirse dejarlos sin castigo para que no se convirtieran en un mal ejemplo para el resto de sus hombres. Después de una persecución que duro días, Gaspar Pérez de Villagra conseguiría atrapar a dos de ellos antes de que cruzaran Río Bravo y entraran en el territorio de Nueva España, donde Oñate no tenía ya jurisdicción. Serían juzgados por Oñate , declarados culpables por deserción , condenados a muerte y ejecutados. Pero Oñate era consciente que tenía que ofrecer algo mejor a sus compañeros de expedición que aquel asentamiento en una región árida y sin ningún aliciente para quedarse allí y prosperar. Envía de nuevo a su sobrino Vicente Zaldivar en misión de exploración por la región , dirigiéndose hacia el este, penetrando en el territorio que hoy conocemos con el nombre de Texas, donde tiene su primer encuentro con las enormes manadas búfalos a los que los españoles dieron el nombre de cíbolos. Cazaron algunos de ellos y comprobaron que no podían domesticarse para ser utilizados como ganado, pero regresa a San Gabriel sin haber alcanzado uno de sus objetivos, llegar hasta el Atlántico.

Después envía otra avanzadilla hacia el oeste para tratar de llegar al Pacífico , pero desconocían la auténtica extensión de aquellos territorios y por eso regresan sin alcanzar de nuevo la costa. Aún así Oñate no ceja en su empeño y uniéndose con su sobrino Zaldivar vuelve a emprender la marcha hacia el oeste y alcanzar por fin las costas del Pacífico. Pero para eso tendrían que atravesar los territorios de las diferentes tribus que habitaban aquellas regiones. Vamos a detenernos un momento para conocer un poco  mejor a aquellos pueblos, cuyos nombres traerán a nuestra memoria míticas películas del Oeste norteamericano, pero mucho antes de que el Séptimo de Caballería entrara en la historia  los españoles ya caminaban por los territorios de apaches, comanches, navajos , hopi y los  indios Pueblo.Los apaches, a los que ha hice referencia en el anterior artículo, procedían del Canadá y durante trescientos años fueron descendiendo hacia el sur donde los encuentran los primeros españoles que llegaron allí en el siglo XVI en la expedición dirigida por Francisco Vázquez Coronado(1510-1554) en 1540, que le llevaría hasta las tierras del actual estado de Colorado.

Los motivos que forzaron este desplazamiento parece ser consecuencia de un efecto dominó producido por la formación del Imperio Mongol de Gengis Khan(1162-1227), que habría desplazado a los pueblos manchúes  que habitaban aquella región más hacia el norte. Estos a su vez empujaron a otros pueblos que habrían cruzado el estrecho de Bering que separa Alaska de Rusia , penetrando luego en Canadá y causando el éxodo de los apaches hacia el sur, donde en el siglo XVI se hallaban presentes en los actuales estados de Arizona , Texas y Nuevo México.Los apaches eran una tribu seminomada , dedicándose a la caza y también a la recolección de productos silvestres , pero no practicaban la agricultura. Además tenían fama de asaltar a las tribus vecinas para robarles , razón por la que se les dio el nombre de apaches, de la palabra apachu, que en la lengua de la tribu de los indios Pueblos de zuñi significa "enemigo". No tenían aliados, eran enemigos de todas las tribus y unos excelentes combatientes, que conocían a la perfección el terreno donde vivían. Se dividían en diferentes grupos , entre ellos los apaches chiricauas, los apaches mimbreños y los apaches mescaleros

Mapa con la distribución de las tribus indias en Norteamerica. En la zona donde estuvieron los españoles de Oñate la presencia más peligrosa era la de las tribus nómadas apaches, navajos y comanches , que durante los siglos anteriores habían descendido desde Canadá y a finales del siglo XVI presionaban a los indios Pueblo, entre los que se encontraban los queres, los hopi o los tewa entre otro grupo de tribus. Los indios Pueblo eran sedentarios y vivían en pueblos , de ahí su nombre, con casas construidas con barro, piedra y vigas de madera . En principio aceptarían someterse a los españoles, pero los orgullosos y valientes ciudadanos de Acoma pondrían en peligro este inestable equilibrio donde los apenas 200 soldados españoles tenían que mantener la paz en un territorio con al menos 30.000 miembros de los indios Pueblo, sin contar apaches , comanches y navajos (imagen procedente de http://historialoyola.blogspot.com ) 

Otra de las tribus que ocupaban aquel territorio eran los comanches, que por entonces ocupaba amplias zonas de los actuales estados de Colorado, Nuevo México, Texas, Oklahoma y Kansas. Su nombre, comanches, parece proceder, aunque hay varias versiones, del nombre con el que eran conocidos por otra tribu, los ute, que les llamaban kohmaths , que significaría "enemigo", "extranjero" o "contra el que se quiere luchar" y que los españoles habrían adoptado al castellano como "Komantcia" y , finalmente , comanches. Procedían, al igual que los apaches, de Canadá . Entre las tribus comanches se encontraban los Piros, al norte de Río Bravo y los primeros con los que se encontró Juan de Oñate después de cruzar este río . Los navajos , que constituyen en nuestros días la nación india más numerosa con 298.000 miembros , que se extienden por Arizona, Utah, Colorado y Nuevo México. Al igual que los apaches y los comanches, los navajos, que recibieron este nombre de los españoles que les denominaba "Indios Apaches de Navajó", eran nómadas y consideraban a todas las tribus sedentarias sus enemigos, como también considerarían sus enemigos a partir de ahora a los españoles y siglos después a ingleses y norteamericanos.

También como los anteriores, los navajos procedían de Canadá y no sería hasta el siglo XIII cuando llegaron a la zona de Nuevo México, donde ahora se los iban a encontrar los españoles.  Los hopi era una de las tribus que ya se encontraba allí cuando llegaron los navajos en el siglo XIII y serían  frecuentes las fricciones entre ambas tribus . Ellos si llevaban una vida sedentaria y parece que ya estaban asentados en las tierras de la actual Arizona a comienzos del siglo X y pertenecen a un grupo de tribus que son englobadas bajo la denominación de indios Pueblo, entre los que se encontraban otras tribus como los tompiro, en la zona de la actual ciudad de Alburquerque en Nuevo México, los tiwas , en el norte de Nuevo México, los tewas que se asentaban donde hoy se encuentra la ciudad de Santa Fe, y los Queres entre otras tribus que en la actualidad suman unos 40.000 miembros.Su nombre de "Pueblo" procede de sus asentamientos, ya que vivían en agrupaciones de casas construidas en barro y piedra con vigas de madera.No hablaban todas estas tribus la misma lengua , aunque si compartían una forma de vida sedentaria, basada en la agricultura.

Fotografía de un poblado tradicional de los indios Pueblo, construidos con barro y piedras. Los indios Pueblo son en la actualidad unos 40.000 individuos , que viven en poblados muy similares al que vemos en la fotografía manteniendo su arquitectura tradicional y viviendo de la venta de cerámica y también de la agricultura , al tiempo que mantienen una larga relación hostil con sus vecinos navajos, la nación con un mayor número de miembros,unos 300.000, de entre todas las naciones indias. Los consideran los invasores de un territorio donde los Pueblo, a los que se considera los sucesores de otra nación india, los anashazi,llevaban siglos establecidos . Además los navajos consideraban enemigos a todas las tribus sedentarias como los Pueblo. Los españoles tratarían de utilizar estos enfrentamientos a su favor, pues era la única forma de que los españoles pudieran sobrevivir en aquellas tierras ante la inferioridad de sus efectivos, que nunca pasaron de unos centenares (imagen de http://cescfortuny.wordpress.com )    

Con todas estas tribus se las tendrían que ver los españoles durante los más de doscientos años que permanecieron en aquellos territorios, pero regresemos ahora con Oñate y los suyos. En 1539 uno de los primeros españoles en pisar aquellas tierras, fray Marcos de Niza(1495-1558), encabezaba una expedición que se había organizado para comprobar si los relatos de fantásticas riquezas que había contado  Alvar Núñez Cabeza de Vaca(hacia 1490-1560), que después de un naufragio recorrería durante ocho años aquellos territorios donde ahora se encontraba Juan de Oñate. Fray Marcos de Niza escuchó los relatos de los indios Pueblo donde le hablaban de una ciudad inexpugnable y defendida por guerreros invencibles a la que llamaban Acoma, a la que sólo se podía llegar por pequeños caminos situados al borde de un gran precipicio . Al oír aquel relato , Marcos de Niza pensó que se hallaba ante la mítica ciudad de Cíbola.

Esta era una leyenda cuyos orígenes se remontan a la invasión árabe del reino visigodo español en 711. Según contaba la leyenda , cuando lo musulmanes llegaron a la ciudad de Mérida, siete obispos que allí se encontraban , huyeron llevándose consigo valiosas reliquias religiosas para evitar que cayeran en manos de los invasores y la leyenda afirmaba que se habían establecido en un lugar más allá del mundo conocido , donde habrían fundado las ciudades de Cíbola y Quivira, a las que después se añadirían otras siete ciudades más Aira, Anhuib, Ansalli, Ansesseli , Ansodi, Ansolli y Con , todas ellas edificadas en oro y cada una fundada por  uno de los siete obispos que habían huido de Mérida. Eso es lo que sería conocido como el mito de las Siete Ciudades de Oro de Cíbola y Quivira  y, de alguna forma la leyenda, seguía viva cuando los españoles llegaron a América . Por eso, cuando Marcos de Niza escuchó los relatos de Alvar Núñez Cabeza de Vaca y después los de los indios Pueblo, llegó a la conclusión que se trataba de Cíbola  y cuando regresó a Nueva España afirmó, aunque no era cierto, que había visto una gran ciudad llena de riquezas

Itinerario del viaje realizado por fray Marcos de Niza en 1539 en busca de las legendarias  Siete Ciudades de Oro de Cíbola y Quivira  , éxpedición que se organizó por iniciativa del virrey de Nueva España , Antonio de Mendoza , después de escuchar los relatos de Álvar Núñez Cabeza de Vaca sobre la existencia de una gran ciudad habitada por guerreros invencibles, a la que la sed de oro tradicional de los conquistadores españoles identificó inmediatamente con esa vieja leyenda medieval de Cíbola y Quivira, ciudades construidas en oro y llenas de riquezas . Aunque Marcos de Niza nunca la encontró, ya que no existía, si que escuchó nuevos relatos de los indios sobre ella, pero estos se referían a la ciudad de Acoma, ciudad que era considerada inexpugnable. Francisco Vázquez Coronado la buscaría y la encontraría, maravillándose de su construcción, pero nadie volvería allí hasta sesenta años después. Coronado fue bien recibido, los hombres de Oñate no tendrían el mismo recibimiento (imagen procedente de http://www.psi.edu )

Fue en ese momento cuando el que entonces era virrey de Nueva España , Antonio de Mendoza y Pacheco(hacia 1490-1552) , encargó a Francisco Vázquez Coronado la expedición que recorrería toda aquella región entre 1540 y 1543,buscando aquella ciudad  de la que hablaban los indios , cuyo nombre auténtico era Acoma. Finalmente dieron con ella y quedaron maravillados por la ciudad , aunque no vieron las riquezas de las que hablara Marcos de Niza. Los pobladores, sorprendidos por la presencia de aquellos extraños hombres, los trataron con hospitalidad. Ahora casi sesenta años después de aquello, los españoles volvían a aquel mismo lugar . Oñate envío a uno de sus hombres de confianza , Juan de Zaldivar, junto con 50 jinetes , como avanzadilla de la exploración y a continuación le siguió Oñate con el resto de hombres. El 27 de octubre de 1598 contemplaron como se levantaba ante ellos la inexpugnable Acoma


Parecía que eran bien recibidos, y los dirigentes de la ciudad descendieron hasta donde se hallaban los españoles para darles la bienvenida  , pero los indios queres, pertenecientes a los indios Pueblo,  temían a aquellos hombres blancos  armados con armas extrañas y amenazadoras, por lo que decidieron que la mejor forma de librarse de ellos era matar a su jefe, Oñate. Les invitaron a subir a la ciudad para visitarla aunque, en realidad, les llevaban hacia una emboscada. Acompañado de diez de sus hombres, Oñate siguió a los indios por aquellos senderos que se abrían al abismo y donde un paso en falso podía suponer la muerte, mientras iban viendo las casas distribuidas a lo largo de la montaña, con sus terrazas y con los estanques donde almacenaban el agua para la lluvia. Pero en algún punto , Oñate debió recelar que le estaban preparando una trampa y se negó a continuar. Quizás impresionados por las armaduras de los españoles no se atrevieron a hacer nada y les dejaron marchar.

Imagen de Acoma , la ciudad de los indios queres, miembros de los Pueblo. En ella vivían 1000 personas y entre 300 y 500 guerreros. Después del episodio donde encontró la muerte Juan de Zaldivar  y otros once españoles, se anunciaba una revuelta de todas las tribu Pueblo, que sumaban más de 30.000 miembros , lo que suponía, si se producía, el final de la presencia española en Nuevo México, pues apenas contaba con 200 hombres para hacerles frente. El comportamiento de Oñate en Acoma sería juzgado y condenado por crueldad pero también hay que entender la posición en la que se encontraba, la única forma de sobrevivir era demostrar la superioridad de las fuerzas españolas (imagen procedente de http://viajeroslatinos.blogspot.com )

Oñate siguió su camino,pero Juan de Zaldivar, cumpliendo las instrucciones de Oñate, después de  cumplir con su misión de exploración por la zona había regresado a San Gabriel para recoger provisiones y a continuación siguió los pasos de Oñate y el 4 de diciembre de 1598 llegaba también él y sus treinta hombres a Acoma. Como hicieron con Oñate, los indios bajaron a recibirles y les invitaron a visitar la ciudad  y Zaldivar, confiado al saber que a Oñate no le había sucedido nada, les siguió con 16 soldados, dejando el resto al cuidado de los caballos.Cuando ya se encontraban en la ciudad, separados unos de otros, todos los indios , hombres , mujeres y niños, se volvieron contra ellos y comenzaron a arrojarles piedras, palos, a atacarles con cuchillos y mazas. Sorprendidos y abrumados por el número los españoles se defendían como podían al tiempo que se iban buscando entre las laberínticas calles de Acoma tratando de reunirse , gritándose ¡Castilla!, ¡Santiago!, mientras se abrían paso a golpe de espada.

Muchos fueron cayendo, como el propio Zaldivar, pero por fin cinco de ellos lograron reunirse . Habían muerto en el combate  Zaldivar, dos oficiales, seis soldados y dos indios que los acompañaban en la expedición. Los cinco superviviente, acorralados , seguían defendiéndose  formando un círculo, rodeados de indios y bajo una lluvia de piedras y flechas procedentes de todas direcciones. Poco a poco los fueron empujando hacia el precipicio. Habían dejado los cadáveres de muchos indios a sus pies, pero estaban perdidos, así que decidieron arrojarse por el precipicio a más de 40 metros de altura. El resto de hombres que esperaban abajo, al ver el salto al vacío se dieron cuenta que algo muy grave estaba pasando , se dirigieron corriendo al lugar donde habían caído los soldados españoles para descubrir como , milagrosamente, sólo uno de los que saltaron había muerto. Después de esperar unos días a que se recuperaran los heridos , se  fueron de allí para avisar a Oñate de que estaba a punto de estallar una revuelta de los indios Pueblo. Y eso suponía que menos de 200 hombres tendrían que enfrentarse a más de 30.000 indios.


VIDEO CON FOTOGRAFÍAS DE LA ACTUAL POBLACIÓN DE ACOMA

No he encontrado ningún reportaje en castellano dedicado a la ciudad ni a la conquista de ella por Juan de Oñate, lo que demuestra el olvido en el que ha caído su figura , no así en Nuevo México, Texas y Arizona



Una parte del grupo se dirigió en busca de Oñate, mientras otros fueron hasta San Gabriel para avisar a los colonos y un tercer grupo recorrió la región en busca de los misioneros que vivían aislados de la colonia.Se reunió a todos los españoles dispersos en San Gabriel. Oñate comprendió que la única forma de evitar la rebelión de todas las tribus Pueblo era adelantarse a ellos y dar un escarmiento a la ciudad de Acoma, pero era un objetivo muy complicado, no sólo porque en la ciudad había más de 300 hombres, lo que superaba en número a todas las fuerzas de las que disponía Oñate , sino por el difícil acceso hasta la misma y lo fácil que era para los indios defenderse protegidos por la altura y la estrechez de los caminos que llevaban hasta arriba. Pero si no lo hacían, la presencia española en Nuevo México estaba condenada.

Finalmente, el 12 de enero un ejército formado por setenta hombres y dirigido por el  hermano de Juan de Zaldivar, y sobrino de Oñate, Vicente de Zaldivar, partía de San Gabriel con dirección a Acoma, donde llegarian el 21 de enero .Cientos de guerreros con sus cuerpos pintados de negro les estaban esperando desde las alturas de su inconquistable ciudad, seguros de su victoria  ¿que podían hacer aquellos 70 hombres contra más de 300 , situados en una fortaleza natural llena de trampas y obstáculos, y bien preparados , ayudados por todos los habitantes de la ciudad?. La empresa parecía imposible . Por orden de Zaldivar, uno de sus hombres se adelantó y reclamó en alta voz la entrega de los responsables de la muerte de los españoles, para ser juzgados. Si así se hacía Acoma no sufriría daño alguno y los soldados se retirarían. Por supuesto, la oferta fue rechazada entre gritos amenazantes y desafiantes de los indios , que no podían sentir temor de la pequeña fuerza de soldados españoles.

Mapa con la situación de Acoma y dibujada con la línea de trazos la ruta que ya en 1605 seguiría Oñate para alcanzar el Golfo de California, con la esperanza de abrir una nueva ruta por mar que le comunicará con Nueva España , aunque los territorios que tenía que atravesar eran muy peligrosos y no disponía de hombres para establecer una ruta segura hasta allí (imagen procedente de http://pueblosoriginarios.com )

Los españoles acamparon a los pies de la ciudad encaramada sobre la montaña, y  cuando amanecía la mañana del 22 de enero de 1599, un grupo de doce  hombres se dispusieron sigilosamente a trepar por la montaña , después de haber incluso engrasado sus armaduras para evitar que hicieran ruido además de pintarlas de negro al igual que sus rostros, como haría un comando del siglo XXI.Mientras, para distraer la atención de los indios, los arcabuceros y mosqueteros españoles comenzaron a disparar contra los indios . Hago aquí un inciso para indicaros que los arcabuces era un arma de fuego de escaso alcance, no más de 50 metros de distancia , aunque de gran potencia pues podía atravesar armaduras , mientras que el mosquete era una evolución del arcabuz , que se cargaba por el cañón, y tenía un alcance mayor que el arcabuz, de hasta 100 metros.
A la izquierda tenemos un mosquetero y a la derecha un arcabucero. El mosquete era una evolución del arcabuz que duplicaba el alcance de sus disparos hasta alcanzar los cien metros de distancia , aunque no solía dispararse a más de 25 metros de distancia para que alcanzara su máxima efectividad. Se mantendría en uso desde el siglo XVI hasta el siglo XIX , mientras que el arcabuz desaparecería ya en el siglo XVIII. Estas armas junto con el uso de los caballos era la base de la superioridad militar de los españoles sobre los indios. Serían los caballos españoles abandonados en Norteamérica, los llamados mustang, los que luego formarían grandes manadas de caballos salvajes en las llanuras norteamericanas y durante el siglo XVII los indios comenzaron a domarlos hasta convertirse en grandes jinetes y a los caballos en toda una forma de vida (imagen procedente de revistadehistoria.es)



Pero regresemos al combate, mientras los indios son distraidos con el fuego de arcabuces y mosquetes, los doce hombres alcanzan un promontorio rocoso separado ligeramente del resto de la ciudad, y allí montaron un cañón desde el cual dispararon un primer poryectil que destrozó  la pared de una casa de adobe . Mientras, abajo talaban todos los árboles que encontraban y al caer la noche los fueron subiendo hasta donde se hallaban los doce hombres . El resto de hombres , excepto un pequeño grupo que permaneció abajo cuidando los caballos, subieron hasta allí y construyeron con los troncos un puente para cruzar hasta la ciudad desde el promontorio rocoso donde se hallaban. Al amanecer del 23 de enero los españoles comenzaron a cruzar a la ciudad pero la mala suerte quiso que uno de los soldados cortase una de las cuerdas que sostenía la pasarela y esta calló , aislando a los que habían cruzado del resto de sus compañeros.Estaban rodeados, repitiéndose la misma situación de los últimos supervivientes de la expedición que se habían visto obligados a saltar al vacío. Soprepasados en número, heridos y agotados ,parecia que la suerte  de aquellos soldados estaba echada.

En ese momento, apareció el acto heróico de uno de aquellos hombres, Gaspar Pérez de Villagrá(1555-1620), al que ya conocemos por perseguir a aquellos desertores que habían abandonado San Gabriel y a los que él persiguió sin desaliento hasta Río Bravo, capturando a dos de ellos. Villagrá dio un salto para salvar la distancia que separaba el farallón de la ciudad donde se desarrollaban los combates y pudo alcanzar la cuerda que había sido cortada  y así extender de nuevo la pasarela por la que cruzaron el resto de tropas españolas. Y así se entabló un combate encarnizado que se prolongaría durante horas, donde unas decenas de soldados españoles se enfrentaban a cientos de indios enfurecidos y sorprendidos. Calle por calle, casa por casa, los españoles fueron ganando terreno, con sus armaduras ensangrentadas, los filos de las espadas  gastados por los golpes , los cuerpos agotados por las heridas y la dureza de la lucha. Durante siglos sería la batalla más sangrienta librada en América. Cuando el avance comienza a ser imparable ,se les vuelve a pedir a los indios que cesen de luchar , ofreciéndoles la libertad si se convertían en súbditos del rey de España.



Desde lejos el asentamiento de Acoma tuvo que impresionar a los 70 españoles que bajo el mando de Vicente de Zaldivar llegaron hasta allí en enero de 1599 para enfrentarse a una ciudad habitada por un millar de indios que desde la seguridad de la que consideraban su inexpugnable ciudad desafiaban a los españoles con sus cuerpos pintados de negro . Aún hoy asombra como con sólo esas decenas de hombres pudo tomar aquella ciudad y con ello salvar la presencia española en Nuevo México , aunque la actuación de Oñate tuviera como premio el destierro años después (imagen procedente de www.datuopinion.com)


La propuesta  fue hecha en tres ocasiones y las tres veces fue rechazada, por lo que los combates siguieron , ahora casa por casa. Con el cañón instalado en el farallón disparaban contra los muros de adobe que se derrumbaban sobre las familias que había en el interior de las casas, mientras otras ardían pasto de las llamas . Los llantos de los niños y los gritos de las mujeres, se mezclaban con los gemidos agónicos de los heridos y el entrechocar de las armas. Humo, sangre, gritos, el caos y el horror de una batalla sangrienta que no concluiría hasta la tarde de aquel 24 de enero, cuando muchos indios, viéndolo todo perdido , decidieron arrojarse al vacío antes que ser tomados como prisioneros. Por fin, cuando casi todos los guerreros indios habían muerto y los españoles se hallaban agotados, un grupo de ancianos se dirigió a los españoles para rendir la ciudad. La inexpugnable Acoma había sido conquistada, setenta hombres habían derrotado a toda una ciudad, muriendo unos 500 indios de un total de 1000 habitantes. Su victoria no había sido debida tanto a la superioridad de sus armas  como a un valor temerario que no se detenía ante nada.

Como Oñate esperaba, el resto de las tribus Pueblo, después de conocer el final de Acoma, renunciaron a sus planes de rebelión, considerando que los españoles debían ser unos protegidos de los dioses, o unos poderosos hechizeros, pues solo así se podía explicar la conquista de Acoma. Acudieron representantes de las diferentes tribus a San Gabriel a presentar su sumisión e incluso entregándole a miembros de la tribu queres, los defensores de Acoma. En cuanto a los españoles que habían participado en uno de los combates más sangrientos de la historia de América hasta el siglo XIX, sólo habían tenido dos bajas . Pero aunque se había conseguido salvar por el momento la posición de los españoles en Nuevo México, el gran problema para Oñate ahora era la falta de hombres para fortalecer esta presencia . Envía una carta al virrey de Nueva España al tiempo que manda a Gaspar Pérez de Villagra, el héroe de Acoma, para que reclute a nuevos colonos.

La huella española en el actual Estado de Nuevo México. Todo comenzó en 1598 , cuando Juan de Oñate encabezó la expedición que le llevaría a recorrer casi todo el suroeste de Estados Unidos, desde Texas hasta California . Una hazaña en un territorio hostil que hoy nos sirve para considerarle el ultimo gran conquistador de aquel siglo XVI que convirtió a España en la primera potencia mundial, aquel Imperio donde nunca se ponía el sol (imagen procedente de http://www.namesandnumbers.com )

En la carta al virrey se ofrecía una imagen idealizada de Nuevo México, lejos de la dura realidad de los colonos que allí estaban , pues quería conseguir por todos los medios atraer a nuevos habitantes . En septiembre de 1600 Villagrá parte de Santa Barbara acompañado por 73 nuevos soldados con sus familias ,que llegarían sin novedad a San Gabriel en diciembre de 1600, aunque es fácil imaginar su decepción cuando comprobaron que la realidad que veían sus ojos era muy diferente a la que les habían descrito las palabras de Villagrá. Con estos nuevos refuerzos, Oñate se dispuso a realizar nuevas exploraciones, y así mando a Vicente Zaldivar hacia el oeste, en un nuevo intento para llegar hasta la costa de California, mientras él se dirigía con otros 75 hombres y más de 700 cabezas de ganado hacia el este hasta llegar a las llanuras de Kansas , pero la tierra era pobre y además las tribus apaches que merodeaban en aquella región les acosaban continuamente.

De regreso a San Gabriel en noviembre de 1601, Oñate se encontró con que había estallado una rebelión, pues parte de los colonos, sintiéndose engañados, querían regresar a Nueva España, como ya había pasado tres años antes. Muchos de ellos desertaron y regresaron a Nueva España, donde el virrey entendió las razones de su marcha , el engaño al que habían sido conducidos por Oñate, que había ocultado las auténticas condiciones de vida de la colonia, y fueron perdonados.Oñate consideró que era el momento de dejar de depender del virrey de Nueva España y escribió al Consejo de Indias para convertir Nuevo México en un nuevo virreinato que dependiera directamente de la Corona, y él mismo se comprometía a pagar de su bolsillo a 100 soldados si la Corona mantenía a otros 300 hombres. Sin embargo , el Consejo de Indias decidió retrasar la respuesta hasta recibir el informe del virrey, y así pasaron tres años.

Archivo:1605 graffiti.jpg
Inscripción realizada por Juan de Oñate en el Monumento Nacional del Morro,en Nuevo México, realizado por Juan de Oñate en 1605 en su viaje de exploración hasta las orillas del Pacífico. Este monumento es un gran promontorio de arenisca y piedra que tiene un gran charco de agua en su base, como una especie de oasis y donde muchos viajeros han dejado su huella firmando o dejando un mensaje. Parece que la primera tribu que lo habitó fueron los anasazi, pero cuando llegaron los españoles estaba deshabitado. En la inscripción de Oñate, la más antigua de las que conserva este monumento, podemos leer "paso por aquí don  juan oñate del descubrimiento de la mar del sur  a 16 de abril de 1605" y junto a él las firmas de P. Joseph de la Candelaria

Oñate realiza una nueva expedición hacia el oeste, y en esta ocasión si alcanza el Pacífico, siguiendo el curso del río Colorado hasta el Golfo de California, pero de regreso a San Gabriel se encuentra con que el virrey había enviado una veintena de soldados  y conoce que este había por fin enviado su propio informe al Consejo de Indias. Así, transcurren otros tres años más, hasta que en 1607   el Consejo de Indias toma la decisión de destituir a Juan de Oñate y nombra como gobernador interino a uno de los colonos, Juan Martinez de Montoya, aunque Oñate insistía, y con razón, que según el contrato firmado en su día, el cargo tenía que haberlo heredado su hijo Cristóbal. Abandona San Gabriel junto a un pequeño grupo de hombres para dirigirse a Nueva España, pero por el camino son atacados por los apaches  y su hijo muere durante la lucha. Finalmente, ya en Nueva España, es hallado culpable de doce de las treinta acusaciones de las que era objeto, entre ellas la brutalidad con la que se había comportado con los defensores de Acoma

En esta foto se puede apreciar el tamaño colosal de la estatua dedicada a Juan de Oñate en la ciudad norteamericano de El Paso, en Texas. Obra del escultor John Sherrill Houser, la realizó entre 1997 y 2006 . Tiene 18 toneladas de peso y 10 metros de altura , estatua ecuestre de bronce más grande del mundo. Inaugurado el monumento en abril de 2007, algunos descendientes de los indios Acoma protestaron por este homenaje para un hombre al que acusan de crueldad con su pueblo.  Sin duda existió esa crueldad, la hay en toda guerra de conquista, pero también hay que señalar que eran apenas dos centenares de soldados españoles en un territorio hostil , con miles de indios que podían acabar con ellos si se unían. Era también una cuestión de supervivencia. No es fácil juzgar los actos de los hombres en circunstancias así (imagen procedente de http://www.institutofranklin.net )

Además de una multa de seis mil ducados, Oñate tuvo que exiliarse de los territorios del virreinato de Nueva España durante un periodo de tiempo de al menos cuatro años y perdió todos sus títulos. Durante los siguientes años Oñate lucharía por recuperar su prestigio , apelando al Consejo de Indias, hasta que por fin en 1621 fue rehabilitado por Felipe III ,quién le concedió además el cargo de Inspector de las Reales Minas , cargo que ocuparía hasta su muerte el 3 de junio de 1626. Y así termina la historia de Juan de Oñate, que no la de Nuevo México, que no había hecho más que empezar. Con sus luces y sus sombras, con sus episodios de valor y coraje y otros de crueldad y violencia, creo , sin embargo, que merece la pena rescatar del olvido la figura de este hombre que extendió el Camino Real del Interior más de mil kilómetros, que fundó la primera ciudad europea en territorio norteamericano y combatió con algunas de las tribus indias más feroces, como los apaches. Su nombre hoy es recordado en ciudades y pueblos de Nuevo México, Texas o Arizona , territorios que durante doscientos años estarían bajo la influencia de España gracias a la determinación, el valor y también la crueldad de Juan de Oñate. Pero ¿que conquista no está exenta de crueldad? 

Enlace con la primera parte de  "Juan de Oñate, el último conquistador":
http://chrismielost.blogspot.com.es/2011/09/grandes-exploradores-juan-de-onate-el.html

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

la ciudad de El Paso no se encuentra en Nuevo Mexico como muestra la imagen al monumento de Juan Oñate, si no mas bien se encuetra en Texas.

christian mielost dijo...

Muchas gracias por la corrección!!No me había dado cuentoa, me equivoqué al escribirlo. LO acabo de corregir. Un abrazo fuerte desde Madrid!!

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